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Según estudio, muchos de los que habitan en casas o edificios colectivos son población vulnerable.


“Me gusta esta casa para vivir, la administradora es muy organizada, muy consciente para todo, solo me gustan las casas que ella lleva porque están siempre muy limpias”, cuenta Aura María Henao Morales mientras exhibe con orgullo su amplia y pulcra habitación, decorada con cuadros, fotos familiares y estampillas religiosas.

 

Esta casa, de la que habla Aura, y en donde su pequeño de 9 años y ella llevan viviendo por más de cuatro años, es un inquilinato o vivienda colectiva, en la que 11 familias o personas de escasos recursos económicos, comparten por habitaciones.

 

Se trata de una casona de un piso, vieja, amplia y soleada. Tiene un baño con ducha para hombres y otro para mujeres, una cocina amplia con dos mesones, nevera, estufa de seis hornillas, un lavadero y dos patios para extender la ropa. Y al final de un corredor, amplio y soleado, se divisa un huerta con plantas de sábila, plátano y algunas flores.

 

Este inquilinato, que queda en pleno Centro de la ciudad, es uno de los ejemplos de lo que deberían ser este tipo de viviendas, según Luis Fernando Hernández, uno de los investigadores de la Universidad Nacional que trabaja en la ‘Formulación política y concertada para el mejoramiento de las condiciones de los inquilinatos en Medellín’.

 

Esta investigación está a cargo de la socióloga Francoise Coupe, quien desde noviembre del año pasado, junto a otros investigadores de campo, han recorrido las calles del Centro y las periferias de Medellín en busca de estos lugares que configuran solo una de las muchas formas de habitar la ciudad.

 

“El inquilinato es un tipo de vivienda que no es tratado en la política nacional de vivienda, la cual consiste más en hacer nuevas construcciones que en atender a la población que vive en los inquilinatos. Se trata de una población vulnerable, que hacer parte del sector informal de la economía o de la población desplazada de sus barrios o ciudades”, asegura Coupe.

 

El inquilinato, según la investigación, es una opción que puede ser temporal o permanente para habitar la ciudad y responde a condiciones de pobreza, desempleo y al estilo de vida de la persona o familia. Hay muchas alternativas en las tarifas y en la formas de pago, que se puede hacer por día, semanal o mensualmente, todo depende de las necesidades y condiciones del ocupante.

 

En ocasiones, la tarifa –el estudio aún no define cifras precisas– además de incluir los servicios básicos como el agua y la luz, también se puede incrementar por servicios adicionales como el aseo de la habitación, lavado y arreglo de la ropa, mobiliario y alimentación, hasta internet y tevecable.

 

Estas viviendas se encuentran no solo en el Centro, sino en cada uno de los barrios y comunas de la ciudad, arroja la investigación. Además su ubicación varía constantemente debido a que son desplazados por obras de infraestructura, como los planes parciales de Naranjal y San Lorenzo, en donde los inquilinatos han sido desplazados por la construcción de la biblioteca, el parque cementerio, el centro de salud y la ampliación de vías

 

“Hemos descubierto que hay pluralidad de inquilinatos como de personas que habitan en ellos y que es un fenómeno que parece articulado a ciertos servicios como el transporte y los pequeños núcleos barriales. Así que la política que creemos tendrá que ser de acuerdo a estos elementos”, añadió Coupe.

 

Existen más de 1.500 inquilinatos en los barrios y el Centros de la ciudad.

 

Convenio entre la U. Nacional y el Isvimed


En noviembre del año pasado el Instituto Social de vivienda y Hábitat (Isvimed) y la Universidad Nacional firmaron un convenio de asociación por 712 millones de pesos, con el objetivo de construir y formular una política pública que regule los inquilinatos, donde se les pueda brindar una atención integral a las familias que habitan en ellos.

 

La investigación se está llevando a cabo en equipo con las corporaciones Talento y Primavera, que tienen experiencia en la atención y acción social a los inquilinatos.

 

Este tema ya había sido abordado en el 2006, cuando el Municipio y la Universidad Nacional se unieron para realizar un diagnóstico sobre la problemática y expansión de los inquilinatos en tres barrios del Centro de la ciudad.

 

 


PAOLA MORALES ESCOBAR / El Tiempo

Página Web - 2014/02/14

Fuente: http://www.eltiempo.com


La actividad edificadora sigue siendo un importante motor de la economía antioqueña. Así lo confirma Camacol Antioquia, cuyos registros dan cuenta de la venta de 22.401 viviendas nuevas en 2013 en el Valle de Aburrá, el Oriente y el Occidente antioqueño.

 

Frente a la estadística de 2012, que fue de 21.098 unidades comercializadas, eso representa un incremento del 6,2 por ciento. La noticia se considera alentadora, pues se temía que sucesos como la caída de la torre 6 del edificio Space, en el sector de El Poblado, golpeara el balance final del sector.

 

De acuerdo con las cifras conocidas por elcolombiano.com, entre 2008 y 2013 los empresarios de la contrucción vendieron en el Valle de Aburrá, el Oriente y el Occidente antioqueño 108.710 viviendas nuevas, con promedio anual de 18.118 unidades.

 

Es de anotar que las 22.401 apartamentos y casas transadas en 2013 reflejan un incremento del 74,6 por ciento frente al número que se vendía en 2008.

 

El buen balance empresarial tuvo repercusiones positivas en el empleo. Así, mientras en junio de 2013 el sector constructor era fuente de trabajo para 99.000 personas, en diciembre ya contribuía al bienestar de 134.000 trabajadores. Es decir, en ese período la generación de puestos de trabajo subió el 34 por ciento.

 

 


GERMÁN JIMÉNEZ MORALES / El Colombiano

Página Web - 2014/02/12

Fuente: http://www.elcolombiano.com


Muchas de las familias que le compraron apartamentos al Grupo Monarca, de Sabaneta, tendrán que esperar por lo menos tres años más para poder recibir a satisfacción sus inmuebles.

 

Así lo reportó a elcolombiano.com Alonso Sanín -promotor del acuerdo de reestructuración del grupo empresarial liderado por Henry Madrid Gómez- quien destacó que más del 81 por ciento de los acreedores de Monarca firmó un nuevo plan de pagos, el mismo que ya fue aprobado por la Superintenencia de Sociedades.

 

Según Sanín, son por lo menos 600 los compradores a los que aún Monarca no les ha escriturado y entregado sus propiedades. En ejecución se encuentran cinco proyectos habitacionales, de los cuales uno está escriturado en el 98 por ciento y otro ya salió de su parálisis gracias al apoyo de Davivienda. “En tres años se entregarán los últimos apartamentos”, afirmó el agente designado por la Supersociedades para manejar este proceso.

 

El interventor destacó que los compradores solo tendrán que pagar los valores a los que se comprometieron en las promesas de compraventa. Dicho de otra manera, quien en 2008 o 2009 adquirió por 150 millones de pesos un apartamento y le faltan 50 millones por pagar, solo tendrá que entregar esta última suma. El constructor, por su parte, asumirá los sobrecostos derivados de la no entrega oportuna de los inmuebles y, según Sanín, esto se hará con cargo a sus utilidades. Lo que no pueden esperar las familias es el reconocimiento de perjuicios.

 

La reorganización de la matriz de Monarca fue decretada, de oficio, el 5 de marzo de 2013, como consecuencia de problemas como la falta de liquidez, el alto endeudamiento y múltiples vencimientos en sus obligaciones fiscales, parafiscales, de seguridad social y financieras.

 

La sociedad estaba en el supuesto de cesación de pagos, con deudas vencidas por más de 16.889 millones de pesos, que no estaba atendiendo. A noviembre 30 de 2012 sus activos superaban los 188.488 millones de pesos, siendo su mayor componente sus propiedades, planta y equipo que, con sus valorizaciones, superaban los 91.355 millones de pesos.

 

Dentro del proceso de saneamiento que se ha venido adelantando, a Factor Group le entregaron como dación en pago un lote, tasado en 25.000 millones de pesos. Según Sanín, el patrimonio autónomo de los compradores de vivienda asciende a 30.000 millones de pesos.

 

 


GERMÁN JIMÉNEZ MORALES / El Colombiano

Página Web - 2014/02/12

Fuente: http://www.elcolombiano.com


Mayores ingresos en sus cajas registradoras, más proyectos ofrecidos al público, más obras iniciadas, más casas y apartamentos disponibles para atender la demanda y hasta más empleos. Así podría resumirse el balance de la edificación en 2013 en el Valle de Aburrá, el Oriente y el Occidente antioqueño, una región en la que se contabilizó la venta de 42.401 viviendas nuevas.

 

El dato es de Camacol Antioquia y frente a la facturación de 2012 significa un crecimiento del 6,2 por ciento en las unidades comercializadas.

 

Según el gremio constructor, el año anterior se sacaron a preventa planes habitacionales con 25.427 unidades, o sea un 7,8 por ciento más que en 2012.

 

La dinámica sectorial también se patentiza en el inicio de los trabajos, pues los proyectos que comenzaron a ejecutarse prevén el desarrollo de 25.842 unidades, entre casas y apartamentos. Cotejado con el registro de 2012 el crecimiento es allí del 7 por ciento.

 

El indicador líder que mejor desempeño tuvo fue la oferta de inmuebles, con 19.030 unidades; esto es, un 10,8 por ciento frente a las 17.710 unidades del 2012.

 

Pasar de las 22.000 unidades vendidas en un año es todo un récord para los constructores.

 

Vale anotar que entre 2008 y 2013 los empresarios de la construcción vendieron en el Valle de Aburrá, el Oriente y el Occidente antioqueño un total de 108.710 viviendas nuevas, lo cual arroja un promedio anual de 18.118 unidades.

