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En esta oportunidad el Blog de Fundación Arquia, junto a la arquitecta Sabrina Gaudino Di Meo, trae un artículo que trata sobre la antipatía urbana de nuestras ciudades, que lamentablemente, se ha convertido en una experiencia cotidiana, una condición natural y que se ha traducido en el imaginario colectivo. Frente a esta situación, ¿quienes son los responsables? ¿dónde están el urbanismo y las políticas sociales para hacer a nuestras ciudades más amables?

La experiencia urbana es una construcción sensorial y perceptiva. Los elementos del entorno, el diseño y las dimensiones de lo que nos rodea tienen incidencia en nuestro comportamiento y en las formas de relacionarnos con el contexto.

Un entorno deficiente nos pone en desventaja: Iván utiliza un par de bastones para caminar. Su paso es el característico de quien se esfuerza en andar con una artrosis avanzada; pero aún con todo, su rutina diaria por la ciudad es la de un campeón en salto de obstáculos. Las aceras no siempre están a su cómodo alcance porque muchas no están adecuadas con vados; otras no son tan amplias como para permitirle un cómodo recorrido, así que debe hacerse paso entre elementos añadidos y asegurarse de no caer en la calzada. Cuando se cansa de caminar no encuentra un banco para sentarse ni un árbol que le cobije con su sombra. En los cruces peatonales, muchas veces ha tenido que lidiar con la imprudencia de conductores despistados y con la falta de cortesía de algún conductor «bocinista».

Una acera inaccesible para una persona con movilidad reducida es una barrera; una acera que no permite el paso fluido y cómodo para los viandantes es un obstáculo; una calle o una plaza que no ofrece sombra, verde y mobiliario urbano para el encuentro o la permanencia es un límite. Los elementos agregados en desmesura en el escenario urbano (papeleras, señalizaciones, mesas de terrazas…) y el producto de la arbitrariedad ciudadana (aparcar sobre la acera o el carril bici, utilizar el cruce peatonal como zona de descarga…), definen un contexto antisocial. La inseguridad, la prohibición de la estancia, del cómodo andar, del encuentro y del sosiego son atentados contra la dimensión humana del espacio público. ¿Por qué lo soportamos?

Para Stavros Stavrides «la experiencia metropolitana es una experiencia de shock» porque la ciudad se vive a través de contrastes e intercambios traumáticos. Según ésta apreciación el resultado de la experiencia urbana es una actitud colectiva sedada porque los sentidos están anestesiados; las personas se vuelven indiferentes «para lidiar con los crecientes asaltos perpetrados a sus sentidos». La antipatía urbana se ha convertido en una experiencia cotidiana, una condición natural, que impresa en el imaginario colectivo traduce la imagen de la ciudad en: ruido, barreras, lugares inaccesibles, incómodos paseos por la acera, alta velocidad, infortunios por accidentes de tráfico, aire irrespirable, carencia de zonas verdes y espacios para el encuentro y el juego…

¿Dónde están los culpables? El urbanismo y las políticas antisociales han sido responsables de la construcción ideológica de la ciudad antipática. Desde la visión de género, por ejemplo, se acusa con evidencias que los espacios se han definido progresivamente en base a la filosofía de la producción capitalista y al formato patriarcal. Las ciudades, desde este foco, excluyen. Si gran parte de nuestros entornos urbanos tienen éste carácter, la planificación y el diseño urbano tienen la responsabilidad de considerar, en primer orden, la opinión colectiva: ¿cómo queremos sentirnos?, ¿qué salud queremos para todos?, ¿qué relaciones queremos tener entre nosotros y con nuestro entorno urbano?

 

 


Ubicación: https://www.plataformaarquitectura.cl/

Autor: Sabrina Gaudino Di Meo

Fecha de Publicación: 2018/07/25


Imagina un estadio deportivo que pueda expandirse y contraerse, entregando un increíble avance para la tecnología de la construcción.

Infinitamente modular y fabricado con una madera maciza de muy bajo impacto, esta visión de una construcción baja en carbono, concebida por el fabricante de madera Rubner Holzbau y el diseñador de estadios prefabricados Bear Stadiums, pronto podría materializarse en un campo de fútbol.


