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Familias afectadas de cable Picacho y tranvía de Ayacucho critican modelo de reasentamiento

 

Juntos, el tranvía de Ayacucho y el metrocable Picacho suman una inversión de un billón de pesos. Monto que no solo incluye la construcción de los sistemas de transporte masivo, sino que debería garantizar que las comunidades impactadas –sea reasentamiento o afectaciones– tengan derecho a vivienda digna.

Dos años después de la inauguración del tranvía, los habitantes de San Luis siguen esperando el pago de compensaciones por los daños ocasionados por la obra. Y en el caso de Cable Picacho, que ya comenzó trabajos, las familias a reasentar aún no saben a dónde los van a llevar.

El desolador panorama de estas dos comunidades se discutió en recinto del concejo de Medellín, donde la cabildante Luz María Múnera, denunció presuntas intimidaciones para que los afectados firmen los acuerdos y no hablen al respecto.

“Le están negando a la comunidad el derecho que tiene de firmar la aprobación o no aprobación de la oferta de compra que le hace el Municipio, así como de llevarse el documento y discutirlo con su abogado, su familia o su comunidad”, contó Múnera.

La Paralela

Según la corporada, a 60 familias a las que se les hizo avalúo y oferta de compra, a 35 ya les han pagado el 85 por ciento del valor comercial.

“Si ya está el avalúo de las 60 ¿por qué solo le pagan a 35? ¿Dónde está el presupuesto para esto? Porque no nos han dicho cuánto es el total”, indicó la concejal.

Otra de las quejas es el lote donde presuntamente reubicarían –in situ– a las familias afectadas por las obras de Cable Picacho. Según Múnera, no se ha desafectado el lote donde se presume construirán las Viviendas de Interés Prioritario (VIP) y que está como espacio público.

Allí, hay 280 predios afectados en los que hay más de 600 viviendas.

San Luis

Según la concejal, “ese barrio lleva 1 año y cuatro meses con 25.000 millones de cartera en el Isvimed para las ofertas de compra en un barrio que dañó el tranvía y a la fecha no hay una sola oferta de compra y las casas no se han empezado a arreglar. ¿San Luis para cuándo?”

Por su parte, el Instituto de Vivienda y Hábitat de Medellín (Isvimed) indicó que gran parte del malestar, más allá del avalúo o el impacto de una obra, ocurre por el cambio en las condiciones de vida que tienen las familias.

"Tenemos que continuar y fortalecer el acompañamiento social y jurídico a estas familias en el proceso. Todas han tenido términos legales para presentarse a las diferentes diligencias que tengan que hacer", manifestó Manuela García Gil, directora de la entidad, quien negó las amenazas y el que a las familias se les haya negado el acompañamiento de familiares u otras personas.

Añadió, que la oferta de compra realizada se fundamenta en un avalúo realizado por La Lonja Propiedad Raíz, y se les explica que tienen un término de 15 días para aceptar la oferta o no.

"En caso de que no acepten tiene unas consecuencias jurídicas que están establecidas por la ley cuando hay desarrollo de una obra pública", aclaró.

Sobre el lote, la directora expresó que desde el inicio del proyecto se planteó un desarrollo de Vivienda de Interés Prioritario (VIP) en un lote ubicado en Castilla Girardot.

"En este momento se encuentra en el proceso la contratación de los diseños, estudios técnicos y desarrollo constructivo, al igual que la interventoría. Este sería un proyecto con 272 unidades habitacionales", explicó García.

De igual  forma, indicó que el lote alternativo de la placa polideportiva de Belalcázar es una opción planteada por la comunidad, pero dado que desde el POT, este lote está afectado con condiciones de riesgo por movimientos en masa, "el Isvimed se encuentra en proceso de contratación de los estudios de suelo y topográficos para confirmar su viabilidad técnica, con el objetivo de determinar dicho riesgo y las posibles obras de mitigación para habilitar el suelo".

Por eso, la propuesta de  desafectación se llevará al concejo una vez se tenga claro si es lote es técnicamente factible para ser intervenido con vivienda.

 

 


David Alejandro Mercado Pérez / El Tiempo

Página Web - 2018/05/02

Fuente: http://www.eltiempo.com/


El aumento de instituciones fuera del área urbana aleja a los jóvenes de la realidad local.

