• +58 212 2388195
  • Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
  • Lunes - Viernes 8:00 am - 4:00 pm

En 2 de cada 3 accidentes hay una moto implicada, ya sea porque es víctima o porque causó el hecho.

El acceso a vivienda, espacios y servicios públicos repuntan bien en Manizales, pero la movilidad, los accidentes de motocicletas y las cifras sobre pobreza y desigualdad son las más preocupantes, así lo reveló el Informe de Calidad de Vida de Manizales Cómo Vamos (MCV).

Su directora, Natalia Escobar Santander, aseguró que en términos generales la ciudad ha avanzado a la par de sus similares intermedias, pero que tiene aspectos fundamentales que debe mejorar para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Manizales Cómo Vamos hace cada año el seguimiento a 14 aspectos como educación, pobreza y salud, seguridad y justicia.

Uno de los indicadores más preocupantes son los accidentes de tránsito que afecta en mayor medida a motociclistas, ciclistas y peatones. “Ocurre que en dos de cada tres accidentes hay una moto vinculada, ya sea porque es víctima o porque causó el accidente. Los esfuerzos deben enfocarse en los motociclistas para lograr disminuir esta tasa de mortalidad, que en Manizales supera el promedio nacional”, comentó Escobar.

La movilidad es otro de los aspectos que llama la atención. La capital de Caldas tuvo un aumento del 9 por ciento en su parque automotor en el 2017, lo que la convierte -en proporción al número de habitantes- en la tercera ciudad con más carros, después de Bucaramanga y Medellín.

En cuanto a la pobreza, Escobar reconoce que la ciudad ha tenido avances, como que cerca de 30.000 personas han dejado de ser pobres en los últimos seis años, sin embargo su promedio de ingresos mensual, que es de 878.187 pesos (18.979 pesos más que en 2016), creció por debajo de la inflación, por lo que los hogares perdieron capacidad adquisitiva.

En cuanto a educación, las cifras ascienden en lo que respecta a acceso a educación superior, pero decrecen en lo referente en pruebas externas en primaria. En salud, la ciudad debe prestar atención a los casos de desnutrición, suicidios y aseguramiento.

 

Lo positivo

El acceso a vivienda y cubrimiento de servicios públicos tienen buenas cifras. Manizales tiene el déficit de vivienda más bajo de las 23 principales ciudades capitales del país con un 4,1 por ciento y, en promedio, el 90 por ciento de los ciudadanos encuestados manifestó sentirse satisfecho con la prestación de servicios públicos.

La seguridad en lo que se refiere a homicidios, lesiones personales y violencia intrafamiliar disminuyeron. El reto de las autoridades, según Escobar, está en identificar la causa del aumento de los hurtos a casas y locales que se triplicaron en 2017.

En el caso del empleo, se mantiene la tendencia presentada por MCV meses atrás, en el que no aumenta, pero sí es de calidad. “No se destruyeron puestos, incluso se crearon, pero hay más personas buscando y eso hizo que se creciera la tasa de desempleo”, explicó.Ç

 

 


MANIZALES - LAURA USMA CARDONA / El Tiempo

Página Web - 2018/08/15

Fuente: http://www.eltiempo.com/


El mandatario visitó ayer Puerto Carreño e Inírida, capitales que están bajo el agua por el invierno

El presidente Iván Duque estuvo ayer en Puerto Carreño e Inírida, “poniéndole el pecho” a la emergencia invernal que azota a esas dos capitales.

Acompañado de varios de sus ministros llegó para plantear “soluciones integrales”.

Desde la capital del Vichada, Duque aseguró que aunque se tomaron medidas para enfrentar el fuerte invierno, hay 6 departamentos que han sido azotados. “Tenemos 20 municipios con una situación crítica y podemos estar hablando de más de 12.800 familias afectadas y un total de 54.700 damnificados”, dijo.

Ante esto, Duque anunció la puesta en marcha de un plan de atención integral, el cual contempla tres fases: respuesta, estabilización y recuperación, e incluye acciones de corto, mediano y largo plazo en atención humanitaria, servicios públicos de agua y energía, vivienda, educación, salud, comercio, agricultura, conectividad y vías, entre otros.

La ministra de las TIC, Silvia Constain, trabajará para mejorar el acceso a internet de la región.

Desde Puerto Carreño, el jefe de Estado también hizo mención a “una obra estructural para el departamento de corto, mediano y largo plazo”: la vía Puerto Carreño- Buenaventura. Dijo que es un proyecto que va a impulsar su gobierno en los próximos cuatro años.

“Seguimos poniéndole el pecho a esta situación. Es triste que esto se haya dejado crecer”, dijo Duque, quien destacó: “Estamos respondiéndole al país” y buscando soluciones.

Horas más tarde, desde Inírida, afirmó que en ese municipio se ha logrado la atención de por lo menos el 70 por ciento de la población afectada. Anunció también un paquete de ayudas a corto y mediano plazo para los pobladores.

Eso sí, Duque admitió que muchos de estos proyectos no podrán empezar hasta que no haya cesado el invierno en la zona, pero aseguró que “como Presidente estaré al frente del cumplimiento de este tipo de proyectos”.

 

 


El Tiempo

Página Web - 2018/08/14

Fuente: http://www.eltiempo.com/


Alcaldía quiere desarrollar este proyecto en antiguas zonas de explotación minera.


La zona de las canteras (sector de minería) del sur de Bogotá, de donde se han extraído los materiales utilizados para construir la ciudad, será transformada en una ciudadela de unos 200.000 habitantes en el corazón del sur de Bogotá.

La Alcaldía Mayor tiene listo para incluir en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que tramitará ante el Concejo, el proyecto Lagos de Tunjuelo, que busca un desarrollo urbano a gran escala con un área de 415 hectáreas en ese sector.

El eje del proyecto será un parque metropolitano de 130 hectáreas que bordeará el río Tunjuelo e incluye la restauración de las antiguas canteras, cuyos terrenos se comenzaron a reconformar en el 2008, la generación de espacio público y la construcción de 60.000 viviendas de interés social y prioritario (VIS y VIP). Como un paso clave para avanzar, la Escuela de Artillería se comprometió a entregar 100 hectáreas de terreno.

Las 415 hectáreas están ubicadas en las localidades de Tunjuelito y Ciudad Bolívar. Limita con las avenidas Caracas y Boyacá, con el barrio La Aurora y con el cauce de la quebrada Chiguaza.

Según las valoraciones iniciales, ejecutar ese proyecto cuesta alrededor de 550.000 millones de pesos que el Distrito espera financiar con el aporte del sector privado, a través de los instrumentos de cargas y beneficios, como ocurrirá con Lagos de Torca, en el norte. Es decir, los particulares entregan tierra y dinero a cambio de derechos de construcción. “Nadie podrá construir un metro cuadrado si no aporta los dineros necesarios para un fideicomiso”, explicó el secretario de Planeación, Andrés Ortiz Gómez.

El proyecto integrará al desarrollo urbanístico el mejoramiento y optimización de la infraestructura que existe en el Cantón Sur (Escuela de Artillería), que entregará 100 hectáreas para Lagos de Tunjuelo. Los residentes de las localidades Ciudad Bolívar, Tunjuelito, Usme y Rafael Uribe Uribe serán los directos beneficiarios.

Dos temas claves de este proyecto serán el realinderamiento y reconfiguración del río Tunjuelo, que perdió su cauce original con las explotaciones mineras y en las inundaciones del 2002 y la reconfiguración morfológica de las canteras.

 

Una cicatriz urbana

La zona donde se proyecta Lagos de Tunjuelo fue considerada hace décadas el límite sur de Bogotá. Era una extensa área de extracción minera donde era habitual el paso de volquetas que cargaban la piedra y la arena que se extraían del lugar y que se utilizaron en la construcción de la ciudad.

Expertos de Planeación estiman que de esa zona del sur salió el 85 por ciento de los materiales que se utilizaron para construir los 5.600 barrios que hoy componen la geografía de la capital del país.

Sin embargo, tras la explotación, vino la erosión. Esa zona de canteras lució durante décadas, y aún hoy, como una tierra árida, seca, llena de cárcavas (huecos) que dejó la explotación minera.

Todavía están grabadas en la memoria de los residentes del sur las imágenes de 420 casas sumergidas en el agua, durante las inundaciones que se produjeron en el 2002, por el desbordamiento del río Tunjuelo.

