Si su familia está entre los 789,000 hogares de la Florida que dedican la mitad de sus ingresos a pagar la renta, sabe de primera mano que la situación de la vivienda asequible en Estados Unidos se considera una crisis.
En la actualidad, 11.4 millones de estadounidenses gastan más de la mitad de su salario en renta y servicios públicos y para el 2025 serán 15 millones los que estarán en esa situación. Con una marcada tendencia al aumento entre los que rentan porque no pueden comprarse una propiedad –37 por ciento de los núcleos familiares en Estados Unidos son inquilinos– el inventario de apartamentos se reduce cada vez más, por lo que disminuye la oferta y aumenta la demanda.
Miami-Dade es el tercer condado del país con el mercado de la renta en peor condición en cuanto a precios. Más del 51 por ciento de los hogares dedica más del 30 por ciento de sus ingresos en bruto para pagar el techo. Esta situación se agrava entre las personas de ingresos bajos y medianos.
Los residentes de la Pequeña Habana, por ejemplo, con ingresos medios de $21,099 deberían pagar $530 al mes para no sentir que la renta los ahoga. Sin embargo, un apartamento de una habitación en este vecindario se renta, como promedio, por $1,450, tres veces más de los que sería una cantidad asequible para los residentes.
Estas cifras nacionales, estatales y locales salieron a relucir la semana pasada en los paneles y conferencias dedicados a la prensa que la organización Make Room, con sede en Maryland, celebró en Miami con el objetivo de divulgar el estado de la vivienda asequible.
“Este es un problema urgente que afecta a personas de todos los perfiles demográficos”, dijo Ali Solís, presidenta y directora ejecutiva de Make Room, cuya organización se ha propuesto ser la voz de las personas que rentan en Estados Unidos, llevando este tour para periodistas a diferentes ciudades del país, a la vez que ofrece herramientas digitales en su página para que se comprenda mejor el problema.
El evento reunió a académicos, líderes del sector público y privado y contó con la intervención del alcalde de Miami, Francis Suárez.
‘SOMOS VÍCTIMAS DE NUESTRO ÉXITO’
“En Miami hay personas que están pagando el 100 por ciento de sus ingresos en la vivienda, y que tienen que ser subsidiados por la familia”, dijo Suárez. “Tenemos muchos residentes que dependen de entradas fijas o del Seguro Social”.
Por otra parte, señaló que “somos víctimas de nuestro éxito. Estamos atrayendo capital de todo el mundo”. La popularidad de Miami como destino para inversores provoca un aumento en los precios de los bienes raíces, y por lo tanto en la demanda de vivienda asequible.
El alcalde dijo que, desde que era comisionado, está comprometido con mejorar la situación de la vivienda asequible. Para ello son necesarias iniciativas y políticas que agilicen la construcción de viviendas de este tipo por parte del sector privado. Entre estas medidas señaló la eliminación de permisos de construcción, las flexibilización de regulaciones en la cantidad de estacionamiento por unidades y los incentivos y créditos fiscales.
“El recurso más escaso que tenemos es la tierra”, dijo.
A su vez señaló que es importante lograr la combinación adecuada de personas que puedan comprar su casa y de aquellas que la rentan.
“La riqueza se crea al ser propietarios de vivienda”, afirmó Suárez.
EL IMPACTO SOBRE LOS NIÑOS
El panel contó también con la participación de Ned Murray, director adjunto del Metropolitan Center de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) y Jorge Damián de la Paz, administrador de programa en Office of Civic and Community Engagement, de la Universidad de Miami.
Los expertos enfatizaron la presión que pone sobre las familias, y especialmente los niños, el alto porcentaje del presupuesto familiar que se destina a la renta. Como consecuencia no cuentan con ahorros para las emergencias, y dedican mucho menos a los gastos médicos y a los fondos para la educación en el futuro.
También se señaló la inestabilidad que se crea en los niños cuando la familia se ve obligada a mudarse porque no puede afrontar el alquiler, y el estrés que pone sobre las escuelas. Una situación que no afecta solo al niño que se cambia de centro con frecuencia sino también a los compañeros de clase.
En la Florida, un total de 275,999 familias con niños están afectadas por la crisis de la vivienda. Los hogares con personas de la tercera edad le siguen en esta lista, con 164,756. Entre los trabajadores más afectados se encuentran los oficinistas y personal administrativo, los empleados del sector de la gastronomía, de la construcción y mantenimiento, y por último, del transporte.
Esta situación de la vivienda resulta una encrucijada para las personas de ingresos medianos, que no califican para recibir subsidios y ayuda con la renta, ni para programas como el Plan 8 (Section 8), para el que existe una larga lista de espera.
EL PAPEL DEL SECTOR PRIVADO
En otro panel, dedicado a buscar soluciones para la vivienda con urbanizadores privados, fue moderado por Michael Liu, director de Miami-Dade Public Housing Agency & Community Development. Participaron Andrew Frey, fundador de la urbanizadora Tecela Development; Matthew Rieger, presidente y director ejecutivo de Housing Trust Group, y Avra Jain, presidenta ejecutiva de The Vagabond Group.
