Desde su creación en 1958, la Fundación Vivienda Popular, viene cumpliendo su misión de “…procurar la adquisición de vivienda propia a las personas que carezcan de ella, así como facilitar la refacción y ampliación de viviendas existentes…”

En 1979 -al establecerse la Comisión de Barrios- se destinan mayores esfuerzos humanos y financieros a las áreas de actuación en las comunidades.

En sentido amplio, los beneficiarios de los diversos programas de las Fundación son todas aquellas personas con limitados recursos económicos, interesados en adquirir, mejorar o refaccionar sus viviendas y su hábitat, o sustituir sus viviendas precarias. También, las instituciones públicas y privadas, regionales o nacionales, que acuden regularmente a la Fundación en solicitud de asesorías, capacitación o acompañamientos en procesos relacionados con la misión de la Fundación.

Se inició en 1979, con el ánimo de estimular la autogestión comunitaria mediante la capacitación de las familias de menores recursos, para lograr que participen de forma organizada, mediante el esfuerzo propio y la ayuda mutua, en la mejora o refacción de sus viviendas.

A través de la constitución de una Asociación Civil de Vivienda (ASOVIV) con personalidad jurídica, se brinda capacitación social, técnico-constructiva, administrativa-financiera y legal; y se facilita el proceso de gestión para la obtención de financiamiento ante la propia Fundación, o ante los organismos competentes del Estado. Este modelo -con énfasis en la participación comunitaria- se fundamenta en dos principios básicos: la continuidad de la construcción de las viviendas en los barrios, y en el hecho de que el beneficiario debe participar directamente en la toma de decisiones que ofrece el programa.

La Fundación Vivienda Popular contribuye al proceso de consolidación integral de los aspectos físicos, ambientales y sociales de los programas y/o proyectos que implementen las organizaciones comunitarias, organismos públicos y privados, propiciando un desarrollo sustentable.

La Fundación Vivienda Popular, ofrece su experiencia en programas de habilitación urbana y saneamiento ambiental, cuyo objetivo primordial es el de planificar, proyectar, administrar, construir y controlar las obras de infraestructura, vivienda y servicios que requieren las comunidades de escasos recursos.

A tales fines, se promueve la constitución de una estructura organizativa compuesta por cuatro actores sociales: los proyectistas, una organización no gubernamental, una institución pública y la comunidad, la cual participa en todo el proceso de toma de decisiones para la definición y el mantenimiento de las obras.

En 1995 se firma un convenio con la Alcaldía del Municipio Libertador, para la habilitación física de la Unidad de Diseño Urbano Aguachina, Parroquia Macarao, donde se realizaron diversas obras de infraestructura y varios módulos de viviendas de sustitución, mediante un proceso de aprendizaje-acción, impartido al personal de la comunidad contratado para la ejecución de las obras.

Creado en 1995, reconoce la labor realizada por las organizaciones comunitarias, apoya su acción dirigida a mejorar sus condiciones de hábitat y vivienda, y estimula la creación de nuevas asociaciones.

Se otorga cada dos años, pueden participar todas aquellas organizaciones comunitarias establecidas en el país que hayan trabajado para mejorar las condiciones de hábitat de su zona en las áreas de vivienda, servicios de uso colectivo (calles, aceras, aguas negras), programas de seguridad y prevención de riesgos y programas ambientales, entre otros.