Tras esa emergencia, el Distrito tuvo que correr a construir la represa de Cantarrana para regular las aguas del cauce y evitar nuevos desbordamientos, mientras las autoridades ambientales ordenaron a los dueños de las antiguas canteras iniciar la restauración de los terrenos. Ese trabajo comenzó a ejecutarse en el 2008 y hoy está a dos años de terminar el plazo que en su momento se fijó en los planes de recuperación.

Es en esa zona, que los expertos catalogan como una cicatriz en el corazón del sur de Bogotá, donde ahora se proyecta Lagos de Tunjuelo.

 

 


Yolanda Gómez T. / El Tiempo

Página Web - 2018/08/14

Fuente: http://www.eltiempo.com/


La región de la Orinoquia resiente los impactos de las fuertes lluvias como no se había visto en varias décadas. Más de 28.000 damnificados en los últimos 70 días en Vichada y Guainía dan cuenta de los estragos de las inundaciones en esta zona. Es una emergencia lamentable, porque impacta las comunidades más vulnerables, y su atención necesita de la plena acción las autoridades, así como de la solidaridad del resto del país.

La situación más alarmante ocurre en Puerto Carreño, la capital de Vichada, donde la mayoría de los barrios se encuentran anegados. Sin embargo, las lluvias afectan en total seis departamentos, y de manera crítica 20 municipios. Entre ellos Mocoa, en Putumayo, donde las inundaciones ya prendieron las alarmas de una posible tragedia como la del año pasado por el desbordamiento de los ríos Sangoyaco, Mulato y Mocoa.

En el caso de Guainía, como alertaron las autoridades locales, hay más de 16.000 damnificados tras los desbordamientos que afectaron el 50 por ciento del departamento, impactando a las comunidades indígenas y los cultivos de los cuales dependen para sobrevivir.

En la Orinoquia, el desastre parece agravarse por dos razones: un inusual aumento del nivel de los ríos y una deficiente respuesta en su atención. Lo que ocurre en esa región es un claro reflejo de la insuficiente coordinación en el sistema de gestión del riesgo del país para hacerles frente a episodios climáticos cada vez más extremos, hecho que sin duda se convierte en uno de los principales retos del gobierno entrante.

De un lado, urge que las autoridades locales ejecuten los presupuestos de obras de mitigación y prevención para que estos eventos no generen los costos sociales, ambientales y económicos que hoy son evidentes. Hay que pensar en una adaptación a las condiciones climáticas que trascienda las soluciones típicas de jarillones o diques, es decir que contemplen una gestión integral de las cuencas hidrográficas.
Y, del otro lado, también se necesita que las autoridades nacionales actúen con mayor agilidad para evitar consecuencias de largo plazo como enfermedades y daños en infraestructura, que podrían haber sido minimizados con una actuación más pronta.

Más allá de los anuncios coyunturales relacionados con soluciones de vivienda, atención en salud y créditos a comerciantes en los municipios afectados, lo que también demuestra el impacto de la ola invernal en la Orinoquia y otros departamentos es que el país debe hacer muchos más esfuerzos en la prevención y predicción de este tipo de emergencias.

Poner la planeación territorial en el centro de la gestión del riesgo puede dar luces sobre cómo y dónde deben especificarse los usos del suelo para evitar costos posteriores en reubicaciones o atención de emergencias. No hay que pasar por alto que la falta de preparación para enfrentar la regular temporada de lluvias o, incluso, fenómenos como el de la Niña le ha costado a Colombia no solo cientos de vidas, sino una importante parte del presupuesto nacional. Hay que invertir en prevención y planeación para no seguir repitiendo las tragedias que hoy se ven en el Vichada.

 

 


EDITORIAL / El Tiempo

Página Web - 2018/08/15

Fuente: http://www.eltiempo.com/


Carlos Iván Márquez, exdirector de la UNGRD, explica los avances del país ante un temblor.


En los últimos años, Colombia viene aumentando sus esfuerzos para dar una rápida respuesta ante un fenómeno natural en cualquier territorio nacional.

Los esfuerzos de planificación, coordinación y comunicación recaen tanto en el Servicio Geológico Colombiano como en la Unidad para la Gestión de Riesgo de Desastres, entidad que año tras año evalúa el comportamiento del país con el Simulacro Nacional del Respuesta a Emergencias, que en 2018 se realizará el 24 de octubre.

