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Además de soluciones de vivienda, la apuesta de VIVA es el tema de equipamiento e infraestructuras.

 

Ser estable, próspera y no volverse un pasivo, es la meta trazada por la Empresa de Vivienda de Antioquia (VIVA), la cual, valga la redundancia, se siente más viva que nunca.

Y es que después de 15 años de operar solo en Antioquia, desde 2016 recibió el aval por parte de la Asamblea Departamental de modificar su objeto social y ampliar su operación a nivel nacional.

Lina García, gerente de la entidad, dialogó con EL TIEMPO sobre el trasegar de la empresa

 

¿Cómo les ha ido con la modificación del objeto social?

Bien. Esto nos permitió trabajar no solo en vivienda sino también en equipamiento e infraestructuras. Además, por primera vez poder competir a nivel nacional como empresa industrial y comercial del estado. Pasamos de pérdidas en 2015 a tener ganancias en 2017.

 

¿Cómo lo lograron?

Ahora tenemos toda la rigurosidad jurídica y técnica para los proyectos. Hoy, la entidad no compromete recursos públicos hasta que no haya un 80 por ciento de ejecución de los proyectos. Con esto se garantiza que el dinero público no se pierda y que la administración municipal apalanque la obra.

 

¿Qué resultados rescatan con este modelo?

Lo meritorio no son los recursos que podamos aportar -que son limitados- sino la capacidad de gestión, que en dos años ha sido de 200.000 millones de pesos.

Para hacer una solución de vivienda intervienen cerca de cinco voluntades: VIVA, los municipios, el Gobierno Nacional, los beneficiarios y hasta las cajas de compensaciones.

De allí el papel de VIVA es articular todos los esfuerzos para llevar a cabo el proyecto de vivienda. Hicimos un convenio con MinVivienda para 1.700 viviendas urbanas gratuitas con una bolsa de 85.000 millones de pesos.

A la fecha se han iniciado 4.731 viviendas nuevas rurales, lo que representa un avance del 188 por ciento con respecto a la meta establecida y acumulada entre el año 2016 y 2017, pues la meta eran 2.510 soluciones.

También logramos un acuerdo con MinAgricultura por 38.000 millones de pesos que permitirá llevar 1.500 soluciones de vivienda a la zona rural de Antioquia.

 

¿Cómo está la situación de vivienda en Antioquia?

Hay una deuda grande que estamos tratando de suplir. El déficit cualitativo en vivienda es de 250.000 unidades. En déficit cuantitativo logramos una disminución del 18 por ciento pasando de 25.874 viviendas faltantes a 21.143. Esto significa un avance del 95 por ciento respecto a la meta establecida para el cuatrienio (5.000 unidades).

 

¿En qué otros proyectos está metida VIVA?

Destaco dos: La construcción de la colonia penitenciaria en Yarumal, que albergará 1.400 internos y contará con una inversión de 65.000 millones de pesos . El terreno, de 40 hectáreas, estaría listo en 14 meses.

El otro es el reasentamiento de 580 familias de la cabecera de Murindó, algo nunca antes visto. Avanzamos en el diseño y montaje de viviendas prefabricadas, las cuales tendrían un valor de 40 millones de pesos.

En Gramalote se demoraron tres años en conseguir lote, nosotros en menos de 1 año ya lo tenemos.

 

VIVA participa por premio de uso de regalías

Por primera vez, Antioquia está nominada al ‘cierre de brechas’ del Sistema General de Regalías, en el que de los nueve proyectos que compiten, VIVA tiene tres.

Compite con dos mejoramientos de vivienda en el Nordeste, y otro rural en el Suroeste. Los diferenciales que tiene son: que aporta recursos al cierre financiero, cosa que pocas entidades hacen; que es modelo en gestión y acompañamiento social y, tercero, el prototipo de diseño que maneja, pues VIVA tiene un banco de diseños que de acuerdo con la zona adapta la solución de vivienda al entorno.

 

 


David Alejandro Mercado / El Tiempo

Página Web - 2018/03/20

Fuente: http://www.eltiempo.com/


En Cali se espera un crecimiento similar al del año pasado

Acceso a la vivienda para todos los colombianos, promoción de oferta de proyectos formales y estabilidad jurídica, construcción de ciudades de calidad y promoción de incentivos para la productividad y la construcción sostenible son los pedidos de los constructores a los candidatos a la Presidencia de la República.

