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El cansancio y la frustración están aumentando en las Carolinas mientras miles de personas aguardan para regresar a casa luego que el huracán Florence desató inundaciones épicas a las que se adjudican al menos 37 decesos, incluidos los de dos mujeres que se ahogaron cuando la corriente arrastró una camioneta de la policía que las llevaba a una instalación de salud mental.

Con los remanentes de Florence finalmente en el mar y los cielos despejados sobre los ríos aún crecidos con agua fangosa, el presidente Donald Trump visitó la zona de desastre, recorriendo vecindarios inundados y ayudando a servir alimentos en una iglesia en New Bern, una localidad costera que resultó duramente afectada.

“¿Cómo está la casa?”, le preguntó Trump a una persona. “Cuídese”.

A 190 kilómetros (120 millas) de distancia en Fayetteville, Roberta y Joseph Keithley han dormido en catres dentro de una escuela desde el viernes. Aún no saben si su casa quedó arruinada.

“Se está volviendo un tanto frustrante, pero uno debe lidiar con ello y adaptarse”, dijo Roberta Keithley, de 73 años. “Es solo otro obstáculo qué superar en la vida”.

Al sur, el amanecer trajo de vuelta las inundaciones a Nichols, Carolina del Sur, que también sufrió inundaciones a causa del huracán Matthew hace dos años. Los anegamientos de Florence habían disminuido, pero empeoraron nuevamente.

El alcalde Lawson Battle dijo que, según la información que tiene, todos en el poblado de unos 360 habitantes evacuaron en cuanto el agua comenzó a invadir el lunes. Pero Battle ya no puede pensar en eso.


“Me concentro en el desastre que estamos viviendo”, dijo. “No tengo tiempo para pensar. Estoy agotado”.

El acceso mejoró en Wilmington, una ciudad portuaria de unos 120.000 habitantes en Carolina del Norte que quedó aislada cuatro días a causa de los elevados niveles del agua. Pero las autoridades señalaron que no saben cuándo podrán los evacuados regresar a casa, y existe la posibilidad de que las condiciones no mejoren drásticamente pronto dado que no se prevé que el río Cape Fear alcance su máximo nivel en la ciudad sino hasta el lunes o martes.

“Entiendan: Hay mucha agua tierra adentro, y continúa en su recorrido río abajo”, dijo el administrador del condado, Chris Coudreit.

Algunos lugares registraron casi un metro (3 pies) de lluvias, y docenas de ciudades tuvieron al menos 25 centímetros (10 pulgadas) de precipitaciones. Los caminos siguen siendo peligrosos, y algunos permanecen cerrados a medida que los crecidos ríos arrojan su carga en el mar.

Autoridades de Carolina del Norte dijeron que aún hay alrededor de 7.800 personas en refugios, una reducción respecto a las 10.000 que se registraron el lunes pese a que el gobernador Roy Cooper llamó a la población a permanecer en los albergues.

En Lumberton, donde el río Lumber aún cubre partes del pueblo, el agua era tan profunda que los vehículos que pasaban por las calles generaban olas que azotaban viviendas, negocios y una iglesia parcialmente sumergidos.

Es posible que algunos de los que abandonaron los albergues estuvieran en camino a la costa por la autopista federal 421, donde una larga fila de autos, equipos de servicios públicos y camiones con generadores estaban atascados en el tránsito.

Alrededor de 161.000 viviendas y negocios continúan sin servicio eléctrico en Carolina del Norte, y cerca de una cuarta parte de ellos se ubican en el condado donde se encuentra Wilmington. En total, se estima que alrededor de 900.000 casas y negocios se quedaron sin luz en Virginia y las Carolinas.

 

 


AP / El Impulso

Página Web -2018/09/20

Fuente: http://www.elimpulso.com/


La depresión tropical Florence, que ha dejado 31 muertos a su paso como huracán y tormenta por la costa sureste de EEUU, se degradó este martes a baja presión, pero continúa arrojando “intensas lluvias” en varios estados del norte de las zonas atlánticas, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC).

El sistema “postropical”, que sigue arrojando “intensas lluvias” mientras se desplaza hacia el este, se encuentra a 105 millas (170 kilómetros) al oeste-noroeste de Nueva York y a 100 millas (165 kilómetros) al norte-noroeste de Filadelfia (Pensilvania).

Florence presenta vientos máximos sostenidos de 25 millas por hora (35 km/h) y se desplaza hacia el este con una velocidad de traslación de 13 millas por hora (20 km/h), indicó el NHC en su boletín más reciente.

Se han levantados todos los avisos y vigilancia de “inundaciones repentinas” en las zonas costeras, pero se mantiene una vigilancia de inundación repentina desde Maryland y el norte de Virginia hasta el sur de Nueva York y hacia el este hasta partes del sur de Nueva Inglaterra.

Los meteorólogos del NHC prevén que el sistema sea absorbido por otro frente de baja presión el próximo jueves y se transforme en un fenómeno extratropical“ a medida que acelera su desplazamiento hacia el este-sureste.

Forence llegó el pasado viernes a la costa sureste de EEUU como huracán de categoría 1 y se degradó progresivamente hasta convertirse este domingo en depresión tropical y ahora en una baja presión.

El número de muertes relacionadas con los vientos, torrenciales lluvias e inundaciones que acompañaron a Florence a su paso por la costa sureste de EEUU aumentó a 31, informaron el martes medios locales citando fuentes oficiales.

De los 31 muertos, 25 fueron en Carolina del Norte y los otros seis en Carolina del Sur.

Entre las causas de los fallecimientos hay diversos ahogados, accidentes de tráfico o muertes por caídas de árboles sobre viviendas, circunstancia esta última en la que murieron dos niños en incidentes separados.

Mientras, la depresión tropical Joyce, que estuvo deambulando ”desorganizada“ por el sur del Atlántico, continúa el martes su movimiento sur-sureste alejándose de las Azores.

Joyce, que fue la décima tormenta tropical de la temporada de huracanes en el Atlántico, presenta vientos máximos sostenidos de 35 millas por hora (55 km/h) y se encuentra a 355 millas (570 kilómetros) al sur de las Azores.

Se desplaza lentamente hacia el sur-sureste con una velocidad de traslación de 6 millas por hora (9 km/h).

Los meteorólogos del NHC vaticinan que Joyce experimentará el martes un giro hacia el sur para luego enfilar el miércoles y jueves hacia suroeste.

Esta depresión tropical se convertirá en un remanente de baja presión esta tarde o noche.

 

 


EFE / El Nuevo Herald

Página Web -2018/09/18

Fuente: https://www.elnuevoherald.com/


En Estados Unidos 25 millones de personas tienen dificultad para pagar el alquiler de una vivienda.

No importa cuántas veces haya escuchado la cifra al ir a rentar un apartamento, el efecto paralizante no se pasa fácilmente. En Miami, una persona que se prepara para rentar una vivienda necesitará entre $5,000 y $10,000 para cubrir los requisitos del depósito de seguridad, el primero y el último mes de alquiler.

“Un apartamento de un cuarto se renta como promedio por $1,800 y uno de dos cuartos por $2,232”, dijo Ali Solís, presidente y directora ejecutiva de Make Room, una organización nacional que se enfoca en difundir estadísticas e historias de personas que enfrentan dificultades para pagar la vivienda.

Un pequeño préstamo a corto plazo para pagar los gastos de entrada a un alquiler puede brindar un respiro a los inquilinos, dijo la experta.

El evento Home, Health & Finance Expo and Symposium, que se celebra el sábado 22 de septiembre , de 9 a.m. a 5 p.m., en el Wolfson Campus del Miami Dade College, ofrecerá información sobre cómo obtener préstamos, mejorar el crédito y prepararse para una mudanza.

En la feria, organizada por Make Room, estarán presentes instituciones financieras y comunitarias como Citi Community Development, del Citibank, Capital Good Fund y Catalyst Miami.

Capital Good Fund, una institución financiera de desarrollo comunitario sin ánimo de lucro, ofrecerá un tipo de préstamo que en inglés se conoce como housing stability loan, con el que los beneficiarios podrán recibir entre $700 y $2,000 para pagar el depósito para el alquiler o para evitar ser desalojados de su vivienda.

Con esta suma podrán enfrentar gastos de emergencia por un problema de salud o la reparación de un auto, ejemplificó Solís.

El préstamo, a un interés de un 24 por ciento, es pagadero en dos años y no tiene otras cuotas de cierre.

Además de representar una solución para un aprieto financiero, el préstamo ayudaría a las personas a formarse un historial de crédito o a mejorarlo, con vistas a comprar una vivienda en el futuro.

Las personas que quieran solicitar el crédito deben ser residentes de la Florida, tener cuenta de banco o una tarjeta de crédito prepagada, mostrar prueba de sus ingresos, los que pueden provenir tanto de un salario como de la ayuda de la Seguridad Social.

Solís enfatizó que no hay una restricción en cuanto al salario que devenga la persona para recibir el préstamo, pero sí debe presentar prueba del propósito para el que va a utilizarlo, como la publicación donde se promociona el alquiler de la vivienda.

A su vez recomendó que lleven documentos como la licencia de conducción u otra identificación oficial, y los estados de cuentas de banco o de las tarjetas de crédito de dos meses.

En el evento también habrá voluntarios que ofrecerán información para solicitar otro tipo de préstamos dirigido a los puertorriqueños y residentes de las Islas Vírgenes que fueron afectados por los huracanes y que hoy están establecidos en la Florida.

Solís añadió que Make Room lleva adelante la campaña #RepRenters para crear conciencia en los votantes sobre la difícil situación de la vivienda con el objetivo de que reclamen a sus representantes estatales y funcionarios electos, quienes a su vez pueden llevar la situación hasta el Congreso.

“La renta en Miami aumentó un 7 por ciento en comparación con el año pasado, los salarios están estancados y cada vez es más difícil encontrar una vivienda asequible”, resumió Solís, indicando que septiembre fue nombrado National Month for Renters.

En la actualidad, 11.4 millones de estadounidenses gastan más de la mitad de su salario en renta y servicios públicos y para el 2025 serán 15 millones los que estarán en esa situación.

La Florida, con casi 800,000 núcleos familiares que destinan más de la mitad del sueldo a pagar por un techo, ocupa el segundo lugar entre los estados en que la crisis de la vivienda es más marcada.

Home, Health & Finance Expo and Symposium, sábado 22 de septiembre , de 9 a.m. a 5 p.m., en Building 3, 300 NE Second Ave., el Wolfson Campus del Miami Dade College. Aquí puede registrarse para el evento.

 

 


Sarah Moreno / El Nuevo Herald

Página Web -2018/09/19

Fuente: https://www.elnuevoherald.com/


La crisis financiera mató el sueño de hacerse rico con el trabajo diario.

 

Al menos una vez al año, la economista Diane Swonk baja al sótano de su casa victoriana de 1891 en las afueras de Chicago y abre una caja de plástico que contiene los artículos que ella considera más valiosos: premios, fotos de bodas y la ropa que llevaba en el World Trade Center el día en que fue atacado. Pero lo que ella busca una y otra vez es un diario encuadernado de los eventos de la crisis financiera y sus consecuencias.

"Es útil volver atrás y ver cuán caótico y aterrador era", dijo. "Esa época está grabada en mi mente. Lo volví a ver recientemente, y todo el dolor volvió a fluir".

Una década después, las cosas están inquietantemente tranquilas. La economía, de acuerdo a casi cualquier medida oficial, esta fuerte. Wall Street está bordeando con nuevos niveles máximos. Y el mercado inmobiliario, el epicentro del accidente, se ha recuperado en muchos lugares. Pero al igual que el diario almacenado en el sótano de Swonk, las cicatrices de la crisis financiera y la gran recesión subsiguiente todavía viven entre nosotros, justo debajo de la superficie.

Un desequilibrio que se agravó

La más profunda es que la naturaleza desigual de la recuperación agravó un desequilibrio a largo plazo en la acumulación de riqueza. Como consecuencia, el significado del término "estar seguro" ha cambiado. La riqueza, la riqueza real, ahora proviene de las carteras de inversión, no de los salarios. Las fortunas se realizan a través de una oferta pública inicial, una concesión de opciones sobre acciones, una compra u otra forma de lo que las personas de alto patrimonio denominan un evento de liquidez.

Los datos de la Reserva Federal muestran que en la última década y media, la proporción del ingreso familiar de los salarios ha disminuido de casi el 70% a poco menos del 61%. Es un cambio extraordinario, impulsado en gran medida por los beneficios de la inversión de los muy ricos. Para decirlo de forma resumida, las personas que poseen activos negociables, especialmente acciones, han disfrutado de una recuperación que los estadounidenses que dependen de ahorros o de los ingresos de su sueldo semanal aún no han visto. Diez años después de la crisis financiera, la idea de progresar yendo al trabajo todos los días parece arcaico, algo así como usar la guía de teléfonos para encontrar un número o alquilar una película en Blockbuster.

La crisis financiera no solo mató el sueño de hacerse rico con su trabajo diario. También puso fin a una creencia fundamental de la clase media: que ser dueño de una casa siempre era una buena idea porque los precios se movían en una sola dirección: para arriba. La burbuja, mientras duró, dio a millones en la clase media un sentido de validación de su visión financiera, y les hizo sentir como si hubieran hecho lo correcto.

En teoría, si perdía su trabajo o sufría algún otro tipo de revés financiero, siempre podía vender en un mercado inmobiliario que siempre iba en aumento. Los precios cada vez más altos de las viviendas se convirtieron en una válvula de vapor, y la teoría del "mayor tonto" (una teoría económica que afirma que el precio de un producto no está determinado por su valor intrínseco, sino más bien por las expectativas y creencias del mercado) sustituyó a cualquier medida convencional de valor.

Los materiales inflamables que alimentaron el fuego que consumió Wall Street y casi toda la economía eran hipotecas que nunca debieron haberse retirado en primer lugar. Los propietarios de viviendas pensaban que cuanto más casas tenían, mas allá de si podían o no cubrir las cuotas con sus ingresos mensuales, mientras que los codiciosos bancos e intermediarios estuvieron muy contentos de alentarlos.

Cuando estalló la burbuja, la inversión primaria de muchas familias fue aniquilada por una combinación de la caída de los valores de las casas y una deuda demasiada grande. Una década después de esta debacle, el patrimonio neto de la típica familia de clase media sigue estando más de 40 mil dólares por debajo de lo que era en 2007, según la Reserva Federal. El daño causado a la psiquis de la clase media es imposible de cuantificar, por supuesto, pero nadie duda de que ha sido enorme.

Una clase social a la intemperie

Para los propietarios, no hubo grandes rescates de Washington, y 8 millones de ellos sucumbieron a una ejecución hipotecaria. A veces, el desalojo llegaba en forma de mariscales con órdenes judiciales; en otros casos, las familias entregaron silenciosamente las llaves del banco y simplemente se fueron. A pesar de que los precios de las viviendas en los mercados más requeridos se han recuperado por completo, muchos propietarios aún se encuentran luchando en los estados más afectados como Florida, Arizona y Nevada. Mientras tanto, más estadounidenses están alquilando y tienen pocas posibilidades de tener una casa.

Un factor que agrava la situación es que la era posterior a la crisis ha estado marcada por una mayor disparidad en la riqueza entre los blancos, hispanos y afroamericanos de clase media. Eso es según un análisis de datos de la Reserva Federal realizado por Pew Research Center, que encontró que las familias en los grupos hispanos y afroamericanos eran más dependientes de la vivienda como su principal forma de inversión. No solo los grupos minoritarios fueron más afectados por las ejecuciones hipotecarias, sino que también los hispanos tenían el doble de probabilidades de vivir en los estados de "Sun Belt" (los que están ubicados al sur del país, por debajo del paralelo 36), donde el colapso del mercado inmobiliario fue más grave.

En 2016, el valor neto entre familias blancas de ingresos medio fue un 19% menor al nivel que tenía en 2007, ajustado por la inflación. Pero entre los negros, se redujo un 40%, y los hispanos experimentaron una caída del 46%. Para muchos, el trabajo duro a la vieja usanza simplemente no ha sido un camino viable para salir de este agujero. Después de que el desempleo alcanzara su punto máximo en el otoño de 2009, pasaron años antes de que el desempleo volviera a los niveles previos a la recesión. La holgura en el mercado laboral dejó a los empleados y desempleados por igual con poca influencia para demandar aumentos, incluso cuando las ganancias corporativas aumentaron.

Cuando se toma nota de que la mitad de la población de golpe vio que sus salarios se estancaban mientras que la otra mitad se enriquecía en el mercado, tal vez aparezca como algo inevitable la aparición del presidente Donald Trump y del Brexit, la salida planificada de Gran Bretaña de la Unión Europea.

"Rompió la fachada y reveló una ira que se había ido acumulando durante décadas", dijo Swonk, economista jefe de Grant Thornton en Chicago. "La crisis fue horrible, pero su legado nos empujó al límite en términos del descontento".

Secuelas que tardan en sanar

Han pasado diez años desde el trauma de 2008, las herida aún está en carne viva y el dolor todavía tiene una forma de agravarse. Cada vez que baja al sótano y lee su diario, Swonk lo siente de nuevo.

"Es el diario de un economista, así como de una madre y un ser humano", dijo Swonk. Incluye sus escritos publicados para los clientes, así como sus sentimientos, pensamientos y miedos a medida que se desarrollaba la crisis. También registró su impresión de las figuras clave que conoció durante esos meses fatídicos, incluido Lawrence H. Summers, un alto funcionario económico de la Casa Blanca en ese momento, y Ben Bernanke, entonces presidente de la Reserva Federal.

"La crisis financiera se convirtió en un delineador", dijo. "Estaban los que podían recuperar sus pérdidas y los que no. Algunas personas tienen amnesia, pero todavía seguimos conviviendo con las heridas".

 

 


Nelson D. Schwartz - The New York Times / Clarín

Página Web -2018/09/17

Fuente: https://www.clarin.com/


El aumento en el alquiler promedio ha superado con creces el crecimiento en los ingresos de los arrendatarios durante la última década y media,

 

En los últimos dos años, los angelinos se han movilizado en torno a los esfuerzos para abordar la falta de vivienda, aprobando dos medidas de financiación pública y comenzando a reducir la cantidad de hombres y mujeres que viven en automóviles, carpas de campaña y en las calles.

Lo que ha recibido menos atención es que la crisis de las personas sin hogar está vinculada a una crisis de vivienda asequible, como lo documentó recientemente el estudio Anderson Forecast de UCLA. Esta realidad se refleja en el recuento de personas sin hogar de este año, que encontró a más de 9,000 personas recientemente sin hogar, y un aumento considerable entre las personas mayores de 62 años. De acuerdo con los datos disponibles más recientes, la falta de vivienda asequible y los desalojos son las principales causas por las que los individuos y las familias quedan sin vivienda en la ciudad de Los Ángeles.