Los estadios de Bear Stadiums y Rubner Holzbau se realizarán con madera de abedul nórdica encastrada en madera laminada encolada, que se enviará a la ubicación y se ensamblará en el sitio. El tamaño de estos estadios va de pequeño a mediano, de 1.500 a 20.000 asientos, con un completo y variado diseño de  organización.

Ambas compañías tienen su sede en Italia y prevén que sus primeros proyectos sean estadios de fútbol; sin embargo, anticipan que muchos deportes al aire libre, como el rugby, el cricket y el béisbol, podrían ser abordados. Rubner Holzbau ya ha construido numerosas estructuras de madera a gran escala, desde edificios rurales hasta grandes infraestructura, por toda Europa.

Al igual que la madera maciza, la fabricación de este sistema genera pocos gases de efecto invernadero, y su material primario -la madera- aisla el carbono. "El bosque no requiere ninguna forma de energía [externa] para crecer", dice el arquitecto Jaime Manca di Villahermosa de Bear Stadiums.

Villahermosa visualiza paneles solares y turbinas eólicas que hacen que estos estadios sean casi neutros cuando no se utilizan (a pesar de los intensos requisitos de iluminación de los días de juego). Este énfasis en las prácticas de construcción sostenible se alinea con la iniciativa Climate Neutral Now de la ONU, a la que se unió la organización de la FIFA, comprometiéndose a ser neutral con respecto al clima para la segunda mitad de este siglo.

La madera laminada encolada es un tipo de madera maciza compuesta que comprende tiras individuales de madera encoladas con fibras paralelas. Más consolidada en Europa que en los Estados Unidos, la madera maciza puede ofrecer eficiencias impactantes de resistencia a cargas, incluso en comparación con el acero y el hormigón, lo que permite edificios cada vez más grandes y más altos que requieren menos carbono. Las estructuras de este tipo, por ejemplo, pueden ser más fuertes que el acero y dos veces más ligeras.

El sistema modular Bear Stadiums utiliza celosías de travesaños diagonales de madera laminada encolada para soportar los elementos estructurales verticales y horizontales. Se unen con un sistema de acoplamiento de sujetadores de metal y se anclan a una plataforma de hormigón ligero. Es fuerte, pero "extremadamente flexible", dice Villahermosa. "El equipo de Bear Stadiums trabaja con las herramientas de diseño 2D y 3D de Autodesk", agrega, "tanto para el diseño general como para el diseño detallado, en colaboración con un estudio de arquitectura romano, que también prepara el diseño de utilidades y accesorios en BIM. "

La madera laminada encolada es interesante por su capacidad de doblarse y curvarse cuando está estresada. Esta flexibilidad adicional puede absorber las fuerzas destructivas de los terremotos y otros desastres, permitiendo que la estructura se doble sin romperse. "Dado que es un material extremadamente elástico, excelente en áreas propensas a terremotos, también debe hacerse más rígido mediante el uso de estas cerchas diagonales", señala Villahermosa.

Los estadios de Bear Stadiums y Rubner Holzbau han sido considerados por clubes de fútbol en las dos ligas más importantes de Italia, la Serie A y la Serie B. También han imaginado un mercado global para estos edificios, especialmente aplicable a presupuestos modestos en el mundo en desarrollo. Se proyecta que los costos por asiento de este sistema serán más bajos que los estadios tradicionales, y gran parte de la mano de obra puede ser realizada por trabajadores no calificados, aunque el 10% de la fuerza de trabajo requerirá conocimientos especializados en construcción modular de madera. Los estadios más pequeños se pueden armar en períodos de entre seis y ocho meses, mientras que los estadios más grandes pueden tomar casi un año.

Los diseños más grandes se distribuyen en tres niveles: vestuarios, oficinas y una enfermería en la planta baja; bares y restaurantes en el segundo nivel; y suites exclusivas en el nivel superior. En todos estos espacios los interiores son convencionales.

