Colombia, líder en A. Latina en construcciones verdes (COLOMBIA)
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Colombia es el primer país con reglamento de Construcción Sostenible en Latinoamérica, lo que significa que, a partir de 2016, las nuevas edificaciones tendrán una infraestructura verde. El nuevo código, anunciado el fin de semana por el Ministerio de Vivienda, incorpora parámetros de sostenibilidad ambiental y establece porcentajes de ahorro en agua y energía que permitirán reducir los costos de los usuarios en pagos de servicios públicos.
Kristtian Rada, líder del Programa de Ciudades y Gobiernos para Latinoamérica y el Caribe de la Corporación Financiera Internacional (IFC), del Grupo Banco Mundial, participó en el proceso de creación del reglamento colombiano que, entre otras bondades, logrará ahorros de hasta el 45 por ciento en el consumo de agua y energía.
A continuación, su visión sobre la sostenibilidad en América Latina y los detalles del Código en el que Colombia es país pionero.
¿De dónde nace la urgencia de reglamentar las construcciones sostenibles en Colombia?
“La demanda de mejora de servicios de energía, de agua y de que las construcciones sean sostenibles ya no es una moda sino una necesidad. Sin embargo, para poder cubrir el financiamiento de esos proyectos, los recursos públicos no alcanzan. Nuestro valor agregado en el programa de Ciudades es cómo movilizar al sector privado para que acompañe al sector público y que esos proyectos se conviertan en realidad; es cómo el sector privado puede intervenir en proyectos de agua, transporte, residuos e incluir innovación en las formas de manejarlos. El código de Construcción Sostenible de Colombia será un ejemplo de lo que puede hacer un país en términos de ahorrar sus consumos de energía y de agua de la mano de la empresa privada”.
¿Cómo hacer que el sector privado invierta en ciudades sostenibles?
“El sector privado puede por ejemplo desarrollar varios planes de negocio en diferentes temas, como cambiar las luminarias públicas y traer la innovación y los recursos para que sean eficientes. Puede, también, generar nuevas empresas de manejo de residuos para convertirlos en energía. En varias partes de Europa y Asia el sector privado juega un rol muy importante y ayuda al sector público a desarrollar los planes que ellos tienen. Para ello promovemos las asociaciones público-privadas. Son una herramienta bastante eficiente para unir el sector público con el privado para desarrollar proyectos específicos. Estamos hablando de proyectos de infraestructura grandes, proyectos donde se requieran muchos millones de dólares para desarrollarlos y el sector privado pueda ayudar para que se conviertan en realidad”.
Cree que el potencial de lo público en la sostenibilidad ha sido subestimado?
Latinoamérica, no ha aprovechado el impulso que el sector privado le puede dar a ciudades sostenibles. Cada vez que uno habla de ciudades sostenibles piensa en el alcalde, en qué puede hacer el alcalde para solucionar los mil problemas y esa es sólo una parte. Para la implementación de los proyectos se necesitan recursos, innovación, desarrollar nuevas formas de hacer las cosas para llegar a ser puntero en temas de ciudades sostenibles. En eso no hay mejor socio que el sector privado.
¿Cuál es el mayor reto en Colombia?
“Países como Colombia han entendido cómo unir a lo público con lo privado en proyectos de gran infraestructura. Ahora lo que le toca es imaginar como hacer eso a nivel ciudad. El decreto que se publicó busca un ahorro del 15 por ciento en energía y en agua para todo tipo de construcciones y con eso se va a lograr el 24 por ciento de reducción en las emisiones de carbono en 10 años y sin incrementar los costos. ¿Quienes lo van a hacer? Las constructoras del sector privado. Si el sector privado incorpora esas innovaciones, los ciudadanos, en especial los menos favorecidos, resultarán beneficiados”.
¿Estamos replicando el modelo europeo?
“No lo pondría como modelo europeo sino como la aplicación de las prácticas globales. Para hacer este código en Colombia hicimos una comparación de prácticas europeas y asiáticas. Una cosa interesante es hasta donde, por ejemplo, el gobierno debe regular la construcción sostenible. Hemos visto países que sobre regulan el sector de la construcción y no tuvieron un resultado positivo porque los costes de la construcción se dispararon. En el caso colombiano se hizo algo diferente: el reglamento de construcción sostenible fue basado en un análisis costo- beneficio, no en opiniones”.
¿Participaron también ciudadanos en ese análisis?
“Sí. Fue una discusión bastante amplia, hicimos talleres regionales, trajimos expertos internacionales que mostraron cómo funciona el modelo en otros lados. La rueda ya estaba inventada para mostrar que la sostenibilidad no tiene mayor costo y que es fácil de implementar. Siempre se ha pensado que la sostenibilidad es un tema difícil de planear y ejecutar y no es cierto”.
¿Entonces la sostenibilidad podría ser vista como un negocio?
“La sostenibilidad es un buen negocio. Por ejemplo el edificio de Bancolombia en Medellín, de infraestructura sostenible, recuperará la inversión en cuatro años. Y si ese edificio tiene 100 años de vida, tiene 95 años solo de utilidad por los ahorros de energía y agua que se ven reflejados en las facturas de servicios. Quien no hace construcción sostenible en los negocios está perdiendo dinero. Es una inversión súper rentable”.
¿Cuál es el paso a seguir?
“Hacerlo público y masivo. Cuando se hace masivo puede verse como una oportunidad porque la sostenibilidad ya no es algo exótico que hacen los edificios. Lo que queremos en Colombia es que, dentro de unos años, las construcciones sostenibles sean un tema del día a día.
El Colombiano
Página Web - 2015/07/16
Fuente: http://www.elcolombiano.com/