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La subida del precio de las casas y la proliferación de locales vacíos traen de vuelta una práctica habitual en el pasado que permite comprar un 30% más barato

 

El cambio de uso de locales comerciales a pie de calle en viviendas vuelve al punto de mira. Esta práctica, muy habitual durante los años del boom inmobiliario, está regresando al mercado y varios son los factores que explican su renacer. Por un lado, los precios de la vivienda no dejan de subir (en 2017 se encarecieron un 7,6%, según los registradores) y la compra de este tipo de inmuebles resulta más barata. Por otro, proliferan los locales que quedan vacíos debido al auge del comercio electrónico. Sin olvidar el voraz apetito de los inversores por conseguir altas rentabilidades en el ladrillo.

Las agencias inmobiliarias dan cuenta del renovado interés por este tipo de inmuebles con un pasado distinto. "Actualmente tenemos en cartera locales y oficinas transformados en viviendas que han salido al mercado por la baja oferta de casas nuevas en determinadas zonas o por ser una alternativa más económica", explica Francis Fernández, director general de Comprarcasa. "Tenemos varias viviendas de este tipo para poner en el mercado, pero se encuentran en proceso de obtención de licencias y hasta que no tenemos todo legalizado no sacamos el producto", relata Manuel Jiménez, broker de Re/Max Ability.

A este nuevo interés ayuda el hecho de que en las ciudades cada vez hay más locales y talleres vacíos que han perdido el sentido comercial con la consiguiente devaluación. "En la actualidad existe un notable incremento en la gestión de este tipo de expedientes. Es habitual que el promotor de estas actuaciones busque locales en zonas de la ciudad que, por su localización, tienen una escasa visibilidad desde un punto de vista comercial, por lo que su precio de venta como local suele ser más ajustado, para proponer el cambio de uso de local a vivienda", señala Daniel Uceda, director del Departamento de Certificados de Aparejadores Madrid.

El precio de compra de un local es hasta un 50% más barato que el de una vivienda, un descuento que está atrayendo a particulares e inversores. Estos últimos han visto claro el negocio. "Son los inversores quienes demandan este tipo de inmueble, pues cambian su uso a vivienda, lo ponen en alquiler y en menos de una semana les está produciendo ingresos con una rentabilidad que puede estar alrededor del 7%", indica José Luis Benayas, gerente de Look & Find Pacífico.

Otros han visto claro que el negocio está en las viviendas turísticas. "Un perfil que demanda este tipo de proyectos son los propietarios de esos locales u oficinas que quieren legalizarlos, destinarlos a viviendas turísticas y aprovechar la rentabilidad", añade Javier de la Cruz, consultor en DmasC Arquitectos.

Pero estos espacios con origen comercial son más que un negocio. Para muchos particulares son el único camino para acceder a una casa. "Son familias jóvenes que no quieren renunciar a vivir en la ciudad y profesionales que pueden compaginar en el mismo espacio los dos usos, la vivienda y el despacho profesional. También personas de avanzada edad que prefieren vivir en planta de calle", detalla Francis Fernández.

Algunos osados se lanzan a hacer la reconversión a su gusto. En este caso, al coste del local hay que añadir la redacción del proyecto técnico y dirección de obra, las tasas, licencias y la ejecución de las obras. "Son entre 400 y 1.000 euros por metro cuadrado según el nivel de intervención y las calidades de los materiales", comenta Daniel Uceda.

Pero son muchos más los que prefieren evitar el engorroso y complejo trámite de cambiar el uso. El descuento para los que compran la vivienda ya legalizada es menor, aunque siguen ahorrando unos miles de euros. "El precio medio es entre un 20% y un 30% inferior al precio de la vivienda común en esa zona", señalan en la enseña Comprarcasa.

La factura final también va a depender de la superficie del inmueble. Una parte de la demanda busca locales de pequeño tamaño. "Este tipo de viviendas rara vez supera los 60 metros cuadrados, están orientadas en muchos casos a un patio central y suele contar con una o dos habitaciones, más cocina y aseo", explica Jesús Duque, vicepresidente de Alfa Inmobiliaria. Y por otro, y dando un salto en el concepto, están los llamados lofts, con superficies de 300 metros cuadrados y un diseño cuidado