 

Mientras que algunos piensan que los colegios de Bogotá ganan en campus cuando deciden irse de la zona urbana a la rural, otros señalan que los estudiantes pierden la identidad con la ciudad, desisten de promover acciones importantes en el territorio, dejan de tributar a las arcas del Distrito y generan más problemas que beneficios.

Según la Secretaría de Educación (SED), en Bogotá existen 2.242 instituciones educativas, 386 de estas distritales, 10 de régimen especial y 1.846 de carácter privado, pero de un tiempo para acá es notable el número de colegios privados que tramitan sus permisos de funcionamiento en Cundinamarca. Por ejemplo, desde el año 2014 se les ha dado licencias de funcionamientos a 51 colegios en el departamento, sin contar con las que cursan este año.

No es un secreto que muchos niños y jóvenes de Bogotá salen de la urbe todos los días para ir a estudiar a municipios aledaños. Con la aclaración de que tanto la ciudad como los departamentos solo están facultados para dar licencias en su territorio y, por ende, los colegios pasan a ser parte de las cifras locales.

Esta realidad ya está siendo analizada por profesionales de varias ramas. Según William Alfonso Piña, urbanista y profesor del programa ‘Gestión y desarrollo urbano’ de la facultad de Ciencia Política de la Universidad El Rosario, los colegios han tenido durante décadas diferentes dinámicas de localización. “Hubo una muy importante que fue la de montar sedes en la periferia entre las calles 170 y 200. Eso se constituyó como un clúster educativo”.

Para el experto, esta urbanización ayudó a que estos colegios crecieran y se consolidaran, pero no pasó lo mismo con otros planteles tradicionales de Chapinero que, en cambio, fueron objeto de presión debido a la transformación urbana de esas zonas a empresariales que desencadenó costos elevados por la demanda de la tierra.


“Colegios como La Enseñanza, El Alvernia o El Andino, entre otros, consideraron buen negocio vender y construir su sede en el límite norte o en las afueras no solo por renovar sino por aprovechar la dinámica de los nuevos sectores”, explica.

Esta realidad ha traído consecuencias para la ciudad. “Hay una pérdida de espacio libre o de baja ocupación como los que generan los colegios. Normalmente, cuando hay desarrollos no se ofrecen nuevas sesiones e incluso se pierden edificios patrimoniales. También hay normas que determinan que si se aplican otros usos, se debe ceder el 50 % del suelo como espacio público, obligación que existe y no se cumple. Ese es el problema”, señala Piña.

A esto se le suman otra serie de afectaciones como el impacto en la movilidad. “Para los ciudadanos y para los niños, es crítico el desplazamiento en las mañanas y en las tardes. Disminuye su calidad de vida porque sus días comienzan a las 5 de la mañana y terminan a las 6 de la tarde”, agregó el urbanista.

El sociólogo Camilo Castiblanco también analizó los impactos negativos que tiene el traslado de los colegios. “Es innegable la pérdida de identidad patrimonial, sobre todo cuando los que se van son plantas icónicas. Es decir, se rompe la relación de los individuos con los territorios”.

Estas dinámicas, según el académico, generan una brecha más amplia entre la educación pública y la privada. “Los colegios que se van concentran una clase social de estratos altos, gozan de oportunidades que, claramente, no tienen otros estratos. Eso marca diferencias porque se forma un ambiente de ‘club campestre’ que mantiene a los jóvenes aislados de la realidad”.

El último punto negativo sería el de la concentración de colegios en municipios como Chía, La Calera, Cota, entre otros. “Esta infraestructura no creció a la par con vías de acceso. Eso no solo afecta la calidad de vida de los jóvenes sino de los ciudadanos”.

No obstante, para Castiblanco, tampoco se puede estigmatizar a quienes tomaron esta decisión porque tuvieron sus razones. “Creo que pesó mucho el tema de alejar a los jóvenes de los problemas de los entornos urbanos, como el tráfico de drogas o los negocios de expendio de bebidas alcohólicas. La posibilidad de ubicar los colegios en zonas rurales y semirrurales les da la oportunidad de mantenerlos al margen de esas dinámicas de consumo”.

Adicional a esto, otro elemento positivo para el docente es que los colegios ganan en campus aptos para proyectos pedagógicos especiales. “Los campos deportivos, los laboratorios son puntos a favor, propios de esos nuevos espacios”.

Otros especialistas advierten sobre el daño que la carencia de espacios verdes le está generando a la ciudad. “La migración de colegios hacia las afueras genera, primero, que los ciudadanos no exijamos espacios verdes y campus extensos para colegios y universidades en áreas urbanas. La ciudad tiene una mala planeación en este tema”, aseguró Ángel Pérez, docente y experto en educación.

