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31 proyectos tienen certificaciones con tres normas distintas; cantidad podría aumentar en 79 más


En mayo anterior, Schneider Electric abrió su centro corporativo, proyecto de dos pisos con un espacio de 1.400 metros cuadrados, por $1,8 millones.

Tres meses después, Roche inauguró las instalaciones de su nuevo Centro de Servicios y Distribución para Centroamérica y el Caribe, con un área de 5.000 m², en el que invirtió $5,5 millones.

¿Qué tienen en común? Estas estructuras se desarrollaron bajo los lineamientos de construcción sostenible, un tema que en el país ya cosecha 31 proyectos certificados y que tiene más de 79 a la espera de ser reconocidos.

“Somos cada vez más sostenibles”, resaltó Ana Quirós, presidenta del Green Building Council de Costa Rica (GBC-Costa Rica).

Y es que, con el paso del tiempo, una mayor cantidad de firmas se ven atraídas por los múltiples beneficios que tiene la construcción sostenible, aunque esto involucre tener que hacer una fuerte inversión al inicio para ver buenos resultados a largo plazo.

“Si en las edificaciones aplicamos diseño y sistemas que nos permitan ahorrar energía y otros recursos como el agua, estaríamos beneficiándonos y a la comunidad. También esta reducción de consumo genera ahorros económicos en las facturaciones de servicios”, dijo Aarón Morales, asesor técnico de la Cámara Costarricense de la Construcción.

Agregó que se ha demostrado que tener edificaciones sostenibles mejora el bienestar y la productividad de las personas que las utilizan.

Esto porque la sostenibilidad, no solo implica aspectos que procuren un menor impacto al medio ambiente –desde la concepción de la obra, el diseño o el proceso de construcción–, sino también de carácter emocional y laboral.

Esto lo han comprendido a plenitud Schneider Electric y Roche, pero además empresas como Coope Ande, Garnier & Garnier, Inmobiliaria Contempo, Fuprovi, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y otras.

“Un edificio verde aumenta la productividad de los ocupantes, pues ha sido diseñado pensando en la calidad de los espacios habitables, la cantidad de iluminación natural requerida, niveles acústicos adecuados, el control térmico y otros. Todos estos aspectos para mejorar la calidad de vida y salud”, dijo José Ugalde, director de ventas de Schneider Electric.

En la ola constructiva

En el país existen varios sistemas para evaluar si una construcción es sostenible, sin embargo, destacan tres: LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), EDGE (Excellence in Design for Greater Efficencies) y Reset (Requisitos para las edificaciones sostenibles en el Trópico).

El primero es el más conocido dentro de nuestras fronteras, está disponible desde hace más de ocho años y fue desarrollado por el Consejo de la Construcción Ecológica de Estados Unidos (USGBC, por sus siglas en inglés).

LEED toma en cuenta aspectos como el sitio donde se ubicará la estructura, la eficiencia en el uso tanto del agua y la energía, los materiales y recursos, la calidad del ambiente interior, la innovación y el diseño.

A agosto de este año, según datos del USGBC, en territorio nacional había 29 proyectos certificados (unos 216.300 m²) y 76 registrados (cerca de 737.779 m²).

Estos números son superiores a los que se reportan en otros países cercanos, como por ejemplo, Panamá y Guatemala.

Entre los proyectos que cuentan con esta certificación están el Centro Corporativo El Tobogán, la sucursal de Coope Ande en Heredia, las oficinas corporativas de Schneider Electric y Centro Corporativo El Cafetal.

Inmobiliaria Contempo y sus inversionistas pagaron $65 millones para crear El Tobogán, edificio que consume 40% menos de energía que un edificio convencional. Además, produjo 50% menos residuos en su construcción y se planea una reducción del 50% en los residuos en su operación.

“Creemos que es posible que la construcción del futuro sea sostenible por lo que pensamos en un edificio amigable con el ambiente y con tecnología de punta que pudiera brindar mejores condiciones a sus usuarios”, afirmó Rodolfo Cruz, gerente general del complejo corporativo.

Por su parte, Alexandra Márquez, gerente general de Coope Ande, señaló que los beneficios de la certificación LEED van desde lo ambiental y comercial hasta en aspectos económicos.

“Se reduce el impacto ambiental mediante el menor uso de energía entre un 20% y 25%, además de la reducción de las emisiones de CO2 en un 33% y del uso del agua en un 40% o 50%”, acotó.

Schneider Electric invirtió más de $100.000, para lograr la certificación debido a que tenía que integrar tanto materiales como equipo tecnológico que garantiza cumplir con lo que requería la certificación.

“Toda la inversión fue necesaria para cumplir con los detalles que exige la certificación como alfombras, ambiente, aire, iluminación, sensores, ergonomía y parqueos”, mencionó Ugalde.

La firma puede llegar a ahorrar entre un 30 % y 50% de energía. Ahora aspiran alcanzar otras certificaciones locales.

Otro inmueble certificado es el Centro Corporativo El Cafetal, que entre sus características está tener un 60% del área con ventanería que mejora la iluminación y, a su vez, tiene aislante de calor con filtro de rayos ultravioleta.

El parqueo y las calles cuentan con una estructura de pavimento y adoquines permeable, que consta de una subestructura capaz de permear el volumen de agua pluvial y retarda hasta en 57 minutos el tiempo de desfogue al río.

Además, el 80% de los porcelanatos es de material reciclado y también lo es el 50% del cielo suspendido utilizado en el proyecto también. A esto se suma que tienen un plan para el control de la erosión del suelo, la sedimentación de las vías acuáticas y la generación de polvo a la atmósfera.

Mientras estos proyectos disfrutan los beneficios de la certificación, otros están en el proceso de obtención, entre ellos, el centro de servicios y distribución de Roche y Zona Franca La Lima.

“El inmueble se concibió para ofrecer a nuestros colaboradores las condiciones óptimas que requieren durante su jornada laboral. Estamos en búsqueda de la certificación LEED”, mencionó Krishnan Castillo, director financiero de Roche.

Algunas de sus características es que poseen sensores de vacancia y de luz de día, un sistema de cámaras de frío y climatización que no contamina la capa de ozono, estaciones de trabajo 100% ergonómicas y diseñadas con el concepto de espacio abierto.

Todos estos proyectos evidencian que las áreas de oficinas son las que más aspiran a la obtención de la certificación LEED. A agosto, eran 49 según USGBC.

Edge y Reset, el camino a seguir

Tanto Edge como Reset tienen poco tiempo de estar intentando atraer la atención de los empresarios interesados en darle un mayor respaldo a sus proyectos construidos de forma sostenible.

Hasta marzo pasado, EDGE era una certificación que se conseguía solo en el extranjero. Sin embargo, el software se calibró para el país gracias al apoyo de la Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial.

La presidenta del GBC para el país explicó que este tipo de certificación mide el consumo de energía, agua y materiales (que también incluye cómo fue su proceso de producción y la manera en como fue incluido a la edificación).

Es aplicable en cinco categorías: residencia, oficina, turismo, hospitales y comercio. Actualmente, hay un proyecto certificado (Hotel City Express) y dos en camino: el condominio Linda Vista de la Fundación Promotora de Vivienda (Fuprovi) y un edificio de oficinas del ICE.

Linda Vista contempla 98 viviendas de interés social que tienen 54,7 m² y 69,20 m². Para este proyecto se estima una inversión de más de ¢1 .773 millones.

Ahora está en la fase de trámites de permisos de construcción y formalización. En los planes está que la construcción inicie en febrero 2017 y esté listo en el 2018.

EF intentó contactar al Hotel City Express, sin embargo, al cierre de edición no hubo respuesta.

En marzo del 2014, se realizó el lanzamiento de Reset para el diseño de los proyectos y, al finalizar ese año, se contó con los requisitos para la certificación de construcción y operación.

Esta es una norma propia del país y según Alfonso Montero, director de evaluación de la conformidad del Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (Inteco), evalúa aspectos sociales, ambientales y económicos.

La cantidad de dinero que se requiere para el proceso de certificar el diseño puede rondar entre los $1.200 y los $1.400. Si es de construcción y operación está entre los $1.400 a $2.000.