Este sistema modular permite que estos estadios puedan ocupar un término medio entre lo permanente y lo temporal. Los elementos estructurales están garantizados por 50 años, según Villahermosa, una duración mayor que muchos de los estadios en la actualidad. Sin embargo, al mismo tiempo, " pueden ser desmantelados y reconstruidos en otro lugar", agrega.

Gran parte de esta durabilidad está relacionada con las propiedades únicas de la madera. Debido a que la madera no se expande ni se contrae demasiado según los cambios de temperatura, en comparación al acero, es más fácil impermeabilizar y sellar. Y la madera no absorbe e irradia calor como las estructuras de hormigón o de acero, lo que es especialmente útil para lugares al aire libre que invitan a los clientes a sentarse al sol, en una tarde completa de deporte.

La unidad fundamental e indivisible del diseño del estadio es una sección de seis metros (aproximadamente 19,5 pies) que contiene 36 asientos. Este tamaño de unidad modular está determinado por las restricciones de los containers: dos secciones caben en un contenedor. La mayoría de las secciones de estos estadios, además del "tallo" principal, que alberga gran parte de la infraestructura sin asientos, se pueden agregar y restar a esta unidad modular individual.

Esta flexibilidad modular hace que estos estadios se sintonicen con los ritmos naturales del fútbol, ya que las reparaciones, adiciones y sustracciones pueden encajar fácilmente dentro de los 4 meses en que el deporte se mantiene "fuera de temporada".

Una queja común lanzada contra los estadios deportivos es que cuestan muchos millones y no se usan durante gran parte del año. Pero este nuevo tipo de flexibilidad modular insinúa estadios polivalentes que pueden servir para más eventos. De este modo, quizás la próxima generación de estadios deportivos pueda funcionar como espacio para festivales, sala de conciertos o un espacio de exhibición al aire libre durante su temporada baja.

 

 


Ubicación: https://www.plataformaarquitectura.cl/

Autor: Zach Mortice

Procedencia: Italia

Fecha de Publicación: 2018/07/10


Cuando pensamos en vivienda social en Estados Unidos, solemos pensar en cajas: grandes edificios de ladrillo sin mucho carácter estético. Pero las implicaciones de rascacielos estandarizados e iluminados con luz fluorescente pueden ir más allá de lo estético para las personas que viven ahí.

El geógrafo Rashad Shabazz, por ejemplo, recuerda en su libro Spatializing Blackness cómo el proyecto residencial en Chicago donde él creció —repleto de rejas, cámaras de seguridad y detectores de metal— parecía más una prisión que un hogar. Relatos de soledad, confinamiento y pobre mantención se repiten por residentes de vivienda social en todo el país.

Pero la vivienda social estadounidense no tiene por qué ser así de desolada. Un nuevo conjunto de estándares de diseño desarrollado por la Comisión de Diseño Público de Nueva York (PDC, por su sigla en inglés) —en conjunto con la The Fine Arts Federation of New York y el AIA Nueva York— espera dar comienzo a nuevos tiempos en la arquitectura social.

A comienzos de junio fue lanzado “Designing New York: Quality Affordable Housing”, documento que presenta las mejores prácticas en el campo de la planificación de vivienda social y ofrece estudios sobre casos exitosos construidos en Nueva York, muchos de los cuales fueron diseñados por oficinas como Ennead o SHoP Architects.

Si bien el documento sirve como "una referencia para las agencias de Nueva York y los candidatos que buscan orientación sobre proyectos de vivienda social", está escrito en un lenguaje accesible para las personas que están fuera del campo del diseño con el objetivo de empoderar "ciudadanos y organizaciones comunitarias para que demanden calidad en los proyectos de vivienda social de sus barrios".

El informe fue lanzado seis meses después que el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunciara en noviembre de 2017 que construiría y conservaría 300.000 viviendas sociales hasta 2026. Su plan, que es una versión actualizada de un proyecto presentado en 2014, "conservará la asequibilidad de 180.000 unidades existentes y construirá otras 120.000".

