Las ciudades del siglo XXI se abren caminos hacia nuevos retos, no podemos dejar que nos aplaste la diatriba política, la rutina o la cotidianidad. No dejemos pasar las oportunidades que la globalización y las formas alternativas de desarrollo que se ofrecen en otras latitudes. Las ciudades débiles se ahogan en el pasado, repiten errores y no planifican escenarios alternativos. En cambio, las ciudades de primer mundo, se dirigen con paso firme al futuro, con el objetivo de mejorar la calidad de vida, el progreso personal y la satisfacción colectiva. Así lo ratifica la Nueva Agenda Urbana que plantea 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles, para ser cumplidos por los gobiernos nacionales y locales antes del 2030.
Nuestro escenario para el futuro inmediato no es para nada alentador, porque la ciudad es el reflejo del país, es un hecho político y por mas que los técnicos y la academia brinden sus recomendaciones son otros los que toman las decisiones. La experiencia demuestra que las urbes deben huir de la visión cortoplacista y ampliar su campo de visión, recurrir a la innovación para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad de sus servicios; y, fomentar la comunicación y la participación, para lograr que ciudadanos y empresas se involucren activamente en los proyectos.
Sólo entre todos lograremos avanzar, sólo juntos será posible el desarrollo de una verdadera ciudad sostenible, una ciudad para la vida donde la escala humana y el espacio público, constituyan la base de la estructura urbana.
El Instituto IESE de la Universidad de Navarra a través de su Plataforma Tecnologica Cities In Motion, ratifica que hoy más que nunca, las ciudades precisan de planificación estratégica, porque sólo así podrán plantearse vías de innovación y priorizar lo más importante para su futuro. Entre las 180 ciudades de cinco continentes, Caracas se ubica de 173, dentro de las ciudades más vulnerables, junto a Ankara, Pretoria o Riad. Ciudades caracterizadas como desequilibras y/o estancadas, con servicios ineficientes, poca accesibilidad y mucha inseguridad. Sólo un cambio radical en la toma de decisiones puede recuperar el proceso de planificación estratégica, hacerlo participativo y flexible, con un objetivo central concertado y avalado por la mayoría y con un plan de acción sostenible y vinculante que brinde seguridad, singularidad, notoriedad y estabilidad, y así, recuperar su competitividad dela capital de la República.
Adoptar la planificación estratégica urbana como metodología, la gobernanza como acuerdo entre gobiernos y las alianzas publico-privadas como base para consolidar la corresponsabilidad, son los tres aspectos clave para pasar de la teoría a la práctica. Un reto inmenso en proporciones y complejidad, que sólo será posible de afrontar con grandes dosis de co-responsabilidad público-privada, concertación de voluntades, conciliación de intereses y coordinación de esfuerzos. Necesitamos ciudadanos y autoridades conscientes, formados y preparados. Participación crítica y bien informada.
Construir ciudadanía antes que ciudad
La factibilidad de implementación de cualquier Plan depende de la situación país, porque requiere de forma imprescindible y absoluta, el apoyo de los distintos niveles de gobierno la sociedad civil y la inversión privada. El rol activo y gerencial de las administraciones locales resulta básico, así como la participación activa de la administración central (ministerios) y las empresas de servicio (Metro de Caracas, Elecar e Hidrocapital), un insumo básico para la satisfacción de las demanda ciudadana.
Caracas es un caos y Venezuela está en crisis, pero “En tiempos de incertidumbre ser optimista es una cuestión de moralidad pública, porque es necesario desarrollar políticas de gestión que generen un verdadero proceso de inclusión social. Ciudades para la Vida, que procuren igualdad de oportunidades y derechos, donde lo local brilla con luz propia.” (IX Congreso UIM).
Caracas tiene más de dos décadas secuestrada y necesita recuperarse, pensar en positivo y adoptar nuevas maneras de gestión y financiamiento. Hoy mira al 2030 y debe desarrollar una agenda local que luche contra la segregación social y espacial, procurando una ciudad inclusiva, integrada y con escala humana, armonía en la distribución de usos y densidades, poli céntrica y con expansión sostenible. Ha llegado el momento de ejercer una gobernanza inteligente que tenga en cuenta todos los factores y los actores sociales, con una visión global Las urbes se transforman, nosotros decidimos cómo. #VisiónCiudad
*Urbanista, MSc Diseño Urbano, Especialista en Planificación Estratégica Urbana y Gestión del Desarrollo Local
*Zulma Bolívar / El Constructor On Line
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