El funcionario mencionó que hasta el momento se ha certificado un solo proyecto: Auto Banco del BAC San José.

Con el avance en este tipo de edificio, se coloca un ladrillo de los muchos que aún faltan para la creación de ciudades sostenibles.

“En una ciudad sostenible, debería minimizarse el riesgo ambiental y maximizarse su infraestructura. A la vez, debería tener un sistema de transporte público eficiente y que use energías limpias”, recalcó Ileana Granados, del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos.

Imagen sostenible

Social:
Generación de empleo, vivienda digna, lugares funcionales, respeto de espacios y territorios.

Ambiental: Materiales que se emplean, uso y eficiencia de la energía, localización e impactos, aprovechamiento de condiciones climáticas y de suelo.

Económico: Infraestrutura de servicios, innovación en la calidad de las viviendas, capacitación de profesionales, accesibilidad.

Fuente INTECO

 

 


Ubicación: http://www.elfinancierocr.com
Autor: Cristina Fallas Villalobos
Procedencia: Costa Rica
Fecha de Publicación: 2015/09/13


A un año y medio del peor incendio en su historia, el pasado 24 de agosto se inauguró en el cerro Las Cañas de Valparaíso (Chile) la Casa FENIX Huerta Carvajal, gracias al trabajo de un equipo interestamental de la Universidad Técnica Federico Santa María y la Université de la Rochelle (Francia), quienes vienen desarrollando hace tres años un prototipo de vivienda social sustentable.

Aprovechando un subsidio estatal de reconstrucción al que pueden acceder las familias damnificadas por el incendio que en abril de 2014 destruyó cerca de 3.000 viviendas y dejó 15 muertos, el equipo diseñó una nueva versión de su prototipo, adecuado a las necesidades de la familia Huerta Carvajal, quienes fueron escogidos tras un taller participativo en el cerro Las Cañas.


Según informa el sitio web de UTFSM, el equipo de estudiantes, académicos y profesionales de la universidad que venía trabajando en el prototipo de la Casa FENIX no sólo contaba con un sitio disponible en Valparaíso, sino también con un primer modelo presentado en el Solar Decathlon Europe 2014 y construido en La Rochelle.

A raíz del incendio, el equipo desarrolló un taller de diseño participativo con familias damnificadas y la familia Huerta Carvajal fue seleccionada para desarrollar una nueva versión del prototipo sustentable. La casa inaugurada hace unas semanas fue construida entre enero y agosto de este año, y su diseño se adoptó a las condiciones específicas de los usuario y la ciudad: en sus 92 metros cuadrados, cuenta con tres dormitorios, una cocina, un comedor, un baño, una sala de estar, un set fotovoltaico para convertir la energía solar en eléctrica y un sistema solar para el agua caliente.


Sobre este proyecto, la directora del proyecto y académica de la universidad chilena, Nina Hormazábal, explicó al blog de Casa FENIX las características energéticas de la obra:

"(La Casa FENIX) produce la energía que va a consumir la familia (y) está extremadamente bien aislada para esta zona climática, y según la calificación energética MINVU obtuvo la letra A, que es la mejor. Creemos que es la primera vivienda solar-social que tiene esta categoría. Está orientada y diseñada para esta latitud, por lo tanto toda la envolvente está calculada para que los habitantes tengan la mejor habitabilidad posible en el interior de la casa”.

Además de recibir donaciones de empresas privadas, la construcción se hizo posible con la obtención de un subsidio estatal otorgado a las familias afectadas por el incendio de 2014, llamado “Construcción en sitio propio o densificación predial con pago de subsidio posterior”, el cual otorga hasta 1.180 UF (alrededor de 43.460 dólares) a familias propietarias de una vivienda irrecuperable y que puedan volver a construir con sus propios medios o a través de un contratista, una nueva vivienda (máximo 2.000 UF, alrededor de 73.600 dólares) desde 45 metros cuadrados y contar con al menos dos dormitorios, una sala de estar, un comedor, una cocina y un baño.


Vía UTFSM e información de MINVU.
Conoce más sobre Casa Fenix aquí.



