Vecinos denuncian el deterioro de los servicios públicos y mal estado de locales. Actualmente, son 34 edificios invadidos, los cuales son foco de inseguridad
"Vivir en Candelaria ya no es lo mismo", aseguró Allí González, quien habita desde hace 33 años en la parroquia del municipio Libertador.
Después de cumplir 268 años el pasado domingo 26 de agosto, los ciudadanos de este espacio urbano reconocido por su cultura, historia y gastronomía se ven sumidos en las irregularidades de los servicios públicos. Todas las mañanas González pasea a su perro entre la basura y aguas sucias de las calles y aceras de Candelaria.
La ciudadana denunció que los deshechos están por toda la zona, y se pueden observar con mayor frecuencia y volumen en las cuadras de la esquina de Puente Yanez y de La Candelaria Norte.
Según el coordinador de la asamblea de ciudadanos de Candelaria, Carlos Julio Rojas, el problema de la basura es grave.
"Incluso pueden pasar cinco días y no viene el camión del aseo. Ahora hasta las personas que se dedicaban a recogerla con pala brillan por su ausencia", indicó Rojas.
Sin embargo, la mayor preocupación para la comunidad de Candelaria es la falta de agua. Hasta hace dos semanas la parroquia tenía tres meses sin este servicio.
De acuerdo al vocero, aún hay zonas que llevan más de 100 días sin agua, como el edificio Celta de la esquina de Tracabordo. "Allí los vecinos inclusive colgaron una pancarta donde muestran el tiempo que acumula la falla" dijo.
La inseguridad es otro flagelo a enfrentar.
Eduardo Contreras vendedor de cigarros de la plaza Candelaria constantemente es testigo de la delincuencia en esta zona, también ha visto como roban comida a los ciudadanos.
A pesar de que se instalaron módulos policiales sigue siendo una zona insegura, apuntó Contreras. Para el coordinador de la asamblea de ciudadanos de Candelaria, el principal problema es la falta de patrullaje y el deterioro de la comunidad que se remonta hasta hace 12 años cuando comenzaron las invasiones.
Actualmente, son 34 edificios ocupados, los cuales son foco de inseguridad, indicó Rojas, quien además explicó que estos terrenos de edificaciones, pese a que tienen dueños, son adjudicados a los colectivos por el Ministerio del Poder Popular para Habitat y Vivienda.
El declive de la gastronomía
Para Alí González residente de La Candelaria es una pena el estado en que se encuentran las panaderías, restaurantes e incluso los locales comerciales de su comunidad. La crisis económica ha llevado a la clausura a los centros gastronómicos históricos como Bar Basques, Casbah y El Barco de Colón.
Además, la Sundde ordenó regular los precios en panaderías, abastos y carnicerías, por lo que sus anaqueles permanecen vacíos. Los trabajadores de estos locales afirmaron estar a la expectativa de las nuevas medidas económicas.
OMARELA DEPABLOS PADRINO / El Universal
Página Web - 2018/08/29
Fuente: http://www.eluniversal.com/