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El diputado pretende otorgársela a quienes "hayan desistido del crédito hipotecario y perdido dinero".

Máximo Kirchner propone una compensación a quienes perdieron la seña en una operación inmobiliaria que se haya caído por "la brusca devaluación".

El proyecto del diputado del Frente para la Victoria pretende "otorgar una compensación económica a todas aquellas personas a las que se les hubiere otorgado un crédito hipotecario efectuando entrega de seña para reservar el inmueble y que, producto de la devaluación, hayan desistido del crédito hipotecario y perdido ese dinero".

Según el hijo de Cristina Kirchner "se busca dar una solución a muchas familias argentinas que perdieron la oportunidad de acceder a la casa propia por la busca devaluación".

El texto, que además cuenta con las firmas de Agustín Rossi, Cristina Alvarez Rodriguez y Fernando Espinoza, establece que se realice la compensación cuando se produzca una variación de tipo de cambio nominal, igual o mayor al 10 por ciento entre el momento del otorgamiento del crédito y el de la firma de la escritura.

"La compensación económica será igual a la suma total en pesos correspondiente a la seña o arras entregada para reservar el inmueble por el cual se tramitó el crédito hipotecario, no pudiendo ser gravada con ningún tipo de impuesto y siendo inembargable", indica el proyecto de resolución.

Además, dispone que la solicitud de la compensación económica "se hará ante la ANSES, que será la autoridad de aplicación de la ley y tendrá a su cargo el pago de la compensación económica en el plazo de 30 días corridos desde el cumplimiento de los recaudos exigidos".

La norma propuesta se sustenta "en la apremiante situación de muchas familias que, estando a punto de concretar el sueño de la vivienda propia, se vieron impedidas de acceder a la misma por la escalada exponencial del tipo de cambio, viéndose esto reflejado en los montos que tenían que erogar para poder efectivizar el crédito", finaliza el proyecto del diputado por Santa Cruz.

 

 


Clarín

Página Web - 2018/07/03

Fuente: https://www.clarin.com/


La volatilidad cambiaria frenó el boom inmobiliario. Caen las consultas y hay menos operaciones, pero “si el dólar se estabiliza en $29, habrá reactivación antes de fin de año”, dicen los analistas.

 

En 1959, el entonces ministro de Economía de Arturo Frondizi, Álvaro Alsogaray pronunciaba su metáfora más famosa: “Hay que pasar el invierno”, dijo, como anticipo de los malos tiempos por venir. Frente a la brusca desaceleración de los créditos hipotecarios y las operaciones inmobiliarias, analistas, bancos y empresas prevén que si el dólar se estabiliza entre $27 y $29, la reactivación podría demorar alrededor de tres meses, es decir, todo el período invernal. Si bien el panorama resulta muy frío, no todas las variables son malas: en el mercado pronostican un estancamiento en los precios de las propiedades, que el año pasado registraron subas del 10%, en promedio.

El impacto de la devaluación del peso tiene varias aristas, especialmente en las operaciones con créditos hipotecarios. “La magnitud de la devaluación y la velocidad en que la se produjo provocó un desacople entre los montos previstos para las operaciones (en pesos) y los exigibles por reservas firmadas (en dólares)”, explica José Rozados, de la consultora Reporte Inmobiliario. Y añade que “la mayor complejidad se dio en los casos que estaban proceso de escrituración, lo que generó numerosas negociaciones entre compradores, vendedores y bancos”.

No es algo nuevo: la volatilidad del tipo de cambio produce incertidumbre, pero los entendidos distinguen dos etapas en la gestión de las hipotecas. “Cuando el dólar saltó a $20, hubo espacio para negociar mayores montos y plazos (más años para pagar), pero a partir de abril el mercado se contrajo drásticamente”, reseña Ignacio Mel, de Mel Propiedades. El escenario cambió no sólo por el efecto devaluatorio sino también por la suba de tasas, que encarece el valor de las cuotas y eleva las exigencias de ingresos a los solicitantes de créditos.

