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La cobertura de inquilinos da mucha tranquilidad por un precio módico

 

Tras la crisis y a pesar de la fuerte recuperación hay muchas personas que alquilan su hogar. Según las estadísticas federales el 64% de los hogares en EEUU tienen casa en propiedad y eso es un porcentaje mucho menor del que había en 2005 (69.1%).

Quienes tienen la propiedad de su vivienda, ciertamente mientras tienen hipoteca, tienen un seguro que cubre las incidencias que puedan ocurrir. Los alquilados tienen la opción de protegerse también y por una cantidad muy asequible con los seguros de inquilinos.

“Se trata de una protección para las propiedades personales que estén en la casa y de responsabilidad ante terceros”,  explica Scott Mallasee, consultor senior de gestión de líneas de productos personales de la aseguradora Nationwide.

La cuestión de responsabilidad se refiere al hecho de que si alguien sufre algún tipo de accidente o problema mientras está en la casa de un inquilino, este seguro protege de las actuaciones que esta persona pueda interponer contra el residente. Imagine que hace una fiesta, alguien resbala, cae y le hace responsable de una pierna rota por la que tiene que pagar costos médicos.

Un seguro básico cubre este fin de fiesta y los costos médicos de otros, pero también el contenido de la casa o las pertenencias en ella tanto dentro como fuera de ella. Desde el computador personal o el celular hasta el sofá en el que ha caído agua porque el vecino de arriba ha tenido una fuga. También cubre los costos de vivir en un lugar distinto en caso de que haya que abandonar el apartamento, casa, condo… durante un tiempo.

Mallasse explica que los seguros no protegen de inundaciones por una subida de aguas pero si de daños fuera del control del inquilino “causados por el fuego, el humo, el robo y el daño hecho por el agua, en caso de una gotera”.

Este experto dice que es conveniente documentar qué se tiene con fotografías e inventarios. En el caso de que haya cosas que no tienen un valor específico como el arte que hace un familiar, joyas que pueden ser muy caras ” es bueno que un tasador determine su precio,”, sugiere. En esos casos es quizá bueno comprar un seguro específico.

El costo de este seguro de inquilinos no es elevado. Mallasse dice que puede rondar una media de $20 al mes pero si se contrata con “seguros como los de vida, de auto o de cuidado de mascotas se pueden conseguir muchos ahorros”.

En caso de que decida hacerse con este seguro es importante que le quede claso si su póliza será de Valor Real en Cash (Actual Cash Value) o de Costes de Reemplazo (Replacement Cost). Porque son muy diferentes..

Cuanto se habla dinero por valor real no significa que usted vaya a recuperar lo que le costó por ejemplo el sofá dañado por la gotera por su vecino o la televisión mojada sino lo que vale en el momento en el que se estropean. Es decir que una vez restada la amortización, si el sofá lleva en su casa cuatro años o la televisión cinco, no podrá comprar más que un sofá de segunda o tercera mano con ese dinero porque le darán el valor del mercado en ese momento.

El costo de reemplazo le dará el dinero para reparar o reemplazar el sofá y es la cobertura más usada. Pero es un proceso. Si se estropea el sofá, hay que decir a la aseguradora el modelo, cuándo y dónde se compró con un valor que se asigne. La aseguradora pagará una parte del reemplazo, quizá la mitad, y solo pagará el resto si realmente se reemplaza. Es decir la compensación completa llega cuando se ha comprado el mismo o parecido sofá.

En cualquier caso, como en cualquier contrato, revise los términos y pregunte sin pena lo que no entienda.

 

 


Ana B. Nieto / La Opinión

Página Web -2018/11/06

Fuente: https://laopinion.com/


Los fondos recaudados se dedicarían íntegramente a la financiación de viviendas y servicios para la gente sin techo de San Francisco

Los vecinos de San Francisco (California) votan este martes sobre una medida que, de ser aprobada, aumentaría los impuestos a las grandes empresas para incrementar los fondos en la lucha contra la pobreza, algo que ha generado enfrentamientos entre los multimillonarios de la ciudad.

La bautizada como “Proposición C” haría subir el impuesto sobre ventas a aquellas empresas con sede en la ciudad que facturen más de 50 millones de dólares anuales y el impuesto sobre gastos de personal a las compañías con una facturación superior a los 1.000 millones de dólares.

Los fondos recaudados se dedicarían íntegramente a la financiación de viviendas y servicios para la gente sin techo de San Francisco, donde la lucha contra la pobreza extrema y la drogadicción se ha situado durante los últimos años entre las prioridades de vecinos y Ayuntamiento.

La cara más reconocible detrás de la “Proposición C” es el carismático fundador y propietario de Salesforce, Marc Benioff, con una fortuna personal estimada de 6.700 millones de dólares y quien ha destinado alrededor de 8 millones a promocionar el voto favorable a la medida.

En el lado opuesto, otros dos multimillonarios del sector tecnológico como Jack Dorsey (consejero delegado de Twitter) y Mark Pincus (fundador de la plataforma para juegos móviles Zynga) se oponen a la propuesta al considerar que dañaría el potencial emprendedor de la ciudad y se han enzarzado con Benioff en Twitter.

“La Proposición C es la medida más estúpida y menos pensada que se ha propuesto jamás. Por favor, atended a los hechos y votad No. Luego nos centraremos todos en soluciones reales para San Francisco”, indicó Pincus este fin de semana en su cuenta en la red social.

“Por desgracia, algunos consejeros delegados todavía son miopes y creen que sólo tienen obligaciones fiduciarias con sus accionistas, sin ninguna responsabilidad sobre las comunidades en las que hacen negocio. ¡Sí a la Proposición C!”, escribió Benioff por su parte.

Los dos ejecutivos dedicaron varios mensajes a discutir sobre cuánto dedicaban sus respectivas empresas a la lucha contra la pobreza y Benioff incluso llegó a acusar directamente a Pincus de que él “y los otros 70 multimillonarios de San Francisco” han “abandonado a los sin techo”.

Unos días antes, el máximo responsable de Saleforce tuvo un encontronazo similar con el consejero delegado de Twitter, cuando este mostró públicamente su oposición a la medida y destacó que incluso la alcaldesa de San Francisco, la demócrata London Breed, ha pedido el voto en contra de la “Proposición C”.

“Quiero ayudar a solucionar el problema de los sin techo en San Francisco y California. No creo que la Proposición C sea la mejor manera de hacerlo. Apoyo a la alcaldesa London Breed en su compromiso de lidiar con esto de la forma correcta. Breed fue elegida para esto y confío en ella”, indicó Dorsey.

“Hola, Jack. ¿Con cuántos programas contra la pobreza de nuestra ciudad colaboras? ¿Puedes decirme en qué estáis implicados tú y Twitter y a qué niveles financieros? ¿Cuánto has donado a la iniciativa para que ningún niño viva en la calle?”, le respondió Benioff.

La alcaldesa justifica su negativa a la medida alegando que antes de recaudar nuevos fondos se deben auditar los 300 millones que la ciudad ya se gasta anualmente en acciones de lucha contra la pobreza extrema (la “Proposición C” doblaría esa cantidad) y que, a juicio de muchos vecinos, no están dando los resultados deseados.

San Francisco y su área metropolitana son una de las zonas más prósperas de EE.UU., impulsada fundamentalmente por la industria tecnológica de Silicon Valley, pero es precisamente este éxito económico lo que ha disparado la demanda de vivienda y consecuentemente los precios hasta crear una crisis sin precedentes.

Según el San Francisco Chronicle, en la ciudad hay actualmente 7.500 personas viviendo en las calles, muchas de ellas con problemas de drogadicción, que se concentran y conviven con los turistas en los céntricos barrios de Tenderloin, Van Ness/Civic Center y South of Market.

 

 


EFE / La Opinión

Página Web -2018/11/05

Fuente: https://laopinion.com/


En menos de dos semanas, los californianos se darán cita en las urnas para elegir candidatos y votar por distintas propuestas estatales. Entre las iniciativas de este noviembre 6, la proposición 10 es una de las medidas que afectarán en mayor medida a la vida cotidiana de los votantes y sus familias.

Los partidarios de la proposición 10 argumentan que el control y regulación de los alquileres ayudarán a los inquilinos a costear un hogar, lo que a su vez, ayudará a combatir la actual crisis de vivienda que existe en el estado. Pero quienes se oponen aseguran que se trata de una medida defectuosa, y que por el contrario empeorará la crisis de vivienda que ya tiene California.