Los arquitectos que diseñen estas nuevas unidades en los próximos años deberán apoyarse en las guías de diseño de esta publicación. Aunque los arquitectos del resto del mundo también pueden aprender gracias a este documento. A continuación, presentamos algunas de las más importantes lecciones de "Designing New York":

1. Sé creativo(a) con los volúmenes y respetuoso(a) con la escala

Desmarcándose de los grandes bloques que dominaron el imaginario de la vivienda social estadounidense en las últimas décadas, Designing New York recomienda dividir el volumen de un edificio para permitir la variación en las unidades y la creatividad dentro de la normativa.

El proyecto Creston Avenue Residence en el  Bronx usa un volumen no convencional para adaptarse a la escala del barrio (en la mayoría, edificios de cinco pisos) y optimizar el número de unidades ofrecidas. En un proyecto de Magnusson Architecture & Planning, la fachada principal "se alínea con las viviendas más antiguas y repite su escala mejor, mientras la parte central, revestida por paneles metálicos, se retrae para crear un generoso vestíbulo".

2. Diseña teniendo al barrio en mente al incorporar servicios inexistentes aún.

Cuando los barrios de bajos ingresos carecen de supermercados con opciones saludables y locales para actividad física (como parques y gimnasios), la vivienda social pueden resolver algunas carencias para mejorar la salud de los residentes del sector. En el proyecto Arbor House en el barrio de Morrisania en el Bronx, las cajas de escaleras permiten el acceso de la luz natural para estimular su uso, o de otra forma, un huerto hidropónico en la azotea puede satisfacer la producción de hortalizas para los residentes.

3. No hagas que la vivienda social parezca vivienda social.

Muy a menudo, las diferencias entre la vivienda social y el mercado inmobiliario se evidencian por estructuras visualmente diferenciadas. Cuando la vivienda social está asociada a una arquitectura peyorativa, entonces los residentes pueden ser estigmatizados o marginalizados del barrio donde viven. Les Bluestone, un defensor de la innovación en la vivienda social y cofundador de Blue Sea Development Company dice:

"El mejor papel que puede jugar el diseño es no definir los edificios como viviendas sociales. Cualquier cosa que podamos hacer para alejarnos de eso ayuda a la comunidad"


4. La innovación estructural puede superar un emplazamiento difícil para el beneficio de los residentes

En una ciudad tan densa como Nueva York, muchos proyectos nuevos de viviend social ocupan particulares sitios de la trama urbana. Frost Street Apartments en Williamsburg, Brooklyn, por ejemplo, ocupa un espacio contiguo a la autopista Brooklyn-Queens, una carretera de tres pistas por lado. Con el fin de mitigar el ruido proveniente del exterior, Curtis + Ginsberg Architects ocupó "ventanas de alta aislación y una gruesa estructura de ladrillo y hormigón".

El proyecto Schermerhorn en Boerum Hill, Brooklyn, ofreció condiciones igualmente difíciles, al ser construido sobre dos líneas de Metro. Según Designing New York, "requirió una estructura metálica que consumió gran parte del presupuesto de construcción". El resultado del proyecto en tan difícil sitio son 109 viviendas para personas que antes vivían en la calle y personas con HIV/SIDA.

5. La arquitectura verde es mucho más que sustentable

Con reminiscencias del departamento vernáculo de patio, Navy Green emplea diversas volumetrías en torno a un patio central. Por su parte, los residentes tienen acceso a aire fresco, luz natural y espacios verde más allá de sus ventanas, independiente de la ubicación de su departamento en el complejo residencial.

6. El diseño no resuelve todo

La publicación Designing New York ofrece un prometedor cambio de paradigma: pasar de una arquitectura social confinada a una comunitaria. No obstante, es importante recordar que la vivienda social bien diseñada ayudará, pero no resolverá la crisis habitacional de Nueva York.

La ciudad estadounidense continúa luchando en la definición de accesibilidad, la cual descansa en ingresos medios, cuyos datos están distorsionados. Mientras el Departamento de Preservación y Desarrollo Habitacional ha estado bajo el escrutinio público recientemente tras un artículo publicado por el New York Times sobre sus políticas de elección de residentes.

A medida que los residentes de bajos ingresos de Nueva York siguen siendo desahuciados diariamente, incluso un compromiso por parte de la Alcaldía de construir nuevas viviendas probablemente no será capaz de seguir el ritmo de expulsión de residentes.