En el mercado de hoy con una sobredemanda de alquiler, las familias de bajos ingresos en Los Ángeles están familiarizadas con historias como la de Carolina Rodríguez. Ella vive en un apartamento en la zona no incorporada del Este de Los Ángeles con su esposo, un techador y sus seis hijos. En febrero de 2016, su alquiler aumentó de $1,250 a $2,000 al mes, aún sin que se realizaran renovaciones. Con la ayuda de una organización pro-bono de servicios legales, ella y su esposo han estado luchando contra el aumento desde entonces, aterrorizados de que ella y su familia terminen en la calle.

En términos más generales, encontramos que el aumento en el alquiler promedio ha superado con creces el crecimiento en los ingresos de los arrendatarios durante la última década y media, aumentando casi el doble. Esta divergencia deja a demasiadas familias con la disyuntiva insoportable de tener que elegir entre tener un techo, o pagar por otras necesidades básicas.

Muchas ciudades abordaron un episodio anterior de los crecientes costos de los inquilinos a finales de la década de los 70 y comienzos de la década de los 80 con la promulgación de ordenanzas de estabilización de alquileres, incluyendo la Ciudad de Los Ángeles, Santa Mónica y West Hollywood. Los estudios existentes han demostrado que la política es especialmente útil para los inquilinos veteranos, quienes son desproporcionadamente adultos mayores. Más recientemente, Beverly Hills aprobó una política de estabilización de alquileres que limita los aumentos anuales al 3 por ciento. Los inquilinos en otras ciudades fuera del condado de Los Ángeles como Santa Cruz o National City en el condado de San Diego, tienen iniciativas calificadas en la boleta electoral para establecer un límite de alquiler. El reconocer la crisis también se puede ver en el esfuerzo de la Proposición 10 para derogar a Costa-Hawkins, que se presentará ante los votantes de California en noviembre.

En el Condado de Los Ángeles, la Junta de Supervisores votó el martes 11 de Septiembre sobre una moción de estabilización temporal de alquileres redactada por las supervisoras Kuehl y Solís. La moción pondrá un límite temporal del 3% anual sobre los aumentos de renta en apartamentos multifamiliares construidos antes de 1995 en las zonas no incorporadas del Condado de Los Ángeles. El Departamento de Planificación Regional del Condado calcula que hay casi 57,000 unidades multifamiliares ocupadas por inquilinos en las áreas no incorporadas del Condado de Los Ángeles construidas antes de 1995. Eso significa que la moción brindará protección a aproximadamente 200,000 hombres, mujeres y niños. La moción de estabilización de alquileres temporal del Condado (no el control de alquileres, aunque las personas a veces confunden las dos) es necesaria para proporcionar protección inmediata a los más vulnerables, los trabajadores pobres y aquellos con ingresos fijos, en el mercado de bienes raíces sobrevaluado de hoy.

Al mismo tiempo, debemos encarar la necesidad a largo plazo de aumentar el suministro de viviendas, en particular unidades asequibles. Afortunadamente, hay acción en este frente, que incluye un nuevo compromiso con la zonificación inclusiva, una expansión dramática de las unidades de vivienda complementarias (apartamentos pequeños) y la preservación de viviendas asequibles. Hay otras medidas para ser consideradas por los Supervisores, incluyendo las recomendaciones que el Grupo de Protección de Inquilinos les proporcionó sobre un enfoque a largo plazo para la estabilización de la renta en la junta el mes pasado.

La moción de estabilización temporal de alquileres es, por supuesto, controversial y encontrará cierta oposición. El debate posterior, sin embargo, debe verse como una oportunidad para tener una conversación informada que pueda llevar a un enfoque integral para abordar el problema de las personas sin hogar y la crisis de la vivienda en general.

*El profesor Paul Ong es Director del Centro para el Conocimiento Comunitario en UCLA, Escuela de Asuntos comunitarios Luskin

 

 


Paul Ong / La Opinión

Página Web -2018/09/12

Fuente: https://laopinion.com/