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En el sector Santa Ana realizaron una inspección en las casas


Los habitantes del sector Santa Ana, en la parroquia Antímano, en el municipio Libertador (DC), recibieron con mucha atención a los inspectores del Instituto Municipal de Gestión de Riesgo y Administración de Desastres (Imgrad), quienes hicieron un recorrido, acompañados de los vecinos, por todos los espacios de mediana vulnerabilidad para dar recomendaciones y proceder a la habilitación de proyectos para la ejecución de la mejoría comunitaria.

 

Explicaron los vecinos que los funcionarios se comunican con toda la comunidad para conocer la historia del sector, las zonas en que se divide, el tipo de construcciones y materiales utilizados, espacios comunes, tipos de caminerías, escaleras y cualquier otro tipo de detalles que puedan servir para realizar el levantamiento de un mapa de riesgos.

 

Después de tener todos estos detalles generales del sector, toman en cuenta las de las situaciones en riesgo externo e internos detectadas, comienzan las inspecciones casa por casa para conocer sus condiciones estructurales.

 

“Riesgo es la susceptibilidad que tiene un objeto o cosa a sufrir algún tipo de daño. Cuando hablamos de riesgo hay que tener en cuenta que hay muchos tipos, dependiendo de la amenaza que se presente. Por ejemplo, amenaza de precipitación, riesgo por inundación, por desplazamiento o colapso. Riesgo es la suma de la amenaza con la vulnerabilidad, la amenaza seria el evento y la vulnerabilidad es la resistencia que tenga el objeto frente a cualquier situación”, indicó Víctor Rodríguez, jefe de circuito del Imgrad, en la parroquia Antímano.

 

Sandro Gallardo, vocero del consejo comunal, señaló que estas inspecciones conjuntas que se realizan entre vecinos y autoridades para determinar los grados de riesgo en el sector, son muy importantes ya que les dan la oportunidad de realizar las obras de prevención con tiempo.

 

“En de Santa Ana, por ejemplo, revisamos los muros que edificaron nuestros padres al momento de crear nuestra comunidad para reforzarlos o construir nuevos según sea el caso. Ofrecen recomendaciones a los vecinos para minimizar los riesgos. Aquí hay obreros con mucha experiencia, que con ayuda de especialistas realizan las obras necesarias”, dijo Gallardo.

 

 


Últimas Noticias

Impreso Digital – 2015/02/04

Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve


La Empresa Nacional Metalmecánica (Vhicoa), filial de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) Industrial, comenzará la fabricación de estructuras metálicas que serán utilizadas en la construcción de 167 edificios de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV).

 

El ingeniero de proyecto de la estatal, Víctor Gómez, explicó que la producción de estas estructuras se iniciará en las próximas semanas, ya que la materia prima arribó a la planta ubicada en Puerto Ordaz, estado Bolívar, refiere un boletín de prensa de Pdvsa Industrial.

 

"Este es el segundo proyecto de vivienda que realiza Vhicoa, y lo empezamos hace tres meses cuando comenzó la parte de ingeniería y proyectos. En esta oportunidad fabricaremos estructuras con requerimiento sísmico número siete; es decir, van a tener una misma cantidad de peso, pero la distribución va a ser un poco diferente, van a estar reforzados con lo que llamamos cruces de San Andrés, sistemas de diagonales que nos permiten tener unos edificios con resistencia más alta", detalló Gómez.

 

Adelantó que el objetivo de Vhicoa es suministrar insumos para apoyar a la GMVV en la construcción de 500 edificios de cinco pisos, con capacidad de 70 metros cuadrados aproximadamente.

 

En 2014, la filial de Pdvsa Industrial suministró a este programa social de construcción masiva de vivienda un conjunto estructuras metálicas que se destinaron al levantamiento de 362 edificios de 5 pisos, distribuidos en todo el país.

 

La empresa mixta Vhicoa, adscrita a Pdvsa Industrial se especializa en el diseño, fabricación y montaje de estructuras metálicas de grandes dimensiones, ha desarrollado proyectos de gran envergadura entre los que figuran el segundo puente sobre el Río Orinoco, la central hidroeléctrica Caruachi (Bolívar) y plataformas costa afuera para la explotación de petróleo y gas (Sucre).

 

Esta corporación, que se encuentra ubicada en el estado Bolívar, tiene una fuerza laboral de 1.500 trabajadores, y posee certificaciones internacionales en materia de construcción y prestación de servicios petroleros, por lo que está capacitada para satisfacer las necesidades del mercado interno y participar en proyectos internacionales.

