Cuando el huracán Irma se abalanzó sobre Florida el año pasado, las compañías de seguros sabían que no estaban listas. El desastre que causó el huracán Harvey se llevó a Texas a la mayoría de la población ambulante de tasadores encargados de valorar los daños de las tormentas.
Ante la disyuntiva de enviar trabajadores inexpertos a contabilizar el número de techos rotos y paredes enmohecidas o no enviar a nadie, las compañías presionaron al estado para que relajara los estándares de contratación. Bajo una declaración de emergencia firmada por el gobernador Rick Scott, el estado relajó las regulaciones sobre quién podría trabajar como tasador. Eso permitió a las compañías de seguros contratar a todos los que pudieron para que comenzaran a evaluar el desastre.
El resultado, un año después de Irma: decenas de miles de floridanos todavía están esperando el dinero para arreglar sus hogares, y miles más han demandado a sus compañías de seguros, incluida Citizens Property Insurance Corporation. Gran parte de la culpa, según muchos expertos de la industria, recae en los equipos de tasadores no especializados que malograron, complicaron y retrasaron el proceso de reclamaciones.
“No había suficientes personas para hacer el trabajo y algunas no sabían lo que estaban haciendo”, dijo Nancy Domínguez, gerente de la Asociación de Tasadores de Seguros Públicos de la Florida. “Entiendo que tuvieron que enfrentar el asunto. No puedes esperar seis meses para ir a la casa de alguien. Pero al mismo tiempo, eso perjudicó a los asegurados”.
Citizens, la aseguradora en casos de tormentas más grande del estado, reconoció haber contratado tasadores menos calificados, pero el portavoz Michael Peltier restó importancia a la idea de que la avalancha de contrataciones de último minuto fue un problema a la hora de resolver los reclamos. En la parte sur de Los Cayos, donde Irma tocó tierra, señaló el costo oneroso de la construcción y la falta de mano de obra calificada como los mayores obstáculos para la reconstrucción y reparación de viviendas.
Los propietarios afectados en Los Cayos coinciden en que son factores contribuyentes, pero están enojados con las aseguradoras que se supone deben ayudarlos a recuperarse de los desastres naturales. En cambio, muchos se quejan de pleitos frustrantes, costosos y largos que les han retrasado o les han impedido regresar a sus casas.
La burocracia y los seguros
El doctor Doug Mader, un veterinario de Marathon, espera que pasará más de un año antes de que él y su esposa puedan regresar a su hogar en Long Beach Drive, en Big Pine Key, gracias a lo que él califica de “una de esas pesadillas con la compañía de seguros”.
Irma le arrancó las puertas y ventanas en la planta baja de la casa y destrozó todo adentro, incluyendo los cimientos. La pareja ahora vive en la casa de vacaciones de un vecino al otro lado de la calle.
Es solo un lote vacío, que miramos todas las mañanas cuando nos despertamos”, dijo.
Tomó cinco visitas por separado de los tasadores de seguros y la orden de un juez para llegar a ese punto. Y por la demolición Mader, de 61 años, recibió una carta de su aseguradora, Homeowner’s Choice, amenazándolo con cargos criminales, a pesar de que obtuvo el permiso de un tribunal para desmantelar la casa.
Ahora Mader, como otros miles de floridanos, está metido en una batalla judicial contra su compañía de seguros. Su reclamo está “abierto”, lo que significa que la compañía de seguros está en el proceso de agregar nueva información sobre la propiedad y podría pagar más. Un reclamo cerrado significa que la compañía de seguros ya no paga por más reparaciones.
De acuerdo con la Oficina de Regulación de Seguros de la Florida, más del 90 por ciento de las reclamaciones de Irma están cerradas. Cerca de un millón de reclamaciones que cubren más de $10,400 millones en pérdidas fueron presentadas desde la tormenta de septiembre del 2017, lo que significa que aproximadamente 100,000 siguen sin resolverse un año después del huracán.
Domínguez dijo que la cantidad de propietarios que siguen teniendo problemas con los seguros es aún mayor. En sus décadas de experiencia como tasadora pública (los propietarios de los consultores externos solicitan una evaluación de daños independiente) dijo que ha visto a las compañías de seguros clasificar las reclamaciones como cerradas antes de que todos los cheques se envíen a los asegurados.
“En el momento en que hacen ese primer pago, el reclamo se cierra enseguida”, dijo. “Desafortunadamente es algo que estamos viendo más a menudo. Ha estado pasando por años”.
Citizens Property Insurance Corporation ha reabierto casi la mitad de sus 70,000 reclamos por Irma, y casi 10,000 casos permanecen abiertos y sin resolver. El portavoz de Citizens, Peltier, dijo que la reapertura de casos no es inusual, incluso en ese volumen, pero defensores como Domínguez dijeron que el proceso de cierre puede causar retrasos y confusión con los propietarios.
Algunos dueños de pólizas notan que su reclamo está cerrado y suponen que no tienen otras opciones, dijo. Otros recurren a tasadores públicos o abogados para reabrir el reclamo, lo que generalmente significa que el reclamo se reasigna a un nuevo empleado de la compañía de seguros, otra demora.
Otras veces la compañía de seguros simplemente no responde.
“Envías de cuatro a cinco cartas certificadas, no recibes respuesta. Envías cientos de correos electrónicos, no recibes respuesta “, dijo Joseph Charrier, un tasador público profesional sénior de National Fire Adjustment. “Solo estás creando un caso futuro para los abogados. Les entregas la caja con todos los documentos y les dices ‘vayan tras ellos’”.
