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Un barrio que anhela ser reconocido más allá de las noticias de sucesos que se puedan conocer

 

Al extremo este de la ciudad de Caracas se encuentra Petare el barrio más grande de Venezuela y quizás el más grande de Latinoamérica. En sus inicios y hasta mitad del siglo pasado estas colinas fértiles sirvieron como sitio de esparcimiento campestre a los caraqueños, campos agrícolas y residencia de artistas. Posteriormente Petare se convertiría en el asentamiento de muchos de los venezolanos que llegaron del interior y de los tantos extranjeros que venían en busca de mejores condiciones de vida que ofrecía la Capital Venezolana. Esto marcó el veloz crecimiento espontáneo de lo que hoy conocemos como Petare hasta el punto de conurbarse con la metrópolis caraqueña.

 

Todos los centros urbanos tienen ejemplos de esas referencias a distinta escala, son sus habitantes quienes le otorgan el valor

 

En una ciudad hay aspectos particulares, que se convierten en puntos de referencia, son hitos, características resaltantes o conocidas que permiten reconocerla, ubicarse en ella, son parte del lenguaje de sus ciudadanos y muchas veces de sus tradiciones. No tienen necesariamente que ser un objeto físico determinado, natural o construido, puede ser un entorno completo, puede ser el nombre de un comercio con tradición, puede ser una actividad que ocurre regularmente, puede ser el nombre de una avenida, una anécdota que se asocia a una esquina.

 

Su consolidación a través de los años ha permitido que se distinga como continuación del contexto urbano del sector

 

En la ciudad de Caracas, como en varias ciudades de nuestro país, se presentan una serie de asentamientos informales inmersos dentro de su estructura urbana, que actúan como elementos de transición entre lo planificado y lo espontáneo, espacios urbanos que poseen sus propias normas y leyes para su desarrollo tanto físico como social. Continuamente observamos como se consolidan, casi al punto de mimetizarse con la ciudad formal; resultando de importancia fundamental, a nivel funcional, del sector donde se ubican.

 

Vivamos donde vivamos, somos responsables de parte de la comunicación que circula en nuestro entorno

 

Los entornos urbanos son escenario natural para la comunicación, en ellos los mensajes fluyen en todas direcciones. Desde las conversaciones cara a cara hasta las transmisiones por medios radioeléctricos y digitales, toda comunicación tiene un emisor y un receptor, que utilizan un medio para compartir un mensaje y están inmersos en un entorno.

 

La obligada pausa ocasionada por la pandemia ha servido para que el mundo pueda respirar de nuevo

 

En el contexto del “Día de la Tierra” Apple TV presentó una interesante entrevista con Sir David Attenborough (Londres, 1926) científico, divulgador y naturalista británico, quien investigó los principales cambios y positivas respuestas de la naturaleza durante el año de la Pandemia: Aire y aguas limpias; animales resurgiendo, reproducción mejorando respecto a años anteriores. Lo denominó un “Experimento Épico”. En grandes centros urbanos como Nueva York, pudo apreciarse un 70% de disminución del ruido causado por tráfico vehicular a niveles de 1950; asimismo, el mejoramiento en la calidad del aire en China; en India, el aumento de visibilidad en gracias a la reducción en la polución, pudiéndose apreciar las cúspides de los Himalayas a 200 km. de distancia.