A esto le añade los daños al medioambiente. “Solo mencionemos el tema del transporte escolar. Imagine una fila de 33 buses en una vía de salida. La contaminación es impresionante”.

Asimismo, Pérez se refiere al tema de brechas entre la educación pública y privada. “Los niños de estratos altos son los únicos que pueden estudiar en colegios campestres. Eso es discriminación”.

Según la Secretaría de Educación (SED), en Bogotá solo hay 13 instituciones educativas públicas de carácter campestre debido a que están ubicadas en la localidad de Sumapaz.

Sin embargo, para este docente no solo hay puntos negativos. “Hay que decir que estos ambientes generan una apropiación importante en temas de medioambiente. Estos colegios se preocupan porque los estudiantes valoren la naturaleza”.

Quizás, el urbanista Mario Noriega resume muy bien el meollo del asunto al explicar que en los planes urbanos contemporáneos se busca que los servicios estén próximos a donde vive la gente. Eso ahorra transporte y tiempo.

“En Estados Unidos y gran parte de Europa, los barrios están definidos por las escuelas a donde los niños pueden llegar caminando. El tamaño del barrio lo determina el tamaño de la escuela”.

Y agrega que cuando se tiene un colegio o una escuela en un barrio y se demuele o se reduce en tamaño se genera un problema, ya que se aumentó la población pero se redujeron los servicios. “El caso de Bogotá es dramático. Los colegios descubrieron que sus lotes eran muy valiosos para centros comerciales. Por eso vendieron y se trasladaron a la periferia. ¿Se acuerda del Colegio Andino?”

Noriega explica que esto ha generado una concentración de colegios en municipios como Cota. “A una o dos horas de donde viven los estudiantes”.

Además, concluye que los errores de planificación continúan. “Con el decreto de Lagos de Torca, por ejemplo, se incentiva que los colegios y las universidades desarrollen una parte de sus predios con usos comerciales y vivienda y, al mismo tiempo, se aumente el número de residentes. Más gente y menos servicios. El horror de planificación sigue”.

Lo bueno y lo malo:

Lo malo:


  1. Los jóvenes pierden identidad con la ciudad.

  2. El transporte hacia la periferia genera líos de movilidad y contaminación.

  3. Sedes con valor patrimonial y arquitectónico pierden valor al ser desocupadas o, incluso, demolidas.

  4. Se dificulta la tarea de disfrutar de espacios culturales de la ciudad como modalidad pedagógica.

  5. Se amplía la brecha entre educación pública y privada.

 

Lo bueno:


  1. Los estudiantes gozan de mejores campus y viven rodeados de naturaleza.

  2. Se aleja a los jóvenes de espacios urbanos difíciles, como sitios de expendio de alcohol y droga.

 

Los planteles que piensan en la ciudad

Hay muchos colegios que dan ejemplo de cómo se generan lazos entre los jóvenes y la ciudad. El primero lo han dado los 386 colegios públicos de Bogotá. No solo han mejorado sus infraestructuras sino que trabajan de la mano con la comunidad, aunque también son los que reciben el mayor impacto de los problemas de la ciudad. Un ejemplo es el proyecto ‘Guía metodológica para el fortalecimiento de la alianza familia-escuela’.

“Está comprobado que los niños tienen mejor desarrollo emocional, físico, académico y social si sus padres y el colegio trabajan juntos”, dijeron expertos de la entidad. Asimismo se cuenta con programas como ‘Al colegio en bici’, las cicloexpediciones por Bogotá, los homenajes a las víctimas del conflicto, entre otros.

En cuanto a los privados, la lista de colegios que generan eventos de apropiación de los jóvenes con la ciudad sería interminable, pero, entre algunos casos destacables figuran el del Claustro Moderno, que genera entre los estudiantes amor por el cuidado de los cerros orientales y la naturaleza nativa. Otros como el colegio Mayor de San Bartolomé no solo son una joya arquitectónica sino una institución testigo de la historia de Bogotá.

También está el caso del Gimnasio Moderno. Según Camilo de Irisarri Silva, director de Comunicaciones, su campus se ha convertido en un pulmón urbanístico. “Su arborización es un aporte al medioambiente. En las mañanas, los juegos de los niños alegran las cuatro manzanas comprendidas entre carrera 9.ª, calle 76, carrera 11 y calle 74”.

