La construcción sostenible posibilita un mayor equilibrio entre lo natural y lo artificial, dotando a los espacios construidos por el hombre de un mayor respeto por el medioambiente, mediante el uso de materiales naturales.

La filosofía Slow Life defiende un estilo de vida acorde donde los principios de solidaridad, y respeto al medioambiente, buscan crear un balance positivo entre los ecosistemas biológicos y los sistemas artificiales.

Cada vez más personas, conscientes de que la arquitectura convencional tiene un impacto muy negativo sobre el medio ambiente y su propia salud, emprenden una nueva vida en casas que les acercan a la naturaleza.

Las oficinas evolucionan hacia lugares donde se promueve la calidad de vida de los trabajadores.

Las actuales dinámica laborales, la incursión en el campo laboral de nuevas generaciones, un mayor compromiso de la sociedad con el medio ambiente, el uso de materiales más versátiles, entre otros, han hecho que el concepto de oficina se transforme y se perfilen nuevas tendencias en los lugares de trabajo.

En los últimos tiempos, el cuidado del medio ambiente nos preocupa a todos. Somos testigos de que la industrialización acelerada, junto con una urbanización excesiva que se concentra en unas cuantas ciudades, el hábitat se deteriora rápidamente, siendo la principal causa del cambio climático. Sin duda, ese es el tema global que, hoy en día, atrae la mayor atención de organizaciones, gobiernos y gran parte de la ciudadanía.

En ese sentido, lo que ha ocurrido en días recientes en la Ciudad de México y entidades vecinas es una muestra clara de que el desarrollo que ha tenido esta región del país dista mucho de ser sustentable. Pese a que México cuenta con una amplia legislación para combatir la contaminación y restablecer un medio ambiente más sano, además de los esfuerzos permanentes para disminuir los contaminantes y mejorar, en este caso, la calidad del aire, los resultados son insuficientes.