7. Diferentes ciudades, diferentes soluciones

Si bien debemos admirar el intento de Nueva York por ofrecer vivienda digna a las clases más vulnerables, la historia de la arquitectura nos muestra que la vivienda social no puede seguir un modelo único para todos.

Si el éxito de la Unité d'habitation de Le Corbusier en Francia en contraste con el fracaso de Pruitt-Igoe en Estados Unidos es un indicador, entonces diferentes ciudades, regiones y países necesitan diferentes tipos de vivienda social. Designing New York es consciente de esto y por lo mismo incentiva que los proyectos sean específicos según sus emplazamientos y residentes. Recordemos que si Frost Street Apartments son geniales para Brooklyn, no deberían aparecer repetidos en otro lugar del mundo. Esto debe quedar claro.

 

 

 


Ubicación: https://www.plataformaarquitectura.cl/

Autor: Ella Comberg

Procedencia: Estados Unidos

Fecha de Publicación: 2018/06/27


Diseñado por Cristian Fuhrhop, el proyecto Arquitectura y Emergencia fue elegido Gran Ganador en la categoría Proyectos de Título del Concurso Arquitectura Caliente 2018 (CAC 2018), certamen chileno organizado por el Grupo Arquitectura Caliente y con el financiamiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

La condición que presenta Chile como país expuesto a catástrofes, ya sean de origen antrópico o natural, ha suscitado un ejercicio constante en torno al diseño acerca de cómo debe ser afrontada una emergencia por medio de la arquitectura. De manera aparentemente irreflexiva hemos desviado nuestra atención hacia una carrera constante por dar solución a los problemas de la vivienda temporal, bajo un lúgubre sesgo técnico-eficientista o por medio de propuestas prácticamente inviables, totalmente descontextualizadas de cómo se opera en lo que respecta a la gestión de la emergencia dentro de nuestro país.

 

Con un claro desconocimiento del plan nacional de protección civil y los campos de acción que tiene la arquitectura en estos temas, hemos obviado necesidades que ameritan igual urgencia, como el equipamiento o los servicios, que en muchos casos son aquellos que catalizan o incrementan los problemas de la vivienda temporal.

 

Paralelamente el problema de la emergencia dentro sus márgenes meramente operativos, sigue presentando problemas de primer orden, ejemplificado por el retraso de los tiempos de reacción, manteniendo en condiciones de vulnerabilidad a los afectados por tiempos prolongados. Esto es producto a que se trabaja con sistemas constructivos incapaces de dar abasto a  la urgencia del evento, sectorizado en un número reducido de proveedores cuyo sistema de mercado tampoco le permite económicamente generar un stock ante la emergencia.

 

Atrás a todo vapor

 

La emergencia no debe caer en un discurso meramente técnico, sino que debe apoyarse en un sistema del cual  pueda dar constancia de su funcionamiento permitiendo  coordinar tanto a autoridades nacionales como a agentes locales, con el fin de desarrollar  un “proyecto” y no una “solución” de emergencia. Esto amerita uso de materiales ordinarios de medidas estándar, asequibles dentro de cualquier línea de producción relativamente común dentro del escenario nacional ejemplificado con el caso de una ferretería. De esta manera se evita el redimensionamiento para favorecer los tiempos de ejecución y agotamientos de stock.

El problema no recae en desarrollar un sistema constructivo para la emergencia, sino más bien como un  sistema aparentemente atingente al escenario nacional permite abordar estos casos con la atención que cualquier proyecto de arquitectura amerita, generando una discusión y una crítica en tono a ello, no solo de orden técnico, sino yuxtaponiéndolo a lo teórico, a la academia y a todo aquello aparentemente no tan compatible al prejuicio técnico que hemos elaborado. Sobre que se debate, es de lo que realmente debiésemos discutir.

 

Gestión del riesgo

 

Gran parte de la poca viabilidad que presentan muchas de las propuestas en torno a temas de emergencia derivan del desconocimiento del Plan Nacional de Protección Civil, documento que vela por la prevención del riesgo estructurando y orientando tanto a los agentes como procesos involucrados en temas de emergencia, sirviendo como pauta para el actuar de ONEMI en situaciones de riesgo y prevención.

