Las 49 familias que habitan en los espacios de la Casa del Obrero en Propatria, aún esperan por los apartamentos que les prometieron en el edificio Santa Rosa 128, que la Gran Misión Vivienda Venezuela construye en Colegio de Ingenieros.
“Prometieron entregarlos en julio del año pasado, luego en diciembre y ahora en marzo, pero no están terminados”, afirmó Leandro López, uno de los refugiados que llegaron allí provenientes de las zonas de Blandín, Boquerón y Tamanaco. Explicó que se han apersonado al complejo habitacional “y del piso 8 para arriba, están inhabitables”, además denunció que personas ajenas han tratado de invadir el edificio, “gracias a Dios, la Guardia (Nacional), los sacó”.
Las familias refugiadas en la Casa del Obrero habitan en tres salones, donde hay filtraciones, las ventanas están rotas y cuando llueve, el agua se cuela por el techo.
Comparten con un módulo de venta de boletos estudiantiles y un área que tomó PDVSA Gas. A su lado hay una habitación en la que una doctora de Barrio Adentro los asiste. A la entrada hay abandonado un lote de químicos tóxicos vencidos, un campo y un área en la que abandonaron 5 camiones nuevos, materiales de construcción sin estrenar.
BLANCA GONZÁLEZ / Últimas Noticias
Impreso Digital – 2015/03/24