“Lograr la continuidad de los programas de vivienda del actual Gobierno, con algunos ajustes; incorporando una política de arriendo muy agresiva, creemos que es una manera de llegar a ocupar una vivienda digna mientras se tienen las condiciones para ser propietario; e incentivar el ahorro”, dijo la presidenta de Camacol, Sandra Forero, durante la celebración de los 60 años del gremio en el Valle.

“Esperamos un trabajo permanente con los municipios para tener mejores planes de ordenamiento territorial y que las entidades comprometidas tengan la información impecable del territorio para que un POT salga completo y eso no genere subjetividad de los funcionarios y después le dé estabilidad a las licencias que siguen teniendo derecho adquirido”, planteó la dirigente gremial.

En medio de este año electoral, se esperan vender 179.000 unidades en el país, muy concentradas en las VIS y en segmento medio. Proyectan un PIB de edificaciones del 4,6 por ciento. Para Camacol, las condiciones económicas están dadas para esas proyecciones.

En el caso del Valle se proyecta llegar a las 191.000 ó 19.500 unidades, comportamiento muy similar al 2017.

“Es importante porque veníamos de crecimientos históricos de la actividad y mantenernos ya es un logro. Este será un año de ajustes”, dijo la gerente regional del gremio, Alexandra Cañas.

“En Cali, sin duda, creceremos, mientras la oferta de VIS tenga muy buena acogida, donde está el déficit habitacional, pues seguiremos creciendo. Aquí, en enero, crecimos un 3,0 por ciento”, aseguró.

 

 


CALI / El Tiempo

Página Web - 2018/03/17

Fuente: http://www.eltiempo.com/


Secretario de Hacienda de Pereira se refirió a la sentencia que ordenó devolver el dinero recaudado.

La Alcaldía de Pereira estudia cómo devolver cerca de 23 mil millones de pesos que pagaron los contribuyentes luego del fallo de un juzgado que tumbó el cobro de la valorización.

El secretario de Hacienda, Carlos Maya, explicó que en su sentencia el Juzgado Cuarto Administrativo de Pereira “no se refirió a la devolución de la contribución y así las cosas se están analizando los nuevos mecanismos legales que se deben interponer para proceder a la devolución”.

Maya agregó que desde su punto de vista técnico tributario, “es que en concordancia con el principio de la equidad tributaria al municipio de Pereira le corresponde devolver los recursos a los contribuyentes que pagaron oportunamente”.

Aunque no se ha definido aún cómo y cuándo van a devolver los recursos, el funcionario tiene claro que el dinero se le devolverá a quienes se encuentren al día en la obligación de cancelar sus tributos. En el caso de los morosos se aplicará la figura de la compensación, la cual está establecida en el estatuto tributario.

Cabe recordar que el cobro de la contribución de valorización fue aprobado por el Concejo de Pereira en el 2013, para la construcción de 10 obras viales, en la administración del alcalde Enrique Vásquez.

La demanda de nulidad del acuerdo municipal que dio vía libre al cobro de la valorización fue interpuesta por el Comité de Indignados por la Valorización, liderado por los ciudadanos Carlos Crosthwaite -actual concejal-, Daniel Silva Orrego y Ricardo Mora Castaño.

El sustento de la demanda se fundamentó en que los concejales votaron de manera secreta y debieron hacerlo de forma nominal y pública, como lo establece la ley.

Silva Orrego le dijo a EL TIEMPO  que no obstante la decisión del Juzgado Cuarto, un abogado del alcalde de Pereira, Juan Pablo Gallo, interpuso recurso de apelación contra la sentencia proferida, “obteniendo con esto la dilación para devolver los dineros que desde diciembre de 2015 pagaron oportunamente miles de pereiranos”.

Ante esta afirmación, el Secretario de Hacienda respondió que no habrá apelación y que el apoderado legal del Municipio de Pereira, Guillermo Ruiz Quintero, desistió del proceso de apelación.

 

 


Pereira / El Tiempo

Página Web - 2018/03/15

Fuente: http://www.eltiempo.com/


El incremento en los precios de insumos como mallas, cables y alambres, que se utilizan para desarrollar viviendas, fueron los que impactaron de forma importante los presupuestos de obra de las constructoras, en febrero pasado.

