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Además de poder construir muros utilizando botellas de plástico llenas de arena, hay una solución un tanto más sofisticada, pero aún más ecológica, si cabe, puesto que no se precisa de cemento, además de permitir el uso de otros muchos tipos de plásticos.

Desde bolsas hasta botellas de todo tipo, garrafas de agua… Cualquier tipo de envase plástico puede convertirse en materia prima idónea para la fabricación de unos peculiares ladrillos gracias a un invento del neozelandés Peter Lewis, creador de una máquina que transforma residuos de envases en ladrillos listos para su uso en la construcción.

Construir muros con desechos


Aunque lo parezca, no se trata de una construcción tipo LEGO a tamaño real, sino de una auténtica alternativa a los ladrillos convencionales para la construcción de casas ecológicas. Básicamente se trata de construir muros con desechos, una idea que puede parecer un tanto loca, pero que deja de serlo cuando se conoce el proyecto de Lewis.

Desde hace alrededor de diez años, este neozelandés no deja de luchar para llevar a cabo su proyecto, consistente en la fabricación de la máquina y, cómo no, también viendo cuál es el mejor modo de recolección de desechos para hacer ladrillos ecológicos tras su reciclaje en dicha máquina.

¿En qué consiste el invento?

La máquina ha sido bautizada como “Byfusion” y se basta y se sobra ella solita para transformar los residuos en ladrillo mediante su troceo y compactación, adoptando la forma de ladrillo.

Una máquina que puede reciclar todo tipo de plástico siguiendo una serie de pasos, para finalmente comprimir la pasta de plástico y así producir un ladrillo de 10 kilogramos.

La máquina consigue crear un ladrillo cada 40 segundos, es decir, 150 bloques por hora que, como puede verse en el vídeo, se van encajando a través de unas guías metálicas en las que pueden engarzarse fácilmente para ir levantando muros.

Ventajas y desventajas

La ventaja de estos ladrillos de plástico es que proporcionan un buen aislamiento de calor y sonido, además de resultar especialmente económicos, amén de los beneficios ambientales apuntados.

Por otro lado, la durabilidad podría no ser un problema, puesto que siendo fabricados con plástico tardan en degradarse décadas e incluso cientos de años. Su duración de cara a construir viviendas podría ser similar a la de los ladrillos convencionales o, en todo caso, la construcción estaría en pie durante numerosas generaciones.

Como inconveniente, el problema no es otro que basar su materia prima en un producto que debería estar llamado a desaparecer. Todavía no es así, es algo más que evidente, y de hecho el problema de los desechos plásticos es un auténtico drama ambiental, pero una sociedad baja en carbono debe ir encontrando alternativas ecológicas.

Mientras se encuentran, eso sí, este sistema es una auténtica joyita, sobre todo teniendo en cuenta que por mucho que se reduzca el uso del plástico, tanto hoy como a medio y largo plazo encontraremos plástico por doquier.

Sin embargo, en términos ideales, a los que hay que tender, hay que reconocer que sería maravilloso que esta máquina no fuese necesaria porque, sencillamente, el plástico hubiera dejado de ser un problema ambiental por su menor uso.

Por otra parte, la estética puede ser un problema para la construcción de viviendas. Todo va a gustos, es cierto, y las modas pueden resultar inesperadas e incluso ser tendencia una estética como ésta, pero hay que reconocer el que resultado no concuerda con la estética convencional.

Quizá por ello cuesta imaginar la construcción de una casa con estos ladrillos. O puede que no, porque a su vez el mercado devora las nuevas propuestas, al tiempo que puede ser secundaria la estética frente a otros valores como son la necesidad de un hogar a un precio económico y/o el cuidado ambiental.

En el origen de la idea encontramos la razón de esta peculiar estética. Según cuenta Peter Lewis, el proyecto surgió por la necesidad que éste detectó a nivel ambiental, con la intención de encontrar un uso práctico en necesidades distintas a la construcción de una casa.

Básicamente, pensaba en su uso para la construcción de muros que permitiesen separa las parcelas agrícolas, garajes. Igualmente, consideró la posibilidad de que se utilizaran para ayudar en situaciones de emergencia.

Desde reconstruir lugares que han sufrido el embate de las fuerzas de la naturaleza como terremotos, tempestades o similares hasta la construcción de refugios temporales que ayuden a tener un techo a los supervivientes.

Sobre todo, sería de gran ayuda en lugares donde hubiese poca madera u otros materiales disponibles para la reconstrucción de casas, barrios o pueblos enteros. Nada impide, eso sí, que se pueda utilizar con otros fines, sin necesidad de que medie urgencia alguna.


Una solución para dos problemas

Se trata de una idea con un doble interés ambiental. Por un lado, la contaminación de los residuos plásticos en el mundo es un problema tremendo, que bien puede catalogarse de catástrofe ambiental, y por otro lado evitamos el uso de materiales de la construcción convencionales, igualmente contaminantes.

Tanto desde el punto de vista de la polución e impacto del entorno como en lo que respecta a su huella de carbono. No en vano, la construcción representa una buena parte de las nefastas emisiones de gases de efecto invernadero.

El proyecto está saliendo adelante gracias a una subvención de 20.000 dólares del gobierno neozelandés, y está empezando a trabajar en Dunedin, su ciudad, ubicada en la bahía de Otago. Su viralidad, por último, está llevándolo a los cuatro rincones del planeta.

 

 

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Ubicación: http://www.ecologiaverde.com
Autor: Ana Isan
Procedencia:
Nueva Zelanda
Fecha de Publicación:
2017/02/22


El arquitecto João Boto Caeiro, investigador de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), y la empresa Kaltia Consultoría y Proyectos crearon un sistema de losas basadas en vigas de bambú reforzadas con acero que sirven de estructura para las construcciones.

Estas bambulosas, como ellos mismos las llamaron, son igual de resistentes que las losas convencionales fabricadas con concreto y varillas de acero. Además, por el bajo costo del bambú, la innovación podría reducir hasta 20 por ciento los precios de la construcción de las losas, destacó el arquitecto. "Esto representa una oportunidad para las comunidades marginadas del país o para las zonas que son más afectadas por desastres naturales, ya que podrán construir casas resistentes a un costo menor". Esta invención, realizada con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a través del Programa de Estímulos a la Innovación, se encuentra en proceso de patente.

Propiedades del Bambú.

El bambú tiene importantes propiedades de diseño que lo hacen un material ideal para la construcción. Por ejemplo, tiene una resistencia de 102 kilos por metro cuadrado, mientras que el concreto tiene una de 82 kilos y la madera de 76 kilos, de acuerdo con el documento Perspectivas del bambú para la construcción en México, realizado por el investigador Víctor Rubén Ordóñez Candelaria y publicado por el Instituto de Ecología (Inecol).

Además, agrega el artículo, el bambú es ligero, lo cual facilita su manejo. Asimismo, el bambú no requiere de muchos cuidados para su cultivo, pues puede crecer en casi cualquier parte del mundo en donde exista un clima cálido y húmedo.

El bambú como soporte

Con el propósito de aprovechar más esta planta, Boto Caeiro, en coordinación con los arquitectos y especialistas en ingeniería de construcción Verónica María Correa Giraldo, Esteban Flores Méndez y Mathieu Queiros, de la empresa Kaltia Consultoría y Proyectos, crearon las bambulosas.

Lo que hicieron fue añadir una tira de acero, sostenida por una especie de anillos también de acero, que le proporcionan mayor rigidez a las varas de bambú que miden tres o más metros de largo, y que son utilizadas como soporte en las losas.

En entrevista, Boto Caeiro señaló que se trata de “un sistema prefabricado conformado por varias vigas reforzadas de bambú y elementos de acero que servirán como soporte de las losas, las cuales pueden ser de madera, concreto o del material que el cliente requiera”.

A decir del investigador, esta bambulosa es de ágil implementación, ya que al ser ligera (entre cinco y siete kilogramos por metro lineal, dependiendo del espesor del bambú), puede ser colocada por mano de obra no especializada, además de que no requiere de maquinaria para poder mover las estructuras.

Asimismo, agregó el arquitecto, son estructuras durables. Una bambulosa bien cuidada, es decir, que no esté expuesta constantemente a los rayos directos del sol, ni que sea mojada continuamente, puede durar cientos de años.

Además, Boto Caeiro reiteró que las vigas de bambú “tienen un diseño estéticamente agradable, son de bajo impacto ambiental y tienen un costo competitivo en el mercado”.

Hasta el momento, detalló que estas bambulosas se han utilizado en cuatro construcciones: dos en Oaxaca, una en Tlaxcala y otra más en Querétaro. Actualmente se comercializa por Katia.




Ubicación: http://noticias.arq.com.mx
Autor: Noticias.arq.com.mx
Procedencia: México
Fecha de Publicación: 2017/02/20


Con el financiamiento del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la alianza academia-empresa de la Universidad Anáhuac Mayab y Larc Industries desarrolló el proyecto de una vivienda sustentable de 100 metros cuadrados de construcción usando diferentes tipos de ecotecnologías.

En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Rubén Domínguez Maldonado, investigador de la Universidad Anáhuac Mayab, señaló que el proyecto consiste en la evaluación del desarrollo de una vivienda prototipo que cuenta con un techo verde, paneles solares, sistema de captación de aguas pluviales, un calentador solar y diversas tecnologías para el ahorro energético.

“Lo que se busca es realizar una evaluación de una casa habitación con ecotecnologías y poder detectar qué tanta energía se puede abastecer a partir de fuentes de energías renovables, así como evaluar qué tanta mitigación proporciona esta vivienda. Estamos tomando en cuenta variables de consumo energético, equivalencia de toneladas de monóxido de carbono (CO) mitigadas al año por los techos verdes, confort térmico, entre otros”, señaló.

La casa ecológica es resultado de una línea de investigación desarrollada en los últimos tres años por la Universidad Anáhuac Mayab, Larc Industries, Universidad Modelo, Universidad Tecnológica Metropolitana (UTM) y el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), en la que se han creado materiales sustentables para la construcción, conocidos como cementantes ecológicos, y diversas ecotecnologías elaboradas a partir de plásticos, cerámicos y fibras.

Construyendo la casa ecológica

De acuerdo con José Díaz Basteris, director de Innovación en Larc Industries, la primera problemática con que se enfrentaron fue el diseño y el ángulo en el que una casa en Yucatán debe construirse. “Estamos acostumbrados a utilizar un terreno sin que nos fijemos en la latitud y longitud en la que nos encontramos de acuerdo con el hemisferio en el que estamos, o el movimiento del sol en este lado del mundo. Estos parámetros nos dicen cómo deberíamos de construir realmente una casa para tener una eficiencia térmica y aérea que pueda darte ventajas ecológicas”, expresó.

La vivienda sustentable se deriva del proyecto No. 232245 del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Conacyt, que pretende reducir el consumo energético hasta en 30 por ciento en una casa habitual, con la finalidad de desarrollar un sistema integral que pueda ser replicado en la región sureste deMéxico.

Considerando todo esto, la casa ecológica fue diseñada con una integración del conjunto hacia una orientación favorable y una fachada protegida con vegetación, de tal forma que incluso en las horas más calurosas del día hay una sensación de frescura en su interior. A esto se suma la tecnología de un techo de doble altura (con una medida de 4.10 metros) que permite que el aire caliente ascienda, se filtre hacia el exterior por medio de la ventilación cruzada y el aire fresco permanezca dentro de la vivienda.

Actualmente se desarrollan techos verdes extensivos de acuerdo con tres modelos. El primero es el tradicional techo verde de tipo modular, de forma que se pueda ir ensamblando poco a poco sin tener que implementar todo el techo en un solo proyecto de generación. El segundo y tercer modelo serán utilizados para techos verticales junto con macetas tecnológicas reciclables creadas por Larc Industries, mismas que están en proceso de diseño industrial a cargo de los investigadores Salvador Castell González, del CICY, Raúl Chiu Nazaralá, de la Universidad Modelo, y Luis Mendoza, de la Universidad Tecnológica Metropolitana.

De acuerdo con Domínguez Maldonado, la casa tiene un declive en el techo que permite que el agua de lluvia se dirija hacia un sistema de almacenamiento de captación pluvial donde es tratada. Asimismo, se cuenta con un sistema de bombeo automático que permite la recirculación del agua hacia los sistemas de riego, como los techos verdes y las macetas tecnológicas.

“Los diseños son sencillos, pero nos dan ciertas ventajas competitivas, además de que no existen productos en el mercado de este tipo que sean reciclables y duraderos. La mayoría son barros o macetas plásticas sin conexión entre sí, donde el uso del agua en exceso puede matar las plantas. Aquí se diseña no solo la estrategia para construir la casa, sino qué va a llevar dentro y qué tipo de circulación requiere”, agregó Díaz Basteris.

Paneles solares para el abastecimiento energético

De acuerdo con Domínguez Maldonado, la casa ecológica contará con seis paneles solares de 250 watts que serán implementados por la Universidad Anáhuac Mayab y que estarán conectados a un inversor de 1.5 kilowatts (kW) de potencia y un tablero eléctrico para proveerse y medir su autoabastecimiento energético.

“Se puede monitorear qué tanta energía estás generando y qué tanta energía estás consumiendo a través de medidores bidireccionales, lo que es muy importante para cuestiones de sustentabilidad. Si esta diferencia resulta positiva, indica que consumiste más de lo que generaste; si es cero, es que consumiste equivalente a lo que generaste, mientras que si es negativa, indica que generaste más de lo que consumiste”, indicó.

Para evaluar el confort térmico generado por los productos ecológicos implementados, se evalúa a través de termografías usando cámaras FLIR. De acuerdo con las horas solares pico promedio de Mérida, Yucatán, se estima que la producción mensual será de 200 kilowatts-hora, energía suficiente para una pequeña casa habitación.

Prototipo en funcionamiento

Actualmente, la casa ecológica se construye con cementantes ecológicos, sustitutos de cemento a base de cal desarrollados por la empresa Productora de Cal de Yucatán (Mayacal), la Universidad Anáhuac Mayab y el CICY, con el financiamiento del Programa de Estímulos a la Innovación del Conacyt.

El prototipo se edifica en los terrenos de la planta de producción de Larc Industries en la localidad de Dzibikak, Umán, Yucatán, con la finalidad de evaluar el rendimiento térmico, biológico y pluvial. Una vez terminada la primera etapa de construcción se iniciará la implementación de paneles solares y el sistema de colección pluvial, así como todos los componentes sustentables adicionales que tendrá la casa habitación.

“Existe mucha información sobre todos los sistemas, ¿pero cuánto obtienes de beneficio cuando los implementas en una casa para nuestra región en particular? ¿Cuántas personas pueden vivir con lo que generas? ¿Cuánta cantidad de agua consumes, cuánta agua colectas y cuánta agua puede ser reutilizada? Todo esto es información que no tenemos sobre las ecotecnologías y que la parte experimental nos dará”, expresó Domínguez Maldonado.

A partir de las investigaciones y evaluaciones realizadas, podrá conocer cómo funcionan las casas ecológicas en las condiciones de la región, así como determinar la factibilidad de construir a gran escala casas ecológicas de acuerdo con las propuestas planteadas y desarrollar nuevas tecnologías para satisfacer las necesidades cotidianas de los futuros habitantes.

“Con esto, esperamos mostrar a las empresas constructoras y complejos inmobiliarios de la región que sí se pueden desarrollar estas tecnologías e implementar de acuerdo con las condiciones geográficas y climatológicas que tenemos para ser más sustentables desde el punto de vista energético”, señaló Domínguez Maldonado.

Hacia un estilo de vida sustentable


Para Díaz Basteris, la casa ecológica representa una nueva experiencia de vida y de consumo energético. “Imagina cómo sería tu vida si tuvieras todas las comodidades pero con horarios, con consciencia de tus consumos energéticos para saber si la energía que colectaste en el día te da o no para encender el aire acondicionado. Es todo un cambio de vida para aprender a ser sustentable y vivir en armonía con la naturaleza”, expresó.