Ubicación: http://www.plataformaarquitectura.cl
Autor: Nicolás Valencia
Procedencia: Chile
Fecha de Publicación:
2015/09/11

 


Decretos, proyectos de ley en el Congreso de la República y la participación de varios ministerios en los procesos confirman que edificar verde no es una moda, sino una responsabilidad empresarial.

Al compromiso de Colombia de reducir en 20 por ciento sus emisiones de gases efecto invernadero al 2030 –en línea con el Ministerio de Ambiente y la estrategia de crecimiento verde del Plan Nacional de Desarrollo 2014 - 2018– el Gobierno le sumó la expedición del Decreto 1285 del 2015, que establece lineamientos de construcción sostenible para edificaciones.

Las noticias adquieren más importancia, si se tiene en cuenta que este miércoles el presidente del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS), Carlos Alfredo Vargas, dio ‘luz verde’ a la primera jornada técnica de aplicación de la norma, específicamente a lo relacionado con el ahorro de agua y energía.

Durante la inauguración de Construverde 2015, en Bogotá, el directivo recordó que aunque entrará en vigencia en junio del 2016 en Medellín, Barranquilla, Bogotá y Cali, “hay que adelantarse al tema a través de capacitaciones en competencias técnicas, labor que se seguirá realizando junto con el Ministerio de Vivienda”.

MÁS ACCIONES

La demostración de la importancia de la construcción sostenible también se había confirmado con el anuncio de que el Departamento Nacional de Planeación (DNP) trabaja un documento Conpes en torno a políticas sobre el tema.

“De llegar a feliz término va a ser clave para brindarles un marco a las discusiones sobre dos proyectos de ley radicados en el Congreso de la República, que buscan consolidar una política nacional”, agregó Vargas.

Igualmente, el Ministerio de Minas y Energía y la Unidad de Planeación Minero Energética están en el proceso de reglamentación de la Ley 1715 del 2014 de energías renovables. “Hace unos meses estuvo a disposición del público el proyecto de decreto que define incentivos a la inversión en proyectos de fuentes no convencionales y gestión eficiente de la energía”, agregó el Presidente del CCCS, quien también destacó cómo lo que se está haciendo en Colombia ha tenido relevancia internacional.

De hecho, el CCCS selló una alianza con el U.S. Green Building Council y el Green Business Certification Inc. para apoyar el desarrollo del programa de certificación estadounidense LEED para construcciones sostenibles en el país.

Esto da cuenta de una activa agenda con estrategias locales, pero también de una proyección mundial que confirma el desarrollo de más edificios amigables con el medioambiente.

COLOMBIA SUMA 192 PROYECTOS ‘VERDES’

El potencial de las edificaciones sostenibles en Colombia fue confirmado por Cristina Gamboa, directora del CCCS, quien destacó que a la fecha Colombia tiene 192 proyectos que han acogido la certificación de construcción y diseño sostenible estadounidense LEED.

“Suman 4,1 millones de metros cuadrados y están ubicados en 20 ciudades”, dijo la directiva.



Ubicación: http://www.portafolio.co
Autor: Portafolio.co
Procedencia: Colombia
Fecha de Publicación: 2015/09/09


En Alemania se está construyendo ya desde el nuevo milenio a gran escala casas energéticamente más eficientes de diferentes niveles.

Alemania es uno de los líderes en Europa en construir edificios energéticamente eficientes. Además existe allí una amplia oferta de materiales de construcción ecológicos de buena calidad, como revoque de barro seco o placas aislantes de paja y tecnologías de calefacción o ventilación innovadores. Sin embargo, también en este país la construcción ecológica es todavía un sector minoritario.

En Alemania se está construyendo ya desde el nuevo milenio a gran escala casas energéticamente más eficientes de diferentes niveles. Así, las casas pasivas, ya muy frecuentes, calientan la casa principalmente mediante un aislamiento térmico contundente, el calor humano y un sistema ingenioso de ventilación. También hay cada vez más casas de energía cero e incluso las primeras casas de energía plus que generan más energía de la que gastan.

