Los techos rojos de losa acero son la huella no proscrita de que el Plan Barrio Nuevo, Barrio Tricolor estuvo en La Torre, uno de los 22 sectores de Gramovén (Catia). "Sí, dieron cabillas, cemento y techos para que la gente arreglara las casas. En las calles no se hizo nada y al final la viveza acabó con eso", dice José, sobre qué resultados dio el programa cuando se aplicó, por primera vez, en agosto de 2009 tras una petición del fallecido presidente Hugo Chávez.
"Ahora lo vamos a hacer distinto, nos estamos organizando. La idea es que (la zona) aguante un poco más y por eso arreglamos primero las calles, los servicios", agrega quien ha vivido en La Torre desde hace 45 años. José explica que los sectores Esfuerzo y Progreso, La Torre y Tercer Motor están agrupados en una poligonal en la cual los consejos comunales gestionarán las prioridades para lograr mejoras con el plan Barrio Nuevo, Barrio Tricolor. No ignora que en su zona, tras las fuertes lluvias de 2010, fueron enviadas a refugios 53 familias. "Bueno, el presidente Chávez dijo que esto estaba en riesgo, pero muy pocas casas son las que se caen", acota.
En total, 27 consejos comunales agrupados en el corredor Fabricio Ojeda (Gramovén) actualmente se organizan para recibir beneficios del programa de "transformación del hábitat" con el cual se pretende dotar de urbanismo a las barriadas, donde vive 40% de la población de la capital.
El plan, que moría de mengua en 2011 y fue lapidado luego por la Gran Misión Vivienda Venezuela, fue relanzado en abril de 2013 por el presidente Nicolás Maduro. En noviembre, el mandatario decidió convertirlo en "Gran Misión" -la número 34 en 14 años- y pidió que funcionara como una instancia de la Presidencia de la República. Además se designó a Ángel Rodríguez, exdiputado y fugaz ministro de Energía Eléctrica, como su presidente encargado.
Los resultados del plan Barrio Tricolor de 2009, que dependió del extinto Ministerio de Obras Públicas y Vivienda (Mopvi) y luego de la cartera de Vivienda y Hábitat, fueron difusos: con una inversión de Bs. 425 millones se intervinieron, según cifras oficiales, 32 mil viviendas. Sin embargo, nunca se precisó cuánto correspondió a la construcción de nuevas casas, al refaccionamiento de las ya existentes ni a la dotación urbanística. Amén de los trabajos que se acometieron en zonas en alto riesgo como Blandín, Santa Cruz del Este y el mismo Gramovén.
"Plan Barrio Nuevo, Barrio Tricolor, el poder popular construye", se lee hoy en las paredes del módulo La Cubana (Gramovén). El cuidador del espacio cuenta que desde allí se despachó mucho material para el acondicionamiento de viviendas cuando se lanzó por primera vez el plan; ahora la instalación sirve como centro logístico para cuadrillas de mantenimiento vial del Ministerio de Transporte Terrestre. "Hubo mucha desesperación, la gente pedía y uno daba. A lo mejor faltó orden, pero ahora no vamos a manejar materiales porque los consejos comunales harán sus asambleas y pedirán a la alcaldía lo que necesitan", cuenta. La asignación de recursos será proporcional al nivel de organización de la estructura comunal que tengan los sectores interesados. "Tenemos el capital humano, los recursos y la voluntad política", aseguró Rodríguez durante el relanzamiento del plan, sin precisar cuál de las patas de ese trípode fallo en los intentos anteriores.
La habilitación que no fue
Quince años y la inversión progresiva de 30 mil millones de dólares era lo que se necesitaba para intervenir estructuralmente a 300 barriadas del país, 37 de ellas ubicadas en Caracas, según la urbanista Josefina Baldó, quien en 2000 presidió el Consejo Nacional de la Vivienda (Conavi). Desde este ente lanzó, junto a Federico Villanueva, el proyecto Habilitación Física de Barrios que, tras 20 meses de ejecución, se engavetó por un cambio de gabinete. Y, aunque intentó retomarse en 2005, pronto se desmembró.
"La habilitación era una de intervención estructural del barrio. No era construir una baranda, hacer una cuneta o meter un tubo. Era meterle vías, equipamiento urbano, reconstruir la infraestructura, darle espacio público, quitar las zonas de máximo riesgo y utilizar viviendas de sustitución (...) La única manera de hacer eso en un periodo relativamente corto es encomendárselo a la misma gente que construyó los barrios, que tiene que ser empoderada, apoyada técnicamente y manejar recursos. Si no es así, lo burocrático lo hace imposible", acota Villanueva.
ANYIMAR COVA LUGO / El Universal
Página Web - 2013/12/03
Fuente: http://www.eluniversal.com/