Otra tecnología que se pretende implementar es la generación de energía adicional a partir de un sistema de pedaleo de bicicleta, así como los huertos familiares para la producción alimentaria de autoconsumo. “Lo que nos interesa es la idea de una casa realmente sustentable donde no haya ninguna fuente energética externa, donde puedas generar tus alimentos y llevar una vida sin dañar el medio ambiente”, agregó Díaz Basteris.




Ubicación: http://www.conacytprensa.mx
Autor: Marytere Narváez
Procedencia: México
Fecha de Publicación:
2017/02/10


Un grupo de ecologistas, arquitectos e ingenieros civiles que investigaron y llevaron a la práctica distintas técnicas alternativas de construcción de bajo impacto ambiental.

En los últimos seis años comenzó un trabajo lento pero firme de distintos grupos de ecologistas, arquitectos e ingenieros civiles que investigaron y llevaron a la práctica distintas técnicas alternativas de construcción de bajo impacto ambiental. La labor comenzó a florecer: cada vez hay más ciudades que cuentan con una ordenanza que habilita, reglamenta y promociona métodos de construcción sustentable realizadas con tierra cruda, paja encofrada, entramado de cañas, muros de neumáticos, relleno de botellas de plástico y terrazas verdes, entre otros materiales.

Hace dos semanas la ciudad de Mar del Plata se sumó a una extensa lista de municipios que cuentan con este tipo de normas: Santa Rosa (se aprobó en noviembre pasado y se convirtió en la primera ciudad capital de una provincia en habilitar estas técnicas de construcción), Winifreda y Colonia Barón, en La Pampa; Bahía Blanca, Coronel Suárez, Tornquist y Ayacucho en la provincia de Buenos Aires; Luis Beltrán (fue el primer municipio que la aprobó), Bariloche, El Bolsón, San Martín de los Andes, en Río Negro; El Hoyo en Chubut y Cachi en Salta. Eso sí, en varios municipios aún falta un paso: la reglamentación de la ordenanza.

El especialista en construcción en barro, Rodolfo Rotondaro, profesor adjunto Fadu-Uba e investigador del Conicet, cuenta que el trabajo comenzó en 2010 “ante la demanda de construir viviendas con ventajas ambientales que colaboren con lograr una menor contaminación y una reducción del efecto invernadero (que genera la fabricación de varios materiales de construcción convencional). Y al tener menores costos, resulta accesible a las clases medias y bajas”.

“Empezamos a investigar -continúa- y al tiempo surgieron grupos empíricos de autoconstrucción. Fue un caldo de cultivo que sirvió para que estas ideas florecieran y se llevaran a la práctica en varias ciudades”.

El Concejo Deliberante de General Pueyrredón aprobó la ordenanza y declaró a estas técnicas de interés municipal. La norma dice que se autoriza el método de construcción en tierra cruda y las tecnologías de construcción con tierra afines, detalladas en un anexo.

En Mar del Plata participó la Cooperativa Caminantes y la Estación Permacultural. “Estamos muy contentos de haber podido concretar esta meta y esperamos que ahora mucha más gente se anime”, dice Juan Pilotta.

También autoriza la aprobación, visación, inspección final de obras y/o habilitación por parte del organismo de aplicación del municipio, y crea una mesa de trabajo para la reglamentación de la ordenanza, compuesta por representantes del Ejecutivo, asociaciones civiles, organizaciones sociales, colegios profesionales, organismos públicos provinciales, la Universidad Nacional de Mar del Plata.

La norma aclara que “siempre que se trata de construcciones realizadas utilizando tierra cruda en climas húmedos como es el caso del Municipio de General Pueyrredón, es sumamente recomendable la utilización de sobrecimientos y aleros adecuados para minimizar la exposición de las superficies exteriores a las condiciones climatológicas extremas”.

Entre las técnicas se destacan las que utilizan bloques (adobe, bloques de tierra alivianada), pared de fardos de paja, bloques de tierra comprimida; las monolíticas como paja encofrada, tapial, moldeo directo, superadobe, y las de entramados, como de cañas o listones (quincha), paja enrollada, rollos sobre alambre (enchorizado) técnica de malla. También técnicas con materiales reciclados como muros de neumáticos, quincha con relleno de PET, cubiertas vegetales o terrazas verdes.