Para ellos es muy importante que las puertas del colegio se abran a la ciudadanía, que de manera gratuita puede asistir a la programación de la agenda cultural que la institución ofrece en la capital, como el lanzamiento de libros, conferencia sobre música o cine foros, los recitales de poesía, conciertos, talleres de escritura, entre otras actividades.

 

 

 


Carol Malaver / El Tiempo

Página Web - 2018/05/02

Fuente: http://www.eltiempo.com/


La industria de la construcción se está ajustando y, con ella, varios de sus indicadores.

 

Las coincidencias sobre el desempeño regular de la industria del cemento en el país sirven de complemento a otros informes que, efectivamente, dan cuenta del periodo de corrección en el que está el mercado.

Por ejemplo, las estimaciones de la Dirección de Estudios Económicos de Davivienda, con base en algunos datos del Dane, revelaron en días pasados que, tras una aparente recuperación en los despachos del insumo en la segunda mitad del 2017, estos mantuvieron su tendencia decreciente entre diciembre de ese año y febrero del 2018, pues cayeron 3,8% frente al periodo precedente.

Y este lunes, los datos revelados por la entidad estadística del primer trimestre del 2018 confirmaron que la situación se mantuvo en la misma línea, ya que se produjeron 2’921.400 toneladas, que representaron una disminución de 3,3 % respecto al mismo periodo del 2017. La consecuencia ha sido la disminución de 5,4 % en el ritmo de los envíos a diferentes regiones del país.

A esto se suma una menor demanda por parte de los canales de distribución, entre ellos, de los sitios especializados en la comercialización del material (con una variación de -4,9 %), de las concreteras (-7,1 %) y de los constructores y contratistas (-6,5 %). Incluso, las estimaciones de la Davivienda prevén, en términos generales, que el sector seguirá ajustándose de manera diferenciada dependiendo del segmento.

Impacto en la oferta residencial

Según Andrés Langebaek, director de Estudios Económicos de la entidad, “este año proyectamos una leve contracción en destinos residenciales, por la reducción en el número de metros cuadrados iniciados el año pasado (-2,8%) y por la caída en las ventas de vivienda nueva”, anotó.

Al respecto, efectivamente, la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) reportó una variación de -15,3 % en la comercialización de oferta residencial durante el primer bimestre del 2018 frente al mismo lapso del 2017, pero un repunte de 20,7% respecto al periodo precedente, es decir, noviembre-diciembre del mismo año.

Aun así, el dato relevante sigue estando en el mercado de vivienda de interés social (VIS), que registró un alza de 21 % en el primer bimestre del año respecto a igual periodo del 2017. Allí, la demanda del insumo estaría ayudando a que las cifras sean menos negativas.

En destinos diferentes a casas y apartamentos, Davivienda proyecta una contracción de 6,3%, sustentada en el mal comportamiento de las obras nuevas en el 2017, especialmente en proyectos de comercio y oficinas.

Sin embargo, hay consenso en que la industria de insumos –entre ellos el cemento– revertirá su tendencia a la baja, en la medida en que los lanzamientos de proyectos nuevos comiencen obra, en parte, en el segundo semestre del año, aunque la recuperación será más evidente en el 2019.

En lo relacionado con la dinámica regional, el informe del Dane sobre la industria del cemento entre enero y marzo pasado, está en línea con otros indicadores, ya que el comportamiento negativo de los despachos obedeció, principalmente, a lo sucedido en Bogotá con una variación de -14,3 % y Cundinamarca, con -11,5 %.

“En contraste, Norte de Santander presentó un incremento de 26,3 %, lo mismo que Cesar y Valle del Cauca, con alzas de 13,8 % y 4,2 %, respectivamente”.

 

 


Gabriel E. Flórez G. / El Tiempo

Página Web - 2018/04/30

Fuente: http://www.eltiempo.com/


El evento se extiende hasta el domingo en el centro comercial Unicentro de la capital del Nariño.

 

El evento se traduce en una gran vitrina porque mostrará los diferentes proyectos habitacionales que se ejecutan en la capital de Nariño, al igual que se van a promocionar los servicios y proveedores afines con el área de la construcción.

La arquitecta Claudia Santacruz, gerente de Punto Inmobiliario indicó que el objetivo principal del evento es brindar un apoyo y una amplia información a las familias del departamento de Nariño para que puedan adquirir su casa propia.