Con todo, Rozados aclara “no falló el sistema de crédito sino el descalce de monedas generado entre las tasaciones dolarizadas de inmuebles y los ingresos y préstamos computados en pesos”. Este especialista, además, no descarta que se produzcan nuevas bajas en la cantidad de operaciones de compraventa en los próximos meses hasta que el dólar se estabilice.

El surgimiento de los créditos UVA (ajuste de cuotas por inflación más una tasa) reactivó el mercado inmobiliario. Un dato ilustra el despegue: en 2017, en Capital se escrituraron 63.382 propiedades, casi el doble de las registradas en 2015 (37.392). “El año pasado, 7 de cada 10 interesados venían con créditos”, explica Armando Pepe, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios. Y añade que, tras la corrida, “ese porcentaje cayó al 20%”. Pepe sostiene que en estos días, la mayoría de las operaciones se concretan sin hipotecas.

Las últimas estadísticas no registran el impacto del último proceso devaluatorio en el mercado, cuando el dólar saltó de $25 a $28. En rigor, el Banco Nación (líder absoluto en créditos) otorgó en el primer cuatrimestre del año casi 22.000 hipotecas (94% bajo la fórmula UVA) por un total de $29.000 millones. “La cifra cobra una magnitud enorme si se tiene en cuenta que en todo 2017 la entidad aprobó 26.248”, dice un informe elaborado por Reporte Inmobiliario.

Relación cuota y alquileres

Guillermo Galluzi, gerente departamental del Nación, reconoce que las solicitudes decayeron y que en mayo registraron una caída de 30%. “Es lógico porque hay más incertidumbre”, subraya, pero agrega que la tendencia podría modificarse dentro de tres meses por varios factores: “Si el dólar se estabiliza entre $27 y $29 y se reabren las paritarias, la demanda se reactivará, porque en definitiva si bien las cuotas aumentaron, los precios de los alquileres también”.

Galluzi revela que al 22 de junio pasado, la entidad aprobó 30.170 créditos por $38.624 millones, en su gran mayoría UVA. En estos días, la entidad trabaja a destajo para resolver los trámites atascados por el nuevo valor del dólar y las tasas, que requieren de la aprobación de la casa matriz, “para respetar las condiciones originales en el momento que se solicitó”, dijo el funcionario.

En líneas generales, fuentes del mercado coinciden en que más allá de esta coyuntura complicada, la demanda de créditos continuará vigente por el alto déficit de viviendas. Una estadística del Banco Ciudad revela el impacto de la volatilidad del tipo de cambio. En la primera quincena de mayo (cuando el dólar saltó a $25), la cantidad de solicitudes disminuyó 13% con respecto al mismo lapso del mes anterior. “Cuando se estabilizó, hubo una recuperación y el mes terminó con un alza de 4%”, dice Alejo Espora, economista jefe de la entidad.

“Esa misma tendencia -completa- se observó cuando el dólar pasó a costar $28. La evidencia empírica, en nuestro caso, es que el mercado se recomponga cuando el tipo de cambio no tenga saltos bruscos y se estabilice, y que esta estabilidad sea duradera. Otro factor importante son las recomposiciones salariales”, finalizó.

Más allá de la inestabilidad cambiaria y las sucesivas corridas, en el sector inmobiliario descartan una baja de precios en las propiedades. Según Reporte Inmobiliario, los precios de los departamentos usados en Capital aumentaron en mayo 9,7% con respecto al mismo mes del año anterior. El dato es crucial es el poder de compra de los salarios. Así las cosas, con el ingreso familiar promedio, el plazo para pagar una unidad de 40 m2 pasó de 4,9 años a 6,7.

En el mercado inmobiliario destacan la importancia de tres factores: la estabilidad del dólar, la actualización salarial y también el nuevo valor de los alquileres. El resultado de esas tres variables, coinciden las fuentes, producirá la tan ansiada recuperación del rubro. “La cantidad de consultas en los bancos cayó entre 30 y 50%, algo lógico en estos días de alta inestabilidad”, subrayan. Una vez superada la corrida, “los bancos tienen que mejorar las condiciones para otorgar créditos, dando más plazos, y flexibilizar la relación cuota/ingreso, entre otras cosas”, enumera.

Guillermo Jejcic, director de Marketing del Banco Itaú, sostiene que la desaceleración de consultas y operaciones hay que observarla en perspectiva. “Hay que recordar que en materia de créditos para la compra de viviendas veníamos desde 0. Esto arrancó recién en 2016, en 2017 hubo un boom y actualmente la penetración del crédito hipotecario en el país ronda apenas el 1% del PBI”, comenta. En este sentido, Jejcic sostiene que esto representa “la décima parte de países como Chile o Brasil, que otorgan créditos con parámetros de indexación parecidos al UVA”.

A diferencia de otros, el alto ejecutivo del Itaú cree que la recuperación del mercado comenzará hacia fines de año, principios de 2019. “Posiblemente se produzca antes, si se reabren paritarias y se actualizan los salarios”. Por otro lado destaca que es muy posible recuperar los niveles de operaciones registradas el año pasado, “siempre y cuando la macroeconomía ayude”, con el impulso fundamental de la banca pública.

Los precios de las propiedades no bajan a pesar de la contracción

La corrida cambiaria afectó tanto al mercado inmobiliario como a la construcción. Los permisos para edificar en el primer trimestre del año totalizaban una superficie de 1,65 millones de metros cuadrados. “Marzo de 2018 se perfilaba para ser el mejor del último lustro, pero si incluimos abril, la cifra acumulada cae por debajo de años anteriores”, sintetiza Juan Fernández, economista de Oikos Buenos Aires.

Las proyecciones actuales, según todas las fuentes consultadas, manifiestan su preocupación por las variaciones bruscas del tipo de cambio. Sin embargo, bancos e inmobiliarias recomiendan poner el tema en perspectiva. Y resaltan la importancia de los créditos hipotecarios basados en la fórmula indexatoria UVA, que ajusta el valor de la cuota por inflación más una tasa.

Esta realidad incierta y complicada, por ahora, no impacta en el valor de las propiedades. En el sector coinciden en que el metro cuadrado, promedio, aumentó cerca del 10%. Y no prevén que bajen, en paralelo con el enfriamiento de la demanda.

Días atrás, Germán Gómez Picasso, de la consultora Reporte Inmobiliario, sostenía que “si cae la demanda, los precios de las propiedades deberían acompañar, pero en la Argentina eso no ocurre. En los últimos años hubo varias devaluaciones, y los precios de los propiedades no bajaron”. Pero aclaró que “es muy posible que los propietarios tengan más predisposición a escuchar contraofertas”.

El mercado inmobiliario registró una fuerte recuperación a partir de la salida del cepo cambiario. Según datos del Colegio de Escribanos de la Capital, la cantidad de escrituras de 2015 a 2017 casi se duplicó: saltaron de 37.392 a 63.382 operaciones. En el sector coinciden (y celebran) el surgimiento de los créditos UVA, impulsado primero por los bancos públicos y replicado por los privados.

En marzo, casi el 36% de las operaciones de compraventa se concretaron con créditos hipotecarios, según datos de Reporte Inmobiliario. Pero la tendencia cambió. En lo que va del año, el peso se devaluó 57%, con el dólar cotizando este viernes apenas por debajo de los $30. Pero por ahora, las estadísticas no reflejan la caída del mercado inmobiliario. “Las cifras de escrituras de compraventa es la medida más objetiva de la actividad. Difícilmente se registre una retracción durante el primer semestre por la gran inercia que tiene el proceso de compra inmobiliaria y más aún apalancado con crédito”, dice José Rozados, socio de esa consultora.

Con respecto a la corrida cambiaria, el experto concluye que “los efectos de la devaluación seguramente podrán ser dimensionados desde el tercer trimestre de este año, a partir del cual no se podrían descartar meses con caídas interanuales de compraventas”.

 

 


Damián Kantor / Clarín

Página Web - 2018/07/02

Fuente: https://www.clarin.com/


La Secretaría de Vivienda de la Nación impulsa a las provincias para que fijen sistemas de actualización de las cuotas de los planes de viviendas sociales que se construyen con recursos del Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavi). Mendoza tomó la delantera, ya que el gobernador Alfredo Cornejo , por decreto, determinó que se indexen las cuotas por la unidad de valor adquisitivo (UVA).

El objetivo, explicó el secretario de Vivienda, Iván Kerr, a LA NACION, es que las provincias cuenten con más recursos que se sumen a los que reciben vía Fonavi -este año están presupuestados unos $18.000 millones- para que se puedan ejecutar más viviendas de tipo social (de entre 60 y 70 metros cuadrados a un costo de $1,5 millones).

"En general no hay incorporación de fondos propios de las provincias para apalancar los programas, y eso no es nuevo; hace décadas que no se hace y que el recupero de los préstamos también es bajo, a valores nominales", planteó el funcionario.

Kerr insistió en que hay gobernadores que usan los dineros del Fonavi para afrontar gastos corrientes. Afirma que hay "resistencia" a los cambios porque en las provincias "se acostumbraron mal; no hay inversión de fondos propios y, además, reciben una caja extra. Hay que salirse de ese esquema y no es fácil".

Por el pacto fiscal, los gobernadores están obligados "gradualmente" a que los recursos del Fonavi no pueden tener otro destino que la construcción de viviendas. "Muchas provincias ya los tenían comprometidos en otras cosas y tendrán que hacer la transición; desde la Secretaría hacemos auditorías permanentes que se elevan al Ejecutivo para su evaluación", señala Kerr.

El punto es que, como sucede también en otras áreas, no hay castigo para aquel que redirecciona esos recursos. Kerr admite que "no se prevé ningún remedio para resolver la situación; solo se informa al Congreso y al Consejo Nacional de la Vivienda, que es juez y parte del sistema".

Hace varios meses que legisladores oficialistas y funcionarios del Ejecutivo trabajan en un proyecto de ley de acceso a la vivienda, que tendrá como objetivo limitar el uso de los fondos que se transfieren desde la Nación a las provincias vía el Fonavi a esa aplicación específica. Hoy son de libre disponibilidad.

La norma también pretende establecer niveles de calidad urbanística y constructiva; generar mecanismos transparentes de evaluación, seguimiento y auditoría, tanto de las obras como de los listados de postulantes y adjudicatarios de las distintas políticas de vivienda; fortalecer el crédito como herramienta de acceso a soluciones habitacionales, e incorporar al sector privado en la generación de oferta habitacional.

Hasta ahora, la mayoría de las provincias no adhirió al Registro Único de Beneficiarios de Viviendas, creado en enero, que se complementa con la Base Única de Beneficiarios de Viviendas Sociales; ambos centralizan los datos y dan "certeza de que las viviendas que construyen los institutos provinciales y los municipios vayan a quienes tienen que ir".

El otro factor es mejorar el sistema de cobranza de los créditos: "Hay herramientas concretas para hacerlo, como la sanción de la ley de la UVI (unidad de vivienda, que se actualiza por el índice de precios de la construcción) impulsada por [Julio] Cobos o por la UVA. Que las cuotas sean nominales es regresivo, porque de esa manera se quitan fondos para hacer más casas".

Kerr destacó que la única manera de aumentar las soluciones habitacionales para los sectores más vulnerables es ser "más efectivos" en la administración de los recursos y en su recuperación. "Por año no se construyen más de 30.000 viviendas sociales, y en Procrear hemos entregado la misma cantidad con un subsidio a cada una de 300.000 pesos, con un rango de alcance mucho mayor", destacó el funcionario.

En la Secretaría entienden que no se podrá escalar el volumen para sectores medios sin una mayor participación del sector privado. Kerr reconoció que los desarrolladores tienen "temor" por el costo del crédito intermedio: "Trabajamos para abaratar ese fondeo, pero los empresarios tienen que acostumbrarse a ese esquema; acá todavía no quieren asumir el riesgo de tener que buscar la demanda; están habituados a arrancar con todas las unidades vendidas, lanzan un fideicomiso, suscriben y así el riesgo es muy bajo".

En esa línea, la Nación tratará de armar un registro de beneficiarios precalificados para que los desarrolladores tengan un esquema más ordenado de demanda, y negociarán con las provincias reducciones o la eliminación del impuesto a los ingresos brutos para el desarrollador de viviendas medias. "También hay impuestos nacionales indirectos que encarecen, pero que no recaudan porque no hay inversiones; todo eso está en análisis", agregó Kerr.

Los datos indican que en la Argentina hay 12,2 millones de hogares en total y el déficit alcanza a 3,5 millones de viviendas; la mitad del faltante se concentra en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.

 

 


Gabriela Origlia / La Nación

Página Web - 2018/06/26

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/


Son los que reservaron con el cambio a $ 20 y no escrituraron antes del salto a $ 28. La Cámara Inmobiliaria relevó que el 80% no pudo cubrir la fuerte suba en pesos de la vivienda.

Los primeros trámites habían sido para saber cuánto podían pedirle al banco. Luego visitaron decenas de viviendas hasta dar con esa, la ideal. Reservaron. Llevaron todos los papeles y el sueño de la casa propia parecía a punto de cumplirse. Pero el dólar, de repente, pegó un salto inesperado. Tan grande que a ellos, tras semanas de angustia, no les quedó más opción que “bajarse”, perdiendo la ilusión y también mucho dinero.

Cuentan en las inmobiliarias que fue ese el desenlace más común para miles de familias que habían pedido préstamos hipotecarios UVA durante el primer cuatrimestre, con el dólar aún en torno a $ 20, pero no lograron escriturar antes de que la cotización superara los $ 25 en mayo e incluso se acercara a $ 29 este mes.

¿Qué pasó? Como el préstamo se da pesos, pero la propiedad se compra en dólares, esa suba de un 37% en sólo dos meses implicó para quien aspiraba a un 2 ambientes promedio en Capital la repentina necesidad de conseguir $ 720 mil extras, a veces a días de la fecha de escrituración.

Con datos de Reporte Inmobiliario, Clarín calculó que desde abril, por ejemplo, el precio de una reserva por 40 m2 aumentó $ 536 mil para quien compra en Barracas, $ 646 mil en Pompeya, $ 765 mil en Caballito y más de $ 1 millón en Palermo. Diferencias que, para muchos, resultaron insalvables, al tener ingresos que ya no les permitían pedir tanto más y ante vendedores que, en general, no estuvieron dispuestos a aceptar rebajas.

“Fue como un meteorito que cayó de repente y trastornó todo”, comparó Armando Pepe, titular del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad (Cucicba). Los últimos datos que ellos manejan, de mayo, reflejan que “el 25% de las escrituras que estaban por firmarse se cayeron”. Pero en junio el dólar pegó el segundo salto fuerte, y el colapso se generalizó.

“De los que iniciaron con el dólar a $ 20 y llegaron a escriturar a $ 23 o $ 24, un 80% se concretó. El desfasaje se pudo manejar. Pero, entre los que demoraron más, una vez que el dólar pasó los 25, más del 80% de las operaciones en curso se cayeron o quedaron suspendidas. Quedó todo parado hasta ver en cuánto se estabiliza el dólar”, aseguró a Clarín Alejandro Juan Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina.

Y explicó: “Sucede que la gente, al reservar, dejó sólo 5 o 10% de margen por si el dólar subía. Nadie se preparó para algo así. La volatilidad fue tal que ni siquiera tenía sentido ir al banco a renegociar el monto. Hubo gente que lo hizo para ajustarse a un dólar de $ 23 o $ 25, sumando ingresos de familiares y pidiéndoles dinero prestado a sus allegados, y el banco hizo el esfuerzo para acceder. Pero luego tampoco eso sirvió porque el dólar volvió a subir y el caso ya fue insalvable”.

En Di Mitrio Inmobiliaria, con foco en Barracas, La Boca, Barracas y Monserrat, lo atestiguan. “De las compras con préstamo que teníamos en abril y mayo, el 70% se frustró porque el precio de los inmuebles se disparó en pesos totalmente y no hubo renegociación posible”, contó el director, Marcelo Di Mitrio.

Potente, el efecto se sintió incluso en barrios acomodados como Palermo, Belgrano, Recoleta y Barrio Norte. “Sólo en un 20% de los casos la gente consiguió la plata y se pudo seguir como si nada. Otro 30% se pudo cerrar, pero porque el dueño accedió a rebajar hasta 5% el precio en dólares. Y un 50% se cayó”, distinguió Tomás Seeber, director de RG Montes, inmobiliaria con eje en esas zonas.

“Por la suba del dólar, algunas operaciones debieron ser revisadas para analizar la ampliación del monto. Algunos casos fueron desistidos en búsqueda de otra vivienda y otros continuaron. Se revisaron uno a uno”, contó Milagro Medrano, gerente de Relaciones Institucionales del Banco Macro. En el Banco Ciudad, en tanto, coinciden en que hubo “reprogramaciones”, aunque dijeron que en general “las partes renegocian las condiciones” para salvar la operación.

“Mirá, acá, de 10 carpetas que teníamos en curso, sólo quedaron 2 en pie”, se sinceró, pidiendo anonimato, una fuente que trabaja día a día con estos préstamos en una sucursal porteña de un importante banco.

Para los que debieron desistir, fue mucho más que una dura desilusión: muchos perdieron reservas que habían entregado por montos que promedian los US$ 5 mil (más de $ 140 mil). Y si habían llegado a la etapa final, les reclamaron gastos de escribanía.

“La reserva la toma la inmobiliaria, pero es del propietario, que en algunos casos accedió a devolverla y en otros, no. Se trató de mediar para que comprendieran la situación, pero legalmente lo que corresponde es que el comprador la pierda”, explicó Pepe.

“Lo que buscamos -añadió Seeber- es mediar para que devuelva, si no todo, al menos parte del monto. También hay que entender que el vendedor dejó de ofrecer su propiedad y que el escenario hoy, para vender, ya no es tan ventajoso como hace unos meses."

El gran problema, coinciden las inmobiliarias, es que las compras con préstamo aún tardan entre 3 y 5 meses. Lo otro que señalan es que las consultas por nuevas compras con préstamo, en los últimos días, casi desaparecieron. Algo lógico teniendo en cuenta que, según calculó Clarín con datos de Reporte Inmobiliario, el precio en pesos de un departamento promedio es ahora 90% mayor que hace un año. Y el requisito de ingresos para comprarlo es 170% mayor.

En este escenario, y luego de haberse sumado más de 33 mil deudores hipotecarios desde 2016, mayormente en UVA, muchos bancos reconocen que la demanda bajó. En el Galicia, las solicitudes cayeron 20 a 25%. En el Hipotecario, tras un año de constante crecimiento, la demanda de nuevos créditos bajó 25 a 30%. "Las evaluaciones de créditos UVA bajaron en mayo un 50% en relación al promedio de los últimos 12 meses”, cerraron en el Macro.

 

Los bancos prometen agilizar los plazos

Al tanto de que las tardanzas en la gestión de los hipotecarios dejan a la gente muy expuesta a las subas del dólar, los bancos vienen buscando formas de agilizar todos los procesos. También apuntan, con nuevas ofertas, a que la demanda vuelva a reactivarse.

El Galicia, por ejemplo, sumó hace días un sistema que permite a los compradores obtener una “aprobación online” desde su PC, sin ir a una sucursal, donde se les garantiza que el monto y los plazos estarán disponibles por cierto tiempo, en el que deben salir a buscar casa. “Si bien bajaron las solicitudes, creemos que cuando el dólar se estabilice es probable que volvamos a los niveles anteriores”, explicaron.