Entre quienes se oponen, se encuentran no sólo dueños de casa, sino también veteranos, ancianos e inquilinos como Lexie Solorio, residente de Palos Verdes.

“Como mamá e inquilina, sé cuán difícil es encontrar vivienda. Pero la proposición 10 no ofrece protección para los inquilinos”, opinó Solorio, quien dijo que va a votar en contra de la medida.

“Proposición 10 reducirá la construcción de viviendas asequibles y viviendas para la clase media, haciendo que la vivienda sea más cara y difícil de encontrar”, agregó la inquilina.

Según quienes se oponen a la proposición, la iniciativa eliminaría las protecciones para los propietarios de vivienda y podría llegar a imponer controles de rentas a quienes alquilan incluso una habitación de su hogar, afectando a aquellos que buscan ayuda para financiar su jubilación. Los detractores de proposición 10 aseguran que la iniciativa podría reducir los valores de las propiedades de familias de la clase media.

La proposición 10 no ofrece protecciones para inquilinos, personas sin hogar, veteranos ni ancianos, ni presenta opciones específicas para reducir los costos de alquiler. A su vez, la medida no exige que se construyan nuevas viviendas de costos asequibles ni contiene opciones de financiación para estas.

Los opositores a la medida aseguran que la falta de vivienda asequible en el estado no se debe al alto precio de los alquileres, sino al hecho de que existe mayor demanda que oferta. Por este motivo, la manera de combatir la falta de unidades de vivienda no es a través del control de precios de alquiler, sino construyendo más propiedades a lo largo del estado.

Efectos secundarios

Uno de los posibles efectos de la aprobación de la proposición 10 es que los propietarios decidan retirar las unidades de alquiler y en su lugar las ofrezcan para rentas temporales, como AirBnB. Esta movida, podría, a su vez, incrementar aún más el costo actual de la vivienda.

Otro de los efectos de su aprobación incluye a las unidades de vivienda de Sección 8, cuyas protecciones al inquilino podrían estar en peligro. La aprobación de la iniciativa podría motivar a los propietarios a renunciar a dicho programa. Lo mismo podría ocurrir con las viviendas bajo Sección 202, para personas mayores, o las viviendas bajo Seccion 811 para personas con discapacidades.

Ambos candidatos para gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom y el republicano John Cox, se oponen a la proposición 10. Otros grupos y asociaciones que se oponen a la medida incluyen California Council for Affordable Housing, TELACU y la Cámara de comercio de California.

 

 


Redacción / La Opinión

Página Web -2018/10/25

Fuente: https://laopinion.com/


El ingreso familiar medio en la zona metropolitana de Miami en este momento es $53,775, un alza de 43 por ciento en comparación con 1998, sin ajuste a la inflación.

Parece un aumento robusto, hasta que uno se da cuenta que el valor promedio de la vivienda en el sur de la Florida ha aumentado 172 por ciento en los mismos 20 años, según nueva información de la página de datos inmobiliarios Zillow.

Como resultado, alguien que viva en Miami-Dade, Broward o Palm Beach y que gane el salario medio tiene que ahorrar 10 por ciento de su salario todos los meses durante 10.1 años para dar el pago inicial de 20 por ciento sobre una vivienda de precio medio ($272,900.) Hace 20 años, cuando el valor promedio de la vivienda era $100,200, ahorrar el pago inicial de 20 por ciento hubiera demorado solamente 5.3 años.

“No es la hipoteca, es el pago inicial”, dijo Skylar Olsen, economista de Zillow. “Ahorrar ese 20 por ciento de pago inicial es ahora prácticamente prohibitivo”.

Pero los miamenses no están solos. Los sueldos están aumentando más lentamente que el precio de la vivienda para todos en muchas ciudades grandes. Pero el problema parece ser particularmente agudo en la Florida. En Tampa, los ingresos han subido 53 por ciento desde 1998, al tiempo que el valor de la vivienda ha aumentado 156 por ciento. En Orlando, el valor de la vivienda ha subido 128 por ciento, y los ingresos solamente 40 por ciento.

El lento aumento de los ingresos en todo Estados Unidos sigue asombrando a los economistas, dijo Olsen. En el pasado, dijo cuando el desempleo ha estado bajo —en la actualidad es 3.7 por ciento a nivel nacional— eso casi siempre ha significado un aumento rápido de los ingresos.

“Nadie lo entiende”, dijo la experta.

