La construcción sostenible posibilita un mayor equilibrio entre lo natural y lo artificial, dotando a los espacios construidos por el hombre de un mayor respeto por el medioambiente, mediante el uso de materiales naturales.
La filosofía Slow Life defiende un estilo de vida acorde donde los principios de solidaridad, y respeto al medioambiente, buscan crear un balance positivo entre los ecosistemas biológicos y los sistemas artificiales.
Qué es el Movimiento Slow Life
El movimiento Slow Life nace en Italia como respuesta a la invasión en Europa, de las cadenas de comida rápida como McDonald’s, en la década de los 90. Hoy en día este movimiento se ha convertido en un estilo de vida que integra, cuerpo, mente y espíritu.
Esta filosofía además de hace referencia a llevar un estilo de vida donde priman el respeto y la gratitud, también propone vivir en espacios sanos y respetuosos con el medio ambiente, como son los que proporcionan las construcciones sostenibles.
Las viviendas sostenibles son construidas de forma que se aprovechen todos los recursos naturales que ayudan a reducir el consumo energético. Este tipo de edificaciones aprovechan la ubicación, los materiales de construcción sostenible y las fuentes de energía renovables como herramientas para crear espacios más años.
Tener una Slow Life comprende disfrutar de cada aspecto de la vida la cotidiana de una forma sana y saludable. La idea central es revisar cada aspecto básico y cotidiano; espacios, alimentación, trabajo, comunicación y las relaciones interpersonales.
Cada vez más promotoras inmobiliarias han escuchado la demanda de volver a llevar una vida tranquila y respetuosa con nuestro entorno, y están empezando a ofertar espacios sostenibles para vivir.
Empresas como Quorania ofrecen hogares respetuosos con el medio ambiente, sus Viviendas eficientes en Barcelona estarán próximamente disponibles.
Medidas Pasivas en Viviendas Sostenibles
La construcción sostenible basa sus principios de edificación en el ahorro energético y en reducir las emisiones del CO2, de las cuales el 60% que se emiten al medio ambiente proviene del sector de la construcción.
Para poder decir que una vivienda es sostenible debe cumplir con ciertas medidas pasivas, con el objetivo de reducir el consumo de energía al mínimo.
Las principales medidas pasivas de las viviendas sostenibles son:
- Un buen aislamiento térmico que garantice las temperaturas durante el día y la noche , garantizando un uso mínimo de calefacción, un mayor espesor en la envolvente hará que se mantenga mejor la temperatura y proporciona mayor confort térmico.
- La envolvente térmica debe ser continua, eliminando por completo los puentes térmicos, así se reforzarán esas zonas susceptibles de provocar condensaciones, y que causan pérdidas de energía.
- Por último y no menos importantes aprovechar al 100% la luz natural, esto tiene que ver con definir la ubicación estratégica de la construcción y sus huecos en fachada y la utilización de ventanas amplias donde se pueda aprovechar toda luz solar en invierno y proteger del sol en verano.
Medidas Activas en Viviendas Sostenibles
Si bien las medidas pasivas nos garantizan en gran parte la reducción en la demanda de energía, hay instalaciones eficientes que refuerzan cada uno de estos aspectos. La clave está en el origen del consumo energético y la eficiencia de cada instalación.
Par ello se recomienda tener en cuentas la siguientes medidas activas:
- Placas solares como sistema de captación solar para generar energía.
- Suelos radiantes para mantener la temperatura de la estancia
- Estructuras termoactivas
- Contar con sistemas de aeroterrmia.
- Ventilación mecánica con recuperación de calor.
- Iluminación de bajo consumo, utilizar tecnología como la de iluminación LED.
Llevar una Slow Life tiene como filosofía el respeto mutuo y sobre todo, el respeto por el medio ambiente. Ser consciente de cada aspecto de nuestra vida y mejorar aquellos aspecto que consideramos perjudiciales, tanto para nuestro entorno como para nosotros mismos.
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Autor: Inarquia
Fecha de Publicación: 2019/05/16