El temblor del 7 de septiembre revivió los problemas que arrastraba la construcción desde hace tres años, lo que la Secretaría de Protección Civil había advertido a la delegación Cuauhtémoc
Desde 2014 la Secretaría de Protección Civil de la Ciudad de México recomendó a la delegación Cuauhtémoc que tomara acciones para reforzar el edificio Centauro ante su evidente riesgo alto.
Tras el sismo del 30 de marzo de 2014, la delegación tuvo en sus manos el dictamen sobre el estado físico del edificio de 14 pisos elaborado por el Instituto para la Seguridad de las Construcciones, que determinó que era necesario reforzar el Centauro para evitar que los daños se acrecentaran.
La propuesta era cubrir el edificio con un reforzamiento de acero y concreto de al menos 10 centímetros de grosor.
“Podemos determinar que el edificio no cumple con los requisitos de seguridad y servicio señalados en el reglamento de construcciones y normas complementarias (...) durante un evento sísmico futuro de gran intensidad se pueden presentar agrietamientos importantes y, en su caso, fallas locales”, señala el dictamen elaborado por el Instituto para la Seguridad de las Construcciones y firmado por su titular, Renato Berrón.
El documento en poder de Excélsior detalla que el Centauro no tiene “la resistencia requerida”, que incumple el “estado límite de servicio y con riesgo de superar los estados límites de falla”, en sus muros divisorios interiores y fachadas.
El estudio concluye que se debe elaborar un proyecto para reforzar la estructura y desligar las escaleras del edificio, mientras que en los muros divisores interiores se deberían construir trabes en los puntos de agrietamiento, reforzar el muro con maya y un rellenado de concreto de tres centímetros de grosor.
El “encamisamiento” del edificio era la propuesta más importante que debía realizarse y consistía en construir en todo el edificio una estructura de varilla metálica y la aplicación de un revestimiento de concreto de 10 centímetros, para devolverle estabilidad a todos los muros de carga.
El procedimiento era similar al que se ejecutó en los edificios de Tlatelolco tras los sismos de 1985. Sin embargo, el proyecto no se ejecutó.
El entonces jefe delegacional, Alejandro Fernández, visitó en varias ocasiones a los vecinos para plantearles la posibilidad de reforzar el edificio, pero no les presentó el dictamen elaborado por el instituto ni se planteó la posibilidad de reforzar los 14 pisos del inmueble.
resurgen daños
Tras el sismo del pasado 7 de septiembre, Excélsior platicó con varios vecinos de los pisos superiores del edificio, quienes consideraron que no se necesitaba reforzar el inmueble, pese al evidente desprendimiento de aplanado que exponía fracturas en los muros, al desmoronamiento de secciones de escaleras, los barandales salidos de sus bases y al desplome evidente con mayor amplitud en los pisos superiores.
Algunos vecinos expusieron que hubo desprendimientos de losa dentro de los propios departamentos, y se registró la caída de mampostería y de las cenefas de áreas de lavado.
Pese al contenido del dictamen elaborado en 2014 y al evidente estado del inmueble, de acuerdo con Cynthia Murrieta, directora de Protección Civil de la Delegación Cuauhtémoc, los inquilinos no consideran necesario el reforzamiento.
“Están peor que hace años y los inquilinos piensan que con una remodelada queda listo, pero no es así”, destacó Murrieta.
Actualmente se elabora un nuevo dictamen al Centauro por parte del instituto, con el fin de conocer a qué grado han avanzado los desperfectos, sobre todo tras el sismo del pasado 7 de septiembre, y emitir nuevas recomendaciones.
"Hay riesgos inocultables, tenemos que dialogar mucho con los vecinos. Por el momento sí hay desprendimientos que pueden matar a alguien”, puntualizó la funcionaria delegacional.
Además, se elabora un dictamen para el Osa Mayor, gemelo del Centauro y que presenta semejantes fallas.
En el caso del Osa Mayor, los inquilinos ya elaboraron un censo de cuántos vecinos tienen afectaciones evidentes y han tenido reuniones con el Instituto de Vivienda de la Ciudad de México (Invi), para iniciar el trámite de créditos para ellos.
Excélsior informó el pasado 11 de septiembre que alrededor de 30 familias que habitan en el Osa Mayor están en riesgo, ya que se niegan a desalojar el inmueble hasta que el gobierno capitalino les ofrezca una opción digna.
Cynthia Murrieta explicó que en caso de otro sismo no podrían hacer uso del elevador o las escaleras, “entonces tendríamos gente atrapada en el piso 14, en el piso 13, entonces no es seguro que vivan aquí”.
El próximo lunes, el diputado Néstor Núñez ingresará un punto de acuerdo a la Asamblea Legislativa para que en el próximo presupuesto se haga una asignación de recursos para que el Invi apoye a los vecinos con alguno de sus programas.
Estudio
Tras el sismo del 30 de marzo de 2014, el Instituto para la Seguridad de las Construcciones determinó que era necesario reforzar el Centauro para evitar que los daños crecieran.
- La propuesta era cubrir el edificio con un reforzamiento de acero y concreto de al menos 10 centímetros de grosor.
- El Centauro no tiene “la resistencia requerida”, incumple el “estado límite de servicio y con riesgo de superar los estados límites de falla”, en sus muros divisorios interiores y fachadas.
- El estudio concluye en que se debe elaborar un proyecto para reforzar la estructura y desligar las escaleras del edificio.
- En los muros divisores interiores se deberían construir trabes en los puntos de agrietamiento, reforzar el muro con maya y un rellenado de concreto de tres centímetros de grosor.
- El “encamisamiento” consistía en construir en todo el edificio una estructura de varilla metálica y la aplicación de un revestimiento de concreto de 10 centímetros.
- El procedimiento era similar al de Tlatelolco, tras el terremoto de 1985.
Arturo Páramo / Excélsior
Página Web - 2017/09/19
Fuente: http://www.excelsior.com.mx/