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La vivienda es una mercancía además de un derecho, como en todo el mundo avanzado

 

Primero fue Podemos quien quiso topar el aumento del precio de la vivienda en alquiler.

 

Lo intentó cuando el decreto ley 7/2019 (1/3), cuya medida estrella fue aumentar el plazo de los contratos desde tres a cinco años, y hasta siete. No prosperó.

 

Este miércoles lo persiguió el Govern de la Generalitat, con un decreto ley elaborado en la semana de... las elecciones municipales.

Los ciudadanos que viven de alquiler abonan 535 euros al mes de media, frente a los 505 de la hipoteca que costean los que han comprado casa, según un informe de Casaktua

 

Alquilar una vivienda es un 6% más caro que tenerla en propiedad, un desfase que, según un estudio de Casaktua, irá previsiblemente en aumento, pues el 8% de los inquilinos prevé que próximamente su casero les incremente el precio del alquiler una media de 75 euros al mes, mientras que al 13% ya les ha subido unos 53 euros de media.El informe del portal inmobiliario, presentado este martes, revela que el coste medio del alquiler alcanza actualmente los 535 euros al mes, un 14% más que en 2018. Es prácticamente lo mismo que ha subido la cuota hipotecaria, que ha pasado de 442 euros mensuales en 2018 a 505 euros mensuales en la actualidad. Pero entre la cuota hipotecaria que pagan las personas con una vivienda en propiedad y la mensualidad que abonan los inquilinos que viven de alquiler existe una diferencia de 30 euros (6%) a favor de la propiedad. Madrid, con 647 euros mensuales de media, y Cataluña (633 euros) son las regiones donde más caro sale alquilar una vivienda y también donde es más elevada la cuota hipotecaria (560 euros y 559 euros al mes, respectivamente).

El alquiler con opción a compra es una fórmula de adquisición de vivienda en la que las mensualidades son un adelanto al pago final. El inquilino gana tiempo para ahorrar para la entrada

 

Los españoles destinamos el 34% de nuestra nómina al arrendamiento de una vivienda de 80 metros cuadrados, según han calculado Infojobs y Fotocasa. En Madrid y Barcelona, esta cifra ronda el 50%. Ante ese esfuerzo se plantea un dilema: ¿merece la pena seguir de alquiler o me lanzo a comprar?

 

Por una parte, el alquiler puede entenderse como una pérdida de dinero cada mes si lo que se tiene en mente es comprar una casa. Al mismo tiempo, se tenga el dinero necesario o no, muchas veces es francamente difícil decidir si la casa elegida será realmente la adecuada para convertirla en residencia a largo plazo.

El coste del alquiler y de la hipoteca ha aumentado un 14% respecto a 2018, según un informe del portal inmobiliario Casaktua, en el que solo el 22% de los encuestados tiene intención de mudarse

 

Atrás quedaron los turbulentos años que siguieron al estallido de la burbuja inmobiliaria. De hecho, las previsiones para 2019 del portal inmobiliario Casaktua apuntan hacia una estabilización del sector en cuanto a precios y a demanda, en línea con los datos oficiales —Ministerio de Fomento— que indican que el precio medio de la vivienda ha aumentado un 4% en el primer trimestre de 2019.

Los caseros pueden hacer valer lo pactado y echarles de casa en un plazo inferior al mínimo legal

 

Los caseros pueden desalojar a sus inquilinos de habitación en la fecha convenida en el contrato, aunque el plazo sea inferior al mínimo legal para los alquileres de viviendas (actualmente, cinco años). El motivo es que quien arrienda un cuarto no goza de la misma protección que el inquilino de piso porque, según la justicia, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) no le es aplicable. Tampoco pueden acogerse a otros privilegios recogidos en la norma como, por ejemplo, el derecho a subrogarse en el contrato o a adquirir preferentemente la vivienda en caso de venta. Se encuentran fuera de su ámbito porque no cumplen con la característica de "satisfacer de modo permanente las necesidades de vivienda del arrendatario", según establece una reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid (cuyo texto puede consultar aquí), que, añade, estos arriendos "no garantizan el desarrollo de la vida doméstica del inquilino, con la intimidad y servicios que hoy se consideran indispensables".