En los últimos 20 años, el valor de la vivienda ha aumentado más del doble en Nueva York, Portland y Washington DC, y más de tres veces en Los Ángeles y San Francisco. Y aunque los salarios no se han mantenido a la par del valor de la vivienda, han aumentado mucho más rápido que en las principales ciudades de la Florida:

 

AUMENTO DE LOS INGRESOS EN LOS ÚLTIMOS 20 AÑOS

San Francisco: 93 por ciento

Washington DC: 73 por ciento

Seattle, Boston, Austin, Baltimore: 70 por ciento

Portland: 66 por ciento

Los Ángeles: 66 por ciento

Nueva York: 57 por ciento

En las 36 ciudades analizadas por Zillow, el ingreso medio aumentó 53 por ciento, al tiempo que el valor medio de la vivienda aumentó 112 por ciento en el mismo período de 20 años.

Esas cifras no están ajustadas a la inflación. El Brookings Institution identificó recientemente que en términos reales ajustados a la inflación, los ingresos en Miami están $4,000 por debajo de lo que eran en 1970.

Olsen dice que Miami enfrenta varios retos únicos con circunstancias que han hecho subir el costo de la vivienda: viviendas muy costosas en zonas costeras, restricciones a la densidad poblacional en los suburbios y la demanda internacional. Pero incluso así, dice Olsen, el sector inmobiliario de la zona no está en una burbuja.

“En este momento lo que tenemos es pocas viviendas a la venta cuando la demanda es elevada, los intereses están bajos y el mercado laboral está robusto”, dijo.

A final de cuentas, el ritmo de aumento del valor de la vivienda comenzará a ceder, pronostica Olsen. Al menos, eso sucederá antes que llegue un aumento significativo de los sueldos, agregó.

“No veo muchas otras posibilidades”, dijo.

 

 


Rob Wile / El Nuevo Herald

Página Web -2018/10/24

Fuente: https://www.elnuevoherald.com/


La maestra de secundaria Maryam Powers no se toma vacaciones. Trabaja horas extras cada vez que se presenta la oportunidad y asesora a los nuevos empleados. Pero para poder pagar la hipoteca de la casa de 330.000 dólares que compró en Salinas debe alquilar la habitación principal por 800 dólares al mes.


“Lo único que hago es trabajar. Hago cualquier trabajo que aparece, pero nunca puedo respirar tranquila”, dijo Powers, quien vive con su pareja y sus dos hijos pequeños.

La situación de Powers es la misma de muchos otros residentes de esta localidad cercana a la turística Península de Monterey y que se encuentra a una hora de auto del Silicon Valley. Está rodeada de campos que producen la mayor parte de la lechuga del mundo e inspiraron el libro de John Seinbeck “Las uvas de la ira”.

Salinas, conocida como “la ensaladera del mundo”, es una de las ciudades más costosas del país y un buen ejemplo de la crisis de la vivienda que afecta las zonas rurales y también los centros urbanos de California. El ingreso promedio de una familia de Salinas es de 69.000 dólares anuales, pero los 90.000 peones de campo que viven en la zona ganan mucho menos. El precio promedio de una casa es de casi 550.000 dólares y el alquiler de un departamento de dos dormitorios cuesta unos 1.800 dólares al mes, según el portal Zillow.

Más del 70% de los residentes de Salinas son hispanos, según el censo, y el 80% de los peones de campo de la zona residen permanentemente allí.

Los residentes de Salinas dicen que una “cortina de lechuga” divide a los habitantes de la zona costera y los de más adentro.

La frustración sobre el alto costo de la vivienda va en aumento y el tema figura en algunas propuestas especiales en las elecciones de noviembre.

Varias generaciones de una familia viven en una misma casa en Salinas, la gente alquila galpones en forma ilegal y muchos se preocupan de cómo van a llegar a fin de mes.

Los residentes saben que el sistema de control de alquileres, que mantiene bajos los precios en algunos edificios, no es la mejor solución a largo plazo porque desalienta la construcción.

“Nuestros alquileres son demasiado altos. Hay que hacer algo”, dijo Noelia Verwulf, residente de Salinas que ayudó a formar la agrupación “Viviendas para Todx”, que organiza talleres, registra gente para votar y promueve medidas relacionadas con la vivienda.

