Alex Fergusson, director del laboratorio de Ecología Humana de la Universidad Central de Venezuela, señala que no existe una legislación de "ecoeficiencia" en las construcciones para viviendas y para el sector turístico, entre otras.
En opinión de Alex Fergusson, director del laboratorio de Ecología Humana de la Universidad Central de Venezuela, ello se debe, entre otros factores, a que no existe una legislación de ecoeficiencia en las construcciones de edificaciones urbanas para viviendas y para el sector turístico, entre otras.
Señala Fergusson que esta normativa es un concepto relativamente nuevo, existe desde hace unas dos décadas; en América Latina ya la están aplicando en Perú y Ecuador y en Colombia están comenzando a hacerlo.
Refiere que la legislación aborda la reducción de la contaminación con el consumo adecuado del agua y la energía eléctrica, en la arquitectura de la edificación y en el diseño de su ingeniería, tanto en la distribución de espacios como en el tipo materiales empleados.
Apunta que la fuerte incidencia de la luz del sol hay que tomarla muy en cuenta a la hora de erigir edificaciones urbanas. “Las ventanas desprotegidas hace que las temperaturas sean altas y se requiera el uso de aires acondicionados. El diseño debe ser por ejemplo con una distribución de espacios aireados y es importante instalar una doble tubería de agua: una que recoja las aguas negras y la otra para tomar el resto o lo que llamamos tubería de aguas grises. Con ello el ahorro de consumo del líquido es sustancial", explica.
Fergusson, quien también pertenece al Instituto de Zoología y Ecología Tropical, acota que los aires acondicionados y los equipos eléctricos en general deben ser de alta eficiencia energética. “Es muy importante tomar en cuenta este parámetro a la hora de seleccionar el equipamiento de las casas, edificios multifamiliares y hoteles”.
También “es necesario emplear en las tuberías llaves únicas o monomandos, con lo que se ahorraría 30% del consumo del líquido, lo que conduciría a una reducción del caudal y de la presión del agua”.
Otro punto que añade el profesor de la Facultad de Ciencias ucevista e investigador ambientalista es que el constructor puede seleccionar para la edificación insumos no tóxicos. “Hay que pensar en edificios que duren 100 años o más. Ese es el propósito de la ecoeficiencia urbana. Además, se debe usar energía solar para calentar agua y para lavar. En Caracas tenemos el ejemplo de la Maternidad Concepción Palacios, cuyos techos fueron cubiertos con paneles solares, lo que arrojaba un ahorro de 15% del consumo del líquido”, apunta.
Indica que en Caracas, en el ámbito hotelero, otorgan beneficios en el Impuesto Sobre la Renta a los usuarios que ahorran agua y luz.
Aunque no hay una legislación, “sí hemos elaborado una guía práctica para gestión ambiental, pero al no tener carácter de ley, la adhesión a esta guía es voluntaria. En el Laboratorio de Ecología Humana estamos trabajando para presentar un anteproyecto de ley a la Asamblea Nacional, y realizamos una normativa general para evaluar edificios dirigida a Minturismo. Nuestra intención es depurar la propuesta antes de llevarla al Parlamento”.
El otro beneficio que tienen estas normativas -expresa el docente- es que cuando una edificación se vaya a demoler, se puedan reusar los materiales con los que fue construida.
“Reducir a la mitad el consumo de agua es nuestro norte y que solo se empleen materiales no contaminantes. Y es que el futuro nos advierte que necesitamos consumos ecoeficientes. Debemos pensar en la ciudad que le vamos a dejar a nuestros hijos y nietos”, señala.
Considera que las opciones que se elijan en la actualidad respecto a la infraestructura urbana y/o turística determinarán la competitividad, la calidad de vida y la sustentabilidad del desarrollo por las siguientes décadas.
Los siete elementos básicos en las “prácticas ecoeficientes” son: reducción del material empleado en la producción de bienes y servicios, reducción de la intensidad de la energía y el agua empleados en el proceso de producción de dichos bienes, reducción en la generación y dispersión de cualquier material tóxico, apoyo al reciclaje, maximización del uso sustentable de los recursos naturales, extensión de la durabilidad de los productos y aumento en el nivel de la calidad de bienes y servicios.
MARISOL DECARLI R. / El Universal
Página Web - 2016/07/18
Fuente: http://www.eluniversal.com