Madrid y Barcelona, que registran las mayores subidas en los precios de las casas, son las ciudades donde más se dan este tipo de conversiones. Las hay en ciudades de menor tamaño pero son menos relevantes. "El precio por metro cuadrado debe compensar y solo compensa en Barcelona y Madrid. Ni siquiera en Sevilla ni Valencia hay casos significativos", opina Fernández. Recientemente, la ciudad de Barcelona hacía inventario. Según el ayuntamiento, hay 78.033 locales de planta baja y, al menos, 3.206 tienen uso de vivienda o garaje. Se concentran en los barrios de Poblenou, Gràcia, Poble Sec, Raval y Born. En Madrid, las zonas de Huertas, Latina y Malasaña ha sufrido el mismo fenómeno en sus calles menos comerciales. También en barrios como Vallecas, Carabanchel, Arganzuela o La Vaguada.

 

Trámites complejos

Ahora bien, estos locales deben ser legalizados para poder vivir en ellos, algo que conlleva un sinfín de requisitos y trámites que van a depender del ayuntamiento en el que se encuentre el local y que no siempre serán viables. "El primer paso será comprobar la viabilidad del proyecto, ya que podrían existir condicionantes tanto urbanísticos como técnicos, que impidan el cambio de uso", indica Javier de la Cruz.

Entre otras cosas hay que verificar que el cambio no está prohibido por los estatutos de la comunidad de propietarios; que la limitación urbanística del número de viviendas por hectárea no se haya superado; debe estar situado en planta sobre rasante y su cambio no será posible si el local está destinado a garaje como dotación del edificio. Además, hay que cumplir el Código Técnico de la Edificación, especialmente en materias de accesibilidad, salubridad y seguridad frente a incendios. Y será necesario comprobar que el ámbito urbanístico donde se encuentra el edificio permite el cambio de uso, señala Daniel Uceda.

Los requisitos dependen de cada ayuntamiento. Por ejemplo, en el de Madrid la superficie útil mínima debe ser de 38 metros cuadrados, pudiendo reducirse a 25 metros en el caso de que sea un estudio.

 

 


Sandra López Letón / El País

Página Web - 2018/02/24

Fuente: https://elpais.com/


La alcaldesa asegura que asume competencias del Estado y la Generalitat ante críticas de la oposición en el pleno sobre el Estado de la Ciudad

Estaba todo el pescado vendido, este viernes, en el pleno sobre el estado de la ciudad que celebra cada año el Ayuntamiento de Barcelona. De nuevo, y cada vez más cerca de las elecciones de junio de 2019, ha sido un todos contra Colau. La alcaldesa ha subrayado los logros e indicadores positivos de la ciudad y su gestión, que entiende que “cumple los compromisos”; y la oposición le ha leído la cartilla con los problemas de una ciudad que, en general, ven paralizada.

Colau les ha emplazado a “poner la ciudad por delante y dejar de lado el partidismo” en un pleno en el que el tema estrella ha sido la crisis de la vivienda que vive la ciudad. Se han encargado los grupos de recordar a la alcaldesa que llegó a la alcaldía precisamente por su lucha por el derecho a la vivienda como activista. Han salido los narcopisos del Raval, la burbuja del alquiler, la brutal lista de solicitantes de vivienda pública (59.000), el aumento de desahucios, de personas sin hogar, de asentamientos de barracas, los pocos pisos construidos... incluso han criticado el proyecto de viviendas temporales prefabricadas.

Colau ha estallado en la réplica y ha sacado pecho en la gestión en lo único que hay consenso entre los siete partidos: el acceso a la vivienda en Barcelona es un drama. La alcaldesa ha recordado que las competencias en materia de la vivienda las tiene la Generalitat y el estado. “Les estamos supliendo”, ha dicho, y ha disparado: “No me den lecciones, durante años [desde la PAH] nos hemos partido la cara y hemos arriesgado nuestro físico poniendo el cuerpo para parar desahucios. Y ahora estamos haciendo el máximo posible, que me hablen de vivienda de alquiler cuando durante décadas solo se ha hecho un 1%”.

La alcaldesa ha enumerado que el precio del alquiler lo desreguló el ministro socialista Miguel Boyer; el PP y el PSOE aprobaron el desahucio exprés y “ampararon a las socimis para que pudieran especular sin pagar impuestos”; el PP rescató a la banca... “Señores del PP, PDeCAT y PSC, ¿se dan por aludidos?”, ha espetado. Incluso ha lanzado un reproche a Ciutadans, a quien ha echado en cara que apoye al PP, “un partido corrupto que reduce en un 70% el gasto en vivienda”. “La Generalitat ha invertido 100.000 euros y nosotros 35 millones, que nos den las competencias y ya haremos nosotros políticas de vivienda”.

