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Las casas ya no serán lo mismo con el ladrillo de cemento biológico creado mediante bacterias. Un innovación que promete revolucionar el mundo de la construcción. Mediante tecnología se inyecta a la arena microorganismos a temperatura ambiente que junto con la acción de los nutrientes del agua forman un cemento biológico, cuya fuente de inspiración es la formación de los arrecifes de coral.

Este ladrillo biológico de cemento no necesita cocción, por lo que no contribuye a aumentar las emisiones de CO2 en la atmósfera. Usa los mínimos combustibles fósiles en todo el proceso de elaboración, con materiales locales, cuya producción se hace en el mismo lugar, sin costes añadidos por los desplazamientos de materiales. Optimizar es la palabra que mejor define el espíritu de estos ladrillos. Una optimización basada en la sostenibilidad.

Los materiales son naturales, que se pueden utilizar de los desechos de otras industrias, y su durabilidad, su aislamiento y su dureza están aseguradas mediante el proceso de endurecimiento específico con una solución acuosa.

Cada año se fabrican cerca de 1,5 trillones de ladrillos en todo el mundo, lo que les hace ser responsables de 800 millones de toneladas de CO2 que amenazan nuestra salud y producen una contaminación inasumible por el planeta. Una industria que gasta demasiada energía en su producción.

La empresa bioMason (una start-up) que se dedica a la creación de estos ladrillos, es una oficina abierta a los nuevos tiempos, con laboratorios y lugares de fabricación accesibles para que todas las personas que trabajan en ella tengan su palabra. Un equipo multidisciplinar basado en la innovación sigue cada día mejorando la técnica, con un enfoque “verde”. Su fundadora, la arquitecta Ginger Krieg Dosier, comenzó en Carolina del Norte (Estados Unidos) en el año 2013 , y ya cuenta con numerosos premios a sus espaldas; pero promete seguir investigando y desarrollando nuevas ideas para un mundo mejor.

 


Ubicación: http://www.concienciaeco.com
Autor: Diana
Procedencia: Estados Unidos
Fecha de Publicación: 2016/06/09


La empresa almeriense, radicada en Serón, ha desarrollado un modelo de vivienda innovador, que se basa en un sistema modular y da como resultado una casa ecolgógica y autoconstruible en forma de iglú.

Este nuevo modelo de vivienda ha sido desarrollado por la empresa Xilacurve, radicada en Serón, especializada en carpintería, estructuras de madera y bioconstrucción modular. Xilacurve ha patentado este innovador sistema de edificación sostenible denominado Xiglú.

El delegado de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Miguel Ángel Tortosa, ha visitado las instalaciones de la empresa y ha presentado a sus responsables los recursos que ofrece la Junta de Andalucía a las empresas, para mejorar su competitividad mediante la internacionalización.

Acompañado por Juan José Campos, gerente de la empresa, el alcalde de Serón, Juan Antonio Lorenzo, y la parlamentaria andaluza Caridad López, Tortosa López ha recorrido las instalaciones de esta firma seronense ubicada en el polígono industrial La Zalea, en el que cuenta con dos naves, una en propiedad y otra cedida por tres años por parte de Andalucía Emprende –entidad adscrita a la Consejería de Economía y Conocimiento-, dentro de su servicio de alojamiento empresarial gratuito.

Miguel Ángel Tortosa ha ofrecido al responsable de la empresa el apoyo de la Agencia IDEA, de la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio y de Extenda, la Agencia Andaluza de Promoción Exterior, dependiente de la Consejería de Economía y Conocimiento, “para consolidar su crecimiento, seguir apostando por la innovación y la sostenibilidad, como ya viene haciendo con este interesante producto que es el Xiglú, y dar el salto al mercado internacional, donde tiene un mayor potencial de crecimiento”.

Galardonada en la primera edición de los Premios Andalucía Emprende, celebrada en 2013, en su fase provincial y dentro de la categoría ‘Crea’ para empresas con menos de tres años de trayectoria, Xilacurve es una empresa en transición hacia el triple balance (económico, ecológico y social). Recibió asesoramiento por parte del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) de Serón en la tramitación de su constitución como sociedad y para elaborar un plan de empresa con la finalidad de participar en un concurso de empresas de economía sostenible a nivel nacional.