REDUCIR, REDUCIR

Reducir el consumo de energía de los edificios es un tema importante en un país que suele sufrir en invierno muchas veces temperaturas heladas y donde, por lo tanto, se gasta mucha energía en la calefacción. Según cifras oficiales, la construcción y el funcionamiento de los edificios consumen un tercio de la energía y de los recursos del país. Sin duda, frente al cambio climático, también el gobierno alemán ve la necesidad de actuar. El impulso viene, sin embargo, desde arriba: las medidas tomadas por el gobierno (véase despiece) se basan en la Directiva Europea (2012/27/EU) que tiene el fin de reducir el consumo de energía primaria hasta el 2020 en un 2o%.

CONFUSIÓN DE TÉRMINOS

La reducción del consumo energético de los edificios es una medida importante para el medio ambiente. Sin embargo, construir una casa pasiva no es equivalente con construcción ecológica: para el aislamiento térmico de muchas casas pasivas se usa polisterol, un producto basado en petróleo que contiene además sustancias muy tóxicas. El director de la carrera de Arquitectura y Medio Ambiente en la universidad de Wismar, Martin Wollensak, insiste: “Hay que tener en cuenta todo el ciclo de la casa: la extracción de los recursos para fabricar los materiales de construcción, su transporte, la construcción del edificio, su rehabilitación y, después de su derribo, la eliminiación de los desechos„. En este sentido el balance climático de porex resulta bastante peor que la de aislantes térmicos naturales. Veit Bürger, vicedirector de la sección de Energía y protección del clima del Ökoinstitut Freiburg, señala, no obstante: “Diferentes estudios sobre el ciclo de vida de edificios indican que la fase de uso es sin duda la fase más importante".

Tener en cuenta la eficiencia energética de su edificio tampoco significa de por sí usar materiales de construcción naturales y regionales. Pero “hay cada vez más edificios que realmente parten desde principios ecológicos, también edificios grandes“, asegura Wollensak. Eso tiene que ver con el Manual de la Construcción Sostenible que se ha vuelto en Alemania a partir de octubre 2013 obligatorio para la construcción de edificios públicos. “Sin embargo, sólo una de cada diez casas nuevas cumple realmente estándares ecológicas“, afirma el catedrático.

EL RENACIMIENTO TRADICIONAL

En Alemania cada vez se revaloran más los materiales de construcción regionales de antaño: madera, barro y paja. De ellos se construyeron a partir del siglo XIII las casas tan habituales en Europa Central de paredes entramadas. Se llenaba una estructura de vigas de madera verticales y horizontales con ladrillo, adobe o un tejido de mimbre fijados por revoque de barro. Hasta hoy en día gozan de popularidad, no sólo por su encanto y hermosura sino también por su gran solidez y su clima ambiental sano. Sin embargo, no llegan a los estándares exigidos a edificios nuevos y muchas de ellas se encuentran bajo patrimonio nacional, lo que complica cualquier tipo de renovación.

ALERGIAS

Con la apariencia de cada vez más alergias por los materiales de construcción tóxicos, las calidades positivas del barro como han vuelto a nuestra conciencia. También en edificios más modernos el barro celebra- esta vez como producto industrial- su renacimiento igual que las pinturas de arcilla con sus tonos más apagados pero agradables y duraderos, que se han puestode moda en ciertos círculos. No obstante, no se trata de volver a la manera de construir de los antepasados, como afirma Martin Wollensak, sino de "encontrar una nueva manera de construir usando otra vez más materiales regionales y tradicionales, y sanos".

CASAS DE BALAS DE PAJA

El verano pasado se concluyó en Verden, en el norte de Alemania, una casa de balas de paja de cinco pisos. Es una construcción de madera que se rellenó con balas de paja rectangulares las cuales se revocaron directamente con barro. A la vez, el edificio cuenta con una bomba térmica basada en una cabina almacenadora de hielo, con un sistema ingenioso de ventilación, y se usaron materiales naturales y sanos como revoque de barro y de cal. Se trata del primer edificio en Alemania de este tipo que no es vivienda: ofrece espacio para oficinas y alberga en el sótano y la planta baja una exposición sobre construcción sostenible.

