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El precio sube un 18,4% en España durante el pasado año, mientras que en Madrid el alza es del 8%, la mitad que hace un año

El precio de la vivienda en alquiler ha despedido el año con una subida del 18,4% y ha colocado el metro cuadrado en 9,7 euros mensuales. El último trimestre ha frenado algo el ritmo de crecimiento, ya que los precios aumentaron solo un 3,3%, según un estudio del portal Idealista sobre 2.722 viviendas de segunda mano de toda España. Aún así, el encarecimiento es superior al alza del 15,9% del ejercicio 2016 y supera en más del triple el encarecimiento experimentado por la vivienda en venta, que ha cerrado 2017 con un aumento del 5%.

Pero en algunos mercados, los más calientes, los precios empiezan a mostrar signos de agotamiento. Madrid, pero sobre todo Barcelona, han perdido fuelle. De hecho, Barcelona ha sido la única capital española, junto con Cáceres, que acaba el ejercicio con las rentas de sus viviendas en alquiler en rojo. La capital catalana registra la mayor caída, con un descenso del 2,4%. Y Madrid, que junto con Barcelona ha sido tradicionalmente punta de lanza del alquiler en España, crece la mitad que la media nacional y sube un 8% en 2017. El dato contrasta con el ejercicio anterior, cuando Barcelona y Madrid marcaron máximos históricos con subidas del 16,5% y el 15,6%, respectivamente. “Fueron las dos capitales en las que el precio empezó a crecer hace unos tres años y desde mediados de 2017 ya vimos cómo las subidas comenzaban a moderarse, sobre todo en Barcelona donde mostraban un mayor ritmo de desaceleración y cansancio”, señala Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista. En el tercer cuatrimestre del año, con la crisis catalana de fondo, se produce la primera caída del precio. “No sabemos qué hubiera pasado si no se genera la incertidumbre que se ha generado; problablemente no tendríamos un dato negativo, pero es difícil de calcular”, prosigue.

En todas las demás capitales los precios son hoy más caros que hace 12 meses. Los archipiélagos canario y balear junto con las capitales andaluzas de Málaga y Sevilla, y la catalana Girona lideran las subidas. Santa Cruz de Tenerife es la capital en la que más ha crecido el precio del alquiler durante 2017.Con un incremento del 22,7% en las rentas de sus viviendas, ha situado su precio en ocho euros por metro cuadrado y mes. También ha sido considerable el aumento registrado en Las Palmas de Gran Canaria, donde han subido un 22,5%, seguida por Girona (20,5%) y Tarragona (17,6%). La lista de capitales con subidas superiores al 15% se completa con Granada (16,8%), Palma (16,2%), Málaga (15,4%) y Sevilla (15,2%).

A pesar de la bajada, Barcelona se consolida como la capital española más cara (17,5 euros por metro cuadrado y mes), seguida de Madrid (15,5 euros) y San Sebastián (14,1 euros). En la parte opuesta de la tabla encontramos a Cáceres (4,5 euros), Zamora y Lugo (4,6 euros en ambos casos), las capitales más económicas.

También Barcelona y Madrid son las provincias donde alquilar resulta más caro. El ranking está cabezado por Barcelona (15,8 euros por metro cuadrado al mes), Madrid (14,4 euros), Guipúzcoa (12,9 euros) y Baleares (12,5 euros). Jaén y Cáceres son las provincias más económicas (3,9 euros en los dos casos), seguidas por Ávila (4,1 euros) y Cuenca (4,2 euros).

Y respecto a las comunidades autónomas, todas registran precios superiores a los que tenían hace un año. El mayor incremento se ha producido en Canarias, donde los propietarios piden un 27,8% más por arrendar sus viviendas que hace un año. Le siguen las subidas de Baleares (22,1%) y Andalucía (15,5%). Extremadura, en cambio, ha experimentado la menor subida (0,9%), seguida por La Rioja (2,5%), Castilla La Mancha y Asturias (5,4% en ambos casos).

Cataluña y Madrid (con 14,4 euros en los dos casos) son las autonomías más caras. Les sigue Baleares (12,5 euros) y por debajo se encuentra Euskadi (11,2 euros). En el lado opuesto de la tabla encontramos a Extremadura (4,1 euros), Castilla La Mancha (4,7 euros) y La Rioja (5,2 euros), las comunidades más económicas.

El despegue del alquiler en España, un país tradicionalmente de propietarios, no se entendería sin la mejora del empleo. “Con el aumento de la certidumbre laboral muchas personas deciden dar el paso de irse a una casa, de momento en alquiler. Y ante la mejora económica las casas que se alquilaron entre 2011 y 2013 en un entorno de una profunda crisis económica salen ahora, finalizados sus contratos, a un escenario radicalmente distinto y sus precios despiertan de la hibernación en la que estuvieron durante siete años”, señala Encinar.

Pero tampoco se entendería sin la llegada al mercado de pequeños y medianos inversores que en los últimos tres años han decidido mover sus ahorros desde sus cuentas bancarias a los pisos para sacarlos al mercado del alquiler. “Ni se trata de una burbuja ni el inversor es un especulador malvado. El perfil del inversor nervioso que compraba una vivienda para venderla al poco tiempo con grandes plusvalías que proliferó hace 10 o 14 años ha desaparecido del mercado. El nuevo inversor es más pausado, tranquilo y asume la rentabilidad que el alquiler de la vivienda le produce, sin ánimo de vender”, añade.

 

 


Sandra López Letón / El País

Página Web - 2018/01/04

Fuente: https://elpais.com/


La rebaja benefició a los compradores de las 43.504 casas adquiridas ese mes, según el Consejo General del Notariado

 

El pasado octubre el precio de las viviendas bajó un 1%, después de que en septiembre subiera un 2,4%. El metro cuadrado de las casas compradas en el décimo mes del año costó 1.328 euros, reflejando así una bajada del 1% interanual. Este abaratamiento del metro cuadrado fue consecuencia tanto de la reducción del precio de las viviendas unifamiliares (-1,4%), como de los pisos (-0,5%), según los datos del Consejo General del Notariado. “La ligera caída registrada pone de manifiesto que la normalización se produce a dos velocidades, en las que los grandes mercados están empujando hacia arriba los precios pero el resto del país todavía no es capaz de mantener ese ritmo”, justifica Fernando Encinar, jefe de estudios de Idealista.

La rebaja más significativa fue para los pisos libres de obra nueva, cuyos precios cayeron un 11,6% interanual, hasta los 1.809 euros el metro cuadrado. Mientras, los pisos de segunda mano se encarecieron un 1,6%, hasta los 1.449 euros

La leve bajada de los precios benefició a los compradores de las 43.504 viviendas adquiridas en octubre. El dato refleja un incremento del 15,6% respecto al mismo mes del año anterior, aumento que se rebaja al 11,6% en la serie corregida de estacionalidad, según los notarios. Con respecto al mes anterior, el volumen de operaciones mejora, ya que en septiembre registraron un aumento interanual del 8,6%.

Por tipo de vivienda, la venta de pisos mostró un incremento interanualdel 14,3% y la de pisos de precio libre registró un aumento del 14%. Según los notarios, el crecimiento de la venta de pisos libres se debió, exclusivamente, a la expansión del 16,4% en las ventas de pisos de segunda mano,ya que la comercialización de pisos nuevos se redujo un 7,7% interanual y eso a pesar de que sus precios menguaron. Por su parte, la venta de unifamiliares mostró un incremento en octubredel 20,3%. La rebaja más significativa fue para los pisos libres de obra nueva, cuyos precios cayeron un 11,6% interanual, hasta los 1.809 euros el metro cuadrado. Mientras, los pisos de segunda mano se encarecieron un 1,6%, hasta los 1.449 euros.

La leve bajada de los precios benefició a los compradores de las 43.504 viviendas adquiridas en octubre. El dato refleja un incremento del 15,6% respecto al mismo mes del año anterior,aumento que se rebaja al 11,6% en la serie corregida de estacionalidad,según los notarios.Por tipo de vivienda, la venta de pisos mostró un incremento interanualdel 14,3% y la de pisos de precio libre registró un aumento del 14%.Según los notarios, el crecimiento de la venta de pisos libres se debió, exclusivamente, a la expansión del 16,4% en las ventas de pisos de segunda mano,ya que la comercialización de pisos nuevos se redujo un 7,7% interanual y eso a pesar de que sus precios menguaron. Por su parte, la venta de unifamiliares mostró un incremento en octubredel 20,3%. Al igual que las compraventas, la contratación de préstamos hipotecarios para la adquisición de una vivienda se incrementó un 10% interanual en octubre, hasta los 17.706 nuevos préstamos. Su cuantía media experimentó una caída del 2,4% en términos interanuales hasta los 127.850 euros.

Lo que se mantiene a raya es la morosidad de los hogares españoles en los préstamos para la adquisición de vivienda se situó en el tercer trimestre del 2017 en el 4,6%, en líneacon la tasa que había en el mismo periodo del año anterior, según datos publicados este lunes por el Banco de España.En total, los préstamos a los hogares para la adquisición de vivienda se situaron en 507.203 millones de euros a finales de septiembre, loque supone 14.029 millones menos que un año antes (-2,7%).

 

 

 


 

Sandra López Letón / El País

Página Web - 2017/12/18

Fuente: https://elpais.com/


Las entidades ofrecen préstamos a particulares dedicados a la edificación de una vivienda, pero hay requisitos que cumplir y desventajas que tener en cuenta

 

Ante la disyuntiva de vivir en una casa o en un piso, una aplastante mayoría de españoles ha decidido escoger la segunda opción. Tanto es así que España lidera el ranking de los países de la Unión Europea por porcentaje de población que ha elegido un piso como hogar. Frente a una media que en Europa es del 42%, la parte de españoles que comparten un inmueble con otros vecinos alcanza el 66%, cuando en los países de su entorno más inmediato, como Francia o Portugal, esta cuota llega a un 31% y un 45%, respectivamente, según los últimos datos disponibles de Eurostat, que se refieren a 2015.

Así, alrededor de un 34% de españoles tiene su hogar en una casa, muy lejos del 92% de los irlandeses (los europeos que más viven en una casa, ya sea adosada o totalmente independiente). Algunos de ellos, en lugar de adquirirla, han decidido construirla en un terreno de su propiedad. Muchas veces, el hecho de no poder reunir todo el dinero necesario para comprar el solar y edificar su propia vivienda desanima al propietario potencial. Sin embargo, así como hay préstamos bancarios que se conceden hipotecando la vivienda que se quiere adquirir, existen hipotecas que las entidades otorgan a particulares para su proyecto de casa, con el objetivo de llevar a cabo su construcción.

 

Dinero a plazos

Se trata de los llamados préstamos autopromotor. Para solicitarlos hay que cumplir con tres requisitos previos, detalla Santiago Cruz: ser dueño del terreno en el que se va a edificar la casa y haber obtenido tanto la licencia de obras como el proyecto de obra correspondientes. Este último, añade el director general de la agencia de servicios hipotecarios Ibercredit, tiene que estar visado por el Colegio de Arquitectos.

Una vez formalizada la escritura del préstamo, el banco entrega el importe pactado a plazos, a medida que avance la obra. Cada vez que termine la ejecución de una parte determinada de la vivienda, una compañía tasadora firma una certificación de obra, lo que permite ingresar el dinero. “La primera disposición suele coincidir con la constitución del préstamo y el importe de la misma es un porcentaje del valor de la parcela donde se va a realizar la construcción”, dice Cruz, quien agrega que, en general, se trata de un 40% o un 50%. Una vez empiecen las obras, la entidad bancaria liberará las cantidades establecidas en cada fase.

El plazo de amortización del préstamo puede llegar a 40 años, aunque lo más común son 30 años. Habitualmente, el período de carencia –es decir, el lapso de tiempo en el que el cliente queda eximido de pagar sus cuotas– se fija entre 12 y 18 meses. Los intereses no difieren de las hipotecas destinadas a la adquisición de casas ya construidas, siempre y cuando se trate de la vivienda habitual del propietario.

Hasta el 30% menos que con promotor

La principal ventaja de construir su propia casa es la posibilidad de adaptar dimensiones, distribución y calidad de los materiales a las preferencias de cada uno. “Se puede aprovechar además el ahorro que se corresponde a los márgenes que habitualmente tiene el promotor, que van del 20% al 30%”, subraya Cruz.

Según este experto, sin embargo, no se deberían pasar por alto la incertidumbre que puede instalarse en el intervalo de tiempo que va desde la adquisición del suelo a la obtención de la licencia de obra y del proyecto visado. “En este período las circunstancias laborales o los ingresos de la unidad familiar podrían cambiar a tal punto que algo podría torcerse en la concesión del préstamo”, advierte.

 

Intereses fijos desde el 2,1%

Una vez capeados todos los posibles problemas, llega el momento de estudiar las propuestas de los bancos. Desde CaixaBank destacan que, en su entidad, se puede solicitar hasta el 80% del valor de la garantía, siempre que el proyecto se destine a vivienda habitual. En el caso del promotor que construye una vivienda por uso propio, el importe de la compraventa se calcula como el valor del terreno más el valor de la construcción que figura en la escritura de obra nueva. Al constituir la hipoteca, se establece el límite del crédito y el importe de la primera entrega de dinero. El límite disponible se incrementa conforme se justifica la realización de las obras, según el valor de tasación en el momento de la disposición.

“Como ejemplo, por una hipoteca autopromotor a 20 años, el tipo de interés fijo es del 2,1%, si se suscriben todos los productos que conllevan bonificaciones, relativos a ingresos, seguros y ahorro”, dicen desde CaixaBank. “Aunque no es obligatorio, la mayoría de las entidades bancarias obliga a contratar un seguro decenal”, incide Cruz, “lo que implica el seguimiento por parte de un organismo de control técnico”. De esta forma, el tomador quedará cubierto ante cualquier problema derivado de la construcción durante 10 años, es decir, contará con las mismas garantías que si adquiriera la vivienda de un promotor. Sin productos bonificadores, la misma hipoteca de CaixaBank conllevaría intereses del 3,3%. La comisión de apertura es el 1%, aunque es negociable. El cliente también tiene posibilidad de optar a periodos de carencia.

En Banco Santander ofrecen financiación hasta 30 años, con un tipo de interés del 1,5% durante los dos primeros años y el euríbor más el 1,5% durante el resto del tiempo. “Concedemos hasta el 100% del presupuesto de ejecución obra, sin superar el coste de construcción y en enero tendremos productos a tipo fijo”, añaden en la entidad presidida por Ana Botín.

Si la financiación que Bankia ofrece para edificar la vivienda habitual es en línea con las demás entidades, ed decir, un 80%, si se trata de una segunda casa será posible alcanzar solo el 60% de la inversión y del valor de la tasación del proyecto. “Los tipos de interés son variable a partir del euríbor  más el 2,5% y el fijo a partir de 2,6%", señalan desde Bankia.

 

Financiar el suelo

La demanda de este tipo de producto está creciendo a tal punto que, pese a que el mercado se encuentra en una fase alcista, “algunos bancos están ofreciendo la posibilidad de financiar, además del 100% de la construcción, también la compra del solar”, afirma Cruz. Este se llega a financiar por hasta la mitad de su valor, generalmente con un préstamo de entre 10 y 12 años. Por el contrario, los costes vinculados con el proyecto y la tasa de licencia son a cargo del cliente.

“Para que la construcción tenga acceso al Registro de la Propiedad es necesario otorgar la escritura de obra nueva que está gravada con el impuesto de actos jurídicos documentados, tomando como base el valor de la construcción”, concluye Cruz.

 

 


Gabriele Ferluga / El País

Página Web - 2017/12/12

Fuente: https://elpais.com/


19,2% de la población catalana sigue en riesgo de pobreza tras cinco años de debate independentista en los que el Govern no ha hecho reformas estructurales

 

El principal argumento de los independentistas para defender la república catalana ha sido en los últimos cinco años que solo con la secesión se conseguiría una sociedad más justa e igualitaria. La independencia era la receta mágica que igual servía para aumentar las ayudas a la pobreza energética que para facilitar el acceso a la vivienda. Lo que no ha hecho el independentismo durante estos años ha sido dar respuesta desde la Generalitat a los graves problemas sociales de la Cataluña autonómica que, como el resto de España, salía de la peor crisis de las últimas décadas. El 19,2% de la población catalana sigue en riesgo de pobreza. Y 157.500 personas llevan más de dos años sin encontrar trabajo.

Los expertos, las entidades y los Ayuntamientos reprochan al Govern cesado que haya primado los parches en forma de subsidios antes que las reformas estructurales. El proceso independentista ha copado la mayoría de los decibelios del debate público y ha bajado el volumen de la enorme crisis social. De ahí que la Generalitat haya sido fuertemente criticada por descuidar el “mientras tanto”, lo que se debía hacer a la espera de la tan prometida independencia. La única excepción es la aprobación de la Renta Garantizada de Ciudadanía, la prestación de 564 euros que recibirán las familias más pobres de Cataluña. La ayuda nació de una iniciativa legislativa popular y sus promotores están a la expectativa de cómo será gestionada para los más de 30.000 beneficiarios.

Desde 2012, el Govern se ha topado con recursos judiciales contra leyes como la de emergencia habitacional. Pero tampoco ha exprimido aquellas normativas y actuales competencias donde tenía recorrido. Ha pecado de falta de ambición y valentía en materia de políticas sociales y de vivienda, dicen los críticos.

En materia de vivienda, un área en la que las competencias son de la Generalitat, los datos muestran como en paralelo al procés cae el gasto global de la Administración catalana. Mientras, no se ha escatimado en ayudas, que se han multiplicado, con partidas abiertas para atender a quien las pida y cumpla requisitos necesarios. La crítica es que se ha primado poner parches a los problemas, antes que intervenir en sus causas.

Desde 2012, la Generalitat ha bajado un 40% el presupuesto del área de vivienda; la construcción de pisos sociales ha caído un 46%. No se han desplegado todas las posibilidades de la ambiciosa Ley del Derecho a la Vivienda que aprobó el tripartito de izquierdas en 2007. De hecho, una de las primeras cuestiones que hizo CiU en 2011 cuando recuperó la Generalitat fue mutilarla dejando sin efecto un 20% del texto.

En los últimos años el Gobierno catalán ha aprobado dos decretos —para gravar pisos vacíos y para comprar vivienda o expropiar su uso si está vacía—, pero con tantos condicionantes que han tenido poca o nula repercusión, a juicio de los expertos.

Lo que sí ha aumentado y mucho son las ayudas al pago del alquiler: se han casi cuadriplicado, hasta alcanzar más de 110 millones de euros para más de 65.000 hogares. Pero, pese a esta millonaria inyección, Cataluña es la comunidad española donde se produjeron más desahucios (3.625 en el último trimestre), sobre todo por impago de alquiler, recuerda la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Un fenómeno al que no ayuda a la tormenta que se ha desatado con la brutal subida de las rentas: un 10% en dos años, a falta de datos de 2017.

Pese a las críticas, fuentes de la secretaría de Vivienda mantienen que han “gestionado la crisis más bestial que ha habido en vivienda desde la Guerra Civil”. Y defienden con vehemencia que su legado “debería hacer abrir los ojos al cambio de políticas de vivienda de cualquier Administración territorial”. Sobre el presupuesto del área, al de la Generalitat suman el del instituto catalán del suelo y con datos de liquidación aseguran que ha pasado de 361 millones en 2012 a una previsión de 370 este año.

Los gestores del área encuentran respuesta a todos los reproches. Sobre la construcción de vivienda pública afirman que ningún promotor público ha hecho tanto en estos años. Sobre la compra de pisos para destinarlos al alquiler, aseguran que este año habrán sido casi mil (el 80% vacíos), pero las entidades aseguran que es insuficiente y que los Ayuntamientos tienen más cola que para adjudicar pisos para emergencias. En 2015 se aprobó un decreto que contemplaba la expropiación temporal del uso de pisos vacíos: no se ha materializado en ningún caso, pero Vivienda responde que no ha habido tiempo. Y otro decreto que grava las viviendas vacías de bancos y grandes propietarios ha permitido recaudar 13,5 millones en 2016 y 18 en 2017, pero los expertos aseguran que los pisos a los que se ha aplicado la tasa no representan más que el 3% del parque en desuso.

Ante la tormenta desatada con la subida de los alquileres, el Gobierno catalán cesado también presume de haber creado un índice de referencia de precios en las principales ciudades catalanas. Es meramente informativo, y no incluye los criterios para definir los “alquileres abusivos” o limitar las rentas, como pedía la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

La jurista y colaboradora del observatorio de derechos económicos sociales y culturales Mercè Pidemont asegura que el ejecutivo catalán “ha hecho medidas de cara a la galería que no han tenido impacto real relevante”. Una crítica que comparte el recientemente creado Sindicato de Inquilinos. Su portavoz, Irene Sabaté, critica también que el índice de precios sea solo una referencia: “regular el alquiler es un tabú; habría que regular su precio como se hace con otros bienes básicos como los medicamentos”.

 

 


Clara Blanchar - Camilo S. Baquero / El País

Página Web - 2017/12/12

Fuente: https://elpais.com/


Representantes de seis partidos consiguen esquivar el monotema en un debate sobre el problema de la vivienda y alquiler en Cataluña


Hay vida más allá del procés. Cuesta encontrarla en esta carrera hacia el 21-D, pero los seis políticos aterrizados este lunes en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona (UB) lograron esquivar durante bastante tiempo el asunto de la independencia. El respiro lo dio un debate sobre la "crisis de la vivienda y el alquiler" en Barcelona y Cataluña, una cuestión que se ha convertido en uno de los grandes problemas de los ciudadanos, según reflejan las encuestas. "Estamos sufriendo un fenómeno especulativo global", se ha lanzado a diagnosticar Vanesa Valiño, de CatComú-Podem. "Estamos ante una burbuja 2.0. Estamos ante la burbuja del alquiler", ha coincidido Noemí de la Calle, de Ciudadanos.

Según el sondeo de servicios municipales del Ayuntamiento de la capital catalana, a los habitantes de Barcelona ya les preocupan más las dificultades para acceder a la vivienda y el alza de los precios del alquiler que la seguridad, la limpieza o el transporte. "Existe una crisis habitacional que está expulsando a los vecinos de la ciudad y de su área metropolitana. Queremos cambiar las reglas del juego", expone el Sindicat de Llogaters, un colectivo nacido hace menos de un año y que ha impulsado el debate de este lunes. Una cita a la que solo ha faltado el PP, que también estaba invitado, pero que se excusó a última hora por un "imprevisto". Los organizadores lo han lamentado. "Su presencia tenía una significancia especial", han añadido, ya que las principales leyes son de carácter estatal.

Un argumento al que se ha agarrado Lourdes Ciuró, representante de Junts pel Catalunya, para defender las políticas de la Generalitat sobre vivienda: "Es una competencia que le corresponde al Estado español". "No podemos comprometer partidas que no son asumibles porque podríamos generar frustración", ha remachado la integrante de la lista liderada por el expresident Carles Puigdemont, que ha respondido así a las críticas de la oposición.

"Sí que tenemos algunas competencias. En Cataluña tenemos muchas leyes, pero los objetivos no se cumplen porque no se dotan de recursos", ha recalcado De la Calle, que ha apostado por incrementar las partidas destinadas a la construcción de un parque público de viviendas: "En Cataluña estamos en un 2% de vivienda social porque los recursos se están utilizando para otras cosas". "La Generalitat debe aprovechar al máximo las competencias que tiene. El Govern ha reducido en seis millones de euros la inversión en esta materia", ha continuado Valiño. "No entendemos tampoco porque no se plantea la prohibición de la compraventa del parque público", ha subrayado Glòria Rubio, de la CUP.

Pese a los reproches cruzados, el debate ha encontrado un punto de bastante consenso. Los partidos han coincidido en criticar la Ley de arrendamientos urbanos de 2013, que limita a tres años la renovación obligatoria del contrato de alquiler. La oposición ya se ha unido en el Congreso para derribarla —este lunes, por ejemplo, Chakir el Homrani (ERC) la ha vinculado a la irrupción de especuladores en el mercado que han generado la burbuja— y el PP no ha estado en el debate de la UB para intentar defenderla. "Nosotros apostamos por trabajar en el Congreso para aumentarlos a cinco años", ha asegurado Jordi Terrades (PSC).

Todas estas afirmaciones han servido para, en cierta medida, ofrecer un respiro del monotema que llena desde hace meses la prensa, la radio y la televisión. Un desafío secesionista que ha provocado en el último lustro una parálisis institucional, por los desacuerdos entre Generalitat y Gobierno, y que ha pasado factura a las infraestructuras y servicios públicos.

Temas que, como el debate sobre la vivienda, han desaparecido también de la primera línea del debate político catalán para dejar paso al procés. Y, en pleno ecuador de la campaña electoral, tampoco se les podía pedir imposibles a los candidatos, así que la cuestión independentista ha sobrevolado el fondo de algunas intervenciones y ha irrumpido de vez en cuando. Sobre todo, por parte de las fuerzas secesionistas. "Apostar por los derechos sociales es apostar por un Estado propio", ha insistido la dirigente de JuntsxCat, que ha asegurado que el Estado español ha fomentado un "objetivo de país" que pasaba por la adquisición de una casa.

 

 


J. J. Gálvez / El País

Página Web - 2017/12/12

Fuente: https://elpais.com/