Así lo anunció este jueves el Dane, que reveló un incremento de 3,2 por ciento en los costos a la hora de construir casas y apartamentos en el país frente al mismo mes del 2016.

La entidad estadística también reportó una disminución de 5,3 por ciento en los valores del inventario de soldaduras y de 4,9 por ciento en limpiadores que se usan en las obras. Un caso particular fue el del cemento, que bajó 5,4 por ciento en el periodo analizado.

Sobre este último caso se consultó a Enrique Molano, arquitecto de la firma EMV, quien señaló que, a pesar de los datos entregados por el Dane, “los precios del cemento son altos y la confianza financiera en el sector constructor sigue afectada”.

Otro dato relevante en el informe del Dane estuvo relacionado con la mano de obra, que registró una variación superior a la media: 5,06 por ciento, para un aporte de 1,57 puntos porcentuales al total de 3,2 por ciento, mientras que los materiales (con 2,5 por ciento) y maquinaria y equipo (con 0,54 por ciento) tuvieron alzas inferiores al promedio. “Pasto estuvo por encima del promedio nacional y se situó en 5,35 por ciento en el periodo analizado, seguida de Santa Marta, Cali y Medellín, que registraron incrementos de 4,31; 4,2 y 3,46 por ciento, respectivamente”, dijo el Dane.

 

 


Economía / El Tiempo

Página Web - 2018/03/15

Fuente: http://www.eltiempo.com/


Ni la desdicha, que reaparece cada poco en forma de incendio, ni las toneladas de basura que la ciudad depositó por una década, han podido romper el vínculo de la gente por su barrio. Por eso, una de las razones al porqué de su nombre es que Moravia significa amor por la morada

Fue el antiguo basurero municipal y después, un botadero de cuerpos durante la época del narcotráfico. Dos incendios, uno en marzo de 2007 y el otro, en agosto pasado, calcinaron El Oasis, y aún así, Moravia, uno de los barrio más densamente poblados de Medellín (40.651 habitantes en 2015), se resiste a sucumbir.

Hoy es uno de los referentes de transformación urbana de Medellín, visitado por turistas y académicos que recorren sus estrechos pasadizos para conocer su mutación.

Andrés Alzate, historiador urbano, resalta que la intervención en Moravia empezó enfrentando un problema de salud pública, pero terminó articulando el barrio a las dinámicas de la ciudad. No solo se embellecieron los entornos, sino que se gestaron proyectos de sostenibilidad y de formalización de cooperativas.

“Moravia es uno de los referentes latinoamericanos de regularización de espacios marginados. Es el ejemplo de la Medellín que se imaginaba en los estudios académicos de mediados del siglo XX. Sigue siendo un epicentro de resistencia y lucha”, afirma.

Hoy, después de tantos días grises, se respira ilusión. Gloria Ospina, una líder comunitaria, sintetiza lo que hoy es Moravia: “Es una ciudad pequeña, no tenemos que ir a buscar nada al Centro. Una ciudad llena de culturas, costumbres, músicas y comida”.

Por su parte, Cielo Holguín Ramírez, habitante del barrio hace 39 años, afirma que “la historia del barrio ha sido muy difícil pero siempre la gente ha salido adelante creyendo en sus procesos. Hoy es un lugar lleno de esperanza”.

 

Informalidad y resistencia

Las 43 hectáreas de esa franja nororiental de la comuna cuatro de Aranjuez (el barrio más grande le da el nombre a la comuna) empezaron a ocuparse en los años 60. Eran terrenos baldíos, próximos a las desaparecidas estaciones del primer tranvía y del ferrocarril. Las mangas eran apetecidas porque había una laguna, por eso, era el paseadero de moda.

“Moravia se convirtió en un puerto porque estaba entre dos vías arteria que cruzan toda la ciudad: Carabobo y la avenida Regional. Esa es otra explicación de su nombre: ‘morada en la vía’. Por la cercanía con la Terminal del Norte se empezó a poblar de desplazados de todo el país”, recuerda Orley Mazo, líder comunitario y guía turístico.

Los desplazados de la violencia en el campo y los demás migrantes fueron montando ranchos y cambuches en la explanada que inundaba el río. Ese poblamiento informal se evidencia en que muchos habitantes no tienen escritura pública de su posesión.

