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ACERAS Y BROCALES: ¿Quién salva a Caracas? (VENEZUELA)

1 La ciudad está sometida a una intensa explotación del uso de la tierra para fines especulativos y en beneficio de intereses corporativos o individuales. Ello se muestra cuando urbanizaciones tradicionales de la ciudad, que deberían ser patrimoniales, relativamente bien construidas, dotadas de servicios y equipamientos, son sustituidas, sin pausa, por centros empresariales, comerciales y financieros.

 

2 Ello sucede dentro de la ley y con el consentimiento de las autoridades municipales y de la gente que reside en esas zonas. Dentro de la ley, porque los municipios tienen planes y ordenanzas que gracias a sus enfoques pueden cambiarse en los concejos municipales, para permitir, en nombre del “progreso”, densificar y cambiar usos del suelo a criterio de los que administran el municipio “motivados” por inversionistas inmobiliarios.

 

3 Con el consentimiento de la gente, porque sus urbanizaciones al ser sometidas al “dejar hacer” por la alcaldía se deterioran progresivamente. ¿Cómo? Futuros inversionistas o testaferros van comprando propiedades y las convierten en comercios y oficinas, destruyendo la arquitectura original, creando necesidades de estacionamientos y de servicios que impactan negativamente la urbanización y causan el éxodo de sus residentes a otros sectores de la ciudad.

 

4 Este proceso es un brutal cáncer desarrollista. Avanza de forma inclemente sobre la ciudad y sus tierras aledañas. Empezó en la Caracas colonial, donde afortunadamente se empezó a detener hace una década. Así fueron gravemente arruinados sectores como La Pastora, El Conde o La Florida, San Bernardino y Sarría. Y hoy se da con todo en los municipios Chacao, Baruta, El Hatillo y Sucre.

 

5 Las urbanizaciones a lo largo de la Av. Francisco de Miranda, como La Castellana, Bello Campo, Altamira, Los Palos Grandes, son el próximo centro financiero-corporativo de Caracas. Claro, a lo largo del Metro y de una avenida clave que garanticen el transporte de la mano de obra necesaria para sostenerlo. Esta metástasis urbana ha invadido a Las Mercedes, El Rosal y Chuao, para mencionar sólo casos emblemáticos.

 

6 En El Hatillo se da el mismo proceso con diferencias. En lugar de urbanizaciones existentes son tierras de alta calidad ambiental. En lugar de centros financieros son viviendas para las clases altas y medias desplazadas de las urbanizaciones que el carcinoma desarrollista ha deteriorado.

 

7 De continuar así se estará reforzando a la Caracas actual, insostenible. Seguirá profundizándose la locura de las ciudades dormitorio que conforman la Gran Caracas.

 

8Esto es un problema de Estado. Los municipios no deben seguir decidiendo la ciudad por pedazos. Ni siquiera los cuatro municipios del este de Caracas coordinan sus actuaciones. Esto mismo ocurre en todo el país.

 

9 ¿Qué hacer? ¿Empezar por una urgente y masiva declaratoria de patrimonio que impida la destrucción de los sectores formales de la ciudad? El Estado tiene que dar el enérgico paso de poner orden en el ordenamiento y desarrollo territorial y urbano. Debe dirigirlo y planificarlo mientras que los municipios ejecuten los proyectos puntuales bajo las directrices de esas políticas y estrategias.

 

 

 


ALEJANDRO LÓPEZ / Últimas Noticias

Impreso Digital – 2014/08/21

Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve