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El auge del mercado inmobiliario se generaliza a la vez que escasea la vivienda de alquiler

La recuperación del sector inmobiliario rebasa ya las fronteras de la codiciada y cotizada Barcelona. La tendencia alcista del valor de la vivienda se ha extendido a las provincias de Tarragona y Girona, donde los precios de compraventa crecen a un ritmo de dos dígitos y los alquileres lo hacen por encima del 6%, según la plataforma Idealista.com. Solo Lleida sigue sufriendo síntomas de apatía compradora. Los intermediarios admiten la mejoría pero se aferran a la prudencia y aseguran que queda mucho trecho por recorrer para resarcirse de los daños que dejó la crisis.

Manuel y Natalia buscan piso en Tarragona. Les gusta el apartamento en el que están, a menos de cinco minutos de la playa, pero el nacimiento de su hija hace poco más de un año les ha encogido la vivienda. “Es difícil encontrar algo por menos de 900 euros”, lamenta Natalia. Con “algo” se refiere a un piso de tres habitaciones en el mismo barrio donde viven. “La inmobiliaria nos ha dicho que cuando queda un piso libre, automáticamente el propietario pide 50 euros más de lo que cobraba en el último alquiler”, añade.

Héctor Guasch, vicepresidente del Colegio de Agentes de la Propiedad inmobiliaria (API), señala que el “problema” que tiene Tarragona es de desequilibrio: “Hay más demanda que pisos para alquilar”. Sin embargo, Guasch niega que la escalada de precios sea muy acusada y sitúa entre los 350 y los 500 euros la franja media de precios de alquiler. “Las cosas valen lo que valen, si tú ofreces un piso antiguo, sin ascensor y sin reformar, no puedes pedir 1.000 euros porque no lo va a querer nadie”, agrega.

Optar por la compra tampoco es sinónimo de operación redonda. Según Idealista.com, en el último año la vivienda se ha encarecido un 13,3%, mientras que el alquiler lo hizo un 6,4% hasta marzo. El mercado inmobiliario en Tarragona encadena tres años consecutivos de crecimiento en las ventas, según Anida, la inmobiliaria de Grupo BBVA. En la provincia se compraron 9.920 viviendas el año pasado, el 13% del total de transacciones realizadas en Cataluña. Tarragona, Reus y municipios de costa como Salou o Cambrils acaparan el movimiento, pero en el interior el mercado está más plano. “Ha habido un aumento del interés por comprar, en muchos casos es gente que compra un piso para invertir, porque los bancos dan interés cero”, señala Guasch. El vicepresidente de los API matiza que, a pesar de la mejoría, todavía “no es para lanzar las campanas al vuelo”.

En Girona, Ramon Corominas, presidente del Colegio de API, también ponen la boca pequeña para admitir la reactivación del sector. “Hemos roto la tendencia a la baja pero los crecimientos son aún relativos, estamos lejos de lo que vivimos en 2007”. Allí los precios, según el portal inmobiliario, crecieron hasta junio un 13,6%, mientras que los alquileres lo hicieron un 8,2%. Aun así, Corominas ve “difícil” volver a aquella vorágine de la edad de oro del ladrillo. “Confluyeron varios factores, pero sobre todo hubo una facilidad hipotecaria que facilitó la especulación y la aparición de una burbuja”, sostiene.

Según datos de Idealista.como, en la ciudad de Girona los alquileres son un 3,3% más caros que en 2007, antes de la crisis. El presidente de los API de Girona destaca el calentamiento que vive el mercado: “En porcentajes, los alquileres han subido más que los pisos de venta”, afirma Corominas, quien lo relaciona directamente con la “escasez” de oferta. “Los alquileres han subido 100 euros en dos años, es un incremento notable”, señala. La demanda turística ayuda a elevar los precios, pero Corominas matiza que en la ciudad de Girona también tiene mucho peso la presencia de estudiantes universitarios.

 

Años para que se recupere Lleida

Ramon Corominas alega que es difícil analizar la evolución del mercado. “Es peligroso generalizar”, opina, ya que la dinámica que presenta Girona o municipios costeros como Platja d’Aro, Palamós, Blanes o Lloret de Mar no es comparable con la ralentización que acusan Salt, Santa Coloma de Farners o Olot.

Girona ciudad concentra más del 10% de todas las operaciones de compraventa de la provincia. Esta demanda se contagia hacia los municipios vecinos. Sant Gregori o Fornells de la Selva han sido bautizados como Beverly Hills por sus altos precios, y la cotización del metro cuadrado también es elevada en Quart, Llambilles, Aiguaviva o Campllong.

“Aquí funcionamos a otro ritmo”, avisa Josep Maria Esteve, presidente del Colegio de API en Lleida. Esteve señala que la normalización se retrasa en la provincia y pronostica que al menos faltan otros tres años para que el mercado alcance “un nivel normal”. Matiza que el análisis vale para toda la provincia excepto para la Vall d’Aran. “Ahí no hay lógica que valga”, dice. Expone que los propietarios de chalés que rondan el millón de euros son en su mayoría gente del País Vasco y de Madrid que paga precios desorbitados por una casa que apenas pisan.

En el llano, la realidad es otra. En 2016 el mercado registró un aumento del 16% del número de operaciones. Esteve rebaja la euforia: “Cuando vienes de la miseria, un 16% no es nada. Si has vendido un piso en un año, aunque el siguiente tripliques ventas, sigues en el pozo”, ilustra Estreve, quien admite los excesos durante la época de bonanza: “En 2007 en Alcarràs [que no llega a 10.000 habitantes], había 26 promociones en marcha”.

 

 


Marc Rovira / El País

Página Web - 2017/07/08

Fuente: https://ccaa.elpais.com/


La firma Norvet ha comprado el edificio de inquilinos de la calle de Aragó para rehabilitarlo

 

Nuevo episodio en la crisis del alquiler que vive Barcelona, donde los precios se han disparado a límites nunca vistos, los desahucios de inquilinos se suceden y decenas de edificios han sido comprados por inversores que están expulsando a sus vecinos para rehabilitarlos y volver a alquilarlos o venderlos. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) anunció ayer que ha ocupado siete pisos del número 477 de la calle de Aragó para alojar a inquilinos que han sido desahuciados de otros edificios y a los que, aseguran, el Ayuntamiento no atiende.

El edificio, además, es uno de los que han sido comprados. En este caso por la firma Norvet, que anuncia los pisos en venta en su página web, con imágenes virtuales, y que ya ha comenzado a comunicar a algunos vecinos que les rescindirá el contrato. Ni la empresa ni el Consistorio ofrecieron ayer su versión de los hechos.

El portavoz de la PAH, Carlos Macías, reconoció “avances” en la gestión en materia de vivienda por parte del ejecutivo de la alcaldesa Ada Colau. “Pero tenemos un problemón, estamos en estado de excepción”, justificó al defender la ocupación. “El edificio es un híbrido entre vecinos en peligro y otros a los que el Ayuntamiento no da respuesta; entre familias que tienen un problema y otras que lo pueden tener”, resumió.

Los actuales inquilinos y los nuevos ocupantes del bloque explicaron su testimonio. Inquilinos como Gabriel Freitas, que lleva en el edificio desde 1992, tiene contrato hasta noviembre y en mayo pasado recibió un burofax anunciando que debía abandonar la vivienda a mediados del mes pasado. Angustiado, desempleado y sin más ingresos que los del sueldo de su mujer, explicaba que si tuviera suficiente dinero para pagar tres meses de fianza, buscaría otro piso.

Y okupas como Karima y sus dos hijos menores, que ha tenido que irse del local-vivienda en el que vivía desde hace 17 años pese a tener contrato indefinido. Asegura que el Ayuntamiento no le ofrecía más solución que un piso compartido y que ha denunciado el caso ante el Síndic de Greuges. O Eva, que vivía en Sants y fue desahuciada embarazada de 40 semanas: “Pese a haber acudido a los servicios sociales con tiempo suficiente”, explica y asegura que el consistorio solo le ofreció “cuatro días de pensión”.

Durante la jornada de ayer los Mossos d’Esquadra acudieron dos veces al edificio avisados por la propiedad para certificar la ocupación. Por la tarde, Norvet se presentó con personal de seguridad para vigilar la portería.

El episodio que vive este edificio recuerda a los que protagonizó la autodenominada Guerrilla de la vivienda en 2006. Eran activistas que ocupaban pisos en fincas con inquilinos de renta antigua que sufrían acoso inmobiliario: los jóvenes accedían a una vivienda y protegían con su presencia a los ancianos que quedaban en las fincas. En la calle de Magdalenes, entre aquellos jóvenes estaba quien fundó y lideró la PAH y hoy es alcaldesa, Ada Colau.

 

 


Clara Blanchar / El País

Página Web - 2017/07/03

Fuente: https://ccaa.elpais.com/


En la Comunidad de Madrid el encarecimiento alcanzará el 14% y en Cataluña será del 11%

 

El precio de la vivienda subirá de forma moderada y heterógena hasta 2020. La revalorización media en España será del 7,3%, aunque habrá regiones donde el aumento será mayor porque ya existe un crecimiento de la demanda natural de vivienda y por la presión que están ejerciendo los alquileres turísticos. Es el caso de Madrid, donde el encarecimiento llegará al 14%, y Cataluña, donde alcanzará el 11%. Es una de las conclusiones de la cuarta edición del informe sobre tendencias en el sector inmobiliario elaborado por Solvia. El servicer destaca que el mercado residencial en España ha iniciado un nuevo ciclo expansivo que será notablemente distinto a lo acontecido entre 2002 y 2008. Ahora bien, la recuperación de la vivienda no será uniforme y se producirá a varias velocidades.

En cuanto al número de compraventa de viviendas, Solvia calcula un incremento medio anual entre el 7% y el 8% hasta alcanzar las 564.000 unidades nuevas y de segunda mano en 2020. La obra nueva en el nuevo ciclo inmobiliario será mayor que los 64.000 visados registrados en 2016, pero por debajo de la previsión de otras instituciones que hablan de 200.000 casas de obra nueva. Según Solvia, la producción será de unas 110.000 viviendas anuales hasta 2020, que se distribuirá en aquellas ciudades con demanda embalsada y solvente como Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Alicante, Córdoba, Bilbao o San Sebastián, entre otras.

Además de la obra nueva, esta etapa recién estrenada del ladrillo recupera otro elemento esencial que había perdido durante los años de crisis, como es la vuelta del comprador tradicional que recurre a la financiación para comprar vivienda y que pasará de representar el 20% al 30%. “El perfil del inversor y la demanda de reposición irán cayendo en favor del comprador de primera vivienda que irá recuperando protagonismo”, señala el director general de Solvia, Javier García del Río. Y prosigue: “el peso del inversor pasará del 15% actual al 10%”.

El informe también recoge una radiografía de la liquidez de las compraventas de viviendas –entendida como la facilidad para transformar el activo inmobiliario en efectivo– a través del análisis de 6.900 códigos postales en todo el país. Así, solo un 10% de los códigos postales de España tiene una liquidez alta o muy alta. Por el contrario, el 78% cuenta con una liquidez baja o muy baja.

 

 


Sandra López Letón / El País

Página Web - 2017/06/28

Fuente: http://economia.elpais.com/


La burbuja de los alquileres y el creciente rechazo del turismo tienen que ver con la función de las grandes urbes en la economía globalizada

Puede parecer contradictorio, pero no lo es. Que el 86,7% de los barceloneses crea que el turismo es beneficioso para la ciudad no impide que el turismo sea por primera como la principal preocupación de los ciudadanos. Una actividad que ya representa el 20% del PIB no puede ser, obviamente mala. Pero que sea beneficiosa económicamente, y más en un momento de crisis, no significa que no cree problemas. Como es previsible que este asunto se convierta en el caballo de batalla de la lucha política, conviene tener en cuenta algunas cuestiones. La primera, que no es un fenómeno exclusivo de Barcelona. Y la segunda, que no ha comenzado hace dos días. Los que ahora disparan contra Ada Colau acusándola de la masificación turística son los mismos que la acusaban de frenar la economía cuando dictó las primeras medidas moratorias. Haga lo que haga, para estos sectores de la oposición Colau siempre tendrá la culpa. Pero el fenómeno es bastante más complejo de lo que muchos pretenden y Barcelona es un buen ejemplo de ello.

Conviene tener éxito, pero no morir de éxito. Con los Juegos Olímpicos de 1992 Barcelona se incorporó a la primera división de grandes ciudades con capacidad de atracción a nivel internacional. Se convirtió en una ciudad global. La socióloga Saskia Sassen, que ha estudiado a fondo este fenómeno, explica que cuanto más se globaliza la economía, más necesidad tienen las empresas y los capitales de plataformas estratégicas de intervención. En el mundo global, cuya característica principal es que los flujos financieros se mueven a nivel planetario como si ya no existieran fronteras, determinadas metrópolis se convierten en plataformas de intervención capaces de atraer al mismo tiempo visitantes, profesionales de alto poder adquisitivo y capitales ávidos de negocio.

Los poderes económicos de Barcelona, con el Ayuntamiento al frente, lucharon por construir la Marca Barcelona. Esa marca es la que ahora atrae capitales, cruceros, profesionales y especuladores, todos a la vez y todos dispuestos a ocupar la ciudad, lo que da lugar a una lucha de intereses en la que el espacio es el principal elemento en disputa. Eso ocurre en todas las ciudades globales pero en el caso de Barcelona hay que añadir otros factores que exacerban la pugna de intereses y explican el creciente malestar en relación al turismo.

Barcelona tiene un problema de espacio. Lo ha tenido siempre. Con una densidad de 35.000 personas por kilómetro cuadrado, la parte central de la ciudad está ya en el límite de su capacidad. Los propios turistas ven con desagrado la masificación, pero ellos se van y son los vecinos quienes sufren las molestias permanentes de la permanente sobreocupación. Algunas ciudades, como Roma, se han planteado limitar el acceso a las zonas más concurridas. El gran peligro es derivar hacia un modelo como el de Venecia, en la que apenas viven 50.000 personas y recibe cada año 30 millones de visitantes. Barcelona ha pasado de 3,6 millones de turistas en 2005 a casi seis en 2016.

La progresión es alarmante y a ella se suman otros factores que, combinados con el turismo, provocan una fuerte presión al alza sobre los precios de las viviendas, hasta el punto de que ya se habla de la burbuja del alquiler. El creciente flujo de turistas ha atraído inversores que buscan en el alojamiento turístico las rentabilidades que no obtienen en el sistema financiero. Compran inmuebles enteros, con sus inquilinos dentro, con vistas a transformar las viviendas en alojamientos turísticos. Para llevar a cabo el negocio, necesitan expulsar a los actuales arrendatarios y no siempre recurren a incentivos amables para lograrlo. Que en el Barrio Gótico la mitad de los edificios tengan pisos turísticos indica hasta dónde ha llegado el fenómeno.

A ello hay que añadir que muchos particulares están invirtiendo los ahorros en vivienda para alquilar con el fin de asegurarse unos ingresos o un complemento a la pensión. La rentabilidad del alquiler turístico es cuatro veces superior a la del alquiler normal, luego está claro en qué dirección empuja el mercado. Además, la precariedad laboral y los bajos salarios que afectan a los más jóvenes hacen que las nuevas familias se vean abocadas a vivir de alquiler. Ellos son los principales perjudicados por la presión al alza de los precios. No tienen poder adquisitivo para comprar una vivienda y además han de pagar unos alquileres desorbitados que nunca les permitirán ahorrar. El resultado es que la ciudad es cada vez menos asequible para sus propios moradores.

 

 


Milagros Pérez Oliva / El País

Página Web - 2017/06/24

Fuente: http://ccaa.elpais.com/


Solo tres de cada diez potenciales propietarios tiene más del 30% del coste de la casa



Aunque el mercado de la compraventa de viviendas ha vuelto a animarse, convertirse en propietario sigue siendo una tarea difícil para muchos españoles por su escasa capacidad de ahorro y la subida de los precios. La mitad de los compradores dispone de menos del 10% del importe de la vivienda que quiere adquirir, mientras que en 2016 este porcentaje era del 20%, según el estudio La demanda de vivienda en España. Análisis de la capacidad financiera, elaborado por Casaktua.com. El informe, realizado a partir de más de 1.100 entrevistas en todo el territorio nacional, revela que el ahorro medio para la compra es 11 puntos menor que el del año pasado, ya que este ha pasado del 35% al 24%.

Aunque hay diferencias según la edad, una de las variables que más afecta a la hora de disponer de liquidez para la entrada. Los mayores de 50 años ahorran una media del 40%, mientras que los más jóvenes ‐de 25 a 34 años‐ tienen ahorrado un 17% del importe. De hecho, el perfil del comprador español es una persona casada, de entre 35 y 49 años, con familia tradicional y que vive en ciudades de más de 200.000 habitantes.

Así, solo tres de cada diez potenciales propietarios tiene más del 30% de lo que cuesta la vivienda, el porcentaje recomendable para asegurarse la hipoteca: 20% no financiado por el banco y un 10% adicional para los gastos derivados de la compraventa (escrituras, registro, notario, etc.). Un 4% pagará su casa al contado y tan solo el 10% tiene previsto financiar la mitad del inmueble con ahorros propios.

A esto hay que sumarle los gastos asociados, como el agua, luz, gas y comunidad, que representan otro 10% o 15%. “Con un ingreso medio aproximado de 2.138 euros mensuales, el gasto mensual relacionado con la vivienda ‐hipoteca, alquiler, gas, agua, luz, telecomunicaciones, comunidad, seguros-, supone el 38% de los ingresos familiares netos. Es decir, unos 820 euros. Los expertos recomiendan no superar el 50% del salario mensual en gastos destinados a la vivienda”, recoge el estudio.

Al igual que los ahorros, el presupuesto de compra también ha descendido. El coste para la adquisición de vivienda en 2017 es, en la mayoría de los casos, inferior a los 200.000 euros. El 75% de los españoles está buscando inmuebles con un importe más bajo, frente al 70% de 2016.

La falta de ahorros previos es un motivo de peso para que muchos de los que buscan vivienda acaben recurriendo al alquiler. Actualmente, uno de cada tres españoles está pensando en cambiar de residencia. El 55% de los que se quieren cambiar de casa está pensando en hacerlo en régimen de propiedad ‐un 9% menos que el año pasado (64%)‐ y el 45% en alquiler, un 9% más respecto a 2016.

 

 


S.L.L. / El País

Página Web - 2017/06/26

Fuente: http://economia.elpais.com/