 

Incluso cuenta con la capacidad para fabricar piezas de hasta de 1.000 toneladas, que son transportadas vía fluvial a través de su propio muelle.

 

Actualmente esta empresa, de mayoría accionaria venezolana (80%), también colabora como proveedor de estructuras a la estatal Construpatria, que se encarga de agrupar y distribuir insumos como cemento, pego, cabillas, bloques, mallas electrosoldadas y otros materiales de primera calidad que se requieren para la edificación de viviendas.

 

 

 


Agencia Venezolana de Noticias

Página Web – 2015/02/03

Fuente: http://www.avn.info.ve


Representantes del Ministerio de Pueblos Indígenas inspeccionaron la construcción de 60 viviendas tipo palafito ubicadas en los caños del Delta del Orinoco, en el estado Delta Amacuro.

 

Amalio González, promotor social del Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas en la entidad, detalló que dicho recorrido fue realizado a través de la vía fluvial del sector y que visitaron a "los indígenas Warao de las comunidades Kuberuna, Morichito, España, Cangrejito y Wamujo".

 

"Son más de 60 palafitos que construye el Ministerio y todos los pobladores están muy contentos porque son construcciones acordes a sus costumbres", explicó González, citado es un boletín de prensa.

 

En los próximos días se realizará otro un nuevo recorrido para iniciar el censo de las familias que formarán parte del convenio entre el Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas y Fundación Programa de Alimentos Estratégicos, para llevar alimentos a las comunidades indígenas más alejadas.

 

 

 


Agencia Venezolana de Noticias

Página Web – 2015/02/04

Fuente: http://www.avn.info.ve


Misión Vivienda ha entregado 1870 viviendas durante 2015 según el contador de la Agencia Venezolana de Noticias que no ha cambiado desde el 12 de enero hasta hoy, 2 de febrero.

 

Aunque la cifra de la agencia noticiosa oficial no ha cambiado, el Ministerio de Vivienda sí ha anunciado entregas de viviendas: el jueves 29 de enero 459 familias recibieron igual número de viviendas según la página web del Ministerio.

 

El presidente Maduro ha prometido que su Gobierno construirá 400 mil viviendas durante 2015. Para cumplir esa poromesa el Estado venezolano debe construir más de mil viviendas diarias.

 

 


PRENSA - Cámara Inmobiliaria de Venezuela

Página Web – 2015/02/02

Fuente: http://www.camarainmobiliaria.org.ve


Gramovén es un sector conocido por lo inestable de sus cerros, en donde cada temporada de lluvias se quedan sin viviendas cientos de familias pobres de Caracas


Susana Lucero aún vivía con su esposo cuando decidieron mudarse del 23 de Enero al barrio Gramovén, en la parroquia Catia, juntos con sus hijas Dayana y Keily y sus hijos Juan José y Ángel Gabriel.

 

Gramovén es un sector conocido por lo inestable de sus cerros, en donde cada temporada de lluvias se quedan sin viviendas cientos de familias pobres de Caracas. Una suerte que también vivió Lucero junto con sus parientes. “Yo vivía en el sector Casa Blanca, calle La Lucha, cerca de la Escuela Cecilia Núñez. Mi casa era de cinc desde el techo hasta las paredes. Tenía dos habitaciones grandes, una sala un comedor, un baño afuera y en el fondo de atrás los vecinos nos reuníamos y sembrábamos frutas y hortalizas”, cuenta Lucero.

 

Durante 13 años trabajó como buhonera en Catia pero con mercancía de otras personas. Durante ese tiempo hizo contacto con la Misión Madres del Barrio, y mediante esta institución le fue aprobado un proyecto cuyo aporte invirtió en la compra de bolsas y condimentos que vendía en las calles del oeste de Caracas.

 

En ese tiempo, cuanta Lucero, el presidente Chávez dio la orden de que algunas madres del barrio ingresaran a instituciones del Estado. Y así, en el año 2008, comenzó a trabajar en un proyecto de labor social ejecutado en el Metro de Caracas, empresa que posteriormente la contrató y en la que hoy se desempeña como guardia de seguridad patrimonial.

 

SIN HOGAR

 

El 1 de diciembre del año 2010, Lucero, como era su costumbre, llegó del trabajo, saludó a su familia, colocó una colchoneta en el piso para ver el televisor y esperar “que el sueño llegara”. Recuerda que eran como las 10:00 pm cuando escucho un estruendo. Inicialmente pensó que era un camión que pasaba por la autopista Caracas-la Guaira pero luego se percató de que no. El ruido llegaba desde el suelo.

 

Lucero recuerda que esa noche durmió “muy nerviosa”. Al día siguiente, al regresar del trabajo, les dijo a su hija mayor y a su hijo menor que se fueran a pasar unos días con su papá (ya estaba separada de su esposo); a su otro hijo, quien en ese momento se recuperaba de una crisis de asma, lo envió a la casa de su abuela materna y ella se quedó sola en la vivienda ya que Dayana, su otra hija, vivía con su pareja en una casa cercana.

 

“Las lluvias comenzaron el 2 de diciembre. El aguacero era tan fuerte que el agua bajaba como una cascada por las escaleras y los callejones. Recuerdo que me puse a recoger algunas cosas en bolsas y escuchaba sonidos muy fuertes en el suelo. Esa noche tampoco dormí bien”.

 

A la mañana siguiente Lucero acudió a su trabajo preocupada por la situación. Allí fue aconsejada por algunas compañeras, quienes le contaron acerca de un plan que tenía en ejecución el Metro de Caracas para socorrer a trabajadoras y trabajadores que se encontraban en circunstancias similares a las de ella.

 

El programa consistía en un refugio ubicado en las instalaciones de la estación del Metro de Caño Amarillo. La coordinadora del plan, luego de conocer la situación, insistió en que debía abandonar la vivienda por el bien de la familia. “Recogí unas cositas, busqué a mis hijos y nos fuimos para el refugio”, relata.

 

“Tuvimos bastante apoyo del Metro de Caracas y de otras instituciones. Mercal nos proporcionaba los alimentos para las comidas de las 300 personas que estábamos en el refugio. También nos visitaban los médicos cubanos y nos ofrecieron tratamiento psicológico para las personas que lo necesitaron”.

 

Para Lucero “el problema en los refugios es la convivencia”. Por momentos, asegura, pensó en salir del albergue, pero no tener un lugar al cual acudir con su familia la hizo cambiar de opinión. Revela que en el alberque había tiempos definidos para todo: para ir al baño, para comer, para las visitas, para recrearse y hasta para dormir Asimismo, crítica algunos procedimientos administrativos exigidos para optar a una vivienda que, debido a la espera, debió repetir en varias ocasiones.

 

“Si me hubiese ido”, comenta, “perdía la oportunidad de darle un hogar a mis hijos. Estaba decidida a acertar una casa en cualquier lugar. Para los que vivíamos en el refugio el tiempo no pasaba en días, ni en meses sino en años, en eternidades”.

 

“ESTA ES MI CASA”

 

“El 14 de febrero de 2013, el día que me entregaron mi apartamento en el urbanismo Carlos Miguel Escarrá Malavé, estaba de reposo y fui casi gateando para el acto. Cuando me vi en la lista de entrega no lo podía creer. Me decía a mí misma: ‘¿Será verdad?’. Cuando abrí la puerta pensé que estaba soñando. La primera noche que pasamos en nuestra nueva casa fue la del 16 de febrero, y cuando desperté al día siguiente, lo que hice fue llorar. Me dije: ‘esta es mi casa”, expresa Lucero con lagrimas en los ojos.

 

Hoy Lucero habita en el apartamento con sus hijas, sus hijos y sus nietas Yenessa y Asseney. Como muchas de las personas beneficiadas por La Misión Vivienda Venezuela, ella nunca consideró como una posibilidad real tener un hogar como el que hoy habita: “Cuando mucho aspiraba a arreglar mi casa, pedir un préstamo para comprar los materiales y hacer mi casa de bloques”.

 

Agradece a Dios por su vida: “La otra persona a quien estoy muy agradecida, que aunque no está aquí físicamente, siempre nos acompaña, es el presidente Hugo Chávez Frías. A él le debo mi trabajo, mis ingresos, los beneficios que han recibidos mis hijos y también esta casa. Espero que el presidente Nicolás Maduro continúe todo lo que Chávez nos dejó; que siga ayudando de la misma forma, y hasta mejor, a todos los venezolanos que lo necesiten”.

 

 

 


ROMER VIERA / Correo del Orinoco

Página Web – 2015/02/01

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve