Subsidio habitacional solo alcanza para cubrir el 30% del valor de una vivienda (VENEZUELA)
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Una desproporción abismal existe entre el subsidio habitacional otorgado por el Banco Nacional de Vivienda y Hábitat (Banavih) para la adquisición de inmuebles —cuyo monto es de Bs. 500 mil— y el precio real que se ofrece en el mercado inmobiliario regional. En el mejor de los escenarios este subsidio apenas alcanza para cubrir el 30% del valor total del inmueble.
En el centro de Maracaibo, un apartamento de 90 metros cuadrados del conjunto residencial Torres del Saladillo puede costar Bs. 2 millones 750 mil. En San Francisco, en residencias San Felipe, una vivienda está en venta en Bs. 1.550.000, pero debe ser cancelado de contado. En la avenida El Milagro, a la altura de Santa Lucía, un apartamento puede valer Bs. 6 millones y hasta más de Bs. 8,5 millones, pero la Ley de Política Habitacional no es aceptada.
A estos precios inaccesibles para una familia cuyos ingresos sean de salarios mínimos, se suma la inestabilidad de un mercado que se guía por el valor del dólar no oficial tanto para la compra-venta como arrendamiento.
Voceros de inmobiliarias señalaron que por 45 días como máximo pueden estar congelados los precios hasta concretar la compra del inmueble. “Solo damos 45 días para sostener los precios, después de ese lapso se pueden incrementar por la devaluación. Es difícil mantener un monto por los altos niveles de inflación así que congelar el precio de venta depende del ritmo inflacionario. El subsidio no está a la par con los costos del mercado; sin embargo, siempre hay oferentes y demandantes”.
El subsidio habitacional fue creado en 2006, por el presidente Hugo Chávez, para enfrentar el problema de déficit de viviendas que, para esa fecha, alcanzaba 1,7 millones. Para entonces, el subsidio aprobado era de
Bs. 21 millones para cada familia sin casa; sin embargo han pasado 8 años desde que se implementó este beneficio y los venezolanos ven la adquisición de una casa como una meta difícil de alcanzar.
En junio pasado fueron modificados los montos máximos de crédito para viviendas de 350.000 a 500.000 bolívares para la compra; de Bs. 205.000 a 400.000 para autoconstrucción; de 140.000 a 200.000 bolívares para la ampliación y de Bs. 84.000 a 150.000 para mejoras. Aunque los créditos para compra de vivienda pueden ser otorgados hasta por 100% de la solicitud, según el valor del avalúo y tomando en cuenta el ingreso familiar, el monto máximo no es suficiente ni para cubrir una inicial.
Los números indican claramente que son las entidades financieras, con recursos propios, las que mandan en el negocio hipotecario.
Tal es el caso de Altagracia Fuenmayor, contadora marabina que pasó por este camino sin salida. “En enero quise comprar un apartamento de Bs. 2 millones 300 mil, pero necesitaba una inicial de Bs. 150 mil para comprarlo. Para entonces, la Ley de Política Habitacional solo cubría Bs. 350 así que necesitaba solicitar un crédito al banco por
Bs. 1.500. En el banco me dijeron que para poder optar por ese beneficio mi ingreso mensual debe ser de Bs. 50 mil y yo solo ganaba un poco más del mínimo. Desde entonces desistí de la idea de tener una casa”, contó Fuenmayor.
El presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, Aquiles Martini, señaló señaló que hay una distorsión en los precios de las viviendas ya construídas y, además, la escasez de algunos productos usados en el sector construcción ha afectado considerablemente la edificación de nuevos inmuebles.
Explicó: “Hay una distorsión de precios importantísima en la venta de inmuebles del mercado secundario (viviendas ya construidas) porque hay un proceso de devaluación incontrolable. En el caso de las viviendas primarias (nuevas) van 18 trimestres en que el sector construcción de vivienda está en caída con respecto a la participación en el PIB venezolano. Para 2009 se construían unas 80 mil viviendas en el país y este año ni siquiera vamos a llegar a 20 mil. La escasez de materiales afecta”.
Para el economista y profesor universitario Andrés Santeliz, “lo que se está ofreciendo en el mercado es consecuencia del déficit de viviendas (debido a la escasez de insumos) y eso hace que exista una demanda que no queda satisfecha y la gente puja (ofrece un precio mayor) por conseguir inmuebles y esto hace que los precios suban”.
ANA CAROLINA MORALES / Panorama
Página Web – 2014/11/17
Fuente: http://panorama.com.ve