Según la Agencia de Recursos Renovables (FNR), Alemania tiene en comparación con otros países aun una trayectoria corta con el uso de balas de paja enteras en la construcción. Burkard Rüger, de la Agrupación Profesional de la Construcción con Balas de Paja en Alemania (FASBA), calcula que en este país hay en este momento cerca de 300 de estas casas frente a las más de 7.000 que hay en Francia. "Eso se debe a que el derecho de construcción francés está organizado de otra manera y allí hay más entusiasmo de construir con paja", explica. En Alemania las condiciones de protección contra incendios especialmente en caso de casas de oficinas son muy estrictos.

UN BUEN AISLAMIENTO

No obstante, también en Alemania está creciendo el interés por este tipo de edificios. A la vez, han mejorado las condiciones para el uso de la paja en la construcción: mientras antes se necesitaba el permiso individual de la administración responsable, a partir del verano de 2014 cualquier constructor puede usarlo como aislamiento. "Se trata del único material de construcción que no está entregado por un productor central", explica Christian Silberhorn, del Centro Nordalemán de Construcción Sostenible (NZNB), y ello explica la trascendencia de esta decisión política. Este recurso renovable necesita además muy poca energía en su producción y aísla muy bien. Los costes de calefacción en casas de balas de paja son por lo tanto tan bajos que recuperan rápidamente el coste mayor de la construcción, alrededor de un 10 por ciento frente a una casa nueva convencional, asegura Silberhorn. "El mercado ya está preparado y hay inversionistas. Ahora tenemos que enseñar que funciona", declaró a la emisora de televisión privada alemana RTL.

Los anuarios de la organización ecológica alemana BUND "Construcción y renovación ecológica" ilustran la gran variedad de la construcción ecológica en Alemania, que incluye tanto medidas puntuales como una nueva calefacción más eficiente y limpia hasta casas o barrios enteros innovadores (véase también el despiece). Una sección de estos anuarios se dedica también a un tema muy importante: la renovacion o rehabilitación de las casas ya existentes. Según Brigitte Dahlbender, presidente del BUND Baden-Wurtemberg, un 75% de los 18 miliones de viviendas en Alemania consumen aún demasiada energía. "A largo plazo no nos quedará otra que ejercer más presión al sector y a los consumidores", opina Veit Bürger, del Ökoinstitut. Sin embargo, cree oportuno dejar a los propietarios un plazo para poder cumplir las medidas.

BARRIOS DE EDIFICOS ECOLÓGICOS

Si se habla en Alemania de construcción ecológica o sostenible tarde o temprano se menciona el barrio de Vauban. Este, situado en Friburgo, en el suroeste de Alemania, se compone de algunos edificios de los antiguos cuarteles de Vauban rehabilitados bajo un prisma de vista ecológico... y otros nuevos construidos igualmente bajo pautas de bioconstrucción. Todas las casas cumplen el estándar de construcción de bajo consumo de energía de Friburgo (65 kWh/m²), muchas de ellas están con un máximo de energía de 15 kWh/m² muy debajo de eso y la urbanización solar produce incluso más energía de la que consume. Una central de co-generación de biomasa cubre el resto de la demanda energética del barrio.

El Vauban tiene amplias zonas cerradas al tráfico o de tráfico restringido. Gracias a una mayor conciencia de los habitantes, la buena conexión del transporte público e iniciativas como "el coche compartido", el tráfico es menor que en otros barrios, así como la contaminación y la presencia de ruidos. De esta manera, las calles se han retransformado en espacio de encuentro, para mercados o de recreo para los niños. El barrio cuenta además con muchos espacios verdes y ha logrado conservar la mayoría de los árboles existentes.