En el Ciudad, para que eso pase, adelantan que están “definiendo un aumento en el monto máximo a otorgar”, hoy de $ 2.800.000. Y dicen que, para reducir plazos , sumaron tecnología para “eliminar la necesidad de realizar tasaciones en el 80% de los casos, lo que se tradujo desde diciembre en una reducción sustancial de los tiempos”.

En el Hipotecario, en tanto, dicen que para el resto del año esperan “una demanda más retraída” de créditos para vivienda, pero creen que podrán crecer los hipotecarios para ampliación y refacción. Por eso, adelantan, enfocarán ahí un próximo lanzamiento.

 

“Pasé dos meses sin dormir, perdí plata y también la ilusión”

Graciela tiene 45 años y vive con sus dos hijas en un tres ambientes de Almagro. Inquilina histórica -paga $ 13 mil de alquiler-, se había ilusionado con que, al fin, podría ser dueña con un préstamo hipotecario UVA. Lo intentó, pero todo le salió mal. “Elegí un lugar más chico, un dos ambientes en Boedo, con tal de que sea mío”, cuenta. Lo reservó en abril a USD 81 mil, con el cambio en $ 20,50 por dólar. El banco le daba hasta $ 1,7 millón y con eso le alcanzaba.

“Pero de golpe el dólar pasó los $ 26 y me faltaron $ 500.000 para poder comprarlo. No lo podía creer. Tuve que volver todo para atrás, porque no tenía quién pudiera prestarme tanto”, explicó la mujer, que pidió no dar su verdadero nombre.

¿Terminó ahí todo? No. Porque el dueño se negó a devolverle los US$ 5 mil que había pagado de seña. Sólo tras muchas discusiones, y consultas con abogados, le reintegraron el 50%.

“Fueron dos meses sin dormir. La pasé muy mal porque uno pone mucha ilusión y expectativa. Lo peor es, a mi edad, resignarme a que no podré tener mi casa. Y para colmo, perdí plata”, se lamenta.

Leandro tuvo más suerte: la devaluación le frustró el sueño justo antes de hacer la reserva. “Lo que el banco me daba pasó a valer US$ 20 mil dólares menos y ya no llegaba. Así que me bajé”, comenta.

Eliana, mientras, sigue en carrera por el tres ambientes que reservó en Caballito, pero vive pendiente del dólar, a puro estrés: “Hice las cuentas y, si pasa los $ 30, ya me tendría que bajar. Espero poder escriturar antes. Si no, tendré que empezar de nuevo, para colmo habiendo perdido US$ 10 mil de la reserva”, cuenta.

A Federico, de Adrogué, la suba del dólar le trastornó la venta de la casa que debía concretar cuanto antes para luego comprar una casa que ya había reservado. “Cuando el dólar subió a casi $ 21, mi comprador pidió postergar la escritura hasta conseguir la plata faltante. Pero en el medio la cotización se fue a $ 23, y entonces me pidió rebajar el precio pactado. Me negué porque necesitaba todos los dólares para mi compra, así que lo dejamos en suspenso por si el el dólar bajaba. Y un día que justo cayó algunos centavos, él llegó y logramos hacerlo”, contó.

“Pero ahí no terminó el suplicio -sumó- porque, ya sin techo propio, me faltaba comprar a mí y el dólar no paraba de subir: ya bordeaba los $ 25. La operación, otra vez, tambaleó. Pero con malabares pudimos cumplir. Si todo eso me pasaba un mes después, con el dólar ya en casi $ 29, creo que no lo podría estar contando.”

 

 


Martín Grosz / Clarín

Página Web - 2018/06/21

Fuente: https://www.clarin.com/


Luego de seis meses de debate, la Mesa de Diálogo sobre Alquileres de Vivienda presentó una serie de propuestas que buscan mejorar el acceso al alquiler en la ciudad de Buenos Aires. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta , analizará la viabilidad de las alternativas.

Las propuestas giran en torno de cuatro ejes, que coinciden con las cuatro principales problemáticas que definió la mesa de diálogo: las barreras de acceso al alquiler, las dificultades para permanecer en un departamento a lo largo de todo un contrato, la escasa oferta de viviendas para alquilar y la falta de controles.