“Estamos empezando a gestionar un grupo de trabajo en el INTI para diseñar normas IRAM para este tipo de construcciones”, informa Rotondaro. Y agrega que desde Fadu-Uba brindan charlas y asesoramiento sobre este tipo de métodos, a municipios y firmas privadas. Próximamente comenzará a dictarse un curso en Fadu-Uba sobre Tecnología y Proyecto de la construcción con tierra, señala el portal del Horticultor.




Ubicación: http://www.nuevodiarioweb.com.ar
Autor: Nuevo Diario Web
Procedencia:
Argentina
Fecha de Publicación: 2017/02/19


El convenio se inició en alianza con una empresa privada y el Gobierno municipal, para lo que se está ejecutando una prueba piloto para la edificación de un lote de viviendas con guadua.

En las inmediaciones del terminal de pasajeros de San Juan de Colón, municipio Ayacucho del estado Táchira, se está llevando a cabo la construcción del primer lote de viviendas, que tienen como material principal de edificación, la guadua, a través de un convenio que el Gobierno municipal y la empresa privada consolidaron.

Es un proceso de construcción nuevo, rápido, duradero y económico comparado con los materiales tradicionales que se utilizan al momento de edificar algún inmueble.

Daniel Díaz Berbesí, alcalde del municipio Ayacucho, inició el proyecto en la jurisdicción, donde actualmente están trabajando en culminar la casa modelo fabricada de guadua que  contará con tres habitaciones, sala - comedor, cocina y un área de lavandería y dos baños, para un total de 74 metros cuadrados.

“Este proyecto es más accesible para la construcción de viviendas, debido a los altos costos de los materiales (…) La casa contará con divisiones en cada espacio. Es pequeña pero confortable”, expresó Berbesí.

Se estudia la posibilidad de solicitar un crédito a través del Consejo Federal de Gobierno para consolidar un mayor número de casas para los habitantes del municipio Ayacucho.

De la mano con la empresa privada

Indicó el burgomaestre, que a través de un convenio que realizó con la empresa “Bambú Venezuela” se está iniciando la construcción y rehabilitación de algunas viviendas en Ayacucho, tal es el caso, del sector el núcleo de Guarumito, donde se iniciará el cambio de techo por material de guadua.

Ayacucho comenzará a sembrar bambú

En las próximas semanas se iniciará la siembra de guadua en la jurisdicción, ya que de esta manera los costos se minimizan para la fabricación. “Nuestra meta es sembrar bambú, ya que con una hectárea de guadua se pueden edificar cinco viviendas”, explicó Berbesí.

Se minimizan gastos

Seleccionando los cortes, perforado, haciendo las uniones, ensamblaje de estructuras, cubiertas y cerramientos del bambú, logran disminuir más del 50% del material tradicional.

Cabe destacar que una casa edificada de bambú, es resistente, la guadua supera a la madera en términos de durabilidad, dureza y aspecto. “Esto no se va a deteriorar, como muchos han estado diciendo; el bambú tiene un proceso de curado y protección para que el agua y el sol no lo dañe, tampoco va a estar expuesto”, aclaró el alcalde.

Las casas elaboradas de bambú tienen una duración de aproximadamente 60 años.

Recordó Berbesí que la guadua es conocida como el “acero vegetal” y se ha utilizado desde el principio de los tiempos como material de construcción y para una cantidad de usos como camas, escritorios, techos y estructuras firmes.

La próxima meta

Berbesí aseguró que podría llevarse a cabo la edificación de la sede de la Banda Show Ayacucho en el estacionamiento de la casa de la cultura, donde se construirá a base de varas de guadua.

La casa modelo podrían regalarla

El alcalde aseguró que después de dar a conocer la casa modelo de bambú podría entregarla a alguna familia de escasos recursos en el municipio Ayacucho, sin embargo, aún no han tomado la decisiones con respecto a la vivienda.





Ubicación: https://www.diariodelosandes.com
Autor:
Daniela González
Procedencia: Venezuela
Fecha de Publicación: 2017/02/07