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Las condiciones climáticas se mantienen estables desde la última lluvia registrada en la noche del viernes.

Las condiciones climáticas parecen haberle dado un respiro a la castigada provincia de Chaco, que junto a Corrientes sufrió en los últimos días con inundaciones que afectaron a más de 5000 familias y dejaron un saldo trágico de al menos cuatro muertos, aunque aún hay más de mil personas evacuadas.

En total son 1.355 las personas que todavía no pudieron volver a sus hogares en Chaco, según un informe de la Secretaría de Protección Civil (Sinagir).

El informe actualizado del organismo señala que 427 de los evacuados corresponden a Resistencia, la capital provincial;392, a Barranqueras; 264, a Puerto Vilelas; 112, a Las Breñas; Puerto Tirol (60); Villa Angela (55); Charata (16); Fontana (15); Tres Isletas (9); y Villa Berthet (5).

Los nueve evacuados de la localidad de Tres Islotes pertenecen a dos familias que sufrieron heridas al volarse los techos de sus viviendas, precisaron las fuentes del organismo.

En tanto, la Policía provincial hace recorridos preventivos por los establecimientos educativos y demás centros de evacuación, y cinco camiones del Ejército trabajan en el área metropolitana, donde personal de Gendarmería Nacional colabora con los agentes de Defensa Civil en la distribución de raciones para las familias damnificadas.

Los evacuados en Chaco se duplicaron el viernes después de las abundantes precipitaciones que afectaron varias localidades.

Con más de mil evacuados y otros miles de personas afectadas por la inundación, la situación en las zonas más afectadas se volvió crítica. Desde el gobierno provincial salieron a aclarar que, pese a la información que trascendió en las redes sociales en forma de comunicado, no se entregan subsidios a los damnificados en los puestos de asistencia instalados en el 'Gran Resistencia'.

 

 


Clarín

Página Web -2019/01/12

Fuente: https://www.clarin.com/


El incremento se aplica desde este mes. También hay revalúos en los countries.

 

Desde este mes rige en la provincia de Buenos Aires un aumento del 38% en el Impuesto Inmobiliario Urbano e Inmobiliario Rural. Representa un acompañamiento moderado de la inflación 2018, que rondaría el 48%, aunque los salarios de empleados públicos en muy pocos casos se arrimó al 30% de mejora.

El Inmobiliario no es el ingreso más importante de ARBA. El filón es Ingresos Brutos, que grava la actividad económica, pero la retracción económica afectó esa entrada tributaria.

No obstante, los propietarios de inmuebles sufrirán otro año complicado por la reciente revaluación fiscal. Este reacomodamiento resuelto por el gobierno provincial acercó el precio fiscal del bien al valor de mercado. Por eso, el 38% de suba resulta significativo. No tanto como el topetazo impositivo de 2018, que alcanzó el 56% de suba, pero para estos tiempos de escasez cada peso cuenta.

En la redada impositiva, muchos inmuebles de clase media que hasta hace meses no pagaban el impuesto por Bienes Personales se incorporaron a ese tributo. Como se sabe, en aquel momento se resolvió que el mínimo no imponible para 2018 fuera de 1.050.000 pesos. Con una propiedad y un automóvil, un alto porcentaje de contribuyentes  quedó dentro del esquema.

La estimación es que 4.867.000 viviendas y comercios tuvieron una revalorización fiscal. También 1.700.000 terrenos. Las autoridades se habían puesto a resguardo porque la última actualización había sido en 2005 y la ley dispone que el ajuste se puede hacer cada década. El inmobiliario Rural fue actualizado en 2012, en medio de grandes manifestaciones de productores en el parlamento bonaerense. La próxima será en 2022. Igual, hace un año quedó establecido un reajuste para aquellos casos donde se detecten mejoras en los lotes. Por ejemplo, ampliaciones de viviendas, silos o molinos, entre otras.

De acuerdo con las escalas confeccionadas por el fisco provincial, en 2019 la suba del Inmobiliario Urbano determina que el 76% de los contribuyentes de esa categoría pagará un alza promedio de 63 pesos por mes, con un techo de 99 pesos. La medida alcanza a más de 7 millones de contribuyentes.

Esa ecuación fue resuelta por la Legislatura en la Ley Impositiva. En contrapartida con la suba del Inmobiliario, la norma determinó algunas bajas en Ingresos Brutos. Representa un bache en los recursos propios, además, por el impacto en la Provincia del recorte de fondos desde Nación al transferir al Estado bonaerense subsidios al Transporte, agua y electricidad. El déficit por el traspaso será de 40.000 millones de pesos (sin las transferencias sería sólo de 12.000 millones).

En cuanto a la baja en las alícuotas de Ingresos Brutos, significará una transferencia al sector productivo privado de 10.000 millones de pesos. Se aplica de la siguiente manera: para la Producción primaria la reducción será de 1,5 a 0,75 %; Construcción de 3 a 2,5 %; Servicios de 5 a 4,5 %; Transporte de 3 a 2 %; Comunicaciones de 5 a 4 %; Servicios inmobiliarios de 6 a 5 %; Electricidad, gas y agua de 4 a 3,75 %.

La novedad de este año es la creación de un impuesto al juego, que representa un 2 % para los premios de las máquinas tragamonedas en la Provincia.

Todo en tiempos de absoluta precariedad financiera. El total de gastos comprometidos para este ejercicio, en el último año de gestión de María Eugenia Vidal, es de 929.000 millones de pesos. Los ingresos previstos son 889.000 pesos.

 

 


Rodolfo Lara / Clarín

Página Web - 2019/01/13

Fuente: https://www.clarin.com/


Es por el impacto de la suba del dólar y el resto de los precios de la economía. Su busca hacer ajustes semestrales del 12%.

 

Quienes tengan que renovar su contrato de alquiler en 2019, deberán asumir subas de alrededor de un 30% anual, debido al impacto de la devaluación y la inflación. Otra modalidad es que los alquileres se ajusten con alzas semestrales del 12 al 14%, según estiman las inmobiliarias.

Desde las asociaciones de inquilinos afirman que los incrementos son mayores. Por ejemplo, la Federación de Inquilinos Nacional, asegura que se están pidiendo subas de entre el 50% y el 60% anual. "Ese nivel de aumentos no son convalidadas por el mercado", asegura Juan Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria (CIA), quien a sostiene que el alza no superará el 30% anual a nivel país"

También Roberto Arévalo, con inmobiliaria en Capital Federal, sostiene que "los propietarios confían en las inmobiliarias y éstas no van a actualizar los precios un 50% porque no hay bolsillo que aguante", dice. Se refiere a que el inquilino, debe afrontar el aumento de las expensas ordinarias, más los aumentos en los servicios, etc, cuando todavía no hay paritarias definidas y la presión inflacionaria durante el 2018, llegó al 48%.  "Por todas estas razones, se conviene una tasación razonable que el inquilino pueda pagar", sostiene Arévalo.

Claro que, la sensación de ambas partes es, como señala Bennazar, que "el propietario cobra poco y el inquilino paga mucho". Porque, lo que está pasando es que hay “un combo del gasto que conlleva una vivienda”, que incluye los servicios, ABL, y expensas,  que “supera ampliamente el valor locativo”, explica.

Acerca del negocio de los propietarios, Bennazar recuerda que la rentabilidad que hoy ofrecen los alquileres "está en el nivel más bajo de la historia: menos del 3% anual". Según un relevamiento del sitio especializado Reporte Inmobiliario, el valor medio de un alquiler para departamentos de 2 ambientes en la Ciudad supera los $11.000, mientras que las unidades de 3 ambientes cotizan por encima de los $15.000.

Bennazar agrega otro factor a tener en cuenta: las diferencias de los aumentos, según las zonas. "En CABA, los alquileres en 2018 subieron un 36%, en promedio, pero en el conurbano bonaerense esa cifra fue más cercana al 28% y a nivel país el aumento promedio es de 18%.

 

 


Natalia Muscatelli / Clarín

Página Web - 2019/01/10

Fuente: https://www.clarin.com/


Son familias que compraron su vivienda con créditos ajustables por inflación. En los últimos meses su deuda creció fuerte y les preocupa no poder seguir pagando. El remate, el mayor fantasma.

