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ENTORNO URBANO: Resiliencia Urbana

 

Si queremos recuperar uno de los pilares fundamentales de la planeación urbana, debemos reinterpretar y re-entender nuestras ciudades

 

El ciudadano debe ver la ciudad a través de un nuevo cristal, el de corresponsabilidad y la sostenibilidad y esto sólo se puede lograr entendiéndola como algo más allá del lugar en donde se vive o se transita, ya que esta visión castrada nos ha llevado a materializar un modelo de ciudad que no nos aporta calidad de vida, y que más bien nos obliga a mantenernos horas interminables en nuestros vehículos o en colapsadas líneas de transporte público para transitar la ciudad y no para vivirla. En los planeamientos urbanos de nuestra ciudad, lo que se mide es la producción de edificaciones públicas o privadas o la construcción de vialidades. En ningún caso se mide la calidad de vida, la integración o relación de los ciudadanos con el espacio urbano, el impacto de nuestras acciones sobre el ambiente, o el rol activo del ciudadano en la planificación de su ciudad.

 

Si queremos recuperar uno de los pilares fundamentales de la planeación urbana, que no es otro que brindar calidad de vida, debemos reinterpretar y re-entender nuestras ciudades y eso parte de establecer una relación clara entre demandas, aspiraciones y necesidades ciudadanas, por un lado, con planes y proyectos, por otro, así como desarrollar políticas eficaces, incluyentes y sostenibles. Mas, cuando vivimos nuevas realidades como las enfrentadas por la pandemia del Covid.

 

Todos tenemos conocimientos, cualidades y competencias útiles y necesarias para la recuperación de nuestras ciudades bajo los conceptos de corresponsabilidad y sostenibilidad, que nos permita garantizar, a nosotros y a nuestras generaciones futuras, calidad de vida. Por ello, es necesario desarrollar una planificación de ciudad que sea útil para la sociedad, donde se dé respuesta a las necesidades de sus habitantes y no se destruyan espacios públicos, sino que estos sean el eje conector, que considere una relación armoniosa de la ciudad con el medio ambiente, y exista un adecuado equilibrio de los usos y requerimientos de servicios necesarios en cada espacio urbano. En definitiva, necesitamos poner en práctica una nueva forma de planificación urbana que nos permita tener una ciudad para vivirla y no para meramente transitarla, en donde se reconstruya la calidad de vida del ciudadano permitiéndole recuperar su tiempo y sus espacios.

 

Si bien es importante que la ciudad sea planificada para los ciudadanos, no es menos importante que deba ser planificada por los ciudadanos y es por ello que debemos participar; debemos empoderarnos y formarnos en el arte del dialogo, de la mediación y el consenso que nos permita actuar y planificar de manera efectiva. La ciudad debe ser un ente en donde todos podamos ser corresponsables de su creación. El ciudadano debe incorporarse como un agente activo no como un mero espectador del proceso de transformación de su ciudad; y los arquitectos y urbanistas estamos en el deber y la obligación de trabajar de la mano de los ciudadanos para que nuestros conocimientos se transformen en verdaderas soluciones urbanas.

 

Esa ciudad incluyente y equitativa, que nos brinde una calidad de vida sostenible, esa ciudad que todos queremos y necesitamos sigue siendo posible, pero todos tenemos que cumplir con el deber de participar activamente en su construcción.

 

 


YELYTZA BANCO / El Universal

Página Web - 2021/03/20

Fuente: http://www.eluniversal.com/