 

Es un barrio con mucna [SIC] participación ciudadana. Lo que sí le falta al Vauban y también se critica de vez en cuando es más homogenidad. A pesar de que Andreas Delleske, autor de la página web del proyecto, confirma que se trate de un "barrio normal", dominan ciudadanos de la clase media con conciencia ecológica. Con lo cual, ya no sería tan normal…

ABRIENDO PASO

Sin embargo, la construcción sostenible se está abriendo paso en el seno de la sociedad alemana, como observa Antje Holdenfleiß, de los ingenieros CSD que ofrecen consultas y servicios de ingeniería de construcción sostenible. Así se está realizando en Hamburgo el nuevo barrio de la Jenfelder Au que contará con ingeniosos sistemas de generación energética y de ciclos de agua. Por su parte, el planeado Aeschbachquartier en Aarau (Suiza) incluso lleva la mayor inmobiliaria del país: "También los más grandes se apuntan (a la construcción sostenible) siempre que les salgan las cuentas", explica Holdenfleiß.

EDICIOS INNOVADORES...
Y PREMIADOS


A parte de los edificios pasivos y de energía plus "convencionales", en Alemania se construyen también edificios ecológicos que destacan por su arquitectura o sus sistemas energéticos innovadores y originales. Algunos de ellos incluso fueron premiados por diferentes organismos y organizaciones. El Heliotropo es uno de ellos. Se trata de un edificio redondo del arquitecto Rolf Disch que gira alrededor de sí mismo captando así la máxima radiación solar posible y produciendo de esta manera más energía de que necesita para la calefacción y la electricidad. Cuenta además con lavabos de compost y una depuradora de caña. El prototipo de la casa, construida en el 1994, se encuentra en Friburgo en el barrio de Vauban.

Otro es el llamado Woodcube (Cubo de Madera) que se construyó en 2013 para la Exposición Internacional de Construcción (IBA) en Hamburgo. Tiene, como ya promete el nombre, forma de cubo con paredes y techos de pisos de madera maciza no tratada de unos 30 centímetros de grosura. La madera -que constituye un 90% de toda la materia usada- proviene de silvicultura sostenible del país. Por su buenas calidades como material aislante térmico a penas se necesita calefacción, además el edificio de ocho departamentos en cinco pisos cuenta con instalaciones fotovoltaicas en el techo. En su construcción la DeepGreen Development GmbH renunció al uso de cola, clavos, plásticos o barnices. Sujetó las paredes entre ellas con tacos de madera de haya. Como el edificio es cien por cien reciclable, tiene el certificado de cradle to cradle. Fue nominado además como una de las tres obras para el premio de la construcción sostenible de la Sociedad Alemana de la Construcción Sostenible (DGBN) 2013.

Fuente original: http://vidasana.org

 


Ubicación: http://www.ecoticias.com
Autor: Ingrid Wenzl
Procedencia: Alemania
Fecha de Publicación: 2015/09/07

 


En muchos lugares del planeta, sobre todo en los países subdesarrollados, la falta de vivienda digna para las personas que habitan en el campo o en la periferia de las grandes ciudades es un problema de dimensiones mayores.

En muchos lugares del planeta, sobre todo en los países subdesarrollados, la falta de vivienda digna para las personas que habitan en el campo o en la periferia de las grandes ciudades es un problema de dimensiones mayores.

La carencia de recursos económicos y el desconocimiento de los sistemas constructivos más simples, tiene como consecuencia que en las zonas marginales, ya sea alrededor de los centros urbanos o en las poblaciones rurales, se edifiquen “guaridas” con materiales precarios y sin ningún tipo de planeación, de tal surte que las condiciones de vida de sus habitantes suelen ser deplorables al carecer de cualquiera de los servicios e infraestructura urbana: agua, luz, drenaje, pavimento, alcantarillado, etc.

Así también, estas viviendas suelen ser lugares muy riesgosos ya que por su mala planeación suelen ser los lugares más afectados por los fenómenos naturales: terremotos, tormentas tropicales, huracanes, ciclones, nevadas, etc

Lamentablemente muchas familias en el mundo no tienen más opción que establecerse en lugares considerados de alto riesgo como: cauces de ríos, peñascos, minas, zonas pantanosas, etc. Por lo anterior es que año tras año poblaciones enteras padecen cataclismos que exponen de manera alarmante la vida humana.


Considerando que los cambios climáticos que ha experimentado la tierra han hecho que los fenómenos naturales se presenten cada vez con mayor frecuencia e intensidad, uno de los mayores desafíos de la arquitectura del siglo XXI, es dar respuesta a estas vicisitudes y para ello la autoconstrucción puede ser de gran ayuda.

