-La vivienda ha sido un tema vital y recurrente al menos desde la creación del Banco Obrero en 1928 hasta hoy. En 2011 se dio un gran giro (exitoso) a su rumbo y realización, a través de la Gran Misión Vivienda. Aunque con carencias y debilidades en temas sociales y económicos.
-Después de nueve años de avances, se impone una radical revisión y reimpulso de su dirección en aspectos tales como:
-Optimizar la articulación con los planes de desarrollo, regionales y locales.
-Elaborar un plan nacional de vivienda, en permanente actualización, que incluya la demanda y etapas graduales de satisfacción.
-Transferir plenamente a las comunidades organizadas y capacitadas las fases de gestión, diseño, ejecución, supervisión, asignación de vivienda y mantenimiento.
-Urbanizar aprovechando vegetación, pendientes, cursos de agua y especies de fauna. No más movimientos de tierra donde “limpian y aplanan” el terreno.
-Iniciar un proceso eficaz y sostenido de producción de viviendas normalizadas y modulares, basado en la estandarización de materiales y componentes de la industria de la construcción.
-Consolidar una red nacional y concertada de productores de materiales, componentes y sistemas constructivos, según la naturaleza y recursos de la diversidad ambiental y cultural del país.
-Estos son sólo algunos de los inaplazables pasos para revolucionar la vivienda en estos tiempos de cambios.
Pautas para la nueva vivienda
-Crear comunidades residenciales de baja altura, entre 4-5 niveles y viviendas continuas que conforman patios y espacios comunes.
-Diversificar el diseño según el tamaño y evolución familiar, mediante hogares de diferentes áreas y tipo de espacios. No más el reiterativo y generalizado de “2 o 3 habitaciones, 1-2 baños, cocina, comedor, estar…”.
-Programa de viviendas en alquiler para personas y familias con situaciones especiales de ingresos, movilidad, ocupación, etc.
-Privilegiar actividades comunes como lavado de ropa, comer, estudiar, jugar.
-Prever espacios para la productividad individual, familiar y comunal.
-Liberar y flexibilizar el intercambio de espacios entre viviendas que son contiguas, que permita la ampliación o disminución de ellas. Por ejemplo, los dueños de un apartamento o una casa le vende al vecino un dormitorio o parte del estar.
-Todo esto es posible, y de inmediato, si se crea el instituto o centro nacional de la vivienda, referido en columnas anteriores.
Alejandro López / Últimas Noticias
Página Web - 2020/01/10