Ellos destacaron el rol clave del sector privado para proveer viviendas asequibles. Señalaron también que el 2017 fue el peor año para el sector. Pronosticaron que el 2018 será mejor porque se cerrarán muchos proyectos iniciados en el año pasado, pero continuará la gravedad de la situación porque sigue la demanda de viviendas para rentar.
Mencionaron entre los obstáculos que se encuentran los urbanizadores de viviendas asequibles los problemas de zonificación, especialmente en cuanto al número de apartamentos que pueden construir. Como ciertas zonas tienen límites de densidad poblacional, si estas regulaciones no se cambian, a ellos no les reporta beneficios financieros construir en ellas.
También se quejaron del costo de las tasas oficiales que tienen la mayoría de las agencias del gobierno. Pusieron como ejemplo las exigencias de entidades como Miami-Dade Water and Sewer Department, que a veces detienen proyectos de urbanización hasta que no se hacen mejoras de alcantarillado en todo el vecindario.
POSIBLES SOLUCIONES
Para resolverlo, los urbanizadores sugieron un sistema de “pay and go”, es decir, pagar la cantidad requerida de manera expedita para que el proyecto pueda seguir adelante. O emprender la mejora solo en el terreno que están urbanizando.
Pidieron también descuentos en el precio de lotes vacíos, ayuda en créditos fiscales y la cooperación entre el sector privado y el público para resolver la crisis de viviendad para rentar.
Avra Jain, cuya compañía revivió el Vagabond hotel en Biscayne, con una restauración que mantuvo el estilo arquitectónico original, resaltó la importancia de rescatar edificios ya existentes para dedicarlos a rentas a precios asequibles. Esta estrategia permite ahorrarse los permisos de construcción, las tasas y las limitaciones mencionadas por los urbanizadores
Jain contó su experiencia en proyectos de este tipo en Little Haiti y Little River, en los que hicieron las reparaciones con materiales de calidad sin desalojar a los inquilinos originales del edificio.
“Los movíamos de un apartamento a otro mientras reparábamos”, contó.
El tercer panel se concentró en el papel de las organizaciones sin fines de lucro para ayudar a desamparados, veteranos y a los jóvenes en riesgo.
Bárbara Ibarra, directora de Miami Homes for All, dijo que uno de los objetivos es distanciarse del modelo de albergues o refugios temporales para satisfacer las necesidades de viviendas.
“Lo importante es poner a una persona a vivir en un apartamento, no importa su circunstancia”, dijo señalando que hay más posibilidades de que, al tener una vivienda fija, la persona se recupere, por ejemplo, de adicciones, problemas económicos y encuentre estabilidad.
El día culminó con un tour en bus por proyectos futuros o ya existentes de la Pequeña Habana donde se probó con éxito la estrategia de restaurar edificios viejos. Es notable la mejora en el aspecto del vecindario y la inversión de nuevos proyectos de construcción en la frontera con zonas vecinas de alto estándar como los Roads. Se logra así una combinación saludable de apartamentos que se venden a precios de mercado con otros de renta a precios asequibles.
Esta solución de combinar viviendas para personas de ingresos bajos y medianos se aprecia perfectamente en Villa Aurora, ubicado en la calle Primera y la avenida 13 en la Pequeña Habana. El edificio, construido en el 2009, tiene en la planta baja la Rama Hispánica del sistema de bibliotecas del Condado. Cuenta con apartamentos para personas con necesidades especiales, que han sido desamparadas o se recuperan de adicciones, y otras que pagan una cantidad reducida de alquiler.
El proyecto hace especial hincapié en que no haya diferencias entre estas personas y los inquilinos regulares. El edificio tiene las instalaciones típicas de una edificación de este tipo, menos piscina. La edad promedio de sus residentes es de 72 años. Está alquilado a completa capacidad y tiene una lista de espera de 500 personas.
Janeth Torres, madre soltera de cinco hijos, tres con necesidades especiales, es una de las residentes de Villa Aurora que cuenta con ayuda para pagar el alquiler.
Torres, nacida en Nueva York y criada en Homestead, se quedó desamparada con sus hijos cuando su ex esposo tuvo un accidente y perdió el trabajo.
“En el 2011 estuve a punto de rendirme”, recuerda Torres, que durante siete años estuvo sin hogar y mudándose de un albergue a otro.
“En el último albergue, en North Miami, estuvimos seis meses viviendo todos en un pequeño cuarto”, dijo Torres, que reside en Villa Aurora desde hace cinco años.
La organización no lucrativa Carrfour Supportive Housing, que administra Villa Aurora, maneja en la actualidad 1,724 apartamentos de renta asistida con 3,330 residentes. Su presidente, Stephanie Berman-Eisenberg, ha logrado reunir fondos millonarios para construir 500 apartamentos más en los próximos años.
Sarah Moreno / El Nuevo Herald
Página Web - 2018/01/24
Fuente: http://www.elnuevoherald.com/