Nuevas reglas del gobierno acaban con expansión anárquica de varios desarrollos
La solicitud de concurso mercantil hecha por Casas Geo marca el fin de una etapa en la larga lista de programas gubernamentales de vivienda social y llega en momentos de serias dudas sobre cómo hará el gobierno de Enrique Peña Nieto para cumplir con el mandato de la política de vivienda social que es dar acceso a la población de menores ingresos a una vivienda propia.
Geo fue emblema del boom experimentado por constructoras de vivienda a partir de la segunda mitad de los 90 y que se prolongó por más de 10 años, hasta que los costos sociales de construir casas en los márgenes de las ciudades fueron mayores que los beneficios, ante lo cual el nuevo gobierno debió cambiar las reglas para detener la expansión desordenada de ciudades.
En los siete años previos a 2010, el principal organismo de vivienda del país, Infonavit, dio más de 3.2 millones de créditos para la compra de una casa, más que todos los que otorgó en los 30 años anteriores, dice el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
A raíz de que Infonavit y Fovissste cambiaron su papel de desarrolladores por el de financiadores, en la década de los 90, algunas constructoras entraron en una carrera por levantar casas para atraer el mayor número de compradores con crédito y subsidio en mano. Gracias a las economías de escala de construir casas masivamente, compañías que en los años 90 construían 10 mil casas en un año, en la década siguiente edificaban 50 mil.
Para que esta fórmula funcionara, necesitaban hacerse de grandes extensiones de terreno y obtener rápido los permisos de construcción y la dotación de servicios públicos, aún si para ello tenían que dar dinero a empleados y funcionarios públicos. Los sobornos equivalían a 10% o más del costo de cada casa.
El modelo dio muestras de agotamiento hace años, pero las compañías siguieron adelante.
ZACARÍAS RAMÍREZ TAMAYO / El Universal
Página Web - 2014/04/21
Fuente: http://www.eluniversal.com.mx