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La casa hecha en Cali que sería modelo para la arquitectura del futuro (COLOMBIA)

El prototipo enfrenta dos retos del calentamiento global: temperatura y aumento del nivel del mar.

 

Imagínese a los pobladores del área costera de una isla colombiana del océano Pacífico viviendo en el año 2050. Para ese entonces, el calentamiento global hace de las suyas en el planeta y, además de que la temperatura es dos grados más alta que hoy, el nivel del mar ha aumentado muchísimo. Los habitantes de esta zona deben evitar las inundaciones en sus viviendas con diferentes sistemas de construcción.

 

Ahora imagínese a esas mismas personas habitando una vivienda anclada en el lecho marino. La casa tiene la posibilidad de moverse hacia arriba y hacia abajo dependiendo del nivel del mar pero sin desplazarse.

 

Ya puede regresar al día de hoy. Esa casa ya existe y es la ganadora del Decathlon Solar, una competencia académica organizada por el Solar Decathlon para América Latina y el Caribe, realizada por segunda vez en Colombia, y en Cali. La prueba finalizó recientemente en la Universidad del Valle, sede Meléndez y reunió a 550 estudiantes universitarios, docentes e investigadores de Colombia y otros países, distribuidos en nueve equipos. Cada grupo hizo un prototipo de una vivienda sostenible, alimentada con energía solar. El reto era hacer la mejor casa del futuro.

 

Detrás de esta casa semiflotante está Minga, un grupo de cuarenta personas, estudiantes –la mayoría de arquitectura e ingenierías- de la Universidad Javeriana de Cali, el Instituto Federal de Santa Catarina y la Universidad Santa Catarina, en Brasil.

 

La palabra Minga viene del Quechua y significa trabajo agrícola colectivo. Hoy así se denominan las marchas indígenas, pero para este grupo colombo-brasileño fue trabajo en equipo.

 

El arquitecto Iván Osuna Motta, profesor de la Javeriana, es uno de los líderes del proyecto. Él explica las razones por las cuales idearon ese prototipo, pensado para lugares del mundo situados en el trópico cálido y en zonas cercanas al nivel del mar, como la isla de Cascajal en Buenaventura, Valle del Cauca. La característica común de esos territorios, en los diferentes países, es que en estos se centra la pobreza y las diferentes culturas son muy similares entre sí.

 

Además del lugar, los universitarios y sus docentes se imaginaron construyendo la casa en pleno auge del calentamiento global y dos de sus consecuencias más críticas: la temperatura más alta y el aumento del nivel del mar. Para enfrentar ese primer escenario del clima del futuro la casa tiene un sistema de extracción de aire con ventiladores y también se le puede adaptar un sistema de aire acondicionado, que funciona con energía solar, en algunos sitios específicos, como un tipo de de refugios para el calor. El calentamiento global genera olas de calor muy fuertes, y eso es una realidad ahora, que causa decenas de muertes anuales.

 

El nivel del mar también subirá muchísimo en el clima del futuro y los habitantes de las zonas costeras serían desplazados de estas por estar en zonas inundables que las aguas del océano se tragarán. Pues el prototipo se adapta a nuevas condiciones, es decir, cuando el nivel del mar suba la casa también subirá su nivel. “La casa tiene un sistema de cimentación similar al de un muelle, está anclada en el lecho marino, pero el primer piso es una plataforma que flota, entonces ella se mueve un poco hacia arriba y hacia abajo, pero nunca hacia los lados”, explicó Osuna.

 

La vivienda del futuro, que salió de la invención de colombianos y brasileños resuelve los dos grandes desafíos del clima del futuro: una temperatura uno o dos grados más alta a la de hoy y el aumento del nivel del mar. Pero también plantea el material con que se deben construir las casas del futuro: la madera.

 

Material sin huella ecológica

 

Uno de los diez aspectos (de ahí el nombre de Solar Decathlon) evaluados en la competencia es la sostenibilidad. El prototipo de la vivienda debe ser amigable con el medio ambiente. El prototipo de Minga está hecho casi en un 100 por ciento en madera.

 

“Tomamos la decisión de usar madera por dos razones fundamentales. La primera es que la madera es el único material de construcción que recupera la huella ecológica. Todos los demás materiales de construcción tienen un altísimo consumo de energía en su producción, generan una gran cantidad de toneladas de CO2 durante su fabricación, mientras que la madera es un recurso natural completamente renovable, la madera nunca se acaba”, comentó el profesor Osuna.

 

La segunda razón es que en el trópico las casas siempre se han construido con madera. El proyecto respetó la cultura y la sabiduría ancestrales en el manejo de la madera. Los habitantes de estas zonas del mundo saben cómo hacerle mantenimiento a la madera pero no saben cómo se debe mantener, por ejemplo, el concreto.

 

Por el uso de la madera este prototipo plantea, además, la creación de una industria ciento por ciento sostenible, no extractiva: la industria de la madera cultivada para construcción, que es un negocio incipiente en Colombia pero será uno de los negocios del futuro. De hecho, este prototipo está pensado para hacer edificios hasta de seis pisos, lo que rompe el mito de que con la madera no se pueden hacer estructuras en altura.

 

El prototipo de Minga y otros que participaron este año en el Solar Decathlon aún se pueden conocer. La Villa Solar, en la sede Meléndez de la Universidad del Valle, estará abierta para quienes deseen saber cómo son las casas del futuro.

 

 


Fernando Umaña / El Tiempo

Página Web - 2020/01/22

Fuente: https://www.eltiempo.com/