Las viviendas que se van a ofertar estarán al alcances de los distintos estratos sociales toda vez que se podrán observar desde las de interés social hasta las que pueden interesar a los estratos 3, 4 y 5. Pero además se tendrá la posibilidad de adquirir lotes ubicados en todos los sectores de la ciudad.

Hasta los materiales relacionados con la construcción se van a exhibir a través de las diferentes ferreterías y almacenes similares.

“La feria no solamente está dirigida al gremio de la construcción, sino también a todas las familias nariñenses que estén interesadas en adquirir su casa propia”, reiteró Santacruz.

Los distintos stands estarán atendiendo al público en general en el horario de 10 de la mañana a 8 de la noche.

Destacó que Punto Inmobiliario es una empresa que apoya en forma decidida al sector de la construcción y que durante cuatro años consecutivos viene realizando el evento con resultados muy satisfactorios que han sido reconocidos por las autoridades y los constructores.

“Siempre estamos apoyando a las familias nariñenses y al gremio de la construcción”, dijo y agregó que dando a conocer los distintos proyectos, servicios y productos del mismo sector la empresa le apuesta al desarrollo regional y lo seguirá haciendo sin vacilaciones.

 

 


Redacción El Tiempo / El Tiempo

Página Web - 2018/04/26

Fuente: http://www.eltiempo.com/


Directivos de la caja de compensación familiar presentaron el balance social del 2017.

 

Equilibrio financiero con excedentes por casi de 26.000 millones de pesos, indicó Maurier Valencia Hernández director administrativo de Comfamiliar Risaralda, es lo más destacable del balance social de la entidad en 2017.

“Fueron más de 25.000 millones de pesos que redistribuidos entre 175.000 trabajadores afiliados y casi 300.000 beneficiarios, que nos permiten construir clase media; una clase media que viene avanzando con capacidad de autonomía, conocimiento y seguridad social”, agregó el directivo.

De acuerdo a lo expuesto por Valencia fueron 18.705 millones de pesos los invertidos el año anterior, que impactaron en los 14 municipios de Risaralda, “permitiendo la irrigación social también a la periferia del departamento”.

“La entidad recibe menos del 50 por ciento de los aportes parafiscales, pero hemos ido más allá de la responsabilidad de los aportes. Este es un balance que confirma la importancia que tienen las cajas para hacer redistribución social, que conduce a que el departamento tenga unas mejores condiciones de equidad en todos los frentes”, recalcó.

Indicadores y el impacto de los servicios que presta la entidad tales como salud, educación, cultura y bibliotecas, gerontología, deportes, crédito, vivienda y agencia de empleo, entre los que se destacan los más de 37.000 millones de pesos en subsidios que beneficiaron a 1.147.234 personas; fueron los relacionados por el director administrativo de Comfamiliar.

La Fundación Universitaria Comfamiliar también fue otra de las apuestas de la caja y cuyo crecimiento está dándose más rápido de lo esperado, ya que alcanzó 539 estudiantes en 2017.

“Ha sido todo un éxito, eso nos ha obligado en el Plan de Desarrollo a acelerar aspectos como infraestructura, bienestar, calidad, capacidad, la calle 22 con cra. 5a. es un ejemplo de todo lo que hemos venido haciendo, pero para el próximo año vamos a tener inversiones por más de 6.000 millones de pesos que nos permitan seguir consolidando la universidad”.

La inauguración el año pasado de la bolera y el salón de tenis de mesa en el Parque Consotá, con las especificaciones para la práctica profesional de ambas disciplinas y que se sumaron a las demás ofertas deportivas como fútbol, baloncesto, voleibol, natación, patinaje y tenis de campo; también hicieron parte del recuento.

Para el presente año anunció la construcción de las sedes de Quinchía, Belén de Umbría y Pueblo Rico, asegurando que “vamos a desarrollar una infraestructura que nos permita ir avanzando en los 14 municipios a tener nuestra sede propia, a partir de la cual todos los programas sociales desde la educación, la salud, la madre gestante, hasta el adulto mayor puedan tener mayor inclusión, cobertura y equidad”.

En materia de subsidios de vivienda se informó que en 2017 se entregaron 331 y en el primer trimestre de este año se han otorgado 100; proyectándose a los 400 al finalizar este 2018.

 

 


PEREIRA / El Tiempo

Página Web - 2018/04/26

Fuente: http://www.eltiempo.com/