Las intervenciones de la oposición han sido duras, sobre todo la del jefe de filas del PSC, Jaume Collboni, socio de Colau durante un año. El socialista ha acusado a Colau de gobernar la ciudad “sin rumbo ni liderazgo, tapando vías de agua como con los pisos contenedor” y de haber “renunciado a transformar la ciudad”. El jefe de la oposición y exalcalde Xavier Trias ha hablado de una ciudad “paralizada” y ha criticado “anuncios estrella, cada día una rueda de prensa de cosas que no pasan” y el fomento del “decrecimiento”.

Desde Ciutadans, Carina Mejías ha pedido un “cambio de rumbo” para acabar con la “parálisis que vive Barcelona” y ha espetado a Colau: “Su soberbia se ha visto desbordada por su desesperación”. Por parte de ERC, Alfred Bosch ha calificado a Barcelona de “capital de los problemas”, y ha dicho que la ciudad “retrocede” y que Colau “pone en marcha el ventilador y reparte culpas sin reconocer errores”.

En opinión de Alberto Fernández Díaz, a Colau “Barcelona se le ha escapado de las manos”, y “recorta lo que no debe y no recorta lo que debe, como los desahucios”. Desde la CUP Eulalia Reguant ha pedido a la alcaldesa que elija entre hacer “una gestión amable de una ciudad escaparate o transformaciones profundas”.

 

 


Clara Blanchar / El País

Página Web - 2018/02/23

Fuente: https://elpais.com/


Madrid, Baleares y Cataluña crecieron muy por encima de la media nacional y solo cinco comunidades registraron caídas en los precios

 

El precio de la vivienda libre en España cerró 2017 con un nuevo acelerón. En el cuatro trimestre del año registró un incremento del 3,1% con respecto al mismo periodo del año anterior —descontando la inflación, el alza fue del 1,7%—. Este aumento situó el metro cuadrado en 1.558 euros, según las cifras publicadas este jueves por el Ministerio de Fomento calculadas a través de una base de datos de 156.571 tasaciones inmobiliarias. Se trata del mayor crecimiento interanual desde el año 2008 y, además, es el undécimo trimestre consecutivo de subida nominal de los precios, tras 26 trimestres de caídas interanuales que comenzaron con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria a finales de 2008. Con respecto al trimestre anterior, de julio a septiembre, la subida en el precio de la vivienda libre fue del 1,2%.

El mercado inmobiliario español se recupera sin pausa pero sin prisa. Los precios de las casas registran aumentos desde hace tres años y el grueso de las comunidades autónomas experimenta encarecimientos en su parque de viviendas. Ahora bien, aunque los precios se han recuperado un 7,1% desde los mínimos del tercer trimestre de 2014, el valor medio por metro cuadrado sigue siendo un 25,8% inferior al del nivel máximo alcanzado en el primer trimestre de 2008.

Según la estadística del Ministerio de Fomento, las casas de segunda mano fueron las que más se encarecieron. El valor medio del metro cuadrado de la vivienda libre de hasta cinco años de antigüedad se situó en 1.804 euros en el cuarto trimestre de 2017, lo que refleja un crecimiento interanual del 2,3%. En cuanto a la vivienda libre de más de cinco años de antigüedad, el precio alcanzó los 1.550 euros por metro cuadrado, lo que supone una subida del 3,1% en tasa interanual.

Trece fueron las comunidades autónomas que registraron alzas en el precio de las casas durante el cuatro trimestre del año, aunque Madrid (6,9%); Baleares (6,5%); Cataluña (5,3%); Navarra (4,1%) y Canarias (3,9%) subieron por encima de la media nacional. La mancha de la recuperación se va extendiendo a más regiones, aunque hubo comunidades donde el precio de las casas continuó cayendo. La Rioja (-1,8%); Castilla y León (-1,0%); Castilla La Mancha (-0,8%) y Galicia (-0,4%) mostraron descensos interanuales.

