“Sería un gran error demoler la Torre Confinanzas”, opina René Brillembourg, gerente general de la construcción del edificio, quien considera que habría que tratar de devolverle su uso original
Aunque han pasado dos décadas desde que fue abandonada la construcción del que sería el Centro Financiero Confinanzas, continúa ostentando el récord de ser el tercer edificio más alto de Venezuela –después de las torres de Parque Central–. Ese sitial, y las posibilidades de recuperar un edificio que es ícono de la ciudad y al que le faltaba poco por construir, podrían derrumbarse si toma fuerza la alternativa de la demolición, premisa sobre la cual el gobierno comienza esta semana un debate.
Cuando la construcción de la torre se paralizó, en 1994, y pasó a manos del Fogade, René Brillembourg era gerente general de la obra y presidía el Grupo Confinanzas. Desde entonces, ninguna instancia gubernamental lo ha contactado para conversar sobre el futuro de la estructura que ayudó a construir. Recuerda que la última vez que pisó el edificio fue en diciembre de 1994. En esa oportunidad, los representantes de Fogade le impidieron sacar los planos –en 2007, cuando ocurrió la invasión, los líderes de la toma encontraron esos documentos–. No obstante, para Brillembourg sería un gran error demolerla. “"Lo más recomendable sería que especialistas revisen la torre y preparen un informe sobre su estado”. A su juicio, el edificio debe convertirse en el centro financiero que originalmente diseñó el arquitecto Enrique Gómez que, además de oficinas, incluía 3.400 metros cuadrados de área comercial, helipuerto y un edificio de 12 pisos con habitaciones tipo hotel.
Visión integral. La Torre Confinanzas está en un punto neurálgico de Caracas. Allí confluyen las avenidas Urdaneta, Andrés Bello y Vollmer, y enfrente está el Sambil Candelaria, también inacabado. Leopoldo Provenzali, ex secretario de Planificación Urbana de la Alcaldía Metropolitana, asegura que no debe demolerse la estructura: “Es un activo de la ciudad, un ícono. Puede ser refuncionalizado”.
Apunta que se debe organizar un foro ciudadano con la participación de vecinos y especialistas en el que se respeten todas las opiniones. A partir de allí podría surgir un plan que incluso tenga en cuenta la quebrada Anauco: “El enfoque no es el edificio, debe ser la ciudad. Es la valorización de un activo venido a menos mediante la transformación urbana de un sector donde confluyen valores patrimoniales, históricos, modernos, ambientales, viales Las decisiones sobre la ciudad no pueden ser arbitrarias”, puntualiza.
Sustentabilidad. La sustentabilidad propone la reutilización al máximo de edificios y materiales que cumplen su vida útil para evitar la generación de escombros. En este caso, la arquitecta Elisa Silva tampoco apoya la demolición de una torre que con apenas 20 años de construida está lejos de la vejez. Pero si un edificio está condenado, explica Silva, la demolición debe hacerse lentamente, con técnicas que eviten que el aire se llene de partículas de polvo y afecte la salud de quienes hacen vida en el entorno. Se inclina por darle un uso mixto que combine viviendas, comercios y centros culturales.
Los arquitectos Alfredo Brillenbourg y Hubert Klumpner, ganadores del León de Oro en la Bienal de Venecia de 2012 por su propuesta para darle un uso sustentable a la Torre de David, alegan razones económicas y de sentido común para mantener la estructura. Calculan que en su estado actual el edificio tiene un valor de, por lo menos, 30 millones de dólares.
Sugieren repensar el uso de la torre y convertirla en una con fines combinados como viviendas, oficinas, centros de música y deportivos, tiendas y servicios. Plantean aprovechar las alturas y entradas de luz entre los pisos para crear una edificación abierta e incorporar a los usuarios en el diseño.
“Con todos los medios hablando de la Torre de David nuestros líderes políticos tienen la oportunidad de probar que pueden aprender de los fracasos sistémicos en vivienda urbana y experimentar con nuevas estrategias”.
Ernesto Villegas pone la carta de la demolición en el debate
Arquitectos, ingenieros y ciudadanos están convocados para miércoles y jueves a un foro en el Teatro Teresa Carreño sobre el futuro de la torre
El ministro para la Transformación de Caracas, Ernesto Villegas, dijo que lo más recomendable sería demoler la Torre de David y construir un espacio público. Argumentó su tesis con problemas relacionados con el nivel freático del suelo, las modificaciones que los residentes hicieron a la estructura y los años de construcción. "Hay que evaluar de qué modo las intervenciones rudimentarias que tuvo esta comunidad en la torre afectaron o no la estructura. También debe hacerse un análisis de costo-beneficio porque en la industria de la construcción muchas veces demoler y construir de nuevo puede ser más económico que reparar algo que esté muy dañado".
El Dato
190 metros de altura mide la Torre Confinanzas, con 45 pisos más el helipuerto. Es el tercer edificio más alto de Venezuela, después de las torres de Parque Central
EMILY AVENDAÑO / El Nacional
Página Web – 2014/08/04
Fuente: http://www.el-nacional.com