Carlos Iván Márquez, exdirector de la UNGRD, quien dejó el cargo el pasado 11 de agosto, manifestó que Colombia al ser un país sísmico ha trabajado mucho por la reducción del riesgo y recomendó que cualquier colombiano debe participar en los simulacros de evacuación en el sitio de trabajo, su hogar o en sitios públicos.

¿Cómo está preparada Colombia ante la posibilidad de un gran sismo?

Colombia tiene un trabajo importante en materia de conocimiento, reducción y manejo de desastres ante la amenaza sísmica. Hay un servicio geológico avanzado, con un seguimiento de la actividad sísmica.

Como sistema se ha generado toda la reglamentación para el uso de suelo, que es algo importante que no se tenía y que tiene que ver con la construcción de infraestructura tanto urbana como rural, eso marca una pauta fundamental.

En cuanto al tema de reducción de riesgo, cada año se realiza un simulacro nacional, con énfasis en amenaza sísmica y enfocada en zonas con mayor amenaza, como lo son las tres cordilleras, la zona pacífica, andina y nororiente del país. Especialmente, en ciudades donde hay más concentración de población.

Ese simulacro ha servido para medir los mecanismos de evacuación previa, los puntos de encuentro y medir los tiempos para evacuar.

Además, Colombia se ha preparado para la respuesta, el país tiene el cuarto equipo acreditado a nivel regional en rescate urbano por Naciones Unidas. Hay equipos, herramientas, accesorios y formación de grupos de socorros; es decir, que en materia sísmica, el país se ha ido preparando, pero hay que mantenerlo debido a que esto es un proceso continúo.

¿Cómo están los planes de gestión del riesgo en las zonas que pueden ser más vulnerables?

Nosotros creemos que desde el punto de vista regional, desde el cinturón del fuego, la cobertura que tenemos en el país, las tres cordilleras, las zonas más sísmicas que se tienen, que están en las zonas de los santanderes, en la zona del nororiente, es fundamental decir que hacemos énfasis en que las administraciones municipales revisen la sismo resistencia.

La parte estructural es una amenaza fuerte y tiene que ver con la construcción de vivienda, basados en ellos se han activado protocolos de respuesta, pero también se mantienen los mecanismos de involucrar a todos los sectores en sus capacidades de preparación.

En Quindío, uno de los departamentos que azotó un terremoto, ¿qué se ha hecho en materia de gestión del riesgo?

Quindío fue el mayor afectado por el terremoto de 1997. Allí se construyó un centro de capacitación, búsqueda y rescate en Montenegro.

Las redes que se han venido trabajando involucran al sistema de servicio geológico y a los equipo de gestión del riesgo, con eso se mantiene el seguimiento y las medidas de prevención.

¿Cómo debe estar preparado un colombiano ante la posibilidad de un sismo?

Cualquier colombiano debe participar en los simulacros de evacuación en el sitio de trabajo, su hogar o en sitios públicos. También, tiene que conocer si su vivienda está ubicada en un sitio seguro, mirar todo el esquema de seguridad en la parte estructural.

Se debe, además, tener a la mano lo que se ha recomendado: botiquín de primeros auxilios, documentación al día, equipos de comunicaciones, pitos, tener a la mano los números de los organismos de socorro y es fundamental que sepan que, hasta el momento, nadie puede predecir un terremoto.

En Colombia hay personas sin escrúpulos, irresponsables, que se hacen pasar por expertos y emiten alertas que no son. La única entidad que puede emitirlas es el Servicio Geológico de Colombia, por lo que se debe hacer caso omiso a informaciones que vienen de terceros.

Colombia es un país sísmico, hay tres cordilleras y nichos.

¿Hay un porcentaje que mida cómo están los planes de gestión de riesgo en todo el país?

Todos los 32 departamentos de Colombia cuentan con un fondo y a más de 1.000 municipios se les ha acompañado con la formulación de los planes, que cada consejo municipal de gestión del riesgo han hecho programas prevención y evaluación.

Este trabajo se hace en acompañamiento del SGC, con campañas comunitarias, revisión de los planes de gestión del riesgo y aspiramos que, como es norma, cada alcalde en zona de amenaza sísmica debe tener su plan de contingencia y por ello los hemos acompañado técnicamente para su implementación.

 

 


Nación / El Tiempo

Página Web - 2018/08/13

Fuente: http://www.eltiempo.com/