El gobierno de Miami acaba de asignar $1 millón para un nuevo programa de subsidio de alquiler para aquellos ancianos que viven en viviendas públicas y tienen problemas para pagar los aumentos de alquiler.
El jueves por la noche, con una votación de a 4-1, los comisionados aprobaron inicialmente el programa como parte del presupuesto de $1,000 millones que propuso la ciudad, siendo el comisionado Joe Carollo el único que se opuso. El presupuesto necesita someterse a una votación final el próximo 26 de septiembre, antes de que entre en efecto a inicios del nuevo año fiscal, que comienza el 1ro. de octubre.
Bajo la propuesta de Suárez, la ciudad le pagaría los aumentos de alquiler a algunos de los abrumados residentes ancianos que ya viven en casas subsidiadas, es decir, personas de 62 años y mayores con un ingreso familiar menor de 60 por ciento del ingreso medio del área del Condado Miami-Dade. Para ser elegibles, los residentes deben vivir en casas públicamente subsidiadas sin violaciones de código y alquileres localizados dentro de las zonas de oportunidad designadas federalmente.
Los participantes deberán tener una identificación válida, una prueba de ingreso mensual, una copia del alquiler, y una declaración jurada donde se afirme que la unidad en que viven es su residencia principal. Los participantes podrían recibir hasta $200 mensuales para cubrir los aumentos de los alquileres.
Suárez le dijo al Miami Herald que el programa es un comienzo que espera ampliar en un futuro. Suárez dijo que su gobierno quiere empezar con un programa pequeño para solucionar los problemas de asequibilidad de vivienda de Miami y al mismo tiempo no crear un gran derecho que podría ser susceptible a cortes si la economía entra en dificultades y los ingresos fiscales a la propiedad disminuyen.
“Entendemos que una vez que se empieza a dar asistencia, es difícil quitarla”, dijo el alcalde.
Suárez señaló que aunque la asistencia sea $20 o $200, el subsidio podría aliviar la presión en los ancianos con presupuestos limitados, sobre todo si los pagos que reciben del Seguro Social no van de acuerdo con los aumentos de los alquileres.
El subsidio es una nueva corriente de gastos que hace un año se hubiese podido considerar un lujo prohibitivo, cuando los administradores temieron un presupuesto déficit en momentos en que llegaron a acuerdos y demandas con sindicatos, proyectaron un crecimiento lento del ingreso fiscal a la propiedad y esperaban que los votantes aprobaran una nueva exención fiscal estatal que habría reducido más los ingresos fiscales de la ciudad. Sin embargo, lo que ocurrió fue que el ingreso fiscal aumentó 10.5 por ciento y la exención fiscal no fue aprobada.
JOEY FLECHAS / El Nuevo Herald
Página Web - 2019/09/14
Fuente: https://www.elnuevoherald.com/