
Desde aproximadamente las 2:00 de la mañana, un grupo de personas pernoctaron a las afueras de la distribuidora, esperando la apertura a las 8:00 am.
El centro de distribución había programado la venta para el día de ayer, como parte de una “jornada especial” realizada desde el lunes, a fin de abrir la venta al público en general.
“Nadie nos informó ni colocaron un papel diciendo que no hay cemento”, indicó Richard Pérez, uno de los manifestantes que se encontraba haciendo la cola desde la madrugada.
En la mañana, trabajadores de la cementera indicaron a los vecinos que no iban a vender el producto por falta de existencia.
Una vocera del consejo comunal por la Sala de Batalla Alicia Benítez explicó que el establecimiento se mantenía cerrado debido a que la directiva aún permanecía de vacaciones. Se prevé que se reincorpore el 20 de enero, según comunicado de la junta comunal. Sin embargo, desde el día lunes, el centro de distribución ha realizado una venta fraccionada al público.
En horas del mediodía, efectivos de la Guardia Nacional se acercaron al establecimiento para exigir que abrieran las puertas. Fue entonces cuando un grupo de personas ingresó al estacionamiento del edificio para adquirir el material.
Los manifestantes elaboraron una lista con más de 450 personas que se encontraban en la cola desde la madrugada, de las cuales solo fueron atendidas 95.
De acuerdo con voceros de la comunidad, se efectuó la venta de 480 sacos de cemento, aunque solo se permitieron cinco unidades por persona.
El producto tenía un precio de Bs. 28, que se ha mantenido desde el día lunes, cuando se inició la venta abierta para los habitantes del municipio.
“Decían que no había cemento, pero sí había, lo tenían escondido”, exclamó Margot Fajardo, quien se encontraba desde la madrugada en la cola.
Nancy Bolívar, vecina de la Parroquia Petare, no pudo adquirir el producto, le indicaron que a partir del día miércoles podía comprarlo a través del consejo comunal al cual pertenece.
Consejos comunales
Personas pertenecientes a las distintas comunidades del Municipio Sucre expresaron su descontento ante la labor de los consejos comunales, que son los encargados de suministrarles el material a los vecinos del sector.
“La junta comunal compra el cemento a Bs. 30 y lo revende a Bs. 50”, expresó Mireya Castro, vecina del barrio La Bombilla.
Fuentes alegan que en el interior del país se han registrado situaciones similares, en las que la reventa supera los Bs. 200.
Aura Hernández Carrasquero / El Mundo
Página Web - 2014/01/09
Fuente: http://www.elmundo.com.ve/