 

Para un sector como el de la construcción, que tiene encadenamientos productivos con cerca de 30 actividades, pegar más ladrillos y ver a más hogares estrenando vivienda produce beneficios sociales.

 

Una parte la capta el Estado, a través de los impuestos que pagan los empresarios y los nuevos propietarios. Otra la percibe la sociedad a través de la generación de más puestos de trabajo.

 

Datos del Dane, citados por Camacol Antioquia, ponen de presente que de los cerca de 1,8 millones de empleos en Medellín y el Área Metropolitana, el 7,4 por ciento corresponde al sector constructor. El campeón indiscutido es el comercio, hoteles y restaurantes, con 29,5 por ciento, seguido de los servicios, con 21,7 por ciento y la industria, con el 20,6 por ciento.

 

No obstante, en el período junio-diciembre de 2013 la construcción fue la que más aumentó en términos porcentuales el empleo. Pasó 99.000 a 134.000 ocupados, para un incremento del 34 por ciento. Quien más se le aproximó fue el ramo de suministro de electricidad, gas y agua, con su aumento del 26 por ciento.

 

Si a la construcción se le adicionaran los puestos de trabajo de la actividad inmobiliaria, pasaría del quinto al cuarto lugar en el ranquin de los más empleadores.

 

¿Y el efecto Space?

 

El colapso de la torre 6 del edificio Space, en octubre de 2013, impactó negativamente las ventas de vivienda del último trimestre del año, un período que tradicionalmente es bajo en el accionar de las salas de venta. Pese a ello, el consolidado del año fue bueno y, según Galería Inmobiliaria, solo en Medellín y el Área Metropolitana se transaron 18.100 casas y apartamentos nuevos.

 

Así lo destaca Paulo Gómez Flórez, gerente regional de Galería Inmobiliaria, la firma que, desde 2003, monitorea el comportamiento de los indicadores de la construcción en esta sección del país. El analista reconoce que Space espantó inversionistas, incluyendo a compradores extranjeros que desistieron de hacer negocios a finales de 2013. Los más golpeados fueron proyectos situados en el área de influencia de la obra en la que se registró la tragedia que le costó la vida a 11 personas.

 

Sus datos indican que en el mes de diciembre, de 252 proyectos habitacionales censados, y que no son de interés social, 104 no vendieron una sola unidad. No obstante, el mercado parece haber asimilado esa tragedia, pues enero y febrero de 2014 han mostrado un repunte en las ventas. Particularmente las de enero fueron superiores a las de diciembre, con lo cual Gómez se aventura a decir que ese pánico provocado por el síndrome de Space ya pasó.

 

 


GERMÁN JIMÉNEZ MORALES / El Colombiano

Página Web - 2014/02/13

Fuente: http://www.elcolombiano.com


Al término de una reunión entre representantes de Murol Construcciones y el Departamento Administrativo de Planeación, este último anunció que el edificio Mirador de la Aurora, que se proyectaba según la constructora como el más alto de la ciudad, no podrá ser construido ni comercializado porque el trámite de la licencia en la Curaduría Tercera de Medellín se archivó definitivamente.


Representantes de la constructora aclararon que el pasado 6 de febrero conocieron la respuesta de la curaduría a un recurso de reposición por el desistimiento de la licencia. La decisión confirmaba el archivo del trámite y, según Daniel Restrepo, abogado de Murol, desde ese momento se suspendieron las ventas en el proyecto.



Por medio de un comunicado, Planeación pidió a los constructores, a las curadurías y a la ciudadanía actuar con "corresponsabilidad para lograr una ciudad ordenada, legítima y sostenible", llamado que se suma a los cuestionamientos que formuló Jorge Pérez, director de la entidad, por la altura y las dimensiones del proyecto que iba a construirse en el barrio Cucaracho de Robledo.



La entidad agregó que con el archivo definitivo del trámite, la documentación para la licencia no podrá ser radicada en ninguna otra curaduría urbana.



Por su parte, Daniel Retrepo, abogado de la constructora Murol Construcciones, reconoció que la norma vigente para proyectos licenciados con la figura de Vivienda de Interés Prioritario, como es el caso de Mirador de la Aurora, es diferente a la de 2012, cuando se presentó la documentación.



"Tenemos que hacer todo el trámite y presentar una nueva licencia. Con la norma actual no podemos hacer un edificio de esa altura, estamos analizando qué otro proyecto podemos hacer y eso lo estamos haciendo de la mano de planeación", dijo Restrepo.



90 de los 792 apartamentos del proyecto alcanzaron a comercializarse antes del archivo definitivo de la licencia. Sin embargo, la constructora aseguró que los dineros de esos compradores se encuentran asegurados en la fiducia y la sala de ventas del proyecto permanecerá abierta para solucionar las inquietudes de esas personas.

 

 

 


El Colombiano

Página Web - 2014/02/12

Fuente: http://www.elcolombiano.com