La mesa está coordinada por el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) y formada por representantes de Inquilinos Agrupados, la Cámara Inmobiliaria Argentina, la Cámara de Propietarios Argentina, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, el Ministerio Público de la Defensa y agrupaciones como Hábitat para la Humanidad Argentina, Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). También participan diputados de la Comisión de Vivienda de la Legislatura porteña, el Centro de Investigación en Finanzas, el Colegio Profesional Inmobiliario y la Asociación de Empresarios de la Vivienda y Desarrollos Inmobiliarios.

"Seguimos trabajando para mejorar el sistema de alquileres y bajar las barreras de acceso, así como incentivar a los propietarios que tienen sus viviendas para que ingresen al mercado de los alquileres. También queremos dar mayor seguridad para inquilinos y propietarios y sumar nuevas alternativas a las garantías inmobiliarias", dijo Juan Maquieyra, presidente del IVC.

Las propuestas

  • Certificaciones de firmas gratuitas. Se propone que el gobierno porteño designe a funcionarios de las comunas para realizar este trámite de manera gratuita.

  • Informes de dominio gratuitos. La idea de la mesa es que el Registro de la Propiedad Inmueble (o el organismo que en el futuro pueda reemplazarlo) no cobre los informes a los/as potenciales locatarios/as de inmuebles con destino de vivienda.

  • Ley sobre acto discriminatorio. Se pide que el gobierno porteño redoble sus esfuerzo para velar por el cumplimiento de la Ley que establece que no se puede rechazar el alquiler a cualquier persona por razones de etnia, nacionalidad, religión o ideología, entre muchos otros.Cumplimiento de la ley 5.115 sobre acciones especiales para personas con discapacidad. La Mesa solicita que el Gobierno de la Ciudad continúe velando por el cumplimiento de la ley.

  • Ley de anuncios de garantías. Se propone que se cree una normativa para que en toda publicación de oferta de alquiler, el corredor deba publicitar explícitamente dos o más tipos de garantías, para lo cual deberán informar al propietario de los distintos sistemas de garantías que existan y sus efectos. El propietario/a optará finalmente por alguna de las garantías ofrecidas.

  • Garantía del Banco Ciudad. Introducir cambios para hacerla más flexible.

  • Otro tipo de Garantías. Se propone crear un fondo entre el Estado y el sector privado para otorgar e incentivar otro tipo de garantías, como la garantía personal (recibo de sueldo), el seguro de caución, la garantía bancaria, la fianza o la garantía inmobiliaria.

  • Derechos y obligaciones de inquilinos y propietarios. Hacer una campaña para difundirlos.

  • Ahorro en UVAs con ayuda estatal. La propuesta de la Mesa es que se cree una herramienta para consolidar el ahorro en UVAs para el acceso a un alquiler nuevo o la renovación del alquiler.

  • Viviendas asequibles. Generar un proyecto de ley que promueva su construcción.

  • Créditos a la refacción de viviendas. La mesa propone entregar créditos condicionados a la refacción de viviendas para poner en alquiler a familias acreditadas en un registro público a cargo del IVC y con acompañamiento/aval social de un programa de alquileres.

  • Viviendas ociosas. Estudiar la situación actual de las viviendas ociosas en la Ciudad para delinear programas o propuestas con el objetivo de incorporar esas viviendas al mercado inmobiliario para ser utilizadas como viviendas pasibles de ser habitadas.

  • Contrato Modelo de Alquiler. Se propone desarrollar un modelo para todos los contratos de locación destinados a vivienda que se suscriban en la Ciudad de Buenos Aires y ofrecerlo en las comunas yen la página web del IVC.

  • Registro obligatorio y gratuito del contrato en la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP).

  • Mediaciones y asesoramiento. Incrementar las mediaciones en las comunas y la Defensoría del Pueblo, así como el asesoramiento gratuito para resolver conflictos entre los inquilinos/as y los propietarios/as.

 

 

 


La Nación

Página Web - 2018/06/18

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/