Holguín cuenta que la organización y fortaleza comunitaria se deben al sacerdote Vicente Mejía Espinosa, religioso que impulsó las luchas populares urbanas en los años 60 y 70. “Organizó comités de trabajo y sugirió no invadir todos los espacios para poder construir zonas comunitarias. Gracias a eso hoy tenemos cancha, iglesia y escuela. La comunidad, después, construyó el alcantarillado y tomó la luz de contrabando”, relata.

En tiempos de Mejía se implementaron dos estrategias para no permitir el desalojo. Una vez la fuerza pública estaba cerca, el sacerdote empezaba una eucaristía. Por respeto, el operativo se suspendía. Después, añade Holguín, pusieron banderas de Colombia en todos los ranchos para que no los tumbaran. Por eso las invasiones siguieron en pie.

Las condiciones de habitabilidad cambiaron en la década del 70 cuando, de manera informal, empezaron a utilizar la zona como botadero de basuras y escombros, en principio, para nivelar los suelos.

En 1977 cuando la Alcaldía oficializó el Morro de Moravia como relleno municipal. “Tomaron esa decisión porque nunca se imaginaron que se iba a formar un barrio en un territorio boscoso con laguna”, opina Mazo.

Entre 1977 y 1984 se formó una montaña de basura que superó los 30 metros de altura y una extensión de siete hectáreas. Contrario a desestimular la llegada de personas, el basurero promovió el arribo de más pobladores que hicieron del reciclaje su medio de subsistencia. “Se rebuscaban en la basura cosas para comer o vestirse. Alcanzaron, incluso, a vivir dentro de la basura”, señala Holguín.
Moravia creció sin control hasta llegar a 15.000 personas en 1983. Un año después, en abril de 1984, el botadero fue clausurado.
Soplan nuevos vientos

En 1990 el barrio fue declarado área de intervención especial y 15 años más tarde, zona de calamidad pública por la inestabilidad del suelo y la continua emanación de gases tóxicos y lixiviados.

En 2004 se concibió un plan parcial de mejoramiento integral. La primera acción fue la reubicación de 800 familias que vivían en la montaña de basura en la ciudadela Nuevo Occidente, sector de Pajarito. Para mitigar los efectos tóxicos de la basura enterrada, la Administración sembró el jardín más grande de la ciudad, con 50.000 plantes ornamentales de 46 especies, además de 327 guayacanes, cojones de fraile, chochos y vara santas.

En 2008 se inauguró el Centro de Desarrollo Cultural, una de las últimas obras del arquitecto Rogelio Salmona, se construyó un corredor peatonal en las franjas de la quebrada La Bermejala, se mejoraron los espacios públicos y se embellecieron las fachadas.

El año pasado, el arquitecto alemán Albert Kreisel, de la Escuela de Primavera del ‘Medellín Urban Lab 17 Berlín’, construyó 100 escalas para mejorar el acceso al sector de El Oasis.

El barrio es visitado por 3.000 turistas cada año, curiosos de conocer en lo qué se convirtió el antiguo basurero, según Mazo, que concluye: “Moravia fue el laboratorio con el que comenzó la transformación de Medellín”.

En definitiva

Guías del mismo barrio ofrecen diferentes recorridos, diurnos y nocturnos, para conocer los sectores de Moravia. Todos parten desde el Centro de Desarrollo Cultural y terminan en el Morro.


Contexto de la Noticia

La microhistoria sueña con crear operadora turística

Miler Ángel Agudelo tiene 17 años y cursa el primer semestre de administración de empresas turísticas en el Colegio Mayor. Desde que estaba en noveno grado se propuso crear un tour que pasara por los lugares icónicos de la transformación del barrio. Ya lleva 320 recorridos con visitantes nacionales y extranjeros interesados en la mutación urbana que ha tenido Moravia. El plan comienza en el Centro de Desarrollo Cultural, recorre la canalización de La Bermejala, el sector El Bosque y el parque ambiental creado en el antiguo morro de basuras. Ahora su anhelo es formalizar una operadora de turismo, que se llamará “Memoria Tour”, para seguir contando las historias de su barrio.

 

 

 


Juan Diego Ortiz Jiménez / El Colombiano

Página Web - 2018/03/15

Fuente: http://www.elcolombiano.com/