Cuatro de 11 medidas especiales en las elecciones de California están relacionadas con la vivienda.

El área metropolitana de Salinas es una de siete localidades de California que figuran entre las 10 más caras de Estados Unidos, según un análisis de información del censo hecho por el Centro de Estudios de la Vivienda de la Universidad de Harvard. Los Ángeles, Santa Bárbara y Redding, una localidad rural, también están en la lista.

El gobierno central considera que el costo de una vivienda es prohibitivo si se lleva más de un tercio de los ingresos de una familia. Más de la mitad de los californianos que alquilan y casi una tercera parte de los propietarios de viviendas gastan eso o más.

En Salinas hay sentimientos encontrados respecto a la Propuesta 10, una medida que eliminaría una ley que restringe el control de alquileres de casas de una familia y de propiedades construidas después de 1995, dejando en manos de las autoridades locales determinar cuánto se pueden aumentar los alquileres.

La demócrata Anna Caballero, que representa a Salinas en la Asamblea estatal, se opone a la medida, pero dijo que comprende por qué muchos residentes la apoyan.

Pareciera que “lo único que se puede hacer para llamar la atención de la gente que tiene propiedades que alquila es hacer algo drástico”, manifestó. “Es la solución equivocada, pero entiendo por qué se aferran a ella, porque da la sensación de que es una solución”.

Caballero busca una banca en el Senado estatal que estaba en manos de un republicano que no puede volver a postularse debido a los límites para la reelección del estado. Si Caballero gana, los demócratas podrían recuperar una mayoría legislativa a prueba de balas, que les permitiría subir los impuestos y pasar cualquier medida sin un solo voto republicano.

Entrevistas con dos docenas de residentes de Salinas indican que la población considera que los políticos no tienen idea de la realidad de la crisis de la vivienda en la región.

Una hija de 20 años de Verwulf, Victoria, dijo que el tema de la vivienda, no las elecciones de mitad de término, es lo que la moviliza.

“Una no va a la escuela y se involucra en activismo comunitario porque es interesante o una moda”, expresó. “Lo tenemos que hacer para sobrevivir, porque esta es nuestra vida. Nuestra realidad”.

Carissa Purnell, directora del Centro Alisal de Recursos para la Familia, que ayuda a las personas de bajos recursos y a las familias de trabajadores agrícolas de Salinas a lidiar con los problemas de la vivienda, dice que hay niños que duermen en las cajas que usan sus padres para recoger fresas porque no tienen camas.

“Las cosas por las que pasan nuestras familias están relacionadas con la situación de la vivienda que hemos creado y el hecho de que nadie lo haga notar es frustrante”, declaró Purnell.

Tres generaciones de la familia Núñez viven en una casa de cuatro dormitorios. El patriarca, José Núñez, trabajó en dos empleos para poder pagar la vivienda en la década de 1980.

Núñez y su esposa comparten la casa con tres de sus seis hijos, sus esposas, y siete nietos. Cada familia tiene un dormitorio.

Núñez no pensaba que sus hijos regresasen a su casa, pero no pudo decirles que no cuando perdieron sus viviendas al no poder pagarlas. Su hijo Miguel busca una vivienda que no se lleve la mayor parte de su sueldo y le impida “salir, comprar las cosas del bebé, ir de vacaciones”, dijo su nuera, Sasha.

Una de las hijas de Núñez, Araceli, vive con su esposo y tres hijos a la espera de que se complete la expansión de su propia casa. Indicó que optaron por ampliar la vivienda porque no tenían para comprar otra más grande.

La habitación que ocupan tiene dos camas matrimoniales, un televisor y cómodas improvisadas para la ropa. En un pasillo tienen un baúl con la ropa del bebé.

La municipalidad de Salinas espera construir más de 10.000 viviendas en unos terrenos al noreste de la ciudad.

Pero hay quienes creen que eso no será suficiente. Un proyecto que contempla la construcción de un tren que comunicaría con el corazón de Silicon Valley podría atraer a muchos empleados de esa zona y desplazar a los actuales residentes.

“Hay una necesidad insaciable de viviendas”, dijo el concejal Scott Davis. “No importa cuántas casas construyamos, nunca van a alcanzar”.

 

 


KATHLEEN RONAYNE Associated Press / El Nuevo Herald

Página Web -2018/10/18

Fuente: https://www.elnuevoherald.com/