Por municipios de más de 25.000 habitantes, los precios más elevados se dieron en San Sebastián (3.437 euros por metro cuadrado); Sant Cugat del Vallès (3.060 euros); Barcelona (3.053 euros); Santa Eulalia del Río (3.004 euros); Ibiza (2.939 euros); Madrid (2.861 euros); Getxo (2.858 euros), y Calvià (2.760). Por su parte, los precios más bajos se registraron en Elda (521 euros por metro cuadrado); Alcoy (577 euros); Ontinyent (586 euros); Crevillent (599 euros); Villarrobledo (601 euros) y Puertollano (610).

Con respecto a la vivienda protegida, el precio medio del metro cuadrado en el cuarto trimestre del año fue de 1.128,3 euros, lo que supone un descenso del 0,2% respecto del tercer trimestre de 2017, mientras que subió un 0,4% en tasa interanual.

 

 


Sandra López Letón / El País

Página Web - 2018/02/22

Fuente: https://elpais.com/


Millones de ciudadanos están afectados por la pobreza energética

El pasado 1 de febrero desde La Casa Que Ahorra participamos en un comité de expertos, convoacdo por la Asociación de Ciencias Ambientales, con el objeto de debatir sobre la relación existente entre las características y estado de una vivienda y la salud de sus ocupantes. Entre las conclusiones del evento, un hecho no pasó desapercibido; si bien existe una extensa bibliografía sobre la relación entre determinadas condiciones de humedad, temperatura, y otros factores relacionados con la vivienda y nuestra salud, no es una relación que tenga mucho calado a nivel político e institucional ni que sea tenida en cuenta por la ciudadanía a la hora de alquilar o realizar la compra de su vivienda.

Por ello, se hace imprescindible poner en valor el impacto negativo en la salud de habitar viviendas ineficientes y/o de escasa calidad constructiva (y con patologías detectadas y no atacadas), y como contrapartida, las mejoras en salud y calidad de vida que aporta actuar sobre nuestros edificios. Para ello, se desarrolló el estudio Estimación del efecto de la rehabilitación energética en la salud de las personas. Enfoque económico, realizado por el Institut de Recerca en Energia de Catalunya y promovido por la Fundación La Casa Que Ahorra, en el que se señalaba que la Administración podría ahorrarse 370 euros al año, en costes sanitarios y laborales, por cada una de las viviendas construidas entre los años 60-80, en las que habitan hogares que se encuentran en situación de vulnerabilidad energética, si se llevase a cabo una rehabilitación energética. Y no olvidemos que son 1,5 millones de viviendas las que están en esta situación….

Un año más se ha convocado la Semana de la Pobreza Energéticadel 17 al 23 de febrero, semana a la que nos sumamos desde la Fundación La Casa que Ahorra, y pensamos que esta problemática pone de relieve uno de los aspectos, con peores consecuencias sobre las personas, que se derivan de la ineficiencia energética y la falta de protección y calidad de vida que deberían proporcionarnos nuestras viviendas. Millones de ciudadanos, según los estudios existentes, están afectados por la pobreza energética, pero, ¿cuántos cientos, miles o millones de ciudadanos están sufriendo consecuencias, más allá de las derivadas de la pobreza energética, por el inadecuado estado de los edificios?

Dado que todavía no existe una etiqueta que permita conocer si un edificio es o no saludable, aunque cada día se avanza más en esta cuestión, queremos compartir con el lector algunas claves que deberíamos exigir que nuestros edificios cumplieran, para proporcionarnos una vivienda saludable, que protegiera nuestra salud y que previniera problemáticas como la pobreza energética, frente a otros conceptos más establecidos como edificios sostenibles para los que existen distintos sistemas de certificación y un etiquetado con el objetivo de informar sobre las características energéticas de una vivienda.

¿Vives en un edificio saludable?

Aunque el concepto de vivienda saludable podría tener en cuenta más aspectos (gas radón, ondas electromagnéticas, etc.), planteamos siete cuestiones clave que pueden tener incidencia sobre la salud y la protección de las personas y que están íntimamente ligadas al estado de la vivienda.