Replantear los modelos de desarrollo urbano y arquitectónico y enseñarle a la gente a construir su propia vivienda podría resolver el problema de la vivienda popular, ya que de entrada esto implicaría mayor conciencia de previsión y sobre todo: solidaridad, ya que la autoconstrucción la mayor parte de las veces implica el trabajo no de una persona sino la participación de los habitantes de una comunidad.

De lamentables situaciones de desastre y emergencia han surgido en diversos lugares del mundo, pero principalmente en Asia, interesantes proyectos realizados por especialistas en la construcción de viviendas que comparten sus conocimientos con la gente menos favorecida para que en el corto plazo estos puedan crear sus propias viviendas.

Es importante mencionar que estrategias que se han utilizado para la creación de estos espacios son principalmente: la revaloración del el uso de materiales naturales propios de cada lugar, la aplicación de los sistemas constructivos tradicionales y el uso inteligente de los desechos y recursos energéticos; tácticas que, indudablemente, ayudarán a mejorar las condiciones de vida de cientos de familias.

Si bien todavía son pocos los proyectos que plantean la creación de arquitecturas populares de inspiración vernácula y respetuosa del medio ambiente, los modelos que se han realizado en fechas recientes resultan ser muy interesantes, un ejemplo de ello es “Blooming Bamboo” creado por el despacho H&P Architects para un área situada en el centro de Vietnam y que a lo largo del año presenta bruscos cambios climáticos.

La idea de H&P Architects consiste en un proyecto experimental y que tiene como objetivo crear unos modelos de bajo costo que cubren las necesidades básicas de una vivienda, además resistir a las inundaciones habituales en el país asiático.

Para los modelos, creados como unidades modulares multifuncionales, ya que pueden utilizarse como casas, centros de salud o escuelas, se utilizó como material únicamente bambú, hojas y materiales reciclados como contenedores de plástico y tanques de petróleo. Los módulos, resueltos mayoritariamente con materiales locales además resisten a las diluvias y pueden flotar fácilmente durante las inundaciones.

El bambú fue elegido como material predominante porque además de que es abundante en la región es versátil y muy resistente a las inclemencias del tiempo. Marcos, techos y muros están dispuestos entre columnas de acero que evitan el volteo de la casa durante las inundaciones.

El piso de las casas está elevado para alejarse de los animales y la humedad, solución que también permite dejar espacio para que los tambores reutilizados puedan actuar.

Los techos son similares a los de las viviendas tradicionales, pero en este caso con un diseño más planeado, ya que presentan cortes triangulares que se abren en diferentes direcciones, lo que además de funcionar estéticamente, permite ventilación cruzada y sombra.

La propuesta de H&P Architects es la de una arquitectura flexible, por lo cual los diferentes módulos cuentan con puertas horizontales abatibles ubicadas en dos de sus costados, esto para comunicar dos o tres módulos o para abrirse hacia el exterior cuando el clima lo permita.

Por los materiales utilizados y por su solución estructural, los modelos resultan ser fáciles de construir y de muy bajo costo -entre 1.500 y 2.000 USD-, lo que admite que estas unidades puedan ser construidas en masa y así dar refugio en condiciones dignas a toda una comunidad.

Además de funcionales, flexibles y económicas, estas viviendas exponen una bella estética, ya que sus formas, inspiradas en la arquitectura tradicional vietnamita retoman de ella sus rasgos más agradables.

Lo más importante de este proyecto es que Blooming Bamboo, demuestra cómo la vivienda popular también puede exponer una rica arquitectura, siempre que sus soluciones respondan a las necesidades reales de las familias de bajos recursos, de la comunidad y del contexto natural.


Ubicación: Co Nhue, Tu Liem, Ha Noi
Tamaño: 44 spm
Servicios: Diseño y Construcción
Año 2013
Etapa: Completado
H&P architects

 


Ubicación: http://noticias.arq.com.mx
Autor: Noticias.arq.com.mx
Procedencia: Vietnam
Fecha de Publicación: 2015/08/25