La parroquia más pequeña de Caracas sufre por invasiones y comercio informal
La más pequeña de las 33 parroquias que conforman Caracas es también una de las que concentra gran número de oficinas de entes gubernamentales: el CNE, el Palacio de Justicia, las Torres del Centro Simón Bolívar, el Saime, el Sumat y varios ministerios.
Ser la sede de estos organismos no exime a la parroquia Santa Teresa de la desidia visible en espacios públicos como la Plaza Caracas y de problemas que se han incrementado en los últimos años: inseguridad, invasiones, comercio informal, fallas de alcantarillado, falta de alumbrado, venta de drogas y prostitución.
Luis Márquez, vecino de la zona, recuerda que en 2013 era de las parroquias que reunía mayor número de invasiones por metro cuadro, en apenas 0,72 km2, Santa Teresa tenía al menos 21 edificaciones tomadas.
La más grande se encuentra entre la calle 500 y la avenida Baralt, una toma de al menos ocho edificios contiguos donde los ocupantes montaron una cauchera, peluquería, carnicería, centro de estética, pollera, venta de verduras y licorería. Las consecuencias: basura, malos olores y aceras tomadas por los camiones que descargan mercancía.
Aunque a la organización comunitaria le falta impulso, en Santa Teresa hay iniciativas vecinales como la de Lorena González, con 33 años en la parroquia, que pretende visibilizar la casa-museo Cuadra de Bolívar, ubicada entre las esquinas de Piedras y Bárcenas.
La idea es que la casona que fue la casa de veraneo de la familia Bolívar, que data del año 1750, y que actualmente permanece cerrada, tenga una programación cultural e histórica regular, vinculada con la comunidad.
20 torres, que reúnen unos 900 apartamentos, se construyeron en Santa Teresa en el marco de la Misión Vivienda Venezuela, lo que ha afectado la movilidad y otros servicios. La parroquia necesita más instituciones educativas
Susana Castillo, vecina de Quinta Crespo, lamenta el estado en que se encuentra la Plaza Caracas, la segunda más grande de la ciudad (12 mil m2) después de la plaza del BCV o Juan Pedro López.
"Además de las baldosas rotas, los malos olores, la suciedad y motos que invaden la cuadrícula a veces el espacio se convierte en una suerte de mercado tomado por tarantines". Los vecinos se han apropiado de las plazas Diego Ibarra y La Concordia, que fueron recuperadas, pero poco frecuentan los Teatros Municipal y Nacional, dos recintos culturales con sede en la parroquia pero con poca conexión con la comunidad.
Santa Teresa aguarda por la inauguración del gimnasio vertical de cinco niveles que se construye desde 2014 en la paralela a la Baralt, la avenida Sur 4, el corredor que reúne a decenas de tiendas que venden artículos de santería. En ambas avenidas, el comercio informal gana terreno unido a la falta de alumbrado y seguridad.
Legado patrimonial
En un gesto de reconciliación y de superación del pasado, Eleazar López Contreras sustituyó el más temido símbolo de la dictadura gomecista por un espacio de recreación: fue así como la cárcel La Rotunda cedió su lugar a la plaza La Concordia, un espacio patrimonial cuya estructura fue modificada tras su recuperación en 2015, cuando se demolieron jardineras y caminerías.
Frente a la plaza se encuentra el Santuario Nacional Expiatorio, obra del arquitecto Manuel Mujica Millán, con su altura de 27 metros, es la capilla más alta de la ciudad. Este patrimonio de la nación que tiene 106 años necesita atención pues es víctima de filtraciones y también de la indigencia.
De Santa Rosalía a Hoyo se dice que nació Francisco de Miranda. Allí sobreviven varias casas antiguas, cuyos actuales moradores desconocen la importancia histórica de esta cuadra. De Miracielos a Hospital, de la sastrería La Habana, a la que fueron Cantinflas y Pedro Vargas, solo queda el carapacho, casi la destruyen por las obras del Metro Teatros.
DELIA MENESES / El Universal
Página Web - 2017/06/23
Fuente: http://www.eluniversal.com/