La descentralización nos presenta una visión donde una relativa autonomía de distintas escalas y urbanismos puedan valerse por si mismas
Venimos experimentando la Pandemia del Covid-19, a escala Global y las dificultades que representa para la comunicación entre países; también, sus efectos sobre la pequeña y micro escala urbana, comunidad y localidad ¿Cómo podremos afrontar a futuro una crisis como la actual? ¿sobrevivir y progresar en forma sostenible? Seguramente, vendrán nuevas Pandemias con mayor “inteligencia viral” propiciadas por la progresiva densificación urbana de poblaciones cada vez más dependientes en suministros y alimentos desde apartadas regiones.
En Caracas, la mayoría de las hortalizas provienen de regiones como Turén y Mérida con una alta dependencia en el transporte, combustible y producción alejados de sus centros de consumo. A futuro, esta dependencia podría llegar a ser insostenible, sobretodo, en áreas urbanas de carácter no planificado (asentamientos informales), donde la Ciudad deberá reinventarse para evitar su colapso. La descentralización, nos presenta una nueva visión donde una relativa autonomía de distintas escalas y asentamientos urbanos, (contando con el apoyo de la infraestructura de servicios del país) puedan valerse por si mismas. En Europa, cada región produce sus alimentos básicos; además, mantiene vitales sus atractivos turísticos y patrimonio cultural, permitiéndole una relativa autonomía y protección, sin aislarse de su entorno.
El desconocimiento inicial del contagioso virus y la gran influencia en su transmisión que tuvieron las comunicaciones, contribuyeron en gran medida a la propagación global del Covid. A partir de este aprendizaje, las restricciones de movilidad y distanciamiento físico, seguramente servirán para reorientar a las comunidades y localidades, independientemente de su escala, a desarrollar su autosuficiencia, dentro de un esquema de desarrollo urbano integral, contribuyendo a proteger las fuentes de trabajo local ante su progresiva sustitución por la tecnificación, automatización y reemplazo cada vez mayor de la mano de obra.
En Caracas, el “delivery” lo hace un motorizado; mientras que en Miami, se desarrolla un sistema de delivery con pequeños robots; esta irreversible tendencia de la sustitución del trabajo manual en las grandes ciudades, las convierte en centros de consumo y servicios, desplazando el trabajo manual hacia las regiones, dándonos la oportunidad de promover la reocupación del territorio y ofrecer estabilidad laboral a personas de menores ingresos actualmente hacinadas en la periferia de las grandes ciudades.
La descentralización, como fórmula de desarrollo local de comunidades, aunada a una red eficiente de comunicaciones interurbanas y servicios públicos distribuidos a través del país, potenciaría la producción de alimentos y pequeña industria sin sacrificar las ventajas de la centralidad urbana en salud, educación, esparcimiento y un sistema de internet robusto, haciendo a nuestro país integralmente sustentable y relativamente independiente de la condición global, sin implicar su aislamiento, ni su exclusión en el desarrollo y progreso Global. Mejor aún, promoviendo asentamientos humanos conscientes de su importancia en preservar sus tradiciones y enriquecer el patrimonio cultural de su región, convirtiéndose en atractivo para su desarrollo como centros urbanos productivos con énfasis en lo local, ejemplos: Rutas de la costa, del cacao, de la ganadería, de la música y artesanía… Este es uno de los grandes retos que nos ofrece la Pandemia para revalorizar nuestra calidad de vida, salud y sostenibilidad de nuestras comunidades y país.
MIGUEL CARPIO / El Universal
Página Web - 2021/04/17
Fuente: http://www.eluniversal.com/