 

Lo que se propone es principalmente esbozar el marco de un sistema que permita aproximarnos a un método que permita hacer frente a la emergencia de manera coordinada en sus diversas partidas, sin sacrificar decisiones propias de la arquitectura producto de soluciones operativas. Si bien cada tipología de emergencia es afrontada y gestionada según sus propias demandas, hay ciertos parámetros que pueden ser aplicados de manera indistinta, reconociendo 3 momentos cruciales: prevención, ejecución y resolución.

 

Dicotomía de la prefabricación

 

Es patente que el problema más grande al momento de enfrentar una emergencia en Chile corresponde a hacer frente a los tiempos de reacción, debido principalmente a la mala comunicación entre organismos independientes y el agotamiento del stock.

 

El reemplazo de la mediagua por una vivienda de 24m a base del sistema SIP ha representado un aumento considerable en los estándares de la vivienda en cuanto a la calidad de la edificación y su componente térmica. Pero a la vez esto ha correspondido depender de los proveedores de este insumo y su localización geográfica. Actualmente en Chile contamos con 22 proveedores de este sistema, de los cuales el 72,7% se emplaza en la Región Metropolitana, 18,2% en la Araucanía, y tan solo un 9,1% en lo que respecta a otras regiones, donde podríamos señalar que tan solo 42,6% dentro de las zonas de alcance de los Proveedores.

 

Es necesario dar cuenta que varios de estos Agentes, corresponden a negocios familiares con una presencia de stock relativamente escasa, imposibilitados de cubrir grandes demandas. Por otro lado cabe destacar que este tipo de prefabricación corresponde a un proceso que involucra materiales procedentes de otras líneas de producción como es el caso de placas estructurales, procedentes principalmente de 3 grandes industrias a lo largo del país. Esta condicionante hace que al momento de presentarse la reposición de viviendas, los proveedores no sean capaces de cubrir la demanda, retrasando los tiempos de entrega y manteniendo a los afectados en una condición de vulnerabilidad extendida.

 

“Hay progresos tecnológicos más allá de los cuales no se puede ir. No se puede inventar una cuchara mecánica cuando la de hace dos mil años sigue funcionando tan bien […] el progreso puede significar dar dos pasos atrás, como volver a la energía eólica como alternativa al petróleo y cosas por el estilo. ¡Tendamos al futuro! ¡Atrás a todo vapor!

 

Umberto Eco, Atrás a todo Vapor, 2008.

 

Como bien menciona Eco existen ciertos progresos tecnológicos que no necesariamente significan un avance y que por ende competitivamente están destinados a un declive inminente, por lo menos en una determinada área. El problema ocurre cuando estos “progresos”, no entran a un mercado competitivo, sino más bien, cuando se imponen reemplazando un servicio o método existente.

 

El desafío propuesto se encuentra principalmente en entender un progreso tecnológico como un avance dentro del manejo del conocimiento de manera consecuente a una realidad específica y no necesariamente bajo el encantamiento procedente de la “innovación”. Chile actualmente no es capaz de cubrir la demanda necesaria procedente de a la emergencia mediante este “medio tecnológico”, esto no implica que no sea una posible realidad a futuro, pero para esto se debe analizar e invertir en tanto en políticas públicas como medios que lo hagan viable.

Operatividad y proyecciones

Recursos: si bien parte de los fondos presentes para la emergencia es destinado a labores de manejo y reconstrucción gran parte se concentra en la prevención de catástrofes los cuales han tenido un reajuste anual desde el siniestro del 2010. En el esquema señalado se puede observar los montos destinados a prevención por las distintas comunas de la Región Metropolitana.

 

El problema se basa en la comunicación y los planes de manejo del riesgo llevado a cabo por las distintas municipalidades, destinando estos fondos a actividades menores, como la poda producto de obstrucción vegetal en vías públicas. Durante el último periodo, la ONEMI ha observado la posibilidad de habilitar los puntos de encuentro a lo largo de todo Chile con servicios para afrontar emergencias, tales como agua potable o electricidad. Estos puntos corresponden a zonas seguras, permitiendo a los afectados concurrir en caso de un siniestro, organizarse y levantar las fichas correspondientes, tales como el alfa o redes.

