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Entorno Urbano: Refundación en medio de la pandemia

 

Ciudadanos experimentan cambio a causa del aislamiento social preventivo durante la amenaza del Covid-19

 

Media humanidad ha detenido su rutina y está cumpliendo las medidas de distanciamiento social ante la pandemia de la COVID-19 que amenaza al mundo entero. Reflexionemos en torno a las nuevas dinámicas sociales que han surgido desde la perspectiva urbana, entendiendo las pausas, el aislamiento, la evolución y las nuevas demandas de las ciudades durante la propagación del nuevo coronavirus.

 

La ciudad y la vida tradicional están viviendo un cambio de velocidad que se refleja en la cotidianidad de las calles, las plazas, los mercados y los espacios laborales. Muchos de los espacios con tránsito frecuente en las últimas semanas han quedado solitarios.

 

En el confinamiento forzado desde el hogar, han surgido otras formas de relaciones humanas, plataformas económicas y de trabajo no convencional. Esto no quiere decir, necesariamente, que la ciudad se ha paralizado, la urbe está experimentando otras dinámicas, nuevos pactos de convivencia y distintas maneras de relacionarse.

 

El distanciamiento social, de una u otra forma, han afectado la manera de socializar, el recogimiento —voluntario u obligatorio— ha marcado una línea entre los espacios individuales y los espacios comunes. Ese trazo dibuja el límite de la vulnerabilidad y la seguridad.

 

La ciudad, en muchos casos, se ha volcado a darle vida a esos espacios intermedios que se crean entre la casa y la calle; representados por ventanas, balcones y patios que se van transformando con las horas, las costumbres o la cultura de quienes los habitan.

 

Estas nuevas relaciones se viven en dos direcciones: la casa se prolonga hacia el espacio exterior para dejarse ver y a la vez el espacio público buscar romper las barreras físicas para extenderse hacia los espacios domésticos.

 

Esto ha ocurrido con el propósito de buscar un desahogo y construir espacios de encuentro. Pareciera que, la casa ha tratado de derribar los muros que la aíslan simbólicamente del contacto exterior.

 

En contextos históricos distintos, las ciudades han experimentado una evolución urbana desde la transformación del espacio público y la infraestructura para superar situaciones de insalubridad y epidemias.

 

A finales del siglo XVIII, por ejemplo, París emprendió la reconstrucción de la imagen urbana, de la mano del Barón Haussmann para enfrentar problemas de salud pública, desde la transformación del espacio público y las calles.

 

Entrado el siglo XX, en Santiago de Chile se impulsaron obras de transformación urbana como un plan higienista a través de un cambio espacial y estético de la ciudad.

 

Caracas también tuvo cambios. A principios del siglo XX, el Plan Rotival buscaba dar fin a la epidemia que vivía el centro de la ciudad con estrategias de renovación urbana y obras públicas.

 

A costa de pérdidas humanas, estos procesos han traído nuevos cambios económicos y sociales que se han visto traducidos en transformaciones urbanas.

 

Este contexto de la COVID dejará marcado en la historia al 2020, como un año en el que las discusiones giran en torno la posibilidad de refundar la ciudad desde la vida doméstica, con las experiencias que desde ese lugar íntimo se puedan tener, con nuevas modalidades, menores aglomeraciones y desplazamientos. Jordi Borja, desde sus estudios urbanos, ha invocado la necesidad de la construcción de espacios que hagan posible una vida más amable y más justa.

 

*Coordinación Diseño Urbano
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María Victoria Chirinos* / El Universal

Página Web - 2020/04/18

Fuente: https://www.eluniversal.com/