Este 2021 en particular, los deseos de la mayoría son por el cambio, o el regreso a lo que consideran la “normalidad”
Los inicios de año suelen estar relacionados con posibilidades y propósitos. Este 2021 en particular, después de meses de vivir -o más bien sobrevivir- en pandemia, los deseos de la mayoría son por el cambio, o el regreso a lo que consideran la “normalidad”.
Las restricciones relacionadas con los intentos de controlar el enorme número de contagios de Covid-19, han tenido un intenso y extenso impacto económico y social. Acelerando y profundizando una crisis que, en nuestro país, se ha venido agudizando por años.
Muchas personas afectadas por las restricciones desean, o necesitan, realizar actividades que involucran el intercambio cara a cara con otras personas. Las razones pueden ser laborales o sociales, y tener mayor o menor importancia según sea la perspectiva de cada quien. ¿Cómo hacerlo de manera segura?
Hay diversos actores involucrados en la respuesta a esta pregunta, y distintos aspectos que tomar en cuenta. Porque hay actividades esenciales como -para mencionar sólo un ejemplo- la producción, distribución y comercialización de alimentos. Porque hay personas que si no salen a trabajar hoy no comen mañana. ¿Cosas que no cambiarán? La mejor manera de protegerse del virus sigue siendo usar mascarillas, mantener una distancia de dos metros al interactuar con otras personas y reducir estas interacciones al mínimo, mantener la higiene personal y de los ambientes. Eso hay que mantenerlo, esa es todavía la mejor estrategia y una que todos pueden -y deben-llevar a cabo.
Se requieren decisiones y acciones por parte de las autoridades, nacionales, regionales y locales; así como por parte de las comunidades y por parte de cada individuo. Es necesario llegar a acuerdos y compromisos, porque la libertad o necesidad de unos no puede ser razón para atropellar y poner en peligro a otros. El equilibrio entre el ejercicio de la libertad propia y la de los otros es una negociación constante, dinámica y generalmente delicada.
Las precauciones relacionadas con el contagio de la pandemia no tienen que ver con libertades personales, tienen que ver con salud pública, con el derecho -de todos- a la salud y la responsabilidad que cada quien debe asumir sobre sus acciones.
La irresponsabilidad en el cumplimiento de las medidas preventivas lleva a contagios, a enfermedad y, en más casos de los que cualquiera quisiera, a muertes. Cada persona fallecida cuenta, y ya se cuentan demasiados. Mientras se consigue algún tipo de inmunidad, a través de vacunas por ejemplo, prevenir el contagio es la estrategia.
Habrá cosas que cambien en el 2021, y habrá mucho que tenga que seguir igual que en los meses ya vividos, o de forma parecida. La población tendrá que asumirlo, porque la pandemia no va a terminar en pocas semanas o meses, necesitamos encontrar formas de continuar o retomar actividades que sean compatibles con la preservación de la salud pública, con la preservación de la vida. Hay que aprender a cuidarse, a prevenir, y hacerlo todo el tiempo, responsablemente.
MARÍA EUGENIA CLAVIER / El Universal
Página Web - 2021/01/09
Fuente: http://www.eluniversal.com/