 

Sectores afectados: si bien el sector correspondiente a la vivienda se presenta como el de mayor urgencia en reposición luego de una catástrofe, tras los últimos eventos presentados en Chile el sector más afectado ha sido presidido por la economía local, seguido por la vivienda, la educación y la salud. Este argumento cobra sentido cuando se evidencia la carencia  generada por la ausencia de sectores como el de la educación, donde la falta de establecimientos prolonga la estadía en las viviendas, generando problemas de calidad mayor a lo perceptible por cifras catastradas.

Existe una deuda correspondiente hacia donde se distribuyen los fondos tras una emergencia, tanto en prevención como al sector destinado. Es necesario generar planes preventivos a nivel país que logren evidenciar donde se invierten estos fondos, atender aquellos sectores complementarios al de la vivienda, debido a la privación a los servicios que esta genera. Vivir en calidad de emergencia no tiene por qué significar, vivir desprovisto de servicios.

 

Sistema: se propone brindar una estructura estable, asegurando su funcionalidad en torno a los tipos de cargas que se puedan presentar, manteniendo certeza de brindar una base estable, la cual puede y lo más seguro es que sea ejecutada e intervenida por entidades no capacitadas durante el periodo de emergencia. Correspondientemente Se  pretende evitar problemas de redimensionamiento por lo que se propone usar materiales en sus medidas estandarizadas siendo consciente de todas las variables y complejidades que esto suscite.

La estructura se separa de su cerramiento, asegurando su independencia, un sistema rotulado con leves grados de modificación según su emplazamiento. Por ende los paquetes de cerramiento, deben ser flexibles a adaptarse a las distintas zonas climáticas que pueda presentar la vivienda. Se ha desarrollado un cerramiento en base a malla Rashel, poliestireno extruido y aglomerantes impermeables como cola o pinturas. Evitando placas se busca que éste se haga cargo de los problemas de logística y montaje, pero que a la vez pueda entenderse como un material tangible, con atributos propios, separándolo de los prejuicios que le hemos otorgado a ciertos materiales producto de su procedencia sintética. Quiero creer que somos capaces de encontrar valor en lo que hemos enjuiciado.

 

Casos de aplicación

 

El proyecto de tesis consiste abordar 4 casos programáticos distintos, provenientes de siniestros de diferente origen ocurridos entre los últimos 3 años: así se pone a prueba la viabilidad del sistema estructural propuesto bajo las limitantes de la emergencia, lo cual permite observar la flexibilidad que sugiere cada caso en particular, Involucrando de esta manera problemáticas no solo de orden territorial sino más también locales, culturales y de aspectos sociales.

 

La intención que se busca por medio de este esfuerzo es poder abordar un proyecto de emergencia con la rigurosidad y enfoque que cualquier proyecto de arquitectura podría suscitar,  pudiendo ser analizado a partir de una problemática ya sea teórica o de cualquier agente motivador dentro del discurso arquitectónico contemporáneo, buscando des estigmatizar  el supuesto de que la emergencia se encuentra sujeta a cubrir únicamente aquellas necesidades fisiológicas entendidas como urgencia, debido a que en arquitectura al prescindir de alguna arista, resulta que esta se anuncia.

 

 

 


Ubicación: https://www.plataformaarquitectura.cl/

Autor: Cristian Fuhrhop

Procedencia: CHILE

Fecha de Publicación: 2018/07/31


Cancha “LA DOCE” es un proyecto colaborativo, parte de una red y una propuesta de cambio que surge de la necesidad de desarrollar espacios públicos de calidad en zonas marginadas en diversas ciudades del mundo. El fútbol como deporte es uno de los más queridos, más jugados y tal vez el que cuenta con más seguidores a escala mundial. Es una forma de conectar con nosotros mismos y con los demás.