Temperatura: ¿Tu vivienda se mantiene a una vivienda adecuada cuando hace frío o calor? Generalmente se recomienda que una vivienda se mantenga a una temperatura cercana a los 21ºC en invierno y a los 26ºC en verano; viviendas que se mantienen en rangos de temperatura más bajos en inviernos o más elevados en verano pueden afectar a la salud de las personas. Entre otros efectos, vivir a temperaturas frías afecta a la actividad cardiovascular normal, elevando la presión sanguínea y el ritmo cardiaco y, en consecuencia, requiriendo un mayor esfuerzo a nuestro corazón. En el caso del calor, la deshidratación y la alta temperatura corporal afectan al descanso, pueden producir síncopes y, en los casos más extremos, golpes de calor. Habitar a una temperatura inadecuada es una de las peores caras de la pobreza energética respecto a la salud de las personas que, en las situaciones más extremas, se ven incluso obligadas a debatirse entre lo que gastan en calefacción y en alimentación. La mejor solución se encuentra en proporcionar protección a nuestro edificio mediante un correcto aislamiento térmico, de forma que hagamos al hogar resiliente ante el frío y el calor. Una vez hecho esto, la instalación de equipos eficientes de climatización y otros aparatos como termostatos pueden ser el complemento perfecto para mantener una temperatura adecuada.

Humedad: ¿Tu vivienda mantiene una humedad adecuada? Una vivienda debe mantenerse con una humedad del 40% al 60%; un ambiente seco, inferior al 40%, producirá sequedad en mucosas y orificios de ojos, nariz en la garganta, mientras que una humedad excesiva provoca dificultades respiratorias y puede generar la aparición de alergias al propiciar la proliferación de hongos y ácaros. Una correcta ventilación, incluso con un sistema mecánico, que se combine con una envolvente que evite los puentes térmicos y la proliferación de humedades y podredumbre por condensación serán la mejor solución. En casos extremos, el uso de humificadores y deshumificadores pueden ayudar a asegurar un nivel de humedad adecuado.

Ruido: ¿Existen ruidos externos que afecten al bienestar en tu vivienda? La presencia de ruidos molestos en una vivienda puede ser fuente de problemas de salud físicos y mentales. Cualquier sonido no deseado que supere los 55dB supondrá una molestia y la exposición a ruidos superiores a los 85dB tendrá efectos nocivos sobre la salud. La exposición a esta contaminación sonora puede ser origen de problemas de audición, estrés, y alteraciones en el sistema cardiovascular, endocrino y digestivo. Un adecuado aislamiento de la vivienda, nuevamente, es una solución con beneficios para la protección frente al ruido y para garantizar un ambiente saludable.

Calidad del aire interior: ¿Está tu vivienda libre de contaminantes del aire? Quizás sea un aspecto menos conocido o evidente para la ciudadanía. Sin embargo, formaldehidos, compuestos orgánicos volátiles o bencenos son algunos de los elementos presentes en las viviendas y que pueden contaminar su aire y afectar a sus ocupantes. Los formaldehidos están presentes en multitud de elementos como pinturas, barnices, pegamentos, productos cosméticos, desinfectantes, etc. Los bencenos, por su parte, son frecuentes en la fabricación de gomas, lubricantes y adhesivos. En consecuencia, estos productos se encuentran presentes en nuestras viviendas y pueden ser fuente de contaminación del aire interior. Si bien los efectos nocivos de estos compuestos están asociados a concentraciones elevadas, poco habituales, la gravedad de sus efectos hace necesario tomar precauciones que van desde una adecuada ventilación del interior hasta la adquisición de materiales libres de estos productos.

Seguridad frente al fuego: ¿Es tu vivienda segura contra incendios? Un incendio es un hecho dramático que puede tener consecuencias devastadoras sobre las personas y sus bienes personales. En este aspecto, el uso de sistemas como “braseros” más en uso de lo que nos creemos en cierto tipo de hogares con habitantes de avanzada edad, genera un riesgo adicional por lo que un hogar debería incorporar medidas pasivas para evitar su propagación a otros, como la elección de elementos de construcción y aislamiento que sean ignífugos, y medidas activas para apagar los primeros conatos o facilitar la intervención de los bomberos, como extintores, mangueras, alarmas, etc…. sin olvidar una adecuada sectorización entre viviendas y/o espacios comunes.

Accesibilidad: ¿Es tu vivienda accesible a personas con movilidad reducida? La accesibilidad de una vivienda no debe diseñarse únicamente en términos de los ocupantes actuales, sino también con previsión de las necesidades futuras de los mismos y de los nuevos ocupantes que puedan incorporarse. La presencia de elementos cotidianos como un escalón sin rampa, accesos estrechos u otros obstáculos no sólo supone en ocasiones una barrera para personas con movilidad reducida, sino que pueden ser foco de accidentes para otros colectivos, como las personas de avanzada edad. Problemáticas como la pobreza energética están muy asociadas a la falta de accesibilidad y a edificios con una muy baja eficiencia energética en los que habitan en muchas ocasiones personas de avanzada edad que se ven “condenadas” a pasar la mayor parte del día en su vivienda, que no pueden calentar por falta de recursos y por ser edificios devoradores de energía.