El laberíntico proceso de reclamaciones de seguro es particularmente desconcertante para los que presentan un reclamo por primera vez. Melinda Goodro, de 38 años, y su esposa compraron su casa de Cayo Largo nueve meses antes que pasara Irma. La tormenta les arrancó un trozo al techo y el agua de lluvia corrió como una cascada por las tres plantas de la vivienda.
Goodro, que tenía una póliza de seguro con Citizens, supuso que el proceso sería sencillo. Un año después, la pareja y su pastor alemán Qynn, de 4 años, todavía viven en un remolque Alpha Wolf frente a su casa. No creen que puedan regresar a su hogar por al menos otro año.
“Solo para vestirse e ir a trabajar es: ‘¿dónde está esto? ¿Eso tiene moho?’”, dijo. “Es como estar en un campismo eterno”.
El primer tasador de Citizens le dijo a la pareja que no podía hacer una valoración precisa hasta que alguien entrara y tratara la casa por los daños causados por el moho. Después del tratamiento, Citizens nunca envió un segundo tasador. La compañía informó a la pareja que pagaría $53,000 por los daños.
Finalmente encontraron un contratista (no es fácil en unas islas donde la mayoría de los contratistas tienen una larga lista de espera por las reparaciones de Irma), quien dijo que la casa necesitaba reparaciones por $85,000. Quería un depósito de $18,000 para comenzar.
Los $53,000 de Citizens fueron a parar a Wells Fargo, dueño de la casa. El banco le dijo a Goodros que solo emitiría un cheque inicial de $10,000, no los $18,000 que el contratista pedía. Nadie iba a cambiar esa cifra: ni el banco, ni el contratista, ni Citizens.
Mientras tanto, las Goodros siguieron pagando la prima de su seguro, las cuotas de su hipoteca y el permiso para su tráiler sin saber cuándo todo terminaría. Eventualmente, la compañía de su contratista fracasó y se llevó los $10,000. Un nuevo contratista dijo que en realidad los daños eran por $211,000, y Wells Fargo no desembolsará los próximos $30,000 del pago de Citizens hasta que la casa esté reparada al menos en un 50 por ciento.
Han recurrido a un abogado, convirtiéndose en una de las más de 5,400 demandas presentadas contra la compañía por reclamaciones de Irma. Pero las deposiciones no comenzarán por lo menos hasta octubre. Eso significa otro año más en el tráiler, y ver menguar sus ahorros mientras esperan tener suficiente dinero para pagarle a un contratista que comience los trabajos.
“Básicamente se trata de poner a las personas en una posición en la que se preguntan ‘¿Por cuántos meses más podremos pagar todos estos gastos adicionales solo por vivir? ¿Cuándo tendremos que considerar ir a la bancarrota?”, dijo. “Todos los días nos acercamos más y más [a ese punto]”.
Miles siguen esperando sus cheques
Un año después del huracán miles de floridanos, principalmente en Broward y Miami-Dade, esperan los cheques de sus compañías de seguros, pero no hay a la vista una solución para los retrasos.
No es la primera vez que el estado enfrenta una escasez de tasadores experimentados. Parte de eso se debe a la naturaleza de auge y caída del negocio. No es práctico para las compañías de seguros mantener una gran lista de tasadores en su personal durante todo el año si las tormentas solo ocurren cada varios años, por lo que la mayoría depende de tasadores independientes que aparecen cuando llega una tormenta, dijo Paul Handerhan, vicepresidente sénior de la Asociación de Florida para la Reforma de Seguros.
Dijo que los tasadores independientes a menudo firman contratos con firmas nacionales y están activos simultáneamente en varias regiones.
Eso es un problema cuando ocurren varias tormentas seguidas, como la avalancha de huracanes en Florida en el 2004 y 2005. Después del huracán Harvey el año pasado escaseaban los tasadores para evaluar los daños de Irma, por lo que el estado relajó las medidas para que las compañías de seguros contratasen inspectores y tasadores. El director financiero de Florida dijo a las compañías de seguros que podían usar agentes de seguros para inspeccionar las propiedades.
Después de Irma, “había toda una tropa de personas que realmente no tenían ese nivel de experiencia”, dijo Handerhan. “Se puede ver el patrón de múltiples tasadores en busca de pérdidas. Eso tiende a confundir y frustrar a los dueños de pólizas”.
El portavoz de Citizens, Peltier, dijo que la firma tomó medidas para dar respuesta a las preocupaciones. Envió su nuevo ejército de inspectores a las zonas con daños menos severos y los guió a través del proceso con un programa de computadoras paso a paso para tomar fotografías y evaluar los daños. Su trabajo fue confirmado por un tasador autorizado antes de emitir el cheque final, indicó Peltier. Dijo que no tenía conocimiento de quejas sobre tasadores inexpertos o ineficaces.
La compañía ha reajustado sus contratos con firmas nacionales y cree que está preparada para el próximo desastre, dijo Peltier.
Los tasadores incompetentes echan a perder el proceso para todos y elevan la factura final que las compañías de seguros deben pagar, dijo Handerhan, por lo que a todos les interesa tener tasadores calificados y competentes listos para cuando llegue una tormenta. Especialmente cuando los científicos han demostrado que el cambio climático está relacionado con huracanes más intensos.
“Dicen que esas tormentas serán más severas en el futuro”, dijo Handerhan.
ALEX HARRIS / El Nuevo Herald
Página Web -2018/09/15
Fuente: https://www.elnuevoherald.com/