Participar, observar y convivir son actividades que nos permiten ver más allá de lo obvio y de todo aquello que podría rodear a este deporte, el fútbol se atisba entonces como una construcción social, un pasatiempo que permite la vinculación a través del juego, un evento que no distingue clases sociales y concede a quienes forman parte de ese momento, la posibilidad de integrarse como un equipo, de ser parte de algo más grande que “ellos”.

El manifiesto que se integra en los párrafos anteriores se toma como base de una propuesta para un proyecto colaborativo: Cancha “LA DOCE”, que parte de la misión y visión de love.fútbol, una Organización sin Ánimo de Lucro, que representa un proyecto que desde hace 20 años hace posible, mediante la gestión y patrocinio de diversas entidades la restauración y recuperación de canchas deportivas en desuso en zonas marginadas de las ciudades a nivel mundial, permitiendo reintegrar espacio público de calidad a las comunidades donde se interviene.

De esta idea surge la colaboración entre love.fútbol y All Arquitectura, uno como el promotor, el segundo como el intermediario quienes tuvieron el apoyo de Novaceramic. En esta ocasión y con el patrocinio del Manchester City, equipo de la liga inglesa de fútbol se inicia con el desarrollo del proyecto. Como parte del proceso, la integración de socios locales es fundamental para el quehacer de love.fútbol, es por esta misma razón que se integra a NATLIK, asociación civil como interlocutora local en la comunidad.

El proyecto se sitúa en el municipio de Valle de Chalco, regresando a la comunidad un espacio vital localizado en uno de los municipios con más alta marginalidad y con uno de los índices de violencia más altos al oriente de la ZMVM, en el Estado de México. Valle de Chalco como el destino de muchos grupos indígenas provenientes de todas las regiones del país, ciudad dormitorio que revela uno de los problemas más complejos de las ciudades contemporáneas. Un crisol de raíces que representa un reto hacia la construcción de la identidad social y la relación con el espacio de la propia comunidad.

De esta manera, “LA DOCE” se traduce en colaboración, esfuerzo coordinado y alianza de diseñadores, arquitectos, artistas, organizaciones civiles, y vecinos, que en una congregación de propuestas y trabajo social se traducen en un proyecto que resume y trata de lograr la integración de un colectivo fracturado.

El proyecto se concibe como dos espacios independientes que más allá de experimentarse aislados, se vinculan a través de las actividades que contienen. Una cancha de 15m x 25m como eje compositivo, parte esencial del proyecto que plantea su relocalización de acuerdo al eje Norte-Sur, permitiendo un mayor uso de esta a lo largo del día. Alojado entre las calles Sur 11 y Sur 12, el predio a intervenir ofrece la oportunidad de lograr la conexión entre ambas vías, permitiendo que el usuario pueda hacer uso del mismo espacio como vínculo, obedeciendo a los trayectos de gente a través del espacio y áreas circundantes.

Un pabellón abierto remata en una de las aristas de la cancha, bajo una gran techumbre se integran: área administrativa, bodega, sanitarios, área de box, junto a un área de usos múltiples que permitirá la constitución de talleres, clases y exhibiciones que podrán llevarse a cabo en cualquier momento del día no importando las condiciones del clima. Este pabellón como unión de los predios colindantes: una biblioteca en abandono y un predio deshabitado, con la intención de una gestión a futuro que logre relacionar e integrar ambos predios al proyecto.  Una plataforma de concreto, vestigio de la cancha original se aprovecha como una gran plaza pública donde se pueden ofrecer, mediante representaciones artísticas la perspectiva y experiencias de los muchos orígenes étnicos de los que se estructura Valle de Chalco.

El diseño integra una gran área permeable que permite la filtración del agua de lluvia y de esta manera el reabastecimiento de la histórica Laguna de Xico. El proyecto obedece a las necesidades siempre cambiantes de una zona históricamente importante para la Ciudad y el Valle de México que a través de su gente y su carácter forma parte de una periferia siempre presente, indomable, pero con los brazos siempre abiertos.

 

 

 


 

Ubicación: https://www.plataformaarquitectura.cl/

Autor: Mónica Arellano

Procedencia: MÉXICO

Fecha de Publicación: 2018/07/31