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ENTORNO URBANO: Un gazapo

La carencia de políticas para crear empleos deja a la gente sin opción de prosperar


En la columna anterior una falla cambió el sentido del párrafo referente a la falta de programas para crear empleos en proporción con el aumento de población que generaría la exitosa lucha contra el paludismo. Omití un NO y por ello pido disculpas. Aprovecho este gazapo para aludir a la casi nula coordinación que existe entre las dependencias administrativas de los gobiernos, tanto del nivel nacional como del local. Operan como planetas que sin coordinación orbitan alrededor de un sol, responsable de la totalidad de las propuestas y decisiones. Este modo de proceder ha llegado al ápice en los 15 últimos años, pero ha sido lo usual siempre, quizás por convenir que haya un único culpable. Con esta actitud es imposible generar continuidad administrativa ni analizar qué podríamos ser como país. ¿Para qué?, vender petróleo es un camino más fácil. Pero por creernos la tapa del frasco nos hemos vuelto indolentes y sumisos. En lugar de exigir, tendemos a agradecer.

 

La carencia de políticas para crear empleos, más el tropismo hacia las ciudades, genera una multitud de personas sin oportunidad de prosperar, lo que puede explicar el aumento y la diversificación del crimen y la ocupación precaria de la tierra. A ello cabe agregar la mecanización del trabajo para bajar costos y competir con otros países, incluso algunos que casi esclavizan parte de la mano de obra. Nuestra extraordinaria concentración de población en ciudades no ha estimulado la modificación del modo centralista de gobernar, que perdura a pesar de haber quedado atrás el país rural. Es posible que la dispersión de las responsabilidades haya generado ciudades tan incómodas, deficientes y difíciles de mejorar, que sea casi imposible rehabilitarlas, palabra que es un error semántico, pues nunca han sido hábiles. Un ministerio produce mapas para orientar el desarrollo urbano, otro se ocupa de las aguas, otro de la energía, mientras los equipamientos de salud, recreación, educación y cultura son tareas de otros 4 entes. Nadie anticipa, coordina y conduce este crecimiento indetenible que supera la capacidad gubernamental. En los ámbitos urbanos y salvo excepciones, el nivel central de Gobierno solo se ha dedicado a resolver crisis, sean estas déficit o desastres naturales. En los municipios, también es frecuente que los departamentos actúen con poca coordinación y se contenten con ejecutar los presupuestos de operación o a resolver crisis. No funcionan por iniciativa propia sino por reacción y dedicados a controlar el desarrollo con mapas de zonificación, aptos para otorgar permisos pero que no plantean prioridades y etapas, ni comprometen recursos para ejecutarlas.

 

Puede parecer inoportuno plantear estos temas en la situación actual, cuando los problemas son de otro nivel, pero creo conveniente exponerlos y proponer actuar de otra forma cuando termine esta etapa de incompetencia suprema. En el tránsito, para mejorar ciudades convendrá enfatizar la gestión diaria y formular planes que permitan ajustarlos a variaciones que generará el indetenible crecimiento urbano.

 

 


VICTOR ARTIS / El Universal

Página Web - 2014/03/29

Fuente: http://www.eluniversal.com