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“Transitamos la urbanización del 23 de Enero en 2020 y nos enfrentamos a un conjunto habitacional cuya esencia física y espiritual ha sido profanada, el modelo esta vuelto trizas y la democracia suspendida”

 

La «Urbanización 23 de Enero» (1955 -1957) a sus 65 años de proyectada, hace parte esencial de la identidad de Caracas como ciudad pionera de la Modernidad en el ideario Latinoamericano, pero ¿qué queda del espíritu Moderno que la acunó? Empecemos por el principio. Fue denominada 2 de Diciembre, fecha emblemática del perezjimenismo para inaugurar sus obras; este gran proyecto estuvo inserto en un plan equivalente a lo que hoy llaman «Misión Vivienda», que en los años cincuenta atenderá el fenómeno masivo de desplazamiento de habitantes del campo a la ciudad, atraídos por las oportunidades de empleo buscando mejorar su calidad de vida.

Con el inicio de la producción de palanquillas en el Complejo Siderúrgico Nacional, Planta Casima; en el estado Bolívar, se fortalece el Motor Construcción, indispensable para cumplir la meta de las 500 mil unidades habitacionales construidas a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), para este 2020.

 

Así lo manifestó Marco Tulio Díaz en representación de Central Bolivariana Socialista de Trabajadores (CBST), quien anunció también la elaboración de cabillas en La Yaguara, Caracas.

Cisternas cobran entre 250 y 300 dólares, según Carlos Julio Rojas

 

Usuarios reclaman que varios sectores de Caracas no tienen agua. Entre las zonas afectadas se encuentra El Junquito, Cotiza, Catia, Nueva Cúa, Colinas de Valle Arriba y Caricuao, entre otros.

Dieciséis familias del sector Bosque Alto de Guatire, Miranda, dan los toques finales a sus viviendas para contar con los servicios y las comodidades para una mejor calidad de vida.

 

En estas construcciones, ubicadas en la calle La Orquídea, los beneficiarios instalan cerámica en el baño y los pisos, piezas sanitarias, cableado eléctrico, toma corrientes, grifería, puertas, ventanas, fregadero, tuberías de agua potable y servida, entre otros elementos.

En el sector sufren la escasez del agua, el desborde de tanquillas, maleza en todas partes, proliferación de basura y deterioro de vías que reclaman asfaltado.

 

Pobladores de la calle La Bomba, en el sector Guiriguiri, municipio Marcano, denuncian la falta de gestión por la municipalidad debido a la insuficiencia en el alumbrado, la presencia de aguas servidas en las calles, la mala distribución de las bolsas de alimentación y el gas doméstico, y el escaso patrullaje policial por la zona.