En momentos que el sur de la Florida se prepara para una temporada de huracanes que se pronostica más fuerte que lo habitual, los propietarios de viviendas se preguntan si sus aseguradoras podrán cubrir los daños en caso que una tormenta azote la zona, y cómo saberlo antes de que suceda.
Marcelo Salup, un vecino de Coral Gables que tiene una casa de tres habitaciones construida en 1954, le paga entre $5,500 y $6,000 anuales en primas a Heritage Property & Casualty, una aseguradora floridana creada en el 2012.
Salup dijo que no confía en la capacidad de Heritage para pagar reclamaciones, pero no cree tener mejores opciones. “Me parece que [Heritage] apareció de la nada”, dijo. “Pero, por otra parte, parece que los consumidores estamos atrapados”.
Y ahora la situación parece empeorar. Aunque Citizens Property, operada por el gobierno estatal, sigue siendo la mayor aseguradora contra daños por viento en el sur de la Florida, otras 111 compañías de seguro tienen las pólizas contra daños por viento de aproximadamente 79 por ciento de las viviendas aseguradas en los condados Miami-Dade, Broward y Monroe.
Y a pesar de una década de calma relativa en materia de huracanes, en los últimos 12 meses algunas aseguradoras privadas se han retirado del mercado del sur de la Florida, o han aumentado sus primas, en un caso 16 por ciento.
Todo esto, afirman analistas de primas y pólizas, significa que las aseguradoras privadas consideran que es demasiado costoso seguir operando en el sur de la Florida. Y el problema empeora. De no encontrarse una solución, las primas en el sur de la Florida pudieran aumentar 60 por ciento en los próximos 5 años, proyecta la Oficina de Normación de Seguros de la Florida.
“[Las aseguradoras] se marchan porque están perdiendo [en sus operaciones el sur de la Florida]. Y no no estamos haciendo nada al respecto”, dijo Jay Neal, presidente y director ejecutivo de la organización Asociación de la Florida por la Reforma de Seguros, cuya misión es defender mercados justos, estables y asequibles para los consumidores, según su página de Internet.
El principal culpable es la llamada asignación de beneficios, conocida como reclamaciones AOB. Este tipo de cláusula permite a los propietarios asignar sus derechos de reclamación a contratistas, quienes a su vez facturan directamente a las aseguradoras. En el sur de la Florida, los contratistas han usado esta cláusula para hacer reparaciones innecesarias y cobrar altas sumas a las aseguradoras, según analistas del sector. Las compañías de seguro que rechazan las reclamaciones corren el riesgo de verse afectadas por costosas demandas.
Los legisladores estatales han abordado el tema, pero no han logrado avanzar. En mayo del 2017 fue la tercera vez seguida que un proyecto de ley para modificar las reclamaciones AOB fracasó en el Senado estatal sin siquiera una audiencia.
“Todos los años que lo posponemos enfrentamos aumentos en las primas de más del 10 por ciento”, dijo Neal. “Todos los años que no se soluciona la situación es negativo para los consumidores”.
Mientras tanto, la amenaza de los huracanes sigue presente. Las nuevas aseguradoras, por lo general más pequeñas, no han pasado la prueba de tener que pagar reclamaciones debido a la calma en la temporada de huracanes de los últimos 10 años, como reportó el Miami Herald, el año pasado. Según un análisis de Fitch Ratings, aproximadamente el 60 por ciento de las pólizas de los propietarios de la Florida están en manos de empresas con sede en el estado. La pregunta ahora es si están a la altura de las circunstancias
Los floridanos solían tener más opciones en materia de seguro de vivienda. Pero después del huracán Andrew en 1992, muchas aseguradoras nacionales abandonaron el mercado o redujeron significativamente su cobertura. Por lo menos 11 aseguradoras quedaron insolventes. Y muchas de las más pequeñas que se quedaron perecieron después de la activa temporada de huracanes del 2004-2005, cuando el estado fue golpeado por los huracanes Charley, Frances, Ivan, Jeanne, Dennis, Katrina y Wilma, que costaron a las aseguradoras con presencia en el estado un total de $41,000 millones, ajustado por la inflación.
A medida que las aseguradoras abandonaban este mercado, Citizens Property Insurance Group, operada por el gobierno estatal, se convirtió en la única opción para muchos en el sur de la Florida.
Para reducir la responsabilidad del estado, la Legislatura estatal presentó un programa especial en el 2007, que estableció incentivos para aseguradoras privadas que se hicieran cargo de pólizas de Citizens. Esa estrategia funcionó: hoy Citizens tiene menos de medio millón de pólizas, de una cota máxima de 1.5 millones en el 2011. El 44 por ciento de esas pólizas son de propiedades que están en el sur de la Florida.
Algunas de esas pólizas fueron a parar a manos de aseguradoras que ya estaban en operación. Otras pasaron a manos de empresas recién creadas a tenor con el programa estatal de incentivos.
Los expertos se muestran divididos sobre si las nuevas aseguradoras, que nunca han tenido que hacer frente a las reclamaciones por un huracán, tienen la suficiente fortaleza financiera.
Aunque las ganancias de Heritage han bajado recientemente, la empresa tiene $955 millones en activos y ha mantenido su calificación de A, o Excepcional, de la calificadora Demotech. El reaseguro de Heritage ofrecería un máximo de $1,750 millones si un huracán catastrófico golpea el estado, y más en caso de varios huracanes.
Tim Battle, socio de la agencia de seguros Keen Battle Mead & Co., con sede en Hialeah, vende pólizas de Heritage y unas 25 aseguradoras más, pero no representa a las pequeñas compañías de seguros creadas bajo el plan de incentivos debido a preocupaciones de solvencia.
El breve historial de estas aseguradoras pequeñas crea “incertidumbre” sobre cómo responderán ante una tormenta potencial que provoque pérdidas significativas en el sector”, según un análisis de la calificadora Fitch Ratings sobre la temporada de huracanes del 2017, publicado en mayo.
“Hay muchas interrogantes sobre la capacidad [de las aseguradoras] de tener la solvencia necesaria para pagar reclamaciones en caso de un huracán fuerte en la región”, dijo Chris Grimes, uno de los directores de Fitch y coautor del informe.
Aunque los huracanes Matthew y Hermine en el 2016 fueron los primeros en golpear la Florida desde que el programa de incentivos comenzó a funcionar hace una década, Grimes dijo que las pérdidas no fueron los suficientemente grandes como para saber con precisión cómo respondería el mercado a pérdidas catastróficas.
Las pérdidas aseguradas de Matthew y Hermine totalizaron $5,000 millones. Durante la temporada de huracanes del 2004-2005, las aseguradoras de la Florida tuvieron que hacer frente a pérdidas superiores a $40,000 millones.
Pero otros analistas del sector y expertos dijeron que confían en que las aseguradoras con sede en la Florida tienen una buena posición financiera, tras acumular reservas de efectivo durante 10 años de poca actividad ciclónica, para poder pagar reclamaciones a futuro.
“En general, la tendencia es hacia una situación mejor que la que hemos tenido en varios años”, dijo Gavin Magor, analista financiero de Weiss Ratings. Esta firma calificadora, con sede en Palm Beach Gardens, entrega calificaciones financieras sobre aseguradoras desde 1993.
ANDREA JANUTA / El Nuevo Herald
Página Web - 2017/07/17
Fuente: http://www.elnuevoherald.com/