Fiscalía dice tener pruebas suficientes para mostrar culpabilidad de 5 imputados por el desplome.
La Fiscalía General de la Nación aseguró que tiene el suficiente material probatorio para sentar en las sillas de los estrados judiciales a los cinco presuntos responsables del desplome de la torre 6 del Space, donde murieron 12 personas. Irán a juicio por homicidio culposo y prevaricato por acción.
Las pruebas de las que habló el vicefiscal Jorge Perdomo, no son más que el estudio presentado por el ingeniero Leonardo Cano Saldaña, el cual concluyó que el diseño estructural del edificio, desde su concepción y ejecución, desconoció y transgredió la ley de sismorresistencia vigente en el país.
“No se realizó la revisión de las memorias y planos estructurales ordenada por la ley, y si se realizó, se hizo de una manera negligente y superficial”, indicó el calculista Cano Saldaña.
Dijo además que los curadores, aprobaron un proyecto “transgresor de los elementos fundamentales establecidos en el ordenamiento jurídico”.
Pero lo más delicado fue, según el informe, la “negligente respuesta” del diseñador estructural Jorge Aristizábal, uno de los imputados, ante las advertencias de sobre esfuerzos que presentaba la etapa 6 de la unidad residencial.
Aunque para Perdomo sus pruebas son sólidas, los imputados tienen las suyas, con las que buscarán dejar sin piso las de la Fiscalía.
Las de Pablo Villegas y María Cecilia Posada, directivos de Lérida CDO, se basarán en que ellos confiaron en un diseño estructural de uno de los ingenieros calculistas más prestigiosos del país y que, tanto los curadores como la Dirección de Planeación municipal, no hicieron ningún reclamo ante los mismos. De hecho, desde que ocurrió el anunciado desplome ese ha sido el argumento de defensa.
Aristizábal, según fuentes consultadas por este diario, tampoco le va a quedar muy difícil declararse inocente.
Una de las hipótesis de un grupo de ingenieros que crearon la página web edificiospace.com –donde investigan académicamente el caso–, da cuenta de que este podría escudarse en un posible asentamiento del suelo o “falencias en la construcción de cimentaciones”.
“Estaría relacionada (la defensa) con deficiencias puntuales en el sistema de cimentación, que causaron asentamiento en una columna aledaña a la que originalmente falló”, puntualizan.
Esto, naturalmente dejaría como responsable a la constructora dueña del proyecto.
Pero Aristizábal tiene de dónde más agarrarse, puesto que los diseños estructurales del Space, como consta en los archivos de la Curaduría Cuarta, tienen la firma de un ingeniero calculista que revisó y avaló los diseños, así como la de los curadores que los aprobaron, sin escatimarlos.
Pero ese, precisa y paradójicamente, será el mismo que tendrán los curadores urbanos Carlos Ruiz y Eliney Francis Llanos.
Ruiz, en una entrevista realizada por EL TIEMPO el 17 de mayo del 2014, aseguró que la Ley 400 de 1997 dice que las constructoras que soliciten licencias pueden presentar la revisión estructural a cargo de un ingeniero especialista en el área.
“El curador solo tiene que chequear que se cumplan estos requisitos de la revisión. Yo no tenía que hacer esa revisión porque ya estaba hecha por un profesional idóneo y calificado para tal fin. Las revisiones las tiene que hacer un ingeniero civil estructuralista, y yo soy arquitecto”, dijo Ruiz en su momento.
La excuradora Llanos, muy seguramente, también se basará en dicha gabela jurídica, aunque, según la Fiscalía, fue ella la primera en otorgar las licencias del Space.
Sin embargo, para el ente judicial, sobre todos recae un grado de responsabilidad, pues no se corrigieron los errores estructurales que, de acuerdo con el informe de la Universidad de los Andes, hizo que el edificio terminará en escombros, con personas atrapadas.
Al final de cuentas, el proceso del colapso del Space marcará un precedente en el ámbito de las responsabilidades legales en la construcción colombiana.
Informe pericial es sólido
De acuerdo con el informe en el que se basa la Fiscalía para llevar a juicio a los cinco imputados en el desplome del Space, las bajas resistencias de concretos contribuyeron a acelerar el colapso de la estructura, responsabilidad del constructor. Pero las patologías vienen desde la misma concepción del proyecto pues es, según el análisis, “un diseño estructural inadecuado y violatorio de los principios mínimos de comportamiento estructural que se establecen en la legislación de sismorresistencia nacional”.
Lo más grave es que no hubo una revisión técnica adecuada para esta clase de proyectos de infraestructura (responsabilidad de las curadurías) y que, pese a las advertencias sobre el riesgo de colapso, la constructora y el calculista hicieron caso omiso.
MEDELLÍN / El Tiempo
Página Web – 2014/09/08
Fuente: http://www.eltiempo.com