Monóxido de carbono: ¿Es tu vivienda segura frente a gases como el monóxido de carbono y otros compuestos volátiles y tóxicos? El monóxido de carbono es un gas que se origina como resultado de procesos de combustión incompletos; al ser inodoro, incoloro e insípido resulta indetectable su concentración en un espacio cerrado para las personas, pudiendo provocar su inhalación la muerte por asfixia. Para evitar su escape y concentración, así como la de otros compuestos peligrosos, es necesario evitar la quema de material vegetal en espacios cerrados o sin equipos adecuados y llevar a cabo labores de revisión y mantenimiento periódicas para asegurar que el proceso de combustión es el adecuado. Una de las estrategias de los hogares que se encuentran en situación de pobreza energética es optar por sistemas no seguros para calentar sus hogares (estufas catalíticas obsoletas y faltas de mantenimiento, quema de biomasa en la propia vivienda, etc.) por lo que, nuevamente, el aislamiento y mejora del edificio podría evitar parte de estos problemas al evitar situaciones de pobreza energética que obliguen a estas prácticas mencionadas.

Como conclusión, desde nuestro apoyo a la Semana Europea de la Pobreza Energética y nuestro deseo de acabar con esta problemática social, seguimos insistiendo en que la rehabilitación y la apuesta por la mejora de la eficiencia energética a través de la reducción de las necesidades energéticas, son la mejor solución y la que tiene un mayor impacto (directa e indirectamente) a largo plazo en la salud y en la calidad de vida de las personas. Además, como hemos mostrado a lo largo del artículo, proporcionan protección frente a otros aspectos que, desde nuestras viviendas, tienen incidencia en la salud. Por todo ello, afrontemos la pobreza energética para eliminarla de nuestra sociedad del bienestar, rehabilitando edificios y apostando por la eficiencia energética, y digamos SÍ a la protección de nuestra salud.

 

 


ALBERT GRAU / El País

Página Web - 2018/02/20

Fuente: https://elpais.com/


La reforma de la ley de arrendamientos urbanos de 2013 vulnera el derecho a una vivienda digna

En mayo del 2013, a instancias del Gobierno del PP, el Congreso de los Diputados aprobó el Proyecto de Ley de medidas de flexibilización y fomento del mercado del alquiler de viviendas que reformaba la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) vigente desde el año 1994. En la exposición de motivos de la ley, la reforma se justificaba en la anomalía que representaba en el contexto europeo el débil mercado de alquiler y la elevada tasa de propiedad de la vivienda habitual. Se quería dinamizar el mercado del alquiler con el objeto de ampliar el parque de vivienda destinado a ese fin y con ello que las rentas de alquiler fueran más bajas y asumibles para los inquilinos, así como equilibrar los derechos entre arrendadores y arrendatarios.

La fórmula para ello que dispuso el Gobierno fue la liberalización casi total del contrato de arrendamiento. Éste podría tener cualquier duración pactada por las partes aunque el contrato ordinario y sus prórrogas se reducían de 5+3 años a 3+1 años, el incremento anual de rentas dejaba de estar vinculado al IPC y se ampliaban las causas de extinción del alquiler como para los casos de compraventa de la vivienda o de necesidad de ésta por el propietario o de sus familiares. Complementariamente, también se simplificaron y aceleraron los procesos de desahucio por impago del alquiler.

 

En el periodo 2007-2013, con la LAU 94 vigente, las rentas de alquiler bajaron a la vez que los contratos se multiplicaron

Entre los años 2006 y 2007, como efecto del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, empieza un fuerte descenso de las operaciones de compraventa de primera vivienda, ello se traduce en un incremento sostenido de contratos de alquiler desde el 2007-2008. La población que necesitaba acceder a una vivienda no lo podía hacer en propiedad por falta de crédito y solo le quedaba la opción del alquiler. En Barcelona el crecimiento del número de contratos formalizados fue notable, de 24.162 en 2007 a 44.819 en 2013. Este incremento de la demanda no se tradujo en una subida de las rentas mensuales de alquiler, sino todo lo contrario, así el alquiler medio de la ciudad bajó de los 813 euros mensuales en 2008 a los 681 en 2013. Durante esos años la propiedad optó por bajar los alquileres ya que la coyuntura económica era muy mala y el riesgo de impago comportaba largos procesos de desahucio, al menos hasta la reforma del 2013.

