La obra de arquitectura urbana, la edificación individual que se construye en un centro poblado debería concebirse vinculada al contexto aledaño donde se inserta.
Es una forma de ir construyendo hábitat, con el que los ciudadanos se sienten identificados, y así, la nueva obra pasa a formar parte de la memoria colectiva de ese poblado o zona de la ciudad.
Recordemos que la admirada plaza de San Marcos en Venecia se construyó progresivamente a través de varios siglos.
Otro aspecto importante sobre el hábitat lo constituyen las obras arquitectónicas que tuvieron un papel singular e importante en un espacio urbano determinado, las cuales respondieron a decisiones del momento y cumplieron su cometido. Hoy, en nuestras ciudades y pueblos, muchas de ellas se hallan en situación de uso marginal, de deterioro o de abandono total.
En muchos casos son edificaciones que la ciudadanía desearía que se conservaran como elementos simbólicos de una época, aun presentando importante deterioro, como son los restos de la iglesia de tres naves que se halla en Carmen de Cura, los cuales se podrían consolidar y destinar a un uso colectivo no solo para sus ciudadanos, sino ser un motivo de atracción para visitantes.
Otras edificaciones menos deterioradas pueden ser recuperadas para destinarlas a un uso similar al original o no, y continuar ofreciendo su imagen y prestando una actividad para el disfrute, pues constituyen la memoria colectiva de esa sociedad a través del tiempo.
Hablamos entre otras del Nuevo Circo de Caracas y sus alrededores formados por museos y por viviendas de la Gmvv.
De todo un poquito:
Cerca de 300 estudios de arquitectura de Australia se están organizando para prestar servicios de diseño y asistencia técnica a las comunidades afectadas por los incendios, para reparar o reemplazar sus viviendas, teatros, centros comunitarios, locales productivos, iglesias, etc. Loable iniciativa de los arquitectos de ese país. Actitud pocas veces vista en nuestros lares ante ciertas tragedias.
EEUU amenaza destruir la cultura iraní. Vía muy común en la historia de la humanidad para pulverizar la esencia de las sociedades y someterlas a sus intereses. Debemos en Venezuela con urgencia, rigurosidad y profundidad, revisar cómo estamos siendo socavados en nuestros valores y principios, desde hace mucho tiempo, pero con más contundencia y éxito actualmente. Si no detenemos nuestra desculturización gradual pero efectiva, todo el proceso actual de cambios y la estructura social autóctona de nuestra cultura será dominada
y colonizada.
Elisenda Vila Planes / Últimas Noticias
Página Web - 2020/02/05