 

Miedo. Incertidumbre. Desesperación. También obsesión. Hasta lo grafican como "bomba de tiempo". Se trata de algunas expresiones que denotan la angustia y la preocupación de muchas familias que, en los últimos años, accedieron a préstamos hipotecarios UVA y ahora notan que sus cuotas se han ido a las nubes, debido a una inflación galopante que les generó aumentos del 30% en sólo seis meses y del 47% a lo largo del 2018.

En distintos lugares del país incluso se han autoconvocado familias formando “colectivos regionales” para protestar cada semana contra los bancos y las autoridades, “rogando por alguna solución”. Clarin dialogó con algunas de estas familias que, a poco de cumplir el sueño de dejar de alquilar, hoy temen perder su vivienda por no poder seguir pagándola.

Ingeniero de Sistemas, Diego Spinedi (45), que vive en La Plata, le cuenta su caso a Clarín y rememora lo que empezó siendo la bendición de la casa propia, pero dice que hoy atraviesa, junto a su mujer Eugenia, una verdadera pesadilla.

"En octubre de 2016 pedimos un préstamo UVA al Banco de la Provincia de Buenos Aires, que nos dio $ 1.215.000 (el dólar estaba a $ 15) para comprar el 70% de la casa. El resto lo conseguimos con ayuda de familiares y amigos". Dos años después, cuenta que no sólo no redujeron la deuda, sino que la hipoteca saltó a $ 2.100.000. "Nuestra primera cuota fue de $ 11.000 y en diciembre último pagamos $ 18.000, lo que representa más del 50 % de aumento", expresa desconsolado Spinedi.

Aclara este profesional que él, junto a su esposa monotributista, quiere pagar su casa como corresponde, "pero nos urge tener un mínimo de seguridad. No puede ser que no sepamos cuánto será el próximo mes". Reconoce Spinedi que no hay noche que no aparezca el "tema hipotecario" que intercambia con Eugenia "en armonía aunque con mucha preocupación, y por momentos es una obsesión. Sobre todo escuchando las noticias, que habla de aumentos en todos lados y de un dólar a $ 50 para marzo... ¿Cómo vamos a hacer para pagar la cuota?".

A la hora de otear el horizonte, Spinedi intenta ser optimista, pero la realidad económica tiñe el cielo de oscuro. "Se nos cruza que podamos perder la casa, qué sé yo... Estamos empezando un año eleccionario y si bien esto no pasa por colores políticos, la solución tiene que venir de la política, de lo contrario será muy difícil". ¿Qué dice el Banco? "Nada, sólo acepta extender el plazo del crédito, pero es una engañapichanga", interpreta.

Cada vez que piensa en el crédito le vienen ganas de llorar a Spinedi, un sentimiento que se repite a menudo. Especialmente cuando se suceden los "no" para sus dos hijos. "A mi hijo de 16 le tuve que decir que no sé si podré pagarle el viaje de egresados. A mi hija de 11 no la puedo mandar a la colonia. Y eso que somos de clase media, pero nos están destruyendo. Yo aposté a mejorar la calidad de vida y resulta que me está yendo peor", mastica bronca este hombre que hace unos meses volvió a rechazar irse a trabajar a España. "Quiero a la Argentina, mi vida está aquí, pero te empujan a que te vayas".

Débora Villalba (28) estudia Ciencias de la Comunicación y vive con su marido Pablo Friso en Beriso, casa que compraron en diciembre de 2017 con un préstamo UVA-Procrear que les dio el Banco Francés por un monto de $ 930.000 que en la actualidad trepó a $ 1.300.000, más del 40% de aumento. "Arrancamos con cuotas de $ 7.000 y la última que pagamos llegó a $ 9.600. Yo no trabajo y Pablo es empleado y no tuvo ese porcentaje de aumento", clama Débora.

 

El temor tomó de rehén a esta pareja que tiene dos hijos. La principal incertidumbre es cómo refinanciar la deuda, porque no vislumbramos una solución y tememos que con todos los aumentos, la cuota hipotecaria siga creciendo. ¿El mayor miedo? Perder la casa, que el banco te la remate".

Habla de agotamiento, de saturación y de una llamativa obsesión. "Es que a veces es el único tema y no hay derecho. Temblamos cada vez que se acerca el día 5 de cada mes, que es cuando nos debitan el préstamo. Y entramos todos los días a la página del banco para ver a cuánto se fue la cuota. Es injusto vivir así".

Cuando pensaron en el préstamos, Débora y Pablo nunca imaginaron tamaño escenario. "Es más, desde el banco nos decían a fines de 2017 que era un momento propicio para embarcarse en el crédito, y que imaginan, como peor escenario, una inflación de 20 puntos para 2018. De haber sabido que esto podría suceder, nunca nos habríamos metido. De hecho, hoy nadie pregunta por préstamos hipotecarios", afirman.

Qué hacer ahora es la gran disyuntiva para esta pareja. Dicen que pensaron en vender la hipoteca, "pero nos dijeron que no se puede hasta que esté saldada la deuda, tampoco podemos alquilar una pieza si quisiéramos. ¿Arrepentimiento? Es contradictorio el asunto, porque se trata de un techo que quedará para nuestros hijos, pero atravesando este lío, pensás ¿para qué me metí en esto?".

El caso de la pareja de Verónica (40) y Diego (38) es representativo, porque la inflación le disparó su préstamo casi al doble. En noviembre de 2016 pidieron $ 1.040.000 y la deuda a la fecha asciende a $ 1.900.000. "Empezamos con una cuota de $ 8.600 y en diciembre pagamos $ 15.500", dice Verónica, quien prefiere no dar su apellido ni tampoco figurar en la foto.

Empleado estatal y odontóloga, Verónica recuerda las palabras de quien los persuadió en el banco para aceptar el préstamo: "Es el mejor al que pueden acceder. Nosotros ya veníamos de un préstamo en 2008, a tasa variable, que saldamos en cuatro años, por lo que teníamos experiencia, no teníamos dudas", recuerda Verónica, madre de tres hijos.

"Pero esto es una bomba de tiempo", grafica la odontóloga. Y reclama: "Necesitamos una solución, no podemos vivir angustiados, debería haber un marco regulatorio que proponga que la cuota no supere el 20 % o 25 % del sueldo. Nosotros estamos pagando a mediados de mes, con morosidad, porque antes nos resulta imposible".

Pensando en cómo viene el año, Verónica juega a ser piensalindista y suponer que lo peor ya pasó, "quiero pensar así, porque si no me vuelvo loca". Cuenta que extendió su franja laboral para intentar amortiguar el impacto de la deuda, pero "uno sabe cuánto va a cobrar, no habrá grandes mejoras; en cambio, la inflación, es impredecible".

Como en las otras familias, las restricciones y los ajustes están a la orden del día. "Eliminamos todo tipo de esparcimiento para nosotros y los chicos, y bajamos los gastos una enormidad. Por suerte tenemos gente que nos da una mano, pero la sensación de intemperie y de soledad nos asusta".

 

 


Javier Firpo / Clarín

Página Web - 2019/01/03

Fuente: https://www.clarin.com/


Mientras que en los diez primeros meses acumuló un avance de 49,2%, según un informe de la Dirección General de Estadística y Censos porteña.

El costo de la construcción subió en noviembre 2,2% en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que en los diez primeros meses del corriente año acumuló un avance de 49,2%, según un informe elaborado por la Dirección General de Estadística y Censos porteña.

En el cotejo intermensual, el costo de la mano de obra avanzó 3% respecto a octubre; los gastos generales, 2,1%; y el precio de los materiales, 1,6%.

En tanto, entre enero y noviembre el ítem que más subió fue precios de los materiales, con un incremento de 67,5% frente a igual período anterior; seguido por gastos generales (+43,6%) y mano de obra (+29,7%).

El Índice del Costo de la Construcción de la Ciudad de Buenos Aires (ICCBA) es un indicador que mide las variaciones mensuales que experimenta el costo de la construcción privada de edificios destinados a viviendas en la Ciudad de Buenos Aires.

 

 


Télam - Agencia Nacional de Noticias

Página Web - 2018/12/12

Fuente: https://www.telam.com.ar/