El fracaso de la reforma del 2013, pocos alquileres más pero mucho más caros

Casi 4 años después de la entrada en vigor de la reforma del alquiler que iba a comportar una bajada de los precios, nos encontramos que éstos han subido por encima de los picos pre-burbuja. Así, en Barcelona hemos pasado de un alquiler medio de 681 euros mensuales en 2013 a 903 en el tercer trimestre del 2017. La misma tendencia alcista se repite en todos los municipios de su área metropolitana, o de las principales ciudades de Catalunya y España. Nadie pone en duda el incremento descontrolado de las rentas por unos alquileres cada vez más precarios y con menos garantías que está sufriendo en sus carnes el inquilino. Además, el importante incremento del número de contratos anuales previo al 2013 se estabilizó a la baja desde ese año. Ello sin olvidar que un número importante de contratos ha sido un simple espejismo causado por una mayor rotación de inquilinos debido a la menor duración de los contratos desde el 2013: sabemos cuántos contratos se firman, pero no cuántos completan su duración contractual.

Así, los objetivos sociales con los que el Gobierno justificó la reforma –más alquileres y más baratos, y una mayor "simetría" de derechos entre las partes– han fracasado notablemente. La ley ha tenido efectos contrarios a los anunciados en un contexto económico que teóricamente era favorable para su fin.

 

El objetivo real de la reforma, sanear a la banca

A partir del año 2007 la banca empieza a acumular de forma creciente muchas viviendas provenientes de ejecuciones hipotecarias que pasan a ser activos negativos de muy difícil venta al "público minorista". Estos y otros activos tóxicos hunden el sistema financiero español entre el año 2011 y 2012. El Gobierno acude a su rescate socializando las pérdidas de entidades privadas nefastamente gestionadas en connivencia con el poder político. Para ello toma dos iniciativas:

  • Crear la SAREB, sociedad pública que capitalizará buena parte de los activos más tóxicos.

  • Crear las condiciones legales y fiscales para que inversores compren activos inmobiliarios del stock bancario, los exploten y rentabilicen a medio y corto plazo mediante el arrendamiento.

 

Así, el primer borrador de la reforma de la LAU presentado por el Gobierno en el 2012 recogía artículos para fomentar la creación de Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario (SOCIMI), y para establecer bonificaciones fiscales en el Impuesto de Sociedades para el arrendamiento de viviendas. Estas medidas finalmente quedaron fuera de la reforma, pero sí que se presentaron y aprobaron en diferentes leyes de carácter económico ese mismo año. Se estableció, por ejemplo, que el tipo sobre el impuesto de sociedades de las SOCIMIs sea un 0%, o que tributen como máximo un 19% sobre beneficios. Pero aún era necesario modificar la LAU, precarizando más los derechos de los inquilinos para incrementar la rentabilidad del alquiler, minimizar sus riesgos y hacer así un producto más seguro para los inversores. Por ello, la pérdida de derechos de los inquilinos en 2013 es una consecuencia más del rescate bancario.

 

Una ley que ha tenido efectos especulativos:

Desde la aprobación de la reforma, diversos sectores relacionados con el inmobiliario, como la banca o los portales web, iniciaron una campaña que anunciaba importantes beneficios para la inversión en vivienda de alquiler debido a unos precios de venta bajos en comparación con unas rentas altas y crecientes. Este marco legal, y también mental, ha dado sus frutos. Por ejemplo, en el año 2015, las SOCIMIs representaron el 40% de la inversión inmobiliaria en España. Y, sobre todo, las rentas de alquiler de grandes ciudades como Barcelona o Madrid han llegado en solo 3 años a máximos históricos a la vez que los desahucios por impago también se han incrementado, todo ello debido a que el conjunto de la propiedad se ha aprovechado de la enorme flexibilidad del alquiler y de la merma de derechos de los inquilinos.

Es por todo ello que ante un marco regulatorio que fomenta la especulación y vulnera el derecho a una vivienda digna, necesitamos derogar una ley antisocial en favor de un alquiler justo. Debemos rescatar de los poderes financieros la función social de la vivienda.

 

 

 


Xavier Anzano (UOC) / El País

Página Web - 2018/02/19

Fuente: https://elpais.com/