Chacao  es un municipio pequeño en superficie, con pocos habitantes y el más  rico de América Latina. Tiene los ingresos más altos; más allá de lo  recibido por situado, es cuantioso lo recaudado por impuestos, dados los  usos comerciales, industriales, financieros y residenciales de altos  ingresos.
 
Son pocos y pequeños los barrios que tiene: en la quebrada de  Pajaritos, colindante con el colegio Nuestra Señora de Fátima –ambos en  La Castella-na–, en otra quebrada a la altura de la Transversal 9 de  Los Palos Grandes, en la Transversal 12 de la misma urbanización y uno  en Bello Campo. Son cinco, todos pequeños. Casi todos se resolverían con  uno o dos edificios. ¿Cómo es posible que un municipio tan rico no lo  resolviera durante tanto tiempo?
 
Habría que mencionar un área poblada especial, calificada de  barrio, con características particulares: El Pedregal. Localizado entre  el Country Club y La Castellana. Se origina como asentamiento de quienes  trabajaban en las haciendas aledañas, hoy grandes urbanizaciones. Algo  así como los primeros pobladores de Chacao. Es una comunidad de gente  honesta, trabajadora, solidaria, emprendedora, con múltiples actividades  de servicio, pequeñas industrias y talleres diversos; con severas  carencias de servicios y equipamientos. Requieren atención. Hay que  defenderla del embate de quienes quieren sacarlos para construir  edificios de lujo.
 
Son tareas ineludibles, que no pueden seguir esperando, por  parte de la alcaldía y demás autoridades con obligaciones con la  población. Es preciso fijar metas: qué es lo que se va a hacer y cuándo,  más allá del lenguaje difuso de ofrecer: “mejor futuro, pronta  atención, otra forma de vida”. El pueblo está cansado de discursos y  promesas.
 
Misión Transporte 
 
Miguel Pernía (mpernia1981@ gmail.com) nos dice: “El  jueves 21/11/13, usted publicó sobre la Misión Transporte y en el punto  siete comenta la relación de interdependencia con ciertas áreas, pero  donde hago más énfasis es en la organización comunal, porque se están  entregando unidades a comunidades que carecen de transporte para sus  traslados desde su casa al trabajo o viceversa. Estoy diseñando unos  módulos de capacitación y asesoría técnica operativa y administrativa  para la formación de gerentes comunitarios, que tengan las herramientas  para diseñar sus rutas, paradas, horas de salida, cantidad de  conductores y unidades, demanda servida y a su vez puedan administrar  los recursos obtenidos de la recaudación diaria para el mantenimiento  preventivo de las unidades y cumplan con la vida útil deseada y no  mueran en el intento, y como usted dice transferencia tecnológica, sino  también la transferencia metodológica, administrativa y operativa. Me  gustaría que escribiera al respecto para que contribuya al crecimiento  de gerentes comunitarios que ayuden al desarrollo armónico y al  bienestar colectivo, incentivándolos a tener sentido de pertenencia y  con un alto grado de responsabilidad sobre los activos del Estado”.
 
Metrobus y Transmetrópolis 
 
Dos diferentes enfoques. Uno es un sistema de transporte.  El otro es un autobús entregado a cooperativas, que algunas lo usan con  la misma anarquía con que operan en todo el país. En uno hay paradas, y  respetadas, conductores entrenados, puertas cerradas cuando están en  marcha. En el otro se paran donde quieran aún trancando dos canales y  donde no hay parada. Cero entrenamiento y las puertas abiertas mientras  circulan. Hay mucho más que decir, pero en resumen, uno es una  organización, un sistema de transporte que complementa y está integrado  al Metro para el servicio colectivo. El otro es una forma de sustento,  descoordinado, discrecional y desintegrado de una visión integral de la  movilidad urbana.
 
 
 
Alejandro Lopez / Ultimas Noticias
Impreso Digital - 2014/01/09
Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve/