Especialistas afirman que hay afectaciones mayores, aunque la percepción social es que ahí no pasó casi nada
Los epicentros de los sismos son las zonas más afectadas, aunque la percepción social es que los daños son menores.
Expertos explican que esta percepción se da porque en Pijijiapan, Chiapas (7 de septiembre), y en Axochiapan, Morelos (19 de septiembre), no hay grandes edificios, la población es escasa y está dispersa y el tipo de suelo es diferente.
En entrevistas por separado con Excélsior, especialistas coincidieron en que no hay duda para afirmar que el daño fue mayor en las localidades más cercanas a los epicentros.
"Siempre en el epicentro es donde se da más daño; lo que pasa es que las casas son más chicas, hay menos población y aparentemente es como si hubiera menos daño, pero en el epicentro sí hace daño”, señaló el geólogo Delfino Hernández.
Explicaron que, además, es complicado medir las ondas sísmicas respecto del daño en el subsuelo, que es diferente en cada zona.
"Por ejemplo, en la Ciudad de México es muy variable, las ondas sísmicas van a pegar de forma diferente. No es lo mismo el suelo de Coyoacán que el de Venustiano Carranza; por otro lado juega un papel muy importante de dónde viene la onda sísmica”, detalló.
En ese sentido, el doctor Arturo Iglesias, titular del Instituto de Geofísica de la UNAM, enfatizó que en la zona epicentral sí hubo daños severos.
Que no se noten, “sin duda, es por la densidad poblacional y el tipo de construcciones, ése es el factor de primer grado para explicar qué es lo que sucede; en una zona rural es mucho menor la cantidad de población que en una urbana”.
Dijo que la fuerza sísmica (la directividad) explica el padrón de daños, que fue más concentrado en ciertas zonas.
"Esto no se sabrá con precisión hasta que no pasen algunos días y podamos hacer los análisis necesarios. Se tienen que hacer mediciones de la fuerza sísmica, donde se toman los registros sísmicos que se tienen y con modelos matemáticos se determina cómo fue la ruptura dentro de un plano de falla”, precisó.
Delfino Hernández explicó que las ondas provenientes del sur tienen como limitante la estructura volcánica de la zona montañosa entre Morelos y Puebla, conocida como “formación Chichinautzin”.
"En el sismo del 7 de septiembre, que fue grande (8.2), las ondas sísmicas atravesaron las zonas rocosas sedimentarias, metamórficas e ígneas, fue muy grande. El del 19 de septiembre atravesó una estructura volcánica exclusivamente, y esa parte logró mitigar que las ondas llegaran con más fuerza a la Ciudad”.
Viviendas de Palma
Las comunidades pesqueras Costa Azul, cerca de Chocohuital, y la de Los Patos, en el municipio de Pijijiapan, Chiapas, están en la zona más cercana al epicentro del terremoto del 7 de septiembre; sólo cayeron casas de palma.
En Los Patos, ubicada sobre el litoral costero de Pijijiapan, las casas se vinieron abajo. Sin embargo, sus pobladores lograron salvar la vida. “Salimos a bordo de las lanchas como pudimos”, relató Francisco Jiménez Esponda, quien ha vivido en el lugar durante 40 años.
Los Patos colinda con Tonalá y es de las comunidades más cercanas al epicentro. Hasta ahora, en la localidad hay unas 20 viviendas caídas, el resto aguantó porque son de palma y horcones.
En Joaquín Amaro, otra comunidad cercana, los mayores estragos fueron por el tsunami que precedió al sismo. Las viviendas siguen agrietadas tras la inundación.
Daños materiales
En Axochiapan, Morelos, los daños materiales son cuantiosos, pero sólo falleció una persona, pese a su cercanía con el epicentro del sismo del 19 de septiembre pasado.
En cambio, en la Ciudad de México, hasta el corte de ayer había 219 decesos por el sismo, 25 heridos y miles de viviendas afectadas.
En Axochiapan, conocido entre la burocracia como la “Siberia morelense”, por ser uno de los municipios más lejanos de Cuernavaca, resultaron afectadas más de mil 300 viviendas, de las cuales 127 se encuentran en la cabecera municipal y el resto en nueve comunidades, según Jonathan Espinoza, enlace del Centro de Emergencias.
En total, en el municipio hay 513 viviendas que requieren ser demolidas y más de 800 con daños parciales, las cuales requieren reconstrucción o remodelación.
En un caserío conocido como Palo Blanco se cayeron siete de las 100 casas que se encuentran en esta pequeña comunidad.
Andrea Meraz, Pedro Tonantzin y Gaspar Romero / Excélsior
Página Web - 2017/10/01
Fuente: http://www.excelsior.com.mx/