Actualmente Xilacurve tiene dos líneas de negocio: la inicial, orientada a trabajos en madera bajo pedido y a medida (carpintería, ebanistería y estructuras de madera) y otra segunda línea en el sector de la bioconstrucción con un innovador sistema de edificación modular, transportable, ecológico y accesible para personas que quieran ser protagonistas en los procesos de diseño y construcción de sus espacios vitales: hogar, trabajo, ocio, cultura, etc., llamado Xiglú, un iglú de madera, ecológico, autoconstruible, transformable, personalizable y transportable. En agosto de 2013 presentaron el primer Xiglú del mundo en el camping Los Escullos, en pleno corazón del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, y unos meses después lo trasladaron a la casa rural Laqaba, en Serón, donde se puede visitar con cita previa.

La empresa fue fundada a principios de 2011 por Juan José Campos, profesional de la madera por cuenta propia, con experiencia en los astilleros de Barcelona y Almería y gerente del camping Las Menas entre 1996 y 2004, junto al ingeniero industrial Javier Cejudo y posteriormente se sumó como socio Iñaki Alonso, arquitecto.




Ubicación: http://novapolis.es
Autor:
Novapolls
Procedencia:
España
Fecha de Publicación: 2016/06/17


Los estudiantes de la Universidad Mayor de Temuco desarrollan un proyecto donde utilizarán paneles modulares de madera y así repetir el primer lugar alcanzado en la pasada versión de esta competencia.

Casa Lafken-Che es el nombre de la nueva vivienda sustentable en madera que está desarrollando el equipo Wallmapu de la Universidad Mayor de Temuco, ganadores del concurso Construye Solar 2015.

El concurso “Construye Solar” busca la mejor vivienda económica sustentable y este año el foco será la ciudad de Valparaíso.  En agosto será la selección de los proyectos finalistas, que deberán ser construidos en abril de 2017, un logro que el equipo Wallmapu, conformado por alumnos de Arquitectura, Ingeniería Comercial, Ingeniería Industrial e Ingeniería en Construcción de la Universidad Mayor de Temuco, busca alcanzar con su casa Lafquen-Che.

El proyecto con el que competirán este año está basado en las rucas costeras del pueblo mapuche, cuyo concepto de construcción es lograr un elemento continuo entre el techo y los muros.

Así al menos lo explica Camilo Ortega, alumno de quinto año de arquitectura, quien junto a su compañera Catalina Sepúlveda, crearon este diseño. “Nos planteamos evitar la costa y su clima muchas veces hostil tal y como lo hacían nuestros antepasados. Ocupamos ese sistema constructivo continuo porque térmicamente mientras más compacta fuera la vivienda, funcionará mejor”.

La casa será levantada con tres módulos de madera, que construirán por separado en una planta maderera, y que luego el equipo deberá unir, en un plazo no superior a un mes y medio, en el terreno que el concurso determine.

“Esta estrategia en forma de U cuenta con un patio interior y otorga una vista panorámica. Será de 60 metros cuadrados construidos, pero el espacio total es de 90 metros” aclara Catalina, quien señala además que “en el primer módulo habrá  living comedor y cocina y los otro dos sumarán un baño con accesibilidad universal como también tres habitaciones”, ideal, dice, para una familia de 6 integrantes.

Por segundo año, el equipo de futuros arquitectos confía en la madera como un material sustentable y rentable para este tipo de proyectos. El director de la carrera de arquitectura y guía del equipo, Gonzalo Verdugo, destaca que “los beneficios de los paneles y piezas de madera son su excelente comportamiento sísmico, su pertenencia cultural, su bajo costo en relación a otros materiales y su baja huella de carbono por su ciclo de vida y capacidad de ser reciclada”.

Justamente esos materiales son los que esperan conseguir ya que su costo bordea los 20 millones de pesos, dinero con el que no cuentan y que necesitan si son seleccionados para la etapa final. Un valor de mercado más que atractivo, ya que calculan que llevar a la realidad este proyecto le costaría a una constructora cerca de 13 UF por metro cuadrado.

Catorce paneles solares alimentarán de electricidad la casa Lafken-Che entregándole autonomía absoluta y permitiendo una temperatura constante entre los 19 y 22 grados al interior. Increíblemente con un consumo energético siete veces menor al de un hogar tradicional en Chile.





Ubicación: http://www.granvalparaiso.cl
Autor:
Equipo GV
Procedencia: Chile
Fecha de Publicación: 2016/06/29


Un grupo multidisciplinario de investigadores de la Universidad Autónoma de Chiapas, ingenieros, arquitectos, sociólogos y médicos participaron en el diseño de una casa sustentable que se adecúa a las necesidades de una familia indígena

En las comunidades indígenas donde hay escasez de agua o ésta no es limpia, la población sufre enfermedades hídricas, como daño en la piel y diarreas. Para contrarrestar esta situación y mejorar su calidad de vida, un grupo multidisciplinario de investigadores de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) (México) —ingenieros, arquitectos, sociólogos y médicos— participó en el diseño de una casa sustentable que se adecúa a las necesidades de una familia indígena, a sus usos y costumbres, y permite el abastecimiento de agua en temporada de estiaje.

Este proyecto fue premiado con el Global Energy Award, concurso en el que participaron más de 800 desarrollos de 90 países y que es organizado por la fundación austriaca Energy Globe. El doctor Martin Mundo Molina, del Centro de Investigación para el Desarrollo Sustentable de la Facultad de Ingeniería de la UNACH, explicó que este modelo de vivienda fue consensado entre los pobladores de la comunidad tzotzil de Yalentay, en Zinacantán, Chiapas, en donde anteriormente se instaló un colector pluvial comunitario.

La vivienda integra siete ecotecnologías, algunas de las cuales son inéditas, como un piso firme con fibra antibacterial, lo que favorece la salud de sus habitantes, sistema de canaletas y filtros lentos para recolectar agua de lluvia lo que garantizaría su abasto durante meses; asimismo, se ha ideado un fregadero ecológico que limpia las aguas jabonosas para su reutilización, así como un sistema de riego intermitente que ahorra hasta el 50 por ciento del agua en el riego de hortalizas y flores, baño ecológico que no usa agua y que reúsa la orina como fertilizante, regadera eficaz y sistema de bombeo a partir del pedaleo de una bicicleta para elevar el agua desde un colector de agua al tinaco.

Además cuenta con una chimenea para desalojar el humo de la cocina y disminuir las enfermedades respiratorias de la familia, una estufa ecológica que sustituye al fogón, que contribuye a la conservación del bosque usando de forma eficiente la leña y un tanque arremetido en la cocina (medio tanque da al interior, la otra mitad da al exterior).

Todas estas tecnologías, explicó el doctor Mundo Molina, en su conjunto no utilizan energía eléctrica ni combustibles fósiles para su operación, no contaminan el aire, ni emiten gases de efecto invernadero a la atmósfera y conservan el medio ambiente. Cabe destacar que la casa puede emplear material resistente a sismos.

El modelo es muy económico y puede construirse en forma modular, es decir, se puede incorporar paulatinamente cada tecnología.

La vivienda contempla en su diseño elementos de la cosmogonía de la etnia tzotzil, refirió Mundo Molina, ya que está presente en cuatro elementos: agua, aire, fuego y agua. Es así que está considerado el sentido comunal de la población con el suelo, la valoración que hace del agua que tiene un carácter religioso demostrado en actos sincréticos cada mes de abril cuando la comunidad entera realiza la fiesta del agua y la limpieza de los pozos sagrados y su apreciación del fuego poniendo a la cocina como un espacio muy importante en la casa en donde además de que se preparan y consumen los alimentos, la familia se resguarda del frío, ya que Yalentay se encuentra en zonas altas y montañosas.

 


Ubicación: http://imparcialoaxaca.mx
Autor:
Agencias
Procedencia: México
Fecha de Publicación: 2016/07/04


Inspirada en las "Earthships" de Michael Reynolds, la casa JJ, diseñada por Germán Spahr cerca del Cerro Otto, genera su propia energía, reutiliza el agua de lluvia y tiene huertas para cultivar y cosechar alimentos todo el año.

Con su primer proyecto, el arquitecto Germán Spahr dio en el blanco. La casa bioclimática JJ Ecohouse, actualmente en construcción en Bariloche, recibió el Premio de Arquitectura y Hábitat Sustentable 2016, otorgado, entre otras entidades, por la Universidad Nacional de La Plata y el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires (Capbauno).

Según cuenta Spahr, todo surgió de un cliente particular, estudioso de la obra de Michael Reynolds, quien le encargó una vivienda que tuviera características similares a las "Earthships" (navestierra) que el estadounidense proyecta en todo el mundo. Líder mundial en energías renovables y arquitectura sustentable, Reynolds construye casas con materiales naturales y reciclados, que mantienen la temperatura ambiente de forma natural, producen su propia electricidad, recolectan y almacenan agua de lluvia, tratan las aguas grises residuales y producen alimentos para una dieta saludable.

La casa JJ, de 132 metros cuadrados, está ubicada al Sur del Cerro Otto y a menos de 10 km del centro de Bariloche, en un lote rectangular de 25 m de frente por 45 m de fondo. Spahr definió un volumen de dos plantas, con la fachada más larga mirando hacia el Norte, a la que le dio una inclinación de 67°, aproximadamente perpendicular a la del sol en invierno. Los muros portantes interiores y exteriores se hicieron en bloques de hormigón sismorresistente, mientras que la fachada norte se complementa con un sistema liviano con estructura metálica que se continúa con el techo.

En cuanto a la materialidad, se eligieron colores oscuros para captar lo más posible el calor invernal. En el mismo sentido, el sistema constructivo de la chapa genera pieles livianas aptas para encapsular espesores de aislantes (poliestireno expandido) de más de 15 centímetros. Pero el punto fuerte de la climatización se concretó con el uso de materiales reciclados: un muro térmico de más de 1 metro de espesor aislado con llantas de caucho rellenas con tierra, que retiene el calor durante el día y lo devuelve durante la noche.

En la planta baja se ubicaron la huerta y los dormitorios (yuxtapuestos al muro térmico), mientras que la planta alta se reservó para los espacios de uso diurno como el estar y el comedor, que de esta forman disfrutarán de mejor luz natural y visuales al lago Gutiérrez y al Cerro Catedral. Las dos entradas de la casa se resolvieron con halls fríos para evitar pérdidas de calor por desplazamiento de aire.

El agua de lluvia se recolecta a través de la canaleta del techo inclinado y se almacena en 5 tanques cisterna enterrados, mientras que una serie de filtros de ósmosis inversa se encargan de la potabilización del agua. En el entretecho, dos tanques elevados guardan el agua potable y las aguas grises (que se utilizan para las descargas de los inodoros). En el exterior, dos tanques sépticos y un lecho nitrificante realizan el tratamiento de los desechos orgánicos.

La generación de electricidad combina dos sistemas. Un pequeño mangrullo funciona como mirador y soporte para una turbina eólica que aprovecha los fuertes vientos; mientras que seis paneles fotovoltaicos se ubican en lo alto de la fachada norte.

Para que los propietarios cultiven y cosechen sus propios alimentos, la casa tiene huertas puertas adentro, que además incorporan el verde en los interiores y en las que se puede sembrar papas, zanahorias, lechugas, tomates, maíz, zapallo, hierbas aromáticas y frutas finas (las frutillas, frambuesas y arándanos típicos de Bariloche). Las huertas están separadas de los dormitorios por una carpintería formada por paneles corredizos que de día se mantienen abiertos favoreciendo el paso del sol y la absorción del calor a través del muro térmico; y de noche se cierran para evitar que el calor se disperse hacia el exterior.

“Definitivamente esta no es una casa normal y no fue pensada para un cliente normal -asegura Germán Spahr- hay que tener un estilo de vida afín, en el que reducir, reciclar y reutilizar forman parte de la vida cotidiana. No es una casa normal, pero soñando un poco algún día podría serlo.”

Ficha técnica: JJ Ecocasa. Superficie cubierta: 132m²; Proyectista y director: Arq. Germán Spahr; Asesor Paisaje: Lic. Sebastián Sánchez Napal. Fotos e imágenes: Gentileza Germán Spahr.

 

 


Ubicación: http://arq.clarin.com
Autor: Graciela Baduel
